Jueves, 25 de agosto de 2022

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando la Jerarquía está presente, algunas situaciones de adversidad no se materializan en la superficie, porque es la Presencia de la Jerarquía que lo evita; y más aún, esas situaciones se disuelven cuando las almas y los corazones se unen a Mí en esta propuesta, por más desconocida que parezca, aunque sea difícil de comprender.

Por eso, la Jerarquía cuenta con los servidores, cuenta con los orantes, con aquellos que están abiertos a vivir en adhesión para seguir los pasos que la Jerarquía determina en estos tiempos. 

Aunque exteriormente parezca que el tiempo sigue igual. Yo les digo, hijos Míos, que tengan cuidado, para que no sean engañados, sino que sus corazones estén vigilantes y atentos a las señales que da la Jerarquía en este ciclo, señales que intentan evitar en las naciones muchas situaciones, muchas de ellas desconocidas por todos.

Por eso, la Jerarquía está aquí, no tendría otra razón para estar aquí en este momento planetario y en este ciclo. Por eso, el Padre Eterno cuenta con todos los que son consecuentes, con aquellos que necesitan saber responder al Llamado del Padre, aprendiendo así, como aprende la Jerarquía de este planeta y de esta humanidad, sabiendo que más allá de todo existe un Plan perfecto por cumplirse y, esa parte del Plan, primero debe cumplirse en ustedes, para después cumplirse en el mundo.

De esa forma, la Jerarquía abre la puerta de Su Corazón para que ustedes puedan entrar, con la misión de que puedan sentir y pensar como siente y piensa la Jerarquía; para que aprendan a vivir en la Ley de la Impermanencia, porque el Plan no es estático, el Plan no se basa en la ley de la inercia, sino que el Plan es dinámico en este ciclo final, porque son tantas, tantas las necesidades y emergencias, que no bastaría el tiempo que estoy aquí con ustedes para explicárselas. 

Pero sí, la Jerarquía Espiritual puede abarcar muchas cosas, la Jerarquía Espiritual puede atender a muchas situaciones del planeta y de la humanidad. Piensen, en este momento, todo lo que está sucediendo en los diferentes puntos de la Tierra, mientras la Jerarquía está aquí, hablándoles, mientras la Jerarquía está aquí, transmitiéndoles Sus impulsos.

¡Cuántas, pero cuántas consciencias sufren, en este mismo momento, hambre, guerras, persecución, migración, enfermedades terminales y durísimas pruebas! 

¡Cuántos, pero cuántos están lejos de la Gracia de Dios!  

Y ustedes, Mis hijos, ¿consiguen percibir y valorar esa Gracia que está sobre ustedes y, que, a pesar de lo que han vivido en estos últimos años, esa Gracia no se ha alejado de ustedes, no se ha alejado de sus corazones?

Aprendan a apreciar lo que les entrega la Jerarquía Espiritual, porque nunca les daremos tesoros materiales. Esa no es la misión de la Jerarquía, de ninguna Jerarquía de este Universo Sideral. Los tesoros que les podemos legar son internos, son dádivas incalculables que no solo transforman sus vidas, sino que colocan a sus consciencias en el lugar donde siempre debieron estar.

Por eso, piensen por un momento cuánto han caminado en esta trayectoria universal; cuántas puertas han golpeado, esperando que se abrieran. Pero, recuerden que existe una única puerta que siempre se abrirá, que es la que el mundo entero está olvidando en este tiempo; está olvidándose de golpear la Puerta del Corazón de Dios, para entrar en Su Eterno Reino, en Su Reino de Dádivas, de Gracias y de Misericordias, de tesoros incalculables e inextinguibles que los ojos humanos no pueden valorar ni apreciar, pero que el alma que ora verdaderamente con su corazón, sí puede apreciar y valorar.    

Por eso, en este tiempo, Yo los llamo a no desperdiciar los tesoros de la Jerarquía, como algunos lo hicieron de forma ignorante e inconsecuente. 

Únicas son las oportunidades que les daremos a todos. Únicas serán las puertas que abriremos en este tiempo final; porque cielo y tierra pasarán, pero la Palabra de Mi Hijo siempre permanecerá latente en el corazón abierto a la transformación, latente en el corazón sediento de la Palabra de Cristo, latente en el corazón que no teme transformarse, latente en el corazón que no teme decir sí a lo desconocido, aquello que no puede tocar y no puede ver, aquello que está latente en el Universo Inmaterial.

Por eso, valoren sus espíritus, reconozcan la existencia de su templo interior, reconozcan la existencia de su universo interior, y vean como los hombres y mujeres de la Tierra están padeciendo el sufrimiento, están desconectados de lo Divino, están en depresión o en locura porque no consiguen unirse a sus almas.

¿Pero, qué más podemos hacer para que esto se resuelva, para que el mundo entero perciba que es el tiempo del Armagedón y que las Leyes Universales se cumplirán más que nunca?

Por eso, alineen su pensamiento, alineen sus sentimientos. Sean consecuentes con la obra de caridad y de servicio; y les aseguro, Mis hijos, en el nombre de Cristo, que estarán protegidos de ustedes mismos; porque Mi enemigo, el gran adversario de todos, nunca alcanzará lo que es Divino y Eterno. Él trabaja en lo que es mundano, bajo y vulnerable.

Eleven sus consciencias, para elevar sus vibraciones, y el puente seguro para esto siempre será la oración. Cuando dejen de orar se desconectarán. Cuando dejen de servir se desesperarán y no será justo que la culpa la tenga Dios. 

Sean capaces de humillarse y de reconocerse a ustedes mismos, porque si alguien no lo hace, ¿el mundo lo hará?

¿Quién justificará, ante el Padre, todos los errores cometidos hasta el presente?

¿Quién será capaz de sostener el pecado de la guerra y de la sangre derramada en el mundo?, sabiendo que, desde hace más de dos mil años, venimos acompañando, a través de Nuestros Corazones, cada uno de sus pasos y pruebas.

Este es el tiempo de madurar. La escuela de los niños ya terminó hace tiempo. Es hora de que asuman con Nosotros la situación planetaria. Es hora de que forjen en ustedes mismos lo mejor, lo que necesita Mi Hijo para poder cumplir con Su Retorno.

Nuestras Palabras ya no son poesías. Nuestras Palabras ya son afirmaciones, las últimas afirmaciones del fin de los tiempos. 

Por eso, es hora de que crezcan interiormente. Es hora de apóstoles decididos y no tibios. Es hora de que den la cara por Mi Hijo; porque el mundo no puede sucumbir, el aborto no puede prevalecer, el pecado de los sacerdotes no puede prevalecer; porque todo eso fortalece la impunidad, la injusticia y lo que ustedes llaman desgracia.

Recuerden que siempre tendrán un lugar en el Corazón de la Jerarquía, aun aquellos que dieron pasos hacia atrás, aquellos que se olvidaron de su compromiso con Cristo. Más allá de todo eso, Mi Hijo los perdonó, como también los perdonó en lo alto de la Cruz. Él no solo perdonó a todos los que lo hirieron y lo humillaron hace más de dos mil años, Él entregó Su Ser por todos ustedes hasta el presente y hasta el último día de la Tierra.

Por eso, Dios, en este momento, está con Su Libro abierto y ha detenido Su Mano, ha parado de escribir, esperando que las almas sean las que escriban la nueva historia de la humanidad.

No se distraigan cuando les estoy hablando, porque hoy solo tengo el permiso para poder decirles estas cosas. Ustedes saben que, como su Madre, la Madre de la humanidad, iré hasta el final, hasta alcanzar lo que necesito por la redención y la conversión de Mis hijos.

Por eso, deténganse y mediten sobre lo que les dije hace poco tiempo: Dios ha detenido Su pluma y ha parado de escribir.

¿Cuáles serán las almas que se ofrecerán para escribir la redención del mundo? 

¿Cuáles serán los corazones que se postularán para que el mundo y el proyecto no se precipiten? 

¿Cuáles serán las consciencias que darán sus vidas para ser testigos del Retorno de Cristo?, que está muy cerca.

El Padre Celestial está hablando a través de Mí, y esto no es una analogía. Él les está hablando a todos, así como le habló al pueblo de Israel; porque Él aspira a que su sagrado pueblo no solo lo siga amando, sino que sea parte de Su Reino, el Reino Celestial que deberá descender a la Tierra en el Sagrado Retorno del Señor.

Él viene a buscar a Sus apóstoles de los últimos tiempos.

Hijos, esto no es romántico, es algo concreto que Mi Hijo necesita ver con Sus propios Ojos, y ustedes, más que nadie, saben lo que le deben dar.

¿Por qué esperan dar el paso?

Mi Hijo tiene sed, sed de que lo amen para saciar la angustia de Su Corazón por los que sufren y padecen.

Mi Hijo tiene sed de que lo adoren, por aquellos que hacen sacrilegios sobre Su Altar y perforan Su Corazón con injurias y pecados.

¿Cuáles serán las almas que lo consolarán, en eterna confianza y servicio?

Esto permitirá que la Mano de Dios siga escribiendo la nueva historia. Esto le concederá al mundo la paz, la paz que ha sido ultrajada, el amor en los corazones que ha sido violado; ya que la impunidad ha dejado a muchas naciones en la esclavitud.

Mi Hijo, más que nadie, sabe que eso debe terminar pronto.

Si Él, hace dos mil años, caminó entre ustedes y llevó en Su Corazón la experiencia de estar con Sus amigos y compañeros, ¿cuántos de ustedes lo vieron predicar? ¿Recuerdan?

¿Cuántos de ustedes presenciaron Sus milagros?

¿Cuántos fueron al sepulcro para adorarlo, sabiendo que Él era el Mesías?

Ahora, Él Me envía, una vez más al mundo, así como envió a Sus apóstoles a predicar por la Tierra.

Él desea ardientemente que las almas ya no sean Sus estigmas, sino que Él desea que las almas sean la propia alegría que brota de Su Corazón, y que sean capaces de comprender que hay que cumplir un Plan, y hasta que esto no suceda, Nuestra Voz no se callará, en este lugar ni en ningún otro.

Por eso, Yo Soy Su Sierva y Esclava que sigue apareciendo, a través de los tiempos, para avisarle al mundo sobre el momento que está atravesando y padeciendo.

Nuestras Entrañas desbordan de Misericordia. En Nuestra Sangre circula la Gracia de Dios. Nuestras Manos están llenas de bendiciones para todos.

¿Quién hoy recordó ir a la Fuente para beber? Esto es lo que está olvidando la humanidad.

¿Cómo justificar ante la Ley tantos errores? Aun los errores de aquellos que fueron señalados por Mi Hijo y le dieron las espaldas.

Pero, recuerden que Él no vendrá como un Juez; Él vendrá como su Libertador, como el Rey de los reyes, como el Cristo Glorificado.

Ahora, que Mis Palabras lleguen a lo más íntimo de sus seres, para que las semillas se puedan cultivar en sus corazones, porque les aseguro que las necesitarán cuando estas semillas germinen y sean, una vez más, ofrecidas al Padre Eterno, a través del sacrificio y del amor de los corazones.

Si las armas no se detienen, al final sucederá lo que tanto quise evitar en Fátima: una destructiva guerra mundial.

Mis lágrimas ahora son el propio Rosario por los inocentes, no solo por la guerra de Ucrania, sino también por aquellas guerras que son escondidas por los hombres, en lugares como África o Medio Oriente, para que nadie sepa sobre la impunidad.

Pero, Mi Gracia y Mi Corazón están ofrecido a los Pies del Padre Eterno, por todos aquellos que son maltratados, sometidos y perseguidos en las guerras.

Ahora, dejo que mediten sobre lo que les dije; porque como les dije, hijos Míos, es hora de crecer interiormente. 

Y en esta consagración de nuevos Hijos Míos, quiero que sepan que el compromiso que hoy vivirán estará en ese nivel de consciencia que les he presentado. Por eso, deben ser bien conscientes de lo que harán, porque Mi propio Hijo los llamará por su nombre, para recordarles a lo que se han comprometido a través de esta consagración.

Quiero pedirles a Mis hijos de toda esta Obra que no se involucren con las cosas del mundo, porque no estarán siendo consecuentes con lo que recibieron y vivieron. No es tiempo de que estén enfrentados entre ustedes, por ideologías, por creencias ni por conceptos, Mi Hijo no los necesita así. No creen condiciones para que Mi adversario infecte esta Obra, porque no podré interceder. Sean consecuentes y únanse en todo aquello que les hemos enseñado con tanto esfuerzo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Madre pregunta si comprendieron.

 

Los presentes responden: ¡sí!

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Dijo: ¡gracias!

 

No vengo aquí a presentarles una escuela de Justicia, vengo aquí a presentarles una escuela de Amor, porque sus corazones ya están prontos para poder escuchar estas cosas y darse cuenta, por ustedes mismos, que si se dejan arrastrar por las cosas del mundo se alejarán de Nuestros caminos.

Sean inteligentes a través de la oración y serán perseverantes, así como Mi Hijo lo necesita. Por esa razón, Yo estoy aquí y Soy Su Madre, la Madre de los apóstoles de Cristo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los Hijos de María se pueden aproximar. 

 

Hoy, no cantaremos el Himno de la Consagración; hoy, les pido el himno de la consagración interior, por medio de una afirmación sincera y honesta con la Jerarquía. Eso es lo que necesita Mi Hijo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden acercarse y arrodillarse. 

 

Quiero que revivan este Mensaje cuantas veces lo necesiten; porque cuando estén solos, quietos y en silencio, sus consciencias se expandirán aún más y, a través de Mi Mensaje, llegarán a la esencia de todo lo que les quise decir. 

Nunca se olviden de que todo lo que digo, y todo lo que he dicho a través de los siglos, es por amor, solo por amor, por su bien, por su evolución, por su despertar. 

Con la autoridad que Me ha dado Cristo, en el nombre de Su Amor, de Su Sabiduría y de Su Verdad, en este momento culminante del planeta, en el que Mi Corazón se abre para derramar las Gracias que ustedes necesitan, Su Santísima Madre, la Virgen María, Reina del Cielo y de la Tierra, Guardiana de las almas y de los corazones, los bendice como Mis hijos, Mis hijos espirituales, aquellos que a partir de hoy aprenderán a servir a Cristo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora, deseo que con esta meditación que les he ofrecido para el crecimiento de sus consciencias, podamos elevar esta oferta interior a través de la Comunión Espiritual, para que puedan profundizar, por medio de la Eucaristía, en todo lo que hoy el Padre Me ha pedido que les diga.

Agradezco a todos lo que hicieron posible este encuentro.

Saben que Aurora está siempre en Mi Corazón, así como cada uno de ustedes está en Mi Corazón. 

Y agradezco a todos los que serán consecuentes para ayudar en la manifestación de la Obra de la Jerarquía, en esta nueva etapa de la Peregrinación por la Paz, por la paz en los corazones, por la paz en las familias, por la paz en los pecadores, por la paz en las naciones, por la paz en el mundo entero.

Me voy de aquí feliz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sábado, 13 de agosto de 2022

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hijos:

No se pueden olvidar que América es la cuna para la Nueva Humanidad, es la tierra para el surgimiento de la Nueva Tierra. Por esa razón, estamos retornando los Tres Sagrados Corazones; porque no solo América, sino también el mundo lo necesita.

Y desde ahora, de lo más profundo de Mi Corazón, agradezco a todos los que harán posible estos Sagrados Encuentros en Brasil, Uruguay y Argentina. No podrían imaginar lo que siente Mi Corazón al saber que Mi Amado Hijo retornará a la Argentina y que los Tres Sagrados Corazones fundarán un nuevo punto de Luz sobre la superficie de la Tierra, a través del Centro Mariano Santuario de la Creación.

Esto significa que la puerta hacia el Universo Espiritual se abrirá finalmente en esa región del planeta; y que los ángeles que Me acompañan y Me sirven, a través de los Centros Marianos, también ayudarán a que la expresión del Centro Mariano Santuario de la Creación sea posible. 

Siempre tuve en Mi Corazón cumplir con la bendición y la consagración de ese lugar, que se abrió plenamente para responder al llamado de la Madre Celeste. Y, principalmente, ese llamado resonó y repercutió en todos los corazones que, con fe y persistencia, hicieron posible la expresión física del Centro Mariano.

Esto significa, hijos Míos, que los Reinos de la Naturaleza, la esencia de cada uno de los Reinos que ustedes conocen, así como el Reino Elemental y Dévico, tendrán el gran portal celestial del Centro Mariano para que sean recibidos y acogidos en espíritu y, en consecuencia, los Reinos, elementales y devas del mundo entero tengan un lugar dentro de esta Obra, así como lo tienen dentro de las Comunidades-Luz, para que vivan un proceso de restauración y de cura que es desconocido, oculto e invisible.

¿Y, saben que es lo que permite todo esto? 

Es cuando se oran las Mil Ave Marías en los Centros Marianos. Porque no solo la humanidad y el planeta son trabajados con cada oración pronunciada por cada corazón sincero, sino también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren y padecen en este tiempo.

Después de la consagración del Centro Mariano Santuario de la Creación, ellos tendrán finalmente el espacio que merecen, para poder ser llevados a otros lugares del universo, para que cada alma grupo de los Reinos se pueda reparar y curar, redimir y restablecer.

Porque Mi Hijo, cuando retorne al mundo, no solo vendrá por el Reino Humano, Él vendrá por todos los Reinos de la Creación. Y Él los traerá a la Tierra, curados y redimidos a los Reinos, elementales y devas, después de la purificación del planeta, cuando el planeta se haya redimido y, así, se haya renovado.

Los Reinos, elementales y devas que serán acogidos a través del portal del Centro Mariano, así como de los demás Centros Marianos y Santuarios del mundo, tendrán la oportunidad de repoblar al planeta de nuevas especies, formas y expresiones nunca antes vistas.

Será en ese momento, tan importante de la humanidad y del universo, cuando surja la Nueva Tierra y la Nueva Humanidad, que muchos de ustedes que estarán presentes en ese acontecimiento, recordarán conscientemente todo lo que significó en este tiempo el esfuerzo de expresar la Obra de la Jerarquía en la superficie de la Tierra y, sobre todo, el esfuerzo de concretarla, en unidad de almas y de corazones conscientes que escuchan el llamado del Cielo y responden a él.

Por eso, este momento que ustedes viven es culminante, es un momento en el que podrá ser reescrita una historia, la historia del amor en sus corazones, la historia de la redención en sus corazones, que es lo que Mi Hijo necesita para poder justificar ante Dios, más allá de los errores del mundo, lo que Él necesita reconstruir en esta humanidad, esencialmente.

Una de las razones de Nuestro regreso a Sudamérica es por esto que les he explicado. Esto significa, hijos Míos, que no será un encuentro más, sino que será un momento único en el que Mis hijos y también los Reinos de la Naturaleza tendrán la oportunidad de alcanzar la cura interior, a través del portal del Centro Mariano Santuario de la Creación. 

Y, para la Jerarquía, Aurora complementará esta tarea en el sur de Brasil; porque el Reino de Aurora abarcará, con Su consciencia, más allá de Sudamérica o aun de los océanos, para intentar estabilizar y equilibrar el desorden psíquico de la humanidad, especialmente el desorden que viven hoy muchas naciones de América Latina, en donde las almas no ven un futuro ni tampoco pueden encontrar una nueva esperanza.

Por esa razón, estamos haciendo este gran movimiento por ustedes y también por sus hermanos del mundo entero, así como próximamente lo haremos por el Medio Oriente y el norte de África y, en algún momento, lo haremos por el Lejano Oriente. 

Es muy importante para ustedes, hijos Míos, que en sus mentes, pero principalmente en sus corazones no existan diferencias ni tampoco divisiones, juicios de valor de lo que hace la Jerarquía en el planeta o dónde Ella puede obrar o intervenir en este momento. Porque si Yo no estuviera aquí, en este día, no tendría como justificar lo que necesito hacer ante las Leyes Superiores, ante los errores del mundo, la indiferencia de los corazones y la impunidad que algunos colocan sobre el mundo entero.

Ustedes deben aprender, ustedes ya deberían haber aprendido a seguir los pasos de la Jerarquía y a sentirse ciudadanos de este universo, así como toda la Jerarquía se siente ciudadana de este Universo Sideral. 

Eso les permite, hijos Míos, comprender el Propósito de forma universal y no comprender el Propósito de forma individual; porque mientras tengan esa postura, estarán lejos de Nosotros, y eso no significa que los dejemos de amar o de perdonar, porque Mi Hijo los amó y los perdonó en la Cruz, ¿lo recuerdan? 

¿Recuerdan lo que Mi Hijo dijo en la Cruz? 

Es lo mismo que hoy Yo hago por ustedes, para que puedan crecer y madurar interiormente, sabiendo que hay mucho por hacer, sabiendo que hay mucho que corresponder y que hay mucho por concretar.

Ese es el destino de cada uno de ustedes: concretar los Proyectos de la Jerarquía Divina y Espiritual; porque es algo para la humanidad y no solo para ustedes, es algo para el planeta entero, es algo para todos aquellos que no tienen la Gracia y la Misericordia que hoy ustedes tienen al estar aquí Conmigo.

Cuando muchos de ustedes se animen a servir en África, recordarán este día, por ustedes mismos lo recordarán, y les aseguro que sentirán vergüenza de ustedes mismos por haber recibido tanto y no haber comprendido nada, por ver lo que es la verdadera miseria y la verdadera pobreza en un continente como África que hace miles de años es sometido por el mismo mal. 

Y, aunque esto suceda, Mi Hijo liberará África, mucho más de lo que lo hizo en los últimos tiempos, porque cuando Él retorne físicamente, muchas situaciones hostiles y difíciles desaparecerán espontáneamente, porque caerán por su propio peso.

Solo la Presencia de Mi Hijo, durante Su Retorno al mundo, liberará a las almas, romperá las cadenas, quebrará cada uno de los grilletes y las almas podrán vislumbrar el Retorno de Cristo, así como fue profetizado.

Como Madre que los ama, como una Madre que los sostiene sin nada a cambio, les hago esta reflexión para que puedan crecer conscientemente y, desde este 8 de agosto que han vivido con Nosotros, ya no se permitan justificarse ni un día más; porque eso, hijos Míos, no es justo delante de la Ley y no es necesario que sufran, porque ya el sufrimiento supera al mundo.

Ustedes deben ser profundamente agradecidos, sensatos, honestos y misericordiosos; porque ninguno de ustedes, en este momento ni en otro momento, podrían medir lo que significa la Gracia que han recibido en estos últimos quince años. 

Por eso, sigan dando los pasos en la fe y sin resentimientos ni culpas. Ya tienen la capacidad de salir del punto en donde se quedaron y saber que no solo Mi Mano está extendida para ustedes, sino que el Corazón de Mi Hijo está abierto para ustedes, así como lo estuvo y siempre lo estará abierto, para que puedan sentir su inconmensurable Amor.

Necesito que comprendan claramente lo que les digo y que no lo interpreten, porque Nuestras Palabras son para ser guardadas en el corazón y en ningún otro lugar. Es en el corazón de cada uno de Mis hijos en donde se realiza la sagrada transformación, porque el corazón de Mis hijos es intuición, es sabiduría, es sentimiento y es fe.

Permitan que sus corazones gobiernen, para que sus almas puedan gobernar algún día y sean sus almas las que los conduzcan y los guíen hacia el sagrado encuentro con Mi Amado Hijo, para poder vivir la sagrada convocatoria de todo lo que Él y Yo necesitamos realizar en el mundo en el fin de estos tiempos.

No solo deben sentirse parte de una familia espiritual, bendecida y guiada por la Jerarquía, que no descansa ni tampoco se detiene a pesar de lo que sucede en el mundo; sino deben sentirse como una familia universal que es capaz de ser un receptáculo para recibir los atributos de la Fuente de la Creación que formarán parte del surgimiento de la Nueva Tierra. 

Guarden estas Palabras también en el corazón, no buscando comprenderlas, pero sí aceptarlas, sabiendo que lo que les digo es algo que sus espíritus vivirán en los próximos tiempos, cuando llegue ese gran momento de la Nueva Humanidad.

¿Acaso, hijos Míos, algún día se preguntaron si verdaderamente aspiraban a ser parte de la Nueva Tierra? 

Si Nosotros todavía estamos aquí, apareciendo, hablándole al mundo y derramando Nuestras Gracias a todos los corazones, ¿qué representa esto para ustedes? 

Lo que representa, hijos Míos, es una señal visible de que fueron escogidos para que se postulen como miembros de una Nueva Humanidad, que deberá nacer primero en ustedes, para que después pueda nacer en el mundo, en un mundo redimido y curado, perdonado y liberado de la oscuridad.

Después de estos dos últimos años de restricciones y de agonía para muchos, los Sagrados Corazones vuelven a marcar, en la senda del espíritu, cada uno de Sus Pasos por esta humanidad, para que puedan volver a sentir que siempre estamos con ustedes y que no, no nos hemos alejado, que siempre estamos allí, en el corazón y en el alma que se abre para recibirnos, a través de la vida de los Sacramentos y de la sagrada oración del corazón. 

Deseo que lo que sucederá en Camboriú, a través del Centro Mariano Santuario de la Creación, deseo que lo que sucederá en el Centro Mariano de Aurora y lo que posteriormente sucederá en la ciudad de Buenos Aires, en Presencia de Mi Amado Hijo, por todos los argentinos, sean momentos de celebración y de verdadera alegría, la alegría del reencuentro por poder estar cerca de Nosotros y Nosotros más cerca de ustedes, por poder estar cerca de todos Mis hijos del mundo que necesitan tanto de Amor, de Luz y de Redención.

Antes de retirarme de esta larga jornada que han  vivido con los Sagrados Corazones, antes de prepararme junto a Mi Hijo y a Mi Esposo, San José Castísimo, y antes de bendecir a los que quieren consagrarse como Hijos de María, quisiera dirigir Mis Palabras a Mi hija Viviana Walsh, diciéndole que estoy con ella y que lo he estado en cada etapa de su sufrimiento, que Dios aceptó su angustia y su pesar para ayudar a toda la Argentina, para que Argentina siga siendo la cuna del Retorno de Cristo, porque Mi Hijo no cambió de idea.

Pero a pesar de este agitado naufragio que vive la Argentina, y que la barca parezca que va a hundirse, tengan fe y sigan adelante, no solo por ustedes, sino por todos los argentinos, Mis hijos, y recuerden que Mi Hijo está dentro de la barca, y que un verdadero Maestro solo interviene cuando menos lo esperan, para liberar de la esclavitud a todos los que son colocados en ella.

Por eso, Viviana, Mi querida hija, hoy a pedido de Mi Hijo, eres ungida en espíritu, pero serás ungida en cuerpo y alma a través de un sacerdote; porque iré a la Argentina, a través de Mis hijos sacerdotes, para vivir un reencuentro que tu corazón sentirá. Hoy, Mi Hijo te levanta, te toma de tus brazos y te sostiene, sabiendo que podrás renacer después del calvario que has vivido anónimamente. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Se pueden acercar los que se van a consagrar como Hijos de María y, escuchando el Himno de la Consagración, vamos a prepararnos para este momento de bendición, pero también para este momento de verdadero agradecimiento a la Jerarquía Divina por todo lo que nos entrega de forma incansable y perpetua, por todo lo que confía en nosotros para llevar adelante el Proyecto de Dios en la Tierra.

Vamos a orar junto a los hermanos que hoy se están consagrando, por una vez, la oración a la Madre Universal, para realizar este momento de consagración a través de los Atributos de la Madre Divina.

 

Oración: Madre Universal.

 

Los consagro como Mis hijos, porque siempre son Mis hijos, los Hijos de María.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en Paz. 

Y con todos Mis hijos que se autoconvocarán para acompañar a los Sagrados Corazones por Sudamérica, Nos encontraremos allá para comulgar una vez más de Dios, de Su Misericordia, Perdón y Reconciliación.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Lunes, 8 de agosto de 2022

Apariciones
APARICIÓN ANUAL DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  

Hace quince años, los llamé para estar a Mi lado y, aunque no supieran lo que eso significaba, fueron obedientes y siguieron Mi llamado. Y, a través de su respuesta, les enseñaron a muchos más, que hoy están aquí Conmigo en esta Obra, a que también fueran obedientes a Mi llamado. Y esa obediencia es lo que construye el Propósito de Dios en el planeta, porque es el primer paso del discípulo de Mi Hijo que se anima a amar lo desconocido.

Ustedes sin saber mucho de lo que se trataba, en ese agosto del año 2007, reflejaban una inocencia que permitió que el Padre Eterno autorizara a la Madre de Dios para llevar adelante un Propósito y un Plan, más allá de Aurora.

Como bien dijeron en este día, recuerden todo lo que vivieron Conmigo durante quince años, porque Yo Soy la Madre de la Paz, Soy la Virgen Santa, que surgió y que emanó a través de la Divina Concepción de la Trinidad.

Ha sido un pedido de Mi Hijo, desde antes del año 2007, que esto sucediera por mandato del Padre Celestial, para que pudieran acompañar a la Madre Redentora en esta Obra, que ha crecido mucho internamente y que ha podido abrazar a todo el planeta, a través de la fidelidad de los que dijeron sí.

Quiero decirles con esto, hijos Míos, que su paso hacia la consagración total de sus vidas, también fue un principal motivo para Dios, porque después de los primeros encuentros Conmigo en Aurora, no solo la Luz y el Poder de ese Centro de Amor emergieron hacia la humanidad definitivamente, sino que también la gran tarea espiritual de Aurora de cura, rescate y redención de las almas comenzó a suceder, conforme a lo indicado por la intervención del Arcángel Rafael.

Deténganse un momento en esto que les digo y piensen que nunca estuvieron solos y que nada les faltó y nunca les faltará, porque Dios así lo ha determinado. 

Por eso, deberán seguir aprendiendo a cuidar la manifestación del Plan, en obediencia y en adhesión, como lo hicieron Conmigo hasta este momento, cumpliendo quince años de experiencia interior, que los llevó a cada uno de ustedes a dar lo mejor por Mi Hijo y los llevará a dar lo mejor por Dios en los tiempos que vendrán.

Ahora, ya no son más niños; ahora, ya son adultos en el camino espiritual. Y esto es lo que debo entregarle a Dios, para que Él vea, con Sus propios Ojos, las ofrendas de la transformación de la vida que muchos han vivido, aunque les costara transformarse, aunque su transformación fuera hasta dolorosa. 

Y aún seguirán transformándose para que Yo pueda entregarle a Dios, a través de Mi Hijo, ese cristal precioso que Él quiere pulir y pulir, que es la esencia interior de cada uno de ustedes y de cada uno de sus hermanos del planeta. 

Por eso, también para Mi Corazón, como lo fue para el Corazón de Mi Hijo, África ha marcado un antes y un después en la historia espiritual de Su Obra. Y todo lo que sucederá en el planeta, a través de la Obra de los Sagrados Corazones, también transformará todas sus vidas, los llevará a vivir nuevos acontecimientos y experiencias para que sigan madurando en la humildad del corazón y en el servicio abnegado.

El segundo paso que dieron, que fue muy significativo para Mi Hijo Jesús, ha sido la concreción de Su Orden Monástica, que ha crecido a través de los tiempos en sus virtudes y dones y, principalmente, bajo las enseñanzas de Mi Hijo Jesús.

Hasta el presente no solo Su Obra, sino también el planeta; no solo sus vidas, sino también la vida de sus hermanos, siguen aprendiendo sobre los grados de Amor-Sabiduría, de la misma forma como Nosotros lo aprendimos cuando estuvimos aquí en la Tierra, como una humilde y simple Familia de Nazaret.

Y vean cuán importante es este 8 de agosto de 2022, que la sagrada tarea en África, que ha sido también muy significativa para todos, ha abierto la puerta definitiva para Medio Oriente, en donde Mi Corazón ya no soporta ver el dolor de los inocentes, sometidos por la guerra y por los conflictos, por el hambre y por el llanto.

Todo esto ha sido previsto por Mi Hijo, y Yo, como Su Madre y como la Madre de cada uno de ustedes, Me he comprometido ante Mi Señor para que Su Plan se cumpla, sí o sí. 

La preciosura de Sus tesoros y dádivas no se esconde en lo que es externo o visible a los ojos humanos. Las riquezas del Reino de los Cielos se esconden en los corazones simples, en los corazones que son capaces de amar el Plan más allá de sí mismos, que son capaces de colocar al otro primero, sabiendo que con esa actitud cruzan el umbral y el portal hacia el Eterno Amor, que es lo que cada una de Nuestras Palabras y Mensajes les han enseñado hasta el presente. 

¿Quieren saber una cosa, hijos Míos? 

A partir de este 8 de agosto de 2022, le pido a Dios, al Padre Eterno, que más allá de la Justicia que se merece el planeta y la humanidad, que Su Divina e Insondable Misericordia sea capaz de dar una nueva oportunidad a todos Mis hijos del mundo. Porque cuando retorne Mi Hijo, el Cristo, así como Él lo ha enseñado a cada uno de ustedes, a través de los tiempos, Él llamará uno a uno por su nombre y Él seguirá siendo capaz de dejar por un momento a Sus noventa y nueve ovejas para rescatar a la oveja perdida, como alguno de ustedes lo ha experimentado en estos últimos tiempos. 

¿Será que el Amor en ustedes será capaz de superar la Justicia? 

¿Será que el Amor en ustedes será capaz de superar la indiferencia? 

¿Será que el Amor será capaz de superar el poder y el amor que creen tener? 

El Amor sí será capaz de todo y mucho más. Es este Amor que Yo les enseñé desde el año 2007 en Aurora, y nadie más como Su Madre Celeste ha visto cómo muchos de Sus hijos partieron injustamente, perdiendo la oportunidad de conocer el Amor y la Verdad. 

Pero no descansaré, porque nunca he descansado. Aún Mi deber y Mi compromiso es cumplir las promesas de Dios en Mis hijos, las promesas de Su Reino Celestial en los corazones, las promesas de Su Esperanza, de Su Amor y de Su Fe en cada una de Sus Criaturas y, especialmente, en aquellas que perdieron el Amor y la Unidad Divinas.

Por eso, seguiré trabajando, hijos Míos, y por eso, también los invito y los llamo a seguir trabajando por esa causa, porque nada más importa en este momento que el Amor de Dios en los corazones. Porque, verdaderamente, Mis amados hijos, es el Amor lo que se quiere extirpar de esta humanidad, a través de la venganza y de la impunidad; es el Amor lo que se quiere extirpar de esta humanidad, a través de la desigualdad y de la injusticia.

Por eso, este es el gran tiempo del atributo de la fraternidad, porque mientras, cada uno de ustedes y de sus hermanos coloquen cada vez más al otro primero, les aseguro que estarán dando un paso en el Amor de Cristo, así como Él colocó sobre Su Espalda a toda la humanidad a través del madero de la Cruz. Él les enseñó cómo hacerlo y cuál es el camino para que puedan ser los Nuevos Cristos.

Por eso, tengan fe y nunca duden que no fracasarán, porque el corazón que confía en Mi Hijo nunca perecerá. El corazón que es capaz de entregarse a Mi Hijo completamente, nunca perecerá. Por esa razón, estoy aquí, para recordárselo a todos, para decirles que aún hay un camino muy largo que recorrer y muchas experiencias que vivir, en esta dualidad del planeta. 

Pero si su propósito está en el Amor y en el cumplimiento de la Voluntad del Padre, y si ustedes se sienten dentro de ese Amor Eterno y de esa Voluntad Divina, ¿a qué deben temer? En el Amor y en la Voluntad de Dios no hay injusticia ni oscuridad, por eso sean valientes y arriésguense.

Porque no solo ustedes como Obra, sino también el mundo entero, son llamados a dar un paso en la madurez de la consciencia, a través del amor al prójimo y del respeto a la vida que Dios les entregó.

Que, a partir de este 8 de agosto de 2022, la llama que hoy Me ofrecen siempre los guíe y los sostenga, que la llama de la fe y de la esperanza nunca se apague, y que esta llama sea capaz no solo en ustedes, sino también en sus hermanos del mundo entero, de guiarlos hacia el gran propósito del Amor, hacia el Corazón de Mi Amado Hijo, en donde Él siempre los quiere tener y guardar.

Hoy, Aurora brilla más que en otros tiempos, porque Su Luz poderosa, curadora y redentora atrae hacia sí misma a las esencias del mundo, para que las esencias más sufridas y traumatizadas se puedan curar en esta amnistía del 8 de agosto, esta Gracia espiritual que hoy les traigo una vez más a cada uno de ustedes y de sus hermanos.

Por eso, ante Mí y por un momento, vacíense y despójense, caminando descalzos para estar ante Dios; así como su Madre Divina, Santa María de Aurora, hoy está ante Dios y ante ustedes para transmitirles y compartirles Su Amor Eterno.

Por eso, hoy les ofrezco y les pido que vuelvan a firmar su compromiso en el Libro Sagrado de Dios, que hoy tengo en Mis Manos; para que puedan sellar este compromiso con el Padre y con Cristo, sabiendo que el mundo necesita no solo de amor, sino también de paz, de fe, de compasión, de cura y de perdón.

Firmen su compromiso de eterna transformación. Hoy los Ancianos del Universo también son testigos de esto, porque Ellos quieren llevarlos a que puedan amar cada vez más el Plan de Dios, hasta que duela; para que muchos más se puedan liberar de la ilusión, del cautiverio espiritual y de la esclavitud que esta superficie construye en las almas buenas. 

Hoy, vengo a desamarrar los nudos de la consciencia, vengo a romper con Mis Pies los grilletes de la perdición, a través de la Luz esencial de Aurora que surge de Mi Corazón. 

Hoy, el poder de la cura y de la voluntad se unen como uno solo, para que todas las almas perdidas recuerden el propósito que las trajo aquí, a la Tierra, para que puedan recuperar su filiación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Muchos más que ustedes, firmaron en los planos internos este Libro que hoy les presenté. Y agradezco que las almas se hayan animado a realizar ese gesto, porque significa mucho para el Padre Eterno. Esto significa que se podrá hacer mucho más de lo previsto y que cuando cada uno de ustedes sepa lo que deberá realizarse y cumplirse, concretarse y manifestarse, deberán cumplirlo porque han firmado el Libro y esto es indisoluble.

Me despido, llevando en Mi Corazón la gratitud por cada uno de ustedes y de sus hermanos que, en estos últimos quince años, desde Mi primera Aparición en Aurora hasta el presente, aprendieron a seguir y a comprender a la Jerarquía. Recuerden que esto es un tesoro incalculable y es una Gracia incomprensible para los corazones que lo pueden vivir y para ustedes que lo pueden sentir, en este momento, junto a Mí.

Recuerden que aquellos que formaron parte de la Peregrinación de los Mensajeros Divinos en estos últimos años, siempre tienen guardadas sus familias y seres queridos en Mi Corazón, porque Yo los cuido.

Por eso, les agradezco a aquellos que dejaron en la confianza de Dios a sus hijos y a sus seres queridos, para seguir a la Madre Celeste en esta desafiadora tarea del fin de los tiempos. Porque así, como a Mi Hijo Jesús, he tenido bajo Mi protección a sus hijos, madres, padres, hermanos y hermanas, a sus familias. Así como ustedes se comprometieron Conmigo, Yo también Me comprometí con ustedes.

Siempre debemos agradecer para que el mundo no pierda la gratitud; porque la gratitud abre las puertas del Reino de los Cielos y concede Gracias incalculables para todos.

A través de la Luz de la esencia de Aurora, que hoy brota de Mi Corazón, en este sagrado aniversario de Mis Apariciones, Yo los bendigo y los reconsagro a Mi Materno e Inmaculado Corazón, para que se cumplan los Mil Años de Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Bueno, hermanos, ¡qué momento! 

Como hace 15 años, en las primeras Apariciones de Aurora y de Figueira, no sé si algunos recordarán que la Madre Divina nos pedía hacer relatos de las Apariciones. 

Hoy, nos pidió hacer lo mismo y comunicarles algo muy especial, que yo sentí que realmente es una Gracia más de María.

Digo esto, que es una Gracia, porque nos demuestra una vez más que María está en todos los lugares, en todas las situaciones y que cuida a todo el planeta. 

Hemos aprendido con la Jerarquía que cuando Ellos nos comunican algo, los hermanos del Consejo de nuestra Obra son los primeros que tienen que saber, porque todo cumple un orden interior y universal. Y después de que eso sucede, todos saben sobre los pedidos de los Mensajeros Divinos.

Pero hoy, la Madre Divina fue muy explícita, y les digo que le pregunté tres veces si tenía que hablar, y Ella Me dijo: sí, sí, sí. 

Entonces, antes de contarles el pedido especial de la Madre Divina, antes de que me olvide, Ella dijo que este pedido es un regalo de Dios para todos, un regalo interno de Dios, una dádiva de Dios para todos. 

Pero antes de transmitirles este pedido, voy a intentar hacer una síntesis del momento de la Aparición, que fue fuertísimo. Digo fuertísimo, primero por la forma como se presentó la Madre Divina, que vino vestida como la Esposa de Dios. 

¿Por qué digo esto? Porque no solo Su belleza era tan nítida e indescriptible, sino que Su mirada era una mirada penetrante, que me costaba mirar todo el tiempo, porque era ver a través de Ella a Dios. Y, a través de la vestimenta de la Madre Divina, que era como de una seda de otras dimensiones, por decirlo así, Ella venía con un ceremonial que nunca vi en quince años. 

¿Por qué hago énfasis en los detalles de Su vestimenta, de Su Manto? 

Porque todo Su Manto era de estrellas e irradiaba y colmaba a todos los corazones, al planeta. También, a través de la vestimenta de Nuestra Señora, en el día de hoy, Ella estaba representando a todos los Atributos de Dios en uno solo; esos Atributos que oramos en la oración de la Madre Universal y muchos más que desconocemos; y el eje central que unía a todos esos Atributos, que Ella hoy expresaba a través de Su Presencia, era el Amor de Dios.

Entonces, a través de toda esa Energía y Presencia Divina, en un momento de la Aparición percibí que María quería estar todo el tiempo que fuera posible con Sus hijos; porque los Ángeles, que obedecen a Nuestra Señora, estaban haciendo un trabajo planetario muy importante. 

Eso era posible por algo que Ella nos reveló, que ustedes van a recordar ahora, cuando Ella habló de la esencia de Aurora en Su Corazón.

Es decir, no salía solo Luz de las Manos de María, del Manto de María, del Rostro de María, sino a través de Su Corazón. Era una imagen en tres dimensiones, como si estuviera viendo acá a los hermanos que están filmando o a ustedes. 

Entonces, esa Luz era una Luz que no tenía fin, era la Luz de la esencia de Aurora que Ella traía a través de Su Corazón, y parecía que el Corazón de María iba a explotar en Luz.

Ella colocó a cada una de nuestras consciencias, de nuestras almas, dentro de ese estado de la esencia de Aurora, y con ese trabajo interno, que Ella hizo durante el transcurso de la Aparición, la Madre Divina fue resolviendo muchas situaciones a nivel planetario y a nivel individual de cada una de las almas. 

Ella fue colocando a nuestras consciencias en estados cada vez más sublimes, lo que permitía que nosotros, como consciencias, ingresáramos a través del Corazón de María en esos estados de la esencia de Aurora. Lo que conducía ese trabajo interior que María estaba haciendo era Su Amor, el Amor Eterno de Dios. 

Entonces, en ese momento en que Ella iba elevando a nuestras consciencias y a la consciencia del planeta hacia un estado más elevado y superior, lo que sería llamado de pecado o de deuda espiritual era equilibrado por la donación del Amor de María a nosotros. 

Entonces, durante la Aparición, aquello que conocemos como dualidad, no existía. Lo que había, a través de María, era un principio de una profunda neutralidad entre el Cielo y la Tierra. Y los diferentes Coros Angélicos que rodeaban a Nuestra Señora, sostenían espiritualmente ese vórtice que también era compartido y asumido por otras Jerarquías Espirituales. 

Inclusive, también durante un momento de la Aparición vimos a Cristo, Cristo se apareció en otra dimensión, en otro plano más distante, en aquel espacio del Universo que Él ya nos nombró, donde Él gobierna a la Creación.

Entonces, pensemos por un momento cuántas cosas sucedieron en un solo tiempo. 

Y esto fue un poco más allá, hasta que Ella, en el momento que nos habló de la cura y de la redención que nos proporciona la esencia de Aurora, a través de Su Corazón, nos llevó a esos planos superiores y fuimos conducidos como esencias ante Dios. En ese momento, todos vivimos un juicio, pero no un juicio como conocemos aquí en la Tierra. 

Por eso, en ese momento, ustedes recuerdan que la Madre Divina nombró a los Veinticuatro Ancianos del Universo y que, un momento antes, Ella nos ofreció un Libro, un Libro en blanco, que apareció en tres dimensiones. 

El vórtice de la Luz de Su Corazón era lo que sustentaba ese momento, también. Ella dijo, en ese momento, a pedido de Dios, que Él estaba interviniendo a través de la Madre Divina, y el Padre dijo: vuelvan a firmar y a reafirmar su compromiso Conmigo. 

Entonces, en ese momento, en ese lapso de tiempo, Nuestra Señora tenía una amnistía en Sus Manos delante del pecado y de los errores de la humanidad. Estoy hablando de lo que está pasando en este momento en el planeta; cuando eso sucede Ella comienza a intervenir por medio de Su Gracia.

Y saben ¿qué es lo que Ella hace para poder intervenir con Su Gracia?, ¿a qué accede para poder intervenir con Su Gracia? Accede a un hecho en la historia de la humanidad que fue la Anunciación del Arcángel Gabriel a María. 

Ese momento, que está registrado en el Corazón de Dios y en nuestra humanidad, el que oramos en uno de los Misterios del Rosario; Nuestra Señora, en este 8 de agosto, trajo ese evento hacia aquí para poder tener esa intervención.

En ese momento, Dios como un Juez y también como un Padre de Misericordia estaba ante nuestros errores y también ante los logros que alcanzaron los Sagrados Corazones cuando estuvieron en el planeta. Entonces, Dios le concedió a la Madre Divina esa autoridad del perdón de las almas.

Y cuando nuestras esencias estaban delante del Padre, a través de María, nuestras almas, como dijo bien Nuestra Señora en el momento de la Aparición, firmaron ese Libro que Ella mostró. Ella nos dijo: ahora que ustedes firmaron, se comprometieron. Es un compromiso que tienen que asumir desde lo profundo de sus corazones. Y que le permitirá a la Madre Divina, como Reina y Señora del Cielo y de la Tierra, interceder para que aquellos acontecimientos que dentro de la Justicia Universal están previstos para el planeta no sucedan.

¿Por qué? 

Porque firmamos ese Libro, y quien lo firmó no fue nuestra persona humana, fue nuestra alma. Nuestro mundo interno firmó ese Libro, y también muchas personas más que en ese momento se presentaron en la Aparición, esas consciencias que Cristo nos dijo que van a despertar.

En ese momento, María nos recordó el último Mensaje de Cristo para esta Maratón, cuando Cristo nos dijo que realizaría Su Obra de preparación de Su Retorno a través de los que están despiertos y de los que despertarán. Y al nosotros haber firmado ese Libro, a través de la oferta que nos hizo la Madre Divina, Ella tendrá más tiempo, de nuestro tiempo cronológico, para interceder.

Y sé que ninguno de nosotros va a poder comprender lo que eso significa en este momento, porque la Divinidad y las Jerarquías Espirituales saben qué es lo que verdaderamente tiene que suceder en este momento planetario. Y, a través de estas revelaciones, la Jerarquía despierta nuestra consciencia, nos recuerda nuestro compromiso con la Voluntad del Padre y, sobre todo, esta Aparición de hoy nos recuerda qué fue lo que vinimos a hacer aquí, a este planeta.

¿Por qué hoy María nos dice esto?

Porque los aprendizajes y las pruebas seguirán aconteciendo en el fin de estos tiempos. Y cuando nosotros estemos atravesando, en este momento o en los tiempos que vendrán, alguna prueba o experiencia difícil, no podemos olvidarnos, hermanos, qué fue lo que María también nos explicó durante la Aparición, que nosotros somos Hijos de Dios y que surgimos de un lugar que es la Fuente, donde Él nos creó a Su Imagen y Semejanza, y que nos ama por encima de todas las cosas. 

Entonces, cuando pasemos por esas experiencias difíciles, recordemos, dijo Ella, que estamos bajo un estado de Gracia, y no perderlo es el compromiso de cada uno de nosotros. No podemos salir de ese estado de Gracia que nos trae María.

En síntesis, fue eso, y sé que pasaron muchas cosas más que en este momento no consigo recordar porque las estoy procesando. 

Y, ahora sí, voy al pedido de la Madre Divina, y por eso conversamos un poquito con Ella durante la Aparición.

Como sabemos, el mes de agosto es un mes importante para la Divinidad y, cuando estamos reunidos y unidos, pueden pasar muchas cosas para la Jerarquía.

Por eso, así como Nuestra Señora y Cristo nos pidieron ir a África y nos han pedido ir a Medio Oriente y al norte de África, a donde vamos a ir; la Madre Divina nos pidió también ir a Aurora.

Así que los hermanos de Aurora son invitados a hacernos un lugarcito en la Comunidad, porque vamos a estar en la segunda quincena de agosto con ellos, ya que la Jerarquía necesita tener reunido al grupo y a todos los que quieran ir a estos encuentros en Aurora, que sabemos que tenemos durante el mes de agosto y la razón por la cual Nuestra Señora nos contó que hizo este pedido, es que era un regalo que Ella nos hacía a nosotros.

¿Saben por qué? 

Porque nos dijo que nosotros obedecimos lo que Ella nos dijo hace 15 años, aunque a veces nos haya parecido que era un desafío muy grande y difícil.

Y, también, la razón de ese pedido es porque Nuestra Señora, antes de que viajemos a Medio Oriente, necesita hacer una tarea a través de Sus Apariciones del 24 y 25 de agosto. Ella abrió las puertas de Aurora, del Centro Mariano de Aurora, para que todos podamos llevar adelante esa tarea con la Madre Divina.

La Madre Divina nos dijo que, en este momento, Sudamérica necesita de una ayuda especial, dado lo que la Jerarquía está observando y acompañando en Sudamérica y Centroamérica. Esto preparará nuestra tarea en Medio Oriente y, bueno, allá vamos, en obediencia e infinita gratitud.

Eso es todo lo que quería compartir, a pedido de la Madre Divina. Como Ella nos dijo, vamos a agradecer.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos, Señor. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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