Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL NÚCLEO-LUZ INMACULADA CASA DEL ALIVIO DEL SUFRIMIENTO, SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 123.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias por estar hoy aquí, Conmigo; porque en este lugar, en donde ahora se encuentran, para Mí representa espiritualmente una pequeña Tierra Santa. Y lo más maravilloso de todo esto es poder ver que esa Tierra Santa está formada por las almas, por los corazones que fielmente responden al Llamado; así como muchos de sus hermanos y hermanas, en el mundo o aun dentro de esta Obra, responden fielmente al Llamado de Dios.

Hoy, Me quiero detener, compañeros, en la Mirada de Dios sobre este lugar, que fue fundado y concebido para la manifestación del Plan de Dios en la Tierra. Pero este lugar está vivo espiritualmente por las almas que participan en él, por los servidores que se autoconvocan todos los días, más allá de sus propias experiencias de vida.

La Mirada de Dios sobre este lugar es especial, es una Mirada tierna y pacífica, porque Él puede ver reflejada Su Voluntad en este lugar, aunque tal vez sea un poco desconocida para ustedes y sus hermanos; una Voluntad Suprema y Divina que es palpable en esta vida material, en la experiencia de este Núcleo-Luz, una vida que se refleja a través de la Voluntad, de lo que cada corazón cumple ante Dios día a día.

Esto también es maravilloso para Mí, ante la difícil situación planetaria, en donde hermanos se enfrentan contra hermanos, en donde naciones enteras son destruidas por la impunidad, por la falta de amor al prójimo, por la falta de respeto a la propia vida humana.

¿Ahora, comprenden por qué este lugar es para Mí una maravilla de Dios, como tantos otros lugares de esta Obra?

¿Consiguen apreciar, compañeros, el valor que esto tiene y la continuidad de su expresión en esta superficie?

Expresión unida íntimamente a los Retiros de Amor, fuente inagotable que los impulsa a vivir el Plan de Dios todos los días, aunque no sepan cómo comenzar de cero. Esto es parte de la Grandeza de Dios, de Su Amor inagotable e inextinguible.

Son pocos los lugares en el mundo que, en el tiempo actual, pueden vivir la fidelidad a Dios; pero no hay un misterio en todo esto, porque la fidelidad a Dios es sostenida por la transparencia y el amor ardiente a la Voluntad Divina, que es lo que gesta y crea los pilares de la Obra de Cristo en la Tierra, a través de las almas.

Sin la fidelidad, la transparencia y el ardiente amor a la Voluntad de Dios no sería posible que la Jerarquía trabaje en el planeta. Esto permite, ante la deuda espiritual de la humanidad, que la Divina Jerarquía pueda intervenir en estos tiempos críticos. Porque existen lugares como este, pequeñas Tierras Santas, que atraen hacia sí mismos la Voluntad de Dios a través del servicio incansable por los que sufren y padecen, el servicio por todos aquellos que están bajo la condición humana.

Quisiera que, a partir de hoy, compañeros y amigos Míos, contemplaran y valoraran este lugar y otros lugares de la Obra con la misma Mirada de Dios, Mirada de ternura y de pacificación.

Porque Él, que está en Su Reino y en Su Gloria, junto con todos Sus Hijos, cuida de cada paso y de cada detalle hasta el más insignificante, para que las almas puedan crecer en el amor y en la justicia, para que las almas aprendan todos los días a donarse un poco más y a salir de sí mismas para poder alcanzar la redención.

He aquí Mi pequeña Tierra Santa, la nueva Tierra Santa de Dios, entre tantas otras tierras santificadas por el Padre Eterno en este planeta. Dios desea ardientemente que esta Gracia se multiplique, porque es una Gracia para la humanidad, aun para aquellos que no la merecerían por sus errores o pecados.

Vean, entonces, la maravilla de la Misericordia de Dios, infinita, inagotable e inextinguible, Divina Misericordia que puede abrazar a todos Sus Hijos, Divina Misericordia que puede congregar a todas las almas, Divina Misericordia que puede sanar a todos los corazones.

Rezo, junto al Padre Eterno, para que existan más Tierras Santas; así como espero, en lo más profundo de Mi Corazón, que esto pueda suceder en África, para que los valores más auténticos y verdaderos de los que sufren sean reconocidos. Si el Corazón del Maestro se conmueve de Amor por Sus hijos de África, especialmente por los más pequeños e inocentes, ¿sus corazones serían capaces de conmoverse?

¿Qué hay más allá de lo que está aparentemente miserable?

Dios se esconde en los más pequeños e inocentes; así, Dios derriba del trono a los que se dicen poderosos, porque Su Amor está presente en los que son anónimos, en los que no buscan nada para sí, en los que se apartan de cualquier reconocimiento.

¿Será que el mundo colocará su mirada, de una vez y para siempre, en África, para que la humanidad comprenda, de una vez y para siempre, que desde África surgirá la Nueva Humanidad? ¿Por qué la destruyen? ¿Por qué la colonizan? ¿Por qué abusan de África?

Ya no hay sensibilidad en muchos corazones impunes; pero Yo cumpliré Mi promesa de retornar a África, así como está escrito y como fue escrito que Yo esté hoy aquí entre ustedes.

Por eso necesito, compañeros, que, en el final de estos tiempos críticos, coloquen en sus corazones y oraciones los próximos Proyectos de Cristo; porque mientras estos Proyectos no se manifiestan ni se concretan, muchas almas se siguen perdiendo y son abducidas hacia el fuego del infierno.

¿Ahora, comprenden la importancia de los lugares y espacios bendecidos por Mí, como esta pequeña comunidad que aquí expresan?

Todo les está siendo dado, todo les está siendo permitido y todo se les pedirá, sobre todo una respuesta interior verdadera que justifique los tesoros que están recibiendo, porque la Gracia de Dios es abundante.

Él quiere que esta Gracia se multiplique y se expanda en el mundo para que, a través de esta Obra concebida para el Sagrado Corazón de Jesús, a través de los servidores de Cristo que se confirman en este tiempo, esta Obra pueda llegar a lugares muy lejanos del planeta.

Porque ya les dije una vez, compañeros, no serán muchos los que Me servirán en este tiempo final; pero los que Me sirvan en este tiempo final, aunque sean pocos, tendrán que ser verdaderos; así como esta Verdad que los trajo hasta el presente desde el primer día que se manifestó este sagrado lugar, este punto de Luz para la Jerarquía.

Quiero anunciarles con toda gratitud, con toda reverencia y con toda la aspiración interior que aquí colocaré a algunos sacerdotes para que sustenten, junto con sus hermanos y hermanas, este nuevo ciclo del Núcleo-Luz, a través de su sagrada tarea en la Casa de San Lázaro como también en los demás proyectos de los que participarán en los próximos tiempos; porque el canal espiritual deberá estar bien fortalecido para poder abarcar y abrazar a la mayor cantidad de almas, en este y en otros planos, que a través de la Casa de San Lázaro buscarán el alivio del sufrimiento.

Quiero que sepan que aquí, en esta casa consagrada a Mi Madre Santísima, su Maestro y Señor, Cristo Jesús, en el más profundo y anónimo silencio, encuentra un lugar de reposo y de alivio.

Es tiempo, compañeros, que perciban Mi Presencia Espiritual aquí, que sepan que nunca los abandonaré, pero que siempre los impulsaré a que vuelen con sus propias alas hacia las dimensiones y planos de consciencia en donde debe materializarse la Voluntad de Dios en esta superficie.

Como lo pedí en otro lugar de esta Obra, deseo aquí la Fuente del Cristo Curador, el Insondable y Sagrado Corazón de Jesús, para que los que crucen la sagrada puerta de esta casa encuentren Mi Agua de Vida, que los purifique y los lave, que los alivie y que los renueve para el próximo servicio.

Esta agua de la Fuente del Cristo Curador será bendita no solo para el Santo Sacramento del Bautismo, sino también para los que la quieran beber o la quieran llevar consigo para bendecir sus casas y familias.

Vean, compañeros, cuán simple pero cuán profundo es el Amor de Dios, que se esconde en lo que es silencioso y anónimo, que se aparta de cualquier protagonismo y exposición; porque Dios está presente en la vida de los peregrinos, de los buscadores de la paz y del bien, de los que trabajarán en estos tiempos críticos para que los valores de la dignidad humana, de la fraternidad y, sobre todo, del amor no se disuelvan de las consciencias.

Tendrán Conmigo dos días más de encuentro en esta sagrada casa. Les pido que, en estos días que aún vivimos de Cuaresma y de vacío interior a través de sus propios desiertos, ofrezcan cada tarea y cada servicio en nombre del Señor. Así como también ofrezcan los días de la Maratón de oración a Mi Sagrado Corazón.

Mi Mirada estará atenta a las acciones de Misericordia, para que los graves errores que hoy se cometen, en el mundo y a través de las guerras, puedan ser disueltos y se conceda un tiempo más de paz en el mundo.

Por eso, Mis amigos, la paz debe comenzar primero en ustedes, cuidando sus palabras, cuidando sus gestos, cuidando sus actitudes, cuidando sus pensamientos y sentimientos, cuidando al prójimo antes que a ustedes.

Así, la caridad fraterna, inspirada a través de los tiempos por muchos santos y bienaventurados, no se disolverá en el mundo y concederá la paz; y esta caridad fraterna se reflejará en sus rostros con una hermosa sonrisa por servir a Dios. Así, sus propios sufrimientos y agonías se disolverán, porque quién sirve a Dios se libera para siempre de sí mismo.

Tomen en cuenta todo lo que les digo y guarden Mis Palabras en sus corazones.

Una vez más, les agradezco por estar hoy aquí.
 

Bendice, Señor,
a los que escuchan Tu Llamado.

Bendice, Señor,
a los que te sirven incansablemente.

Abraza con Tu Amor
a los que invocan Tu Nombre,
y guía los pasos de los consecuentes.

Que las heridas y los agravios de los corazones,
por todas las ofensas que hayan podido recibir
a través de los tiempos,
se sanen.

Glorifica, Señor,
a los que sirven anónimamente;
 silencia a los que hablan injustamente.

 Porque Tu Poder y Tu Luz estarán
en los que siempre te dicen sí y no retroceden,
porque entregando sus vidas en Tus Manos,
entregando sus consciencias a Tu Corazón, Señor,
el tiempo de la consumación se cumplirá;
así como Tu Amadísimo Hijo lo cumplió
cuando expiró en la Cruz.

Amén.


En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 113.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Alabado sea Dios y bendito sea este lugar, por los siglos de los siglos. Amén.

Han llamado a la puerta de la mayor Reliquia de Mi Corazón, un tesoro espiritual e inextinguible para toda la humanidad y el planeta, concebido a través de la vida de Jesús en la Tierra para todo el universo y la Creación. Muchos lugares del universo aprenden con él.

Este es Mi Retiro Espiritual de Galileum, el llamado que hace eco en el corazón humano para que despierte, la revelación que se presenta en la vida de las almas, el misterio que se devela al espíritu.

Este es el Gran Centro de Cristo en la Tierra, del que sus almas comulgan y participan hoy, y la vida sublime del Espíritu Santo desciende a través de este impulso que les trae Mi Retiro Espiritual.

En este momento, siéntanse unidos a todos los Maestros, a todas las Jerarquías y Consciencias de este universo que, por un breve lapso en el tiempo y el espacio, participan de esta comunión espiritual con Galileum.

Y así, su Fuente más profunda se abre, a través del Sagrado Mar de Galilea, y los Sacerdotes se reúnen con el Sacerdote Mayor, aquellos Sacerdotes de otrora, del antiguo pueblo de Israel y de la sagrada comunidad esenia, que trajeron al mundo en aquellos tiempos la concreción de la Voluntad de Dios a través de los Linajes, de la expresión de la vida crística en las almas y en los corazones.

Estos Sacerdotes de Israel hoy están aquí, Conmigo, abriendo las puertas del Templo Sagrado de Galileum; para que las almas reciban los impulsos que necesitan en este tiempo, impulsos que las llevarán a una redención victoriosa y culminante, al encuentro del Amor Mayor a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Este es el Espacio Sagrado de Cristo que, como un Sagrado Relicario, hoy se expone al mundo entero, especialmente a las almas que tienen fe en Cristo, que aman el misterio, que se adentran en lo desconocido sin comprenderlo; y que reciben, de este Sagrado Lugar Espiritual de Cristo, todos los Rayos que hoy emana Galileum para poder transfigurar la faz de la Tierra, a través del clamor y de la súplica de los Sacerdotes de Israel que forman parte del Gran Consejo Crístico del planeta, expresado en Medio Oriente.

Ha llegado el tiempo, compañeros, de que las vendas caigan de los ojos para que todos puedan ver la verdad, la verdadera tarea que su Maestro y Señor realizó a través de Israel, así como todos los que participaron a través de los tiempos para que eso fuera posible, desde Abraham, Moisés y los profetas, todos fueron participantes del gran preámbulo del Nacimiento de Cristo, así como muchos en los planos internos fueron participantes de la propia Resurrección de Jesús.

Galileum le trae al mundo el principio y el atributo de la Resurrección, tornando lo que es corrupto en incorrupto, tornando lo que es impune en puro, dentro de cada corazón humano, por la única razón de que, cuando las almas se unen a Galileum, atraen del universo las corrientes que él canaliza al planeta, regidas por la Ley Mayor del Amor-Sabiduría.

Galileum no es solamente un Espacio Sagrado de historia y de hechos, es un Gran Espejo de Dios que, a través del Sagrado Mar de Galilea, recibe los impulsos de la Fuente, reflejados como un llamado interior en las almas, en aquellos que se deciden a seguir a Cristo.

Hoy, les ofrezco este Sagrado Retiro Espiritual como una síntesis de todos los impulsos que han vivido Conmigo a través de los tiempos, a pesar de los desiertos, a pesar de las pruebas, a pesar de los desafíos o de las tribulaciones, a pesar de lo que aparentemente parece incierto o que no tiene solución.

Hoy, han llegado a las puertas de Galileum para recibir del Maestro y Señor, a través de la presencia de Sus Sacerdotes, de los Sacerdotes de otrora, el Legado Mayor del Amor y del triunfo del Redentor.

Recuerden que este sagrado mantra de Galileum es inmaculado. Así, debe ser contemplado y adorado, porque están llamando a los Nombres de Dios, a la Sagrada Presencia de Adonai que los concibió y que los expresó desde el origen, desde el surgimiento de sus moléculas crísticas, de Sus grandes estanques del universo, a donde sus espíritus deberán retornar algún día.

Con esto, quiero decirles, ante la solemnidad del Creador, que Galileum es ese Espacio Sagrado, en donde cada uno de ustedes podrá encontrar la respuesta a ese llamado, podrá encontrar el sentido y la razón de responderle a Dios, podrán encontrar la respuesta de vivir el Divino Propósito.

Hoy, su Maestro y Señor está rodeado por los Sacerdotes de Israel, antiguos maestros esenios de Qumran, que están aquí para contemplar y registrar este momento en los Libros de la Luz.

Ellos oran por la realización del Proyecto de Dios, por la expresión de la vida crística en la Tierra, por el despertar de los Nuevos Cristos, por el cumplimiento de la misión de cada ser y, sobre todo, para que los corazones escuchen el llamado de Galileum, sagrada melodía vibratoria del cosmos traída durante el Nacimiento de Cristo, y elevada a través de Su Resurrección y del gran momento de la Ascensión del Señor.

En este pasaje, que hoy les traigo, podrán comprender, más allá del misterio, la importancia del Retiro Espiritual de Galileum que es el corazón del Corazón de Cristo; eterno templo que guarda las Reliquias de la Pasión, las Reliquias de la predicación, las Reliquias de la conversión y de la redención de todos ustedes; así, como el legado de los patriarcas, de los profetas, y de las experiencias divinas que ha vivido el pueblo de Israel.
  
En Galileum está la llave que cada uno necesita para formar parte de la Nueva Raza y también en Galileum está el impulso interior de su llamado para que aprendan a atravesar el fin de los tiempos con valentía y coraje, para que reconozcan dentro de ustedes que no están solos y que la Gracia de Dios es amplia e infinita, mayor que todos los errores y pecados.

Están ante los Sacerdotes más antiguos del planeta que anunciaron la Venida del Mesías, que prepararon espiritualmente Su llegada y que hoy, con sus presencias, reconstruyen la vida sacerdotal del planeta, para que la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo siempre se perpetúe a través de los tiempos y de las generaciones, aun en el tiempo del Apocalipsis.

Una vez más, permitiré que Mis Sagradas Reliquias del Arca de la Santa Alianza se expongan espiritualmente al mundo entero, para que las almas reciban la Gracia que necesitan en este momento.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar nuevamente “Galileum”, hasta que el Señor lo indique. 

                   
Canción: “Galileum”.


Y antes de que el Maestro celebre con nosotros la Santa Eucaristía y se retire de este lugar, vamos a acompañar un momento especial que es la consagración de un sacerdote como padre.
Fray El-Shaadir puede venir aquí.
Haz tu oferta a Cristo internamente y nosotros oraremos internamente.
Puedes colocarte la alianza.


Padre El-Shaadir eres Mi pequeño don que trabaja incansablemente por Mi Plan, que le has dado frutos de Misericordia a Mi Corazón a través de tu paciencia e ímpetu.

Hoy, recibe la Gracia de ser padre de todas las almas, de llevarlas hasta el fin de los días hacia Mi Corazón y de darles la Gracia de conocer Mi Iglesia Espiritual que está en los Cielos, de sacramentar, de bendecir y de perdonar los pecados en Mi Nombre, así como de exorcizar los demonios de este mundo.

Que todos te acompañen en este momento, por la renovación de la vida sacerdotal en el planeta.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos para el momento de la Comunión Eucarística que Cristo, junto con los Sacerdotes de Israel, hoy celebrará para nosotros de forma extraordinaria.
Y vamos a permitir, a través de este ejercicio espiritual que Él nos ofrecerá nuevamente, que la vida sacerdotal y religiosa en el mundo entero sea reparada y que todas las Gracias que hoy hemos recibido sean depositadas en toda la vida sacerdotal y religiosa del planeta, para que los apóstoles y seguidores de Cristo sigan representándolo en esta humanidad en obediencia, humildad y servicio.
Mientras nos preparamos, vamos a cantar una canción que Cristo nos ha pedido y que nos recuerda a cada uno de nosotros que Su Palabra es Agua Viva.
Celebremos.


Canción: “Tu Palabra es Agua Viva”.

 Padre Eterno,
celebramos este momento por la vida sacerdotal del planeta
que une el Cielo y la Tierra, que une a las almas con Dios,
Nuestro Altísimo Señor.
Vuelvo a ofrecerte este misterio de Amor
que se expande en Misericordia y en Redención por las almas.
Acepta estos elementos que son ofrecidos en Tu Altar
y acepta la oferta de Tus compañeros;
para que todo, en este momento,
pueda ser renovado y redimido.
 

En la noche que iba a ser entregado, tomé el pan, lo elevé al Padre en agradecimiento por Su Eterna Presencia, y le pedí que lo convirtiera en Mi Glorioso Cuerpo, que después partí y se lo ofrecí a los Míos, diciéndoles: "Tomen y coman, este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la remisión de los pecados".


Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos el Cuerpo de Jesús.

Enseguida tomé el Cáliz con Mis Manos, ofreciendo Mi Sangre por la redención de todo el género humano, desde Adán y Eva hasta el fin de los tiempos.

Así, se lo ofrecí al Padre, pidiéndole que Él lo transubstanciara en Mi Preciosa Sangre, para que cada gota de Sangre que sería derramada fuera un impulso de redención y de renovación para todas las consciencias que, a través de los tiempos, tomaran contacto con Cristo.

Fue así que enseguida lo pasé a Mis apóstoles, diciéndoles: "Tomen y beban, este el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en Mi Memoria hasta que su Redentor retorne al mundo".
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos la presencia de la Preciosa Sangre de Jesús.


Este es Mi Cuerpo y Mi Sangre. Felices los que se sirven de esta Cena, porque siempre serán renovados en espíritu y en esencia, por tan solo confiar en el Señor.

Unidos a los Sacerdotes de Israel y a todos los sacerdotes que llevan adelante el rebaño de Dios, vamos a cantar el Padre Nuestro en arameo, para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo completen esta consagración eucarística, a través de la intervención divina de los ángeles.

Cantemos en alabanza y en júbilo.

Canción: “Padre Nuestro” en arameo.

Que la Paz de Mi Corazón descienda al planeta, en donde sea más necesario. Amén.

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestro Señor, nos damos el saludo de la Paz.Vam
os a comulgar ahora entre los sacerdotes, pero antes de este momento de Comunión, vamos a anunciar la Comunión Espiritual para todos los que nos acompañan en las diferentes naciones del mundo, la Comunión con Cristo Redentor.
Vamos a acompañar con el cántico "Fuente Primordial".

 

Sol de Dios,
que alumbras la oscuridad de nuestras vidas,
Espíritu de Dios,
que liberas las faltas de nuestros seres;
¡ven Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre de Jesús!,
para que unidos a Ti, alcancemos la Eternidad y el Paraíso.
Amén.


Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo siempre los acompañe. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos, Señor.

Y ahora, vamos a prepararnos para el momento de los Sacramentos, para ese momento en el que la Fuente de la Gracia del Corazón de Jesús se abre para bendecir a las almas.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Cielo y la Tierra deben estar unidos a través de buenos y entregados sacerdotes. Ese es el principal Legado que Yo le entregué a la humanidad y al planeta.

Desde los tiempos de otrora, siempre existieron buenos y entregados sacerdotes; a través de los patriarcas; a través del anuncio de los profetas; a través de todos los que a lo largo de los tiempos entregaron su vida al Señor, no solo para vivir la consagración total de la consciencia, sino también para servir al Señor del Universo.

Dios ya había pensado en todo esto, en que este Proyecto Humano pudiera unirse al Universo y a la Fuente Primordial, a través de la presencia y de la existencia de buenos y entregados sacerdotes.

Dentro de todas las tareas que existen en el nivel espiritual, la vida de Mis sacerdotes en el mundo es la más perseguida y asediada. Pero la llave maestra, para la superación de todo esto, está en la entrega total de los sacerdotes a Mi Corazón Misericordioso.

Porque Yo no vengo a buscar, a lo largo de los tiempos, a consciencias perfectas. Vengo a buscar las virtudes y los talentos que dejé en cada uno, que es lo que necesito en este tiempo para llevar adelante el Plan de Rescate de emergencia. Por esta razón, la consciencia sacerdotal ha sido atacada espiritualmente a lo largo de los tiempos.

Pero les He dado varios ejemplos de superación. A través de consciencias entregadas, Yo les He dado los testimonios y el ejemplo de cómo la trascendencia de sí mismos alcanza la unión con Cristo para llevar adelante esta importantísima y sagrada tarea; para que el pueblo de Dios, a través de los sacerdotes del mundo, más allá de sus religiones o creencias, más allá de sus dogmas o instituciones, pueda vivir espiritualmente el don que Yo les entregué.

Porque quiero que sepan, compañeros, que sin sacerdotes en este mundo, el mundo perecerá. Sin verdaderos y buenos sacerdotes, las almas se podrían seguir perdiendo en este mundo.

Es muy importante para Mí que la vida sacerdotal pueda reflejar y espejar en el planeta los sagrados tesoros que Yo les dejé a todas las almas a través de los Sacramentos.

Quiero que, en esta noche, el mundo entero recuerde la Pasión del Señor. Esa profunda y eterna Pasión que Cristo vivió en la Última Cena, no solo instituyendo el mayor Legado del Amor Universal, a través del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, sino también instituyendo el Sacerdocio Espiritual en el planeta, renovándolo a través de la entrega del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y le da la Paz.

Por eso, agradezco que, en esta Orden Monástica como en otras órdenes religiosas del mundo, existan almas conscientes que oran por los sacerdotes para que Mi Legado Crístico no desaparezca de este mundo.

Porque a través de todos Mis sacerdotes existe el puente que une a las almas con Dios, existe la oportunidad de que se acerquen a la Fuente Primordial y que todos los corazones, más allá de sus pecados y faltas, recuerden que tienen la Gracia de poder ser dignos Hijos de Dios. Esta también es una sagrada tarea de los sacerdotes del final de los tiempos.

Por esa razón, retornaré a Israel este año, para restablecer y reconstruir el sacerdocio espiritual planetario.

Y les pido a todas las almas que oran por los sacerdotes, a todos los religiosos y religiosas que viven Mi Ministerio Sacerdotal, viviéndolo con devoción, con fe y amor, que se unan al Gran Sacerdote del mundo, Cristo Jesús; para que como hace 2 000 años, en este momento de inflexión planetaria, los sacerdotes que aún siguen viviendo en Cristo y por Cristo, sean espíritus depositarios del Legado del Amor y de la Redención, a través de todo lo que Yo mismo ofreceré al mundo durante la próxima Semana Santa.

Quisiera que comprendieran, compañeros, que no existe otro camino u otra solución; porque a través de los sacerdotes que Yo formo internamente cuando Me entregan de verdad sus vidas, Yo puedo obrar milagros, liberaciones, reconciliaciones y actos profundos de Misericordia en aquellas almas que aún no consiguieron la expiación de Dios.

Será la vida sacerdotal, en el final de estos tiempos, que permitirá a las almas encontrar la fortaleza que necesitan en los tiempos de emergencia, a través de la vivencia de los Sacramentos como algo único y espiritual.

Así, las almas podrán unirse a Mi Arquetipo Espiritual Sacerdotal, que es un estado de consciencia latente, eterno e inextinguible que Cristo Jesús irradia al universo desde el corazón sublime de Andrómeda, desde donde Mis impulsos crísticos y sacerdotales pueden llegar a todas las humanidades, más allá de esta humanidad.

Pero, lo que Yo le He dejado al mundo hace 2 000 años y a través de la Última Cena, habiendo fundado el apostolado para el mundo, sé que es aún un misterio o aun algo inalcanzable para las almas.

Pero, Yo les pido, que en este tiempo final amen descubrir, a través de ustedes mismos, la ciencia de los Sacramentos, porque lo que Yo instituí hace 2 000 años deberá a volver a florecer en este tiempo final y especialmente en esta próxima Sagrada Semana, porque será el último gran impulso que Yo le daré al mundo entero para que, a través de la vida sacerdotal, las almas estén prontas y preparadas para vivir el último y gran tiempo de la tribulación; en el que todo parecerá perdido. En esa hora tan culminante y desconocida para la humanidad, la Luz de Dios volverá al mundo a través del Retorno de Cristo.

Y así, como Yo los He llamado a todos por su nombre, Yo llamaré a Mis sacerdotes para que vengan a celebrar Conmigo la Cena de la Redención, junto a los ángeles, bienaventurados y seres de buena voluntad que, a través de los tiempos, dieron valor a la Preciosa Sangre de Cristo derramada sobre el mundo, dando testimonio de la Presencia de Mi Amor en este mundo, a través del sacrificio y de la entrega de Mis compañeros.

Por eso, Yo no solo volveré a reconstruir el planeta, a preparar a las almas para la Nueva Humanidad; volveré a buscar a Mis apóstoles, a Mis sacerdotes, a todos Mis orantes, a los que viven el espíritu de la contemplación, a los buscadores de la paz, a los adoradores, a todos los que buscan traer al mundo la cura para el planeta, así como a aquellos que reflejan a través de sus vidas, como un gran espejo, la Gracia y la Misericordia de Dios, como a aquellos que guardianan y celan el Plan Evolutivo.

Así, los reuniré, en lo alto de un monte, pero ya no será el Calvario, será el Paraíso, el surgimiento de la Nueva Tierra en este horizonte del mundo. Y todos, Conmigo, por la redención de todo el género humano y por la cura del alma de este planeta, volverán a partir el pan, lo compartirán con sus hermanos y hermanas, volverán a comer del Cuerpo Vivo de Cristo, allí presente; y beberán del Cáliz de la renovación y de la paz.

Y, a través de las almas, Yo renovaré al mundo y expulsaré de este planeta a las fuerzas del mal. Y ya no se levantará nación contra nación, ya no se sabrá de la división en las familias y ninguna alma en este mundo sabrá lo que es la enfermedad, porque en sí misma habrá alcanzado la cura interior, que llegará del cosmos al planeta a través de todos los que se sintonizan con las Leyes de la Cura.

Y el signo será visible en el momento del Retorno del Señor, porque Yo vendré como el Supremo Curador, el Redentor del Mundo, para devolverles la paz que tanto buscan y anhelan, y así, Conmigo, tomados de Mis Manos, ingresarán al Paraíso y el Proyecto al fin se cumplirá.

Por eso, debemos orar con más fervor, con un fervor desconocido, no con fanatismo, no con euforia, orar de verdad, de corazón, sintiendo cada una de las palabras que son pronunciadas a través del verbo orante.

Así, por los méritos de Mi Dolorosa Pasión, aquellos que aún no se arrepintieron, se arrepentirán; y mantendré abierta la puerta de Mi Misericordia para aquellos que Me abandonaron y Me dejaron.

Y, en esa hora, Yo les prometo, que cada alma estará ante su propia realidad; sabrá quién es, sabrá quién fue y qué hizo en otros tiempos. Y, en ese momento, tendrá la oportunidad de colocar sus rodillas en el suelo y pedir perdón, misericordia y redención, para que hasta su propio origen sea restablecido y recuperado de todo lo que pasó una vez, en otros tiempos.

Por eso, Mi Llegada no solo será al mundo, sino también Mi Retorno será al universo. Para eso, los estoy preparando. No pierdan la oportunidad de estar Conmigo, porque Me queda poco tiempo entre ustedes. He extendido Mi tiempo aquí más de lo previsto.

En estos años, a través de estos encuentros, en cada momento compartido con Mis compañeros, el Padre Me Ha permitido estar más tiempo de lo previsto. Porque este es el momento de terminar de fortalecerse y de que sean Mis apóstoles en la acción, no en la teoría; que sean Mis apóstoles en la cercanía, en la escucha, en el diálogo, en la oportunidad de apreciar las diferencias, en la Gracia de vivir el sagrado espíritu de la compasión para que, en este momento y bajo esta condición planetaria, las almas reciban la última oportunidad que necesitan con un solo fin: reencontrar el camino hacia Mi Corazón.

Por eso, la importancia de tener sacerdotes en este mundo, más allá de las interferencias y de los embates vividos.

Quien Me ama de verdad y no Me cambia, no perecerá. Es una Ley.

Por eso, antes de que retorne a Israel, en donde toda Mi historia volverá a estar expuesta y disponible para los mundos internos, sepan correctamente beber de la Fuente de la Gracia.

En esta hora y en estas semanas Yo los preparo para que ingresen en la Semana Santa con mayor consciencia y determinación, porque aún espero que sus vidas puedan ser Mis instrumentos en la Tierra.

Comulgo, en esta hora, con aquellos que Me escuchan abiertamente.

Renuevo Mi Presencia a través de todos los que Me escuchan.

Derramo Mi Misericordia a través de los que Me claman, porque las grandes heridas espirituales del planeta aún deberán ser curadas por los Cristos del Nuevo Tiempo. Esta es una promesa que Yo le hice al Padre Eterno.

Ya lo tienen todo; Yo les pido todo. Y espero que Me entiendan.

La hora está llegando; la profecía de Juan, el apóstol, se está cumpliendo. Es tiempo de actuar.

Ahora, celebraremos Mi Legado de Amor, reviviendo la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, a través de la Sagrada Eucaristía; en la que todos, una vez más, tendrán la Gracia de estar ante Mi Legado Crístico, que los ángeles que cocelebrarán este momento podrán colocar Mis Gracias en sus corazones.

No se olviden de que Yo Soy el Señor del Amor y de la Vida, y que doy la Vida por Mis amigos, así como di la Vida en la Cruz, en cada paso del doloroso Calvario. En cada flagelación no pensaba en el dolor, en la agonía o en todo lo que estaba viviendo, mientras era dilacerado o golpeado, porque querían que Yo muriera antes de llegar a la Cruz de la Victoria de la Redención para poder renovar el Árbol de la Vida.

Así, Yo espero que no solo los sacerdotes, sino todos los que se unen a Mí conscientemente, entreguen su vida por Mí. Me pesa saber, en este momento, que algunos de los que He llamado Me abandonaron, no comprendiendo absolutamente el poder de Mi Amor, por una única razón: no haberse rendido ante Mí.

Por eso, si ven que a alguien le sucede esto, no lo juzguen ni lo critiquen. No condenen a esa alma perdida. Vean en ustedes mismos, con sabiduría, amor y compasión, cómo está su entrega para Conmigo; porque las corrientes contrarias llegarán, el suelo temblará, y ustedes deben estar firmes a través de Mi Amor y de su confianza en Mí, porque quien está Conmigo, Yo estoy con él. Es una promesa.

Ahora, a través de los sacerdotes, permitiré que el Cielo descienda a la Tierra, así como él desciende a través de Mi Palabra.

Ahora, permitiré que Mis Gracias desciendan para que las almas se renueven y se curen espiritualmente, para que una vez más sea posible el alivio del sufrimiento de los inocentes, de los que están viviendo el caos y aún no tienen la Gracia de la Misericordia ni tampoco de la Paz.

Que este momento sea celebrado por cada uno de ellos, porque así lo necesito.

Que cada momento que vivirán de aquí en adelante, en su vida espiritual, en su momento de oración o de adoración, sea ofrecido por todo lo que su Maestro y Señor realizará en Medio Oriente, durante la próxima Sagrada Semana.

Hagan lo que les pido y después comprenderán. La emergencia lo requiere.

Abramos las puertas, en este momento, de la Iglesia Celestial, para que los ángeles de la guarda eleven los ofertorios de las almas que están presentes en este lugar y en otros lugares, para que las almas revivan con sinceridad la Pasión de Cristo a través de la Eucaristía.

Así, una vez más, cada uno de ustedes será señalado por Mi Luz y por Mi Paz.

Celebremos.

Y Yo los bendigo dándoles fuerza, coraje y valentía para la próxima etapa, para que en ustedes pueda despertar el Cristo del Nuevo Tiempo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL QUINTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Fray Zeferías, el Señor está pidiendo que toques el piano para preparar Su trabajo.

Él, de alguna forma, nos pide que todos nos preparemos en este momento para lo que va a suceder, bien despiertos y concentrados, sosteniendo este canal con Cristo.

 

Que alegría es estar hoy aquí, entre ustedes, para recordar lo que una vez les entregué por la redención de toda la humanidad: la gran llave de Mi Amor, basada en el espíritu de la redención, que Yo vine a vivir en carne propia, para salvar a todo el género humano.

Este será el Don que hoy le pediremos al Espíritu Santo para que, a través de Su Inteligencia Divina, le siga concediendo al mundo la oportunidad de la redención, especialmente para aquellas consciencias que ya están condenadas y que solo el amor de Mis Apóstoles sería capaz de poder salvarlas.

Por eso, hoy encenderemos la Menorah, pidiendo al Espíritu Santo que haga descender en este momento el Don de la Redención, atributo primordial en estos tiempos críticos, porque sin redención no hay rehabilitación y sin rehabilitación las almas no pueden encontrar el Amor de Dios.

La redención es la puerta que se abre para la liberación de las almas, para que se liberen las amarras y las cadenas de los que están oprimidos. Por eso, encenderemos una vez más la Menorah, invocando la intervención divina del Espíritu Santo.   

En el Cenáculo, les enseñé a Mis apóstoles sobre la Ley del Amor, basada en la inconmensurable Piedad del Padre por todas las almas, por todos los espíritus que surgieron de Su Fuente, para recrear esta Creación y bendecirla a través de las experiencias del Amor y del Perdón.

Si el padre caído no hubiera desobedecido, todo este universo local sería parte del Reino Celestial, porque en el Corazón de Dios aún está prevista esa fusión divina entre las dimensiones y los planos de consciencia.

Y en el Cenáculo, en los secretos que reveló Mi Corazón a los apóstoles, no solo les entregué el legado de Mi Amor y les revelé los valores del Sacramento y de la Confesión, y principalmente la importancia de comulgar Conmigo hasta el fin de los días, pero también les fue revelado el importante momento que su Señor viviría después de Su Resurrección. Ese momento, que compartí con Mis apóstoles y hoy comparto con ustedes, fue lo que después sucedería en Mi Ascensión.

¿Qué habría de acontecer entre el Universo Material y el Universo Mental, entre la consciencia humana y la consciencia angélica?

Cuando ascendí a los Cielos, al Universo, Dios, físicamente, Me abrió las puertas de Andrómeda, porque allí, en ese lugar del universo, Él colocó lo que había pensado para este Universo Material. Y eso fue posible a través de la intervención arcangélica, y a través de los Arcángeles por medio de las Jerarquías.

Entonces, piensen por un momento qué significó para los apóstoles recibir esa revelación de lo que verdaderamente sucedería con su Maestro y Señor, por la que deberían celar y velar a través de sus oraciones y oficios, en lo más profundo del silencio del corazón, porque en aquel tiempo no podía ser revelada ni tampoco en los tiempos posteriores. La revelación sobre Mi Ascensión debería ser revelada por Mí mismo, momentos antes de Mi Retorno al mundo.

¿Ahora, comprenden?, como hace más de dos mil años y hasta el presente, todas las almas que Yo congrego forman parte de una historia importantísima para Mí y que, con Mis propias Manos, vengo a retirar los velos de sus consciencias para que puedan ver la realidad, que el propio enemigo se ha encargado de confundir con sus espejismos y dudas.

En sus corazones se guarda una molécula importantísima para Dios, que a través del despertar de las consciencias se revela, y especialmente se muestra cuando los corazones se entregan a vivir la Voluntad de Dios.

A las puertas de este misterio que hoy se devela y que no puede ser comprendido con la mente, sino ser acogido con el corazón, cuando llegué a Andrómeda, Me encontré con Consciencias Sublimes, que en los planos internos Me habían acompañado durante Mi trayectoria en la Tierra, desde Mi Nacimiento hasta Mi Muerte y durante el importante momento de Mi Resurrección.

En esas etapas, esas Consciencias Sublimes estuvieron presentes, porque en Sus Corazones conocen sobre el Plan de Dios. Son nueve Jerarquías del Universo, Mentores de los Gobiernos Celestes, encargados de la evolución espiritual y material de millones de consciencias en esta Creación, así como de otras galaxias o constelaciones.

Con esta revelación, podrán comprender que la vida es infinita y que el fin que le colocan a la vida es a través de la propia mente, porque a las puertas de Andrómeda, esas Consciencias Me estaban esperando para entregarme el próximo paso que Yo daría por ustedes: no solo de ser el Redentor del Mundo, sino de ser el Gobernante del Universo, uniendo a través de Mi Corazón y de Mi Divinidad a todas las consciencias que Me sirven en el Universo Mayor desde sus experiencias y escuelas evolutivas.

Para que el Proyecto Humano no se perdiera, aun con lo que sucede en estos tiempos, lo primero que Dios Me entregó fue la esencia del Propósito de este planeta, así como de otros mundos que, a través de los aprendizajes y de los esfuerzos deberían alcanzarme, a través del Amor Crístico Redentor. Porque no olviden que cada uno guarda, dentro de sí, esa molécula crística que el Padre les entregó, molécula crística que intenta despertar, desde hace mucho tiempo, a través de ustedes.

Pero, ahora que están despiertos y conscientes, ahora que están aprendiendo a escuchar con el corazón; esa molécula se potencializa en cada uno de Mis compañeros para que, a través de las esencias, Yo vuelva a depositar, a través de Mi Retorno, esa esencia del Propósito de este planeta que Dios concibió desde el principio, desde lo que ustedes conocen como el Génesis.

De esa forma, a través del Retorno Glorioso de Cristo y de Su Faz Divina y Ultraterrestre, ese Propósito será reintegrado en todos aquellos que hayan sido consecuentes Conmigo, a través de los tiempos y de las generaciones. 

De esa forma, el código del mal se desvanecerá de la consciencia humana, las fuerzas del caos serán retiradas del planeta para reservatorios que están siendo preparados por los propios Arcángeles. Porque todo merece redención, desde la consciencia más evolucionada hasta la más pequeña partícula que tenga vida en esta Creación, todo forma parte del Proyecto Creador desde los principios. Por eso, deben estar atentos a ese momento, porque no serán avisados.

A través de este encuentro Conmigo, en este día, en el que hacen memoria sobre la Última Cena, es momento de que sus consciencias se amplíen y se expandan. Es momento de que sus sentidos internos despierten y sustituyan a los sentidos externos; porque, de esa forma podrán ver más allá de lo que ven, de esa forma podrán escuchar más de lo que escuchan, de esa forma podrán sentir más de lo que sienten. 

Porque cuando sus moléculas crísticas se unan a Mi Corazón en este trabajo que estoy gestando durante esta Sagrada Semana, les aseguro que no tendrán ninguna duda de dónde estar y qué hacer, porque lo que Yo necesito es algo muy importante que ahora no comprenden.

Cuando el corazón o el alma confía en lo desconocido y se lanza hacia ese océano del conocimiento cósmico, se prepara gradualmente para el gran momento del Retorno de Cristo, como también tiene la oportunidad de ser consciente de sus virtudes y talentos.   

Volviendo a Andrómeda, coloquen sus consciencias en ese lugar y en ese espacio del universo. No piensen que no lo podrán hacer porque, a través de Mí, la Puerta hacia Andrómeda ya está abierta y une los planos superiores con los planos inferiores. 

Quiero que ingresen en el mismo estado de revelación que ingresaron las santas mujeres y Mi Santa Madre, porque eso fue posible a través de la Comunión Espiritual que Ellas vivieron durante el ejercicio de la Última Cena.

Cada vez que reciben la Gracia del Cuerpo de Cristo, cada vez que reciben la Misericordia de la Sangre de Cristo, tengan presente y sean conscientes de su importante molécula crística interior. Es allí en donde ahora deben concentrarse y trabajar, aunque se sigan purificando y redimiendo.

No los quiero tornar gloriosos ni tampoco supervivientes. Los quiero tornar humildes, capaces, abiertos, adheridos y serviciales a todo lo que debe ser construido en el importante preámbulo del Retorno de Cristo, porque Mis Palabras algún día terminarán aquí y no falta mucho tiempo. Cada uno es responsable y consciente en este momento de lo que ha recibido, porque todo lo que Yo les doy y les di no se puede desperdiciar.

Al ingresar en Andrómeda, las Consciencias Sublimes revelaron Sus rayos, porque fueron los primeros que legaron de parte de los Padres Creadores, de los Arcángeles, el Plan que debería gestarse y manifestarse a través de los tiempos. Y cuando existió la gran interferencia y alteración a través del ángel caído, ese Plan tuvo que ser recalculado como está siendo recalculado, segundo a segundo, en estos tiempos definitivos.

Por eso, nunca deben pensar que la Jerarquía cambia de idea. Ahora ya es tiempo de que se den cuenta a través de la madurez espiritual, de que todo lo que plantea y hace la Jerarquía es con el fin de cumplir el Plan de Rescate. Y cuando alguna pieza, es decir alguna consciencia, se mueve de lugar, es desviada o abducida por las consciencias del caos, allí el Plan debe ser recalculado, porque la Divinidad y las Jerarquías Sublimes no solo trabajan por ustedes, sino por el mundo entero.

No pueden olvidar, compañeros, que ya está todo previsto, como estuvo previsto que hoy, los que están aquí, estén aquí. ¿Acaso ya comprendieron lo que eso significa y por qué en este momento escuchan estas cosas que salen de Mi propia Boca, afirmando la Voluntad de Dios para el mundo?

En esta aparente exigencia, existe una preciosa tensión ardiente que forja, en las consciencias terrestres, la elevación para que aprendan, de una vez y para siempre, a no pensar más en sí mismas y que tengan claro y muy presente, en el centro de su ser, el Divino Propósito que está latente, ante ustedes, en los planos internos y que corresponde que lo cumplan y que lo concreten.

Cuando solo se abren para servir, les aseguro que se están abriendo a lo desconocido.

Cuando se abren para amar cada vez más, les aseguro que están ingresando en los grados de Amor.

Cuando se olvidan de ustedes mismos, les aseguro que están bien cerca de Dios; así como muchas consciencias de este planeta lo estuvieron, a través de los santos del Oriente y de los santos de Occidente.

Todo es posible solo cuando la consciencia quiere dar el paso. Y cuando da ese paso, ingresa en una experiencia semejante a la experiencia que Yo viví en Andrómeda y que Me llevó tres ciclos del tiempo material el poder finalizarla; porque no solo Me glorifiqué y Me divinicé a través de la persona humana de Cristo, sino también asumí de una manera más profunda y eterna el compromiso de su salvación.

Ahora, ¿quién estará pronto, así como Yo lo estuve en Andrómeda, para recibir el Propósito sobre la continuación del Plan de Redención de la humanidad y del planeta, en la parte que a cada uno le corresponde vivir y cumplir? 

¿Quién será capaz de ser celador de ese Propósito? 

¿Quién será capaz de amarlo más allá de sí mismo, aunque no lo comprenda o no lo entienda? 

¿Quién será capaz de iluminar su consciencia y sus células a través de los impulsos que Yo les traigo en esta Sagrada Semana?

Porque lo que Yo necesito es muy grande, pero es muy simple. Necesito que se decidan a ser bienaventurados, aunque estén en esta superficie dolorosa y herida; que se animen a dar la vida por Mí, como los apóstoles se animaron durante su apostolado en Tierra Santa y más allá de Tierra Santa; que se animen a ser capaces, como fue la Santa Madre y las santas mujeres, de cruzar toda Europa y llegar a Inglaterra, para fundar la Orden de los Templarios y fortalecer las bases de la energía crística en el planeta a través de los Centros Internos.

¿Quién será capaz de dar continuidad a estos tesoros espirituales, mientras millones de almas en el mundo están absolutamente distraídas y desconectadas?

Les pido que recen por los que aún deben despertar. Y que ustedes puedan seguir despertando y no crean que ya están despiertos, porque si verdaderamente estuvieran despiertos, algunas cosas ya no les sucederían.

Pero los invito nuevamente a confiar en Mi Amor Redentor, para que aprendan a confiar en Mi Amor Cósmico, que está latente en el Corazón de Andrómeda entre todas las Jerarquías. Porque, así como hoy jueves, celebro este momento con ustedes, y celebraré con ustedes este momento de consagración por un motivo mayor e inexplicable; de la misma forma, cientos de Jerarquías en este momento están reunidas en torno al Hijo de Dios, delante de la Faz del Señor del Mundo, de la Divinidad de Cristo y de Su aspecto ultraterrestre que hoy se presenta a todos como el Ángel Solar.

Yo les pido ahora que piensen: ¿cómo es posible que un ser humano, que encarnó entre ustedes, enseñó, predicó, redimió y dio la vida por un motivo mayor, cómo fue capaz de convertirse, después de Su Ascensión, en un Ángel Solar?

Deben contemplar esto en lo más profundo del corazón, sin buscar una respuesta inmediata. Los pasos de la evolución y de la expansión de la consciencia son regidos por la Ley del Amor. Es allí en donde comienza su expansión y elevación.

Cuanto más amen, más crecerán, y su soberbia se disolverá. Ya no querrán vivir el poder personal, porque el Amor Mayor los llevará a vivir la Voluntad Suprema a través del compromiso y de la responsabilidad por medio de los linajes, llamados virtudes y talentos, que Yo les entregué a cada uno de ustedes.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A través del portal que está abierto detrás de Cristo, en este momento, el Señor nos hace contemplar Andrómeda y todas las estrellas en torno a ese lugar, así como todos los soles y todas las Consciencias Sublimes que, en este momento, están en comunión con todos los corazones abiertos.

Él nos pide que contemplemos Andrómeda en nuestro mundo interior y que veamos dentro de nosotros nuestro universo interior. Contemplemos, por un momento, escuchando la melodía que está siendo ofrecida. Y vaciémonos en el Todo.

Bajo esta poderosa energía que nos abraza y, a través de esta actitud reverente y devocional, vamos a proceder, en la Presencia de Cristo, a la consagración de los nuevos sacerdotes.

Les pedimos que nos mantengamos concentrados y unidos a este importante momento que Cristo está realizando.

Pedimos a las Madres que se aproximen al palco, a los pies de este escenario, y que cada una lleve consigo una vela.

Por favor, tráiganme una vela, aquí.

No nos desconectemos.

Contemplemos Andrómeda en nuestro mundo interior, bebamos de esta Fuente que Cristo nos está ofreciendo conscientemente y así, acompañemos esta ceremonia en reverencia y devoción.

  

Hijos Míos, que hoy se consagrarán, ante la autoridad que les entregaré a partir de este momento, a pedido de la Santísima Madre y respondiendo a Sus súplicas amorosas y eternas; en primer lugar, Dios les conceda la protección maternal, no solo divina, sino también terrestre a través de estas Madres consagradas al Esposo Celestial y que están enteramente disponibles para sostenerlos, escucharlos y consolarlos.

Este paso que hoy darán no será algo personal, sino será algo planetario para que, a través de estos apóstoles que Yo estoy consagrando en estos tiempos de oscuridad, reconstruyan Mi ultrajada Iglesia y, en especial, reparen las ofensas que Me han cometido millones de sacerdotes en el mundo.

Por esta razón, las nueve Consciencias Sublimes del universo, los Mayores Sacerdotes del universo, hoy acompañan este momento solemne, divino y reverente, a fin de que se reconstruya y se restituya el linaje espiritual del sacerdocio, que Yo establecí hace dos mil años en este mundo.

Y que, a través de la Piadosa Madre, del Espíritu Santo, la Madre de las almas consagradas, que ha suplicado incansablemente para que la vida sacerdotal no se pierda, hoy delante de todos y en especial de todos los sacerdotes del planeta, les confío por medio de la Luz del Espíritu Santo, que sean guardianes y celadores del Sagrado Oficio que enseñé a los apóstoles y que Mis apóstoles enseñaron a través de los tiempos, para que se uniera el Cielo y la Tierra en perfecta armonía y redención.

 

Cristo le dice a cada uno de los que se consagran:

Que el Santo Espíritu de Dios ilumine tus pasos en este día.

 

Cristo se dirige a uno de los nuevos sacerdotes:

El Señor te consagra hoy como fray Juan Evangelista, en honor al apóstol que amó la Cruz hasta el último momento, el apóstol que consoló al Señor en Sus horas más difíciles y que junto a la Madre Celeste y a María Magdalena, como también a José de Arimatea, no dejaron solo al Señor, porque padecieron con Él hasta el último minuto de Su expiración. Bienvenido, fray Juan Evangelista, que el Espíritu Santo ilumine este día.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden hacer su oferta delante de Cristo.

Incienso.

 

“Señor, Padre Amado, 
Tú que purificas, a través de Tu Amor,
 todo lo que tocas y contemplas,
hoy purifica la consciencia humana de su condición inferior,
para que se eleve ante Ti,
como en este momento Tu Hijo está ante Tu Trono,
a fin de que estas consciencias Te alaben y Te glorifiquen,
así como lo hacen los ángeles del Cielo.

Adonai, 
a través de este incienso ofertado
en el Templo de Tu Corazón,
bendice a todos”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Agua bendita.

 

“Señor, Emmanuel, 
antes de crear a Tus hijos,
pensaste en cuidarlos y amarlos
como un amoroso Padre y les concediste el agua
para que, a través de ella,
aprendieran a saciar su sed. 

Que Tus Gracias y Misericordias
fluyan como un manantial, en este momento,
sobre todos los espacios oscuros del planeta,
y que en la unión predilecta
de las almas que están aquí presentes,
esta bendición restablezca la paz en la humanidad.

Amén”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Virgen María está presente en este momento, como la Madre de todas las madres y de todos los sacerdotes.

Podemos traer aquí las estolas para que el Señor las bendiga con el agua bendita.

 

Que, a través de este símbolo sacerdotal, el alma de los sacerdotes sea un puente de Luz entre el Infinito y el planeta para que, en su sacrificada entrega, las almas más necesitadas del Amor de Dios lleguen a Su Corazón. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

El aceite para bendecir.

Pueden destapar el aceite. Pueden elevarlo.

 

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron Mi Cabeza y Mis Pies antes de la Pasión.

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron el Cuerpo herido del Cristo crucificado.

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron la Resurrección de Cristo a través de su confianza en Mí.

Que hoy los que serán ungidos, siempre unjan a los que lo necesiten, porque en la poderosa Unción de la Cruz está su liberación. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, en este momento, vamos a llamar a las siguientes Madres para que se coloquen detrás de los hermanos que se están consagrando:

Madre María Fidelia detrás de fray Paulo Mateus, Madre María Shimani detrás del fray Juan Evangelista, Madre María Getsemaní detrás de fray Shemaya, Madre María del Salvador detrás de fray Nazareno.

Ahora, las Madres que están detrás de los hijos espirituales, van a entregarles la vela a los hermanos, delante de ellos, y pueden hacer, antes de entregar la vela, un ofrecimiento interno a Cristo.

 

Fray Elías pronuncia la Oración para pedir Sabiduría Divina para los consagrados.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, delante del Señor, los hermanos harán su acto de consagración sacerdotal.
 

Los nuevos sacerdotes pronuncian la oración indicada.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

De esta forma, aún delante del Corazón de Jesús, que contemplen la inmensidad de Su Obra de Amor y Misericordia.

Invitamos a todos los presentes a revivir juntos la Última Cena.

 

“Padre Celestial, 
que estas alianzas representen
la unión perpetua de las almas
con Tu Divino y Glorioso Corazón,
a fin de que siempre se establezca
 la unidad perfecta entre el Cielo y la Tierra”.

 

Así como a los apóstoles les ofrecí el compromiso eterno Conmigo en el Sagrado Cenáculo, hoy les ofrezco a ustedes, Mis nuevos apóstoles, ese mismo compromiso con Mi Corazón.

 

Los sacerdotes pronuncian la Oración de purificación del sacerdote antes de celebrar la Eucaristía.

 

Como en aquella noche cuando Me reuní con Mis apóstoles, hoy, en solemnidad, Me reúno con ustedes para restablecer la unión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios.

Por eso, con un Amor desconocido por cada uno de los Míos, Yo vuelvo a tomar el pan y a ofrecérselo al Padre para que sea convertido en Mi Glorioso Cuerpo. De la misma forma lo vuelvo a partir, y ofreciéndolo a todos, les digo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos el Cuerpo Vivo de Cristo.

 

Enseguida, tomé el Cáliz entre Mis Manos y, ofreciéndome aún más al Padre en sacrificio y amor por cada uno de Mis compañeros, le solicité que el vino fuera transubstanciado en Mi Preciosa Sangre. Enseguida, lo pasé a Mis compañeros como hoy se lo paso a ustedes, diciéndoles: “Toman y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que fue derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos la Preciosa Sangre del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo y nos da la paz.

 

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices y bienaventurados los que se vuelven a servir de este poderoso Sacramento, porque siempre les prometo Mi Amor, Mi consuelo y Mi Paz.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Unidos al Sagrado Corazón de Jesús, presente e insondable en este momento, terminemos de ofrecer estos elementos transubstanciados, en honor y gloria a nuestro Redentor, para que Su Amor y Su Misericordia se establezcan en el planeta.

Terminaremos esta consagración cantando el Padre Nuestro en arameo, junto a los ángeles de Nuestro Señor.

 

Canción: “Padre Nuestro” en arameo.

 

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

En unión a nuestro Maestro y a través de un gesto de reverencia, saludamos a nuestros hermanos, dándoles la paz.

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

 

Y anunciamos, en este momento, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, la Comunión Espiritual, en esta importante celebración de la memoria de la Última Cena, para que estos ejercicios se perpetúen a través de los tiempos y congreguen a muchas, pero muchas más almas, a través del Amor de Nuestro Señor.

Hoy, Nuestro Señor nos pide comulgar por los no redimidos.

Todos recibiendo la molécula crística del Señor. 

Todos contemplando, en esta Comunión, el Sagrado Corazón de Jesús y expandiendo la Luz de ese Corazón al mundo entero y a las almas, a través de esta alianza con la Comunión de Cristo; irradiando esta Luz a todos nuestros seres queridos, hermanos y conocidos; a nuestras familias, amigos y compañeros; todos recibiendo la Luz del Sagrado Corazón de Jesús que Él emana en estos momentos para todos.

Coloquemos en el Corazón de Jesús a todos nuestros seres queridos y al planeta, afirmando esa unión con Cristo; todos siendo aliviados y consolados por el Sagrado Corazón de Jesús presente en este momento.

Sintamos ese mismo abrazo que Él les dio a Sus apóstoles en la Última Cena. Y adoremos al Rey del Universo a través de esta Eucaristía.

 

Santísima Trinidad, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

 

Ahora, Yo Me puedo ir en paz, porque este momento está consumado, entregándoles internamente los primeros impulsos de Mi Retorno físico al mundo.

Los bendigo y le otorgo la paz al mundo, y especialmente a los que sufren.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en la Ciudad de Lima, Perú, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Me verán venir como un Sol en la noche, como Aquel que venció a las tinieblas y a la muerte; Aquel que hizo del mundo, un mundo rescatable y una humanidad redimida.

Pero no volveré como la primera vez, como lo fue en el pesebre de Belén. Volveré y retornaré distinto de lo que ustedes conocen y saben.

Si Mi Padre Me ha pedido estar aquí, es que es parte de Su Voluntad y no de la de los hombres. Su amado Hijo no desperdicia las Leyes de Dios, sino que las cumple al pie de la letra, por medio de Sus ejemplos y de Su testimonio.

Por eso, hijos, no dejen invadir sus corazones por los que dicen que Yo no estoy aquí. No les haría perder el tiempo, ni tampoco la hora. Cada momento para Dios es precioso.

De los que niegan de Mi Obra el Padre se encargará, porque así como Él es Amor, también el Padre es Justicia y la Justicia se está aproximando al mundo.

La Justicia de Dios arrebatará a los hombres de la noche a la mañana y nadie podrá escapar de ella, porque así como hoy Yo les doy Mi Misericordia, el Padre les entregará Su Justicia.

Es tiempo de hacer penitencia y de arrepentirse de corazón, para que estén a salvo, independientemente de lo que crean o de lo que vivan por medio de las religiones.

Yo vengo por fuera de la Iglesia para dar un testimonio vivo.

Vengo por los que no conocen la cristiandad, por los que nunca tuvieron la oportunidad de vivirlo ni de profesarlo.

Vengo a derribar el paganismo mundial y moderno, para que sepan que aún existe un solo Dios en Tres Personas y que el Dios de la Fuente y del Amor es para todos y no solamente para los cristianos. Mi Evangelio es para la humanidad. Mi Palabra de Salvación es para todas las razas y todos los pueblos.

¡Ay de aquellos sacerdotes que difaman Mi Nombre y no viven sus votos ante el Creador! Es más poderoso dar a conocer el Nombre de Jesús, que negarlo en aquellos que lo viven de otra forma, porque Mi Amor es misericordioso, piadoso e invencible.

Yo vengo con la voz del último profeta del desierto, como la Voz del Gran Sol de Universo. Vengo, por medio de este camino, a unificar las religiones, porque si no se unifican en este tiempo final, padecerán y no podrán decir al Padre que no lo sabían.

Mi Amor es crístico y redentor, y lo sigue siendo desde el principio, cuando encarné en la Fuente de Dios y vine al mundo para dar testimonio del Amor de Dios a las criaturas.

No quisiera que perdieran el tiempo, compañeros, en los comentarios. Concentren su atención en el mundo interior y no en los juicios y en lo superficial. Ya les dije una vez: por sus frutos los conocerán.

No vengo a trabajar al mundo con seres perfectos, ni seres sublimes. Vengo a escoger lo más difícil en este mundo, para hacer lo más grandioso por medio de Mi Obra Redentora.

Si Yo hubiera aparecido dentro de la Iglesia en este tiempo, Mi Voz hubiera sido anulada y no escuchada. La Voluntad de Dios no es comprendida por los hombres, ni tampoco aceptada. Por eso existe sufrimiento en el mundo, enfermedades, perdición, y aún existen las guerras y los conflictos.

Unifíquense antes de que todo se agrave. No pierdan el tiempo en lo que dicen o en lo que dirán.

Quien usa Mi Nombre para difamar, está perdido y solo Yo lo podré absolver y perdonar.

Para que vean cuán grande es Mi Misericordia, vengo a buscar a los que están más lejos de Dios, a los que están en otros caminos, para que finalmente encuentren el único camino que los lleva al Reino de Mi Padre, directo a Su Corazón.

Vengo a esta tierra y a este lugar para tornarla sagrada algún día, como lo fue en el principio. Por eso la misión recién comienza y su donación será imprescindible para que eso se pueda llevar adelante.

No pueden abandonar su consagración al Inmaculado Corazón de María, porque tampoco Su Energía Divina se desperdicia.

Yo vengo a darles a conocer el amor que pueden vivir en sus corazones y no a través de los hombres que dicen que lo viven o que lo practican. Muchos, a través de los tiempos, no han creído en la Obra de los Sagrados Corazones, pero cuando todo pase y todo termine, la humanidad se dará cuenta de que perdió una gran oportunidad.

Pero ahora Yo seguiré adelante con los que Me quieran seguir. No caminaré al lado de los tibios o de los fríos de corazón. El mundo necesita de auxilio y de mucha misericordia. El mundo necesita encontrar la Luz y salir de la ignorancia permanente.

Por eso camino junto a Mi Madre y a San José entre las naciones del mundo, para dar testimonio de Mi Retorno a la humanidad. Y esto no es una teoría.

Les vuelvo a decir: su Señor nada desperdicia, porque el Universo de Dios es sagrado y bendito. Y algún día, esta parte del Universo debe ser sagrada y bendita.

No permitan que los hombres tibios les coloquen vendas en los ojos para que no puedan ver el camino que Mi Corazón Misericordioso les está indicando en esta nueva etapa de sus vidas.

Consagrarse como un Hijo de María significa un compromiso irrefutable. Mi deseo no es ver hombres y mujeres vestidos de celeste, sino soldados que saben lo que están haciendo y que cumplen lo que dicen por donde van.

Si las almas no despiertan a su misión, ¿cómo la Tierra será curada? Es necesario determinación y valentía para animarse a vivir lo desconocido, lo que nunca han sabido, lo que nadie les contó, porque es algo nuevo dentro de Mi Obra Redentora, es algo para este tiempo, en donde todo se definirá.

Quisiera darles a beber de Mi Cáliz, pero veo que aún hay labios que no se abren para beber de Mi Sangre y comprometerse Conmigo. Pero no se desesperen; Soy paciente, porque todo tiene su tiempo.

Los que se consagran como Hijos de Mi Madre asumen vivir un solo camino y no dos. Les vuelvo a decir: debo extirpar con Mis propias Manos el paganismo moderno de estos tiempos. Las almas no pueden olvidar los Mandamientos y deben vivirlos como fueron presentados. Las almas no pueden perder el sentido de su camino y deben fortalecerse en la oración, porque será la llama que los iluminará en este último tiempo.

Hoy vengo a decirles que estoy volviendo, primero en Espíritu y después en Gloria. Reciban en sus corazones Mi Divino Espíritu, para que puedan sentir que todo es verdad y que no son solo palabras pasajeras o emotivas.

Vengo a despertar en este tiempo al hombre robusto y al viejo hombre, para que sean hombres nuevos, como lo hice con Mis apóstoles en el pasado. Necesito que estén aquí con determinación y fuerza interior para poder acompañar a su Maestro y Señor por nuevos caminos que no los aparten de su fe, ni de su creencia.

Debo propagar al mundo la verdadera cristiandad, la que surgió en las primeras comunidades cristianas, después de Mi Ascensión. Necesito ver sobre este planeta a una nueva y consagrada familia esenia, que viva Mi llamado con humildad y con alegría, sin dudar en nada.

Sé que muchos no creerán que Yo estoy aquí, como lo han profesado. Bienaventurados serán los que vivan el mensaje y lo hagan parte de sí, porque tendrán sabiduría para decidir y escoger.

Vengo a restaurar Mi Iglesia fuera de la Iglesia, llamando a nuevos obreros, para que en total resignación, humildad y entrega sustenten las paredes de Mi Templo en el mundo, aunque hayan estado en otros caminos o viviendo otras experiencias.

Quisiera que pudieran ver detrás de todo esto, el Amor; la invitación que los llamo a vivir en su Señor Jesucristo, sabiendo que el Amor es lo que permite todo, lo que concede todo, más que proclamar la Palabra del Señor, porque la Palabra de Dios se cumple cuando el corazón vive el Amor y no solo emite palabras vacías, como algunos sacerdotes, de los que aún espero por su arrepentimiento. Pero no se inquieten, todo se revelará y por sus frutos los conocerán.

Es más grandioso vivir el Llamado con amor, que con renuncia; es más grandioso vivir el Llamado con gozo, que con indiferencia, porque todo lo que les entrego es definitivo y no se volverá a repetir en ningún otro ciclo.

Por eso beban de Mis impulsos sagrados antes de que ellos terminen, porque la Fuente de Mi Divina Misericordia aún está abierta, pero algún día se cerrará, porque la humanidad deberá aprender por sí misma a arrepentirse de corazón.

Yo Soy ese Sol que ascendió a los Cielos, para retornar algún día a la Tierra y hacer repoblar con Mi Presencia a este planeta con nuevos Cristos, tan semejantes a Mí. Y aunque eso parezca una herejía, es una decisión de Dios. Su Palabra es santa y Su Voluntad es intransferible.

Quien acepta sin comprender será feliz. Quien lo vive sin entenderlo, entrará en el Reino de los Cielos.

Por eso, recen por los que no creen que Yo estoy aquí; desde los Sumos Sacerdotes, hasta los fieles de Mi Iglesia. Recen por el Santo Padre, para que él cumpla lo que Yo necesito, como sucesor de Pedro; para que él tenga la fuerza interior de llevar adelante el cambio que la Iglesia necesita en estos tiempos, desde su epicentro hacia todo el mundo.

Quisiera de Perú una tierra bendita, que siga propagando su fe y su humildad, como hasta los tiempos de hoy, por los tiempos que vendrán.

Quisiera que Me acogieran en sus corazones, en sus familias y en sus hogares, con una devoción más ardiente y encendida; con una fe inquebrantable; con una esperanza fortalecida y una alegría infinita de ayudar a los que sufren en cada parte de este mundo, sabiendo que, si hoy Yo estoy aquí, es por Voluntad de Dios, por determinación de Sus designios y de Sus honores para los que más sufren la desesperación y la enfermedad.

Hasta que las naciones no reconozcan que Mi Espíritu Divino está retornando, no podré retornar en Gloria al mundo. Por eso, como en otros tiempos, con pocos haré las grandes Obras de Dios.

Acepten vivir el despertar y su vida será renovada. Acepten caminar a Mi lado tomándose de Mi Mano y sus vidas se transfigurarán, porque no solamente vengo por los que Me aman, sino por los pecadores y los más imperfectos, por los que sufren y tienen heridas profundas en su consciencia.

Vengo como el Corazón de Luz de Dios, para reparar las heridas de la humanidad, para que al menos tenga una chance de darse cuenta que está perdida y que debe redimirse antes de que todo suceda.

Por eso, en este tiempo trabajaré con los ángeles de las naciones, a pesar de que ellos están muy ofendidos por lo que ven de cada pueblo. Si sus oraciones fueran sinceras y verdaderas, si brotaran de su corazón y de su profunda devoción, ellas ganarán más fuerza interior para evitar más desastres en el mundo.

Los ángeles son parte de sus vidas y sus vidas son parte de los ángeles. Despierten para lo que no pueden ver con sus ojos físicos, pero sí para lo que el alma puede sentir en su interior y es verdadero.

Déjense permear por Mi Fuego renovador y la Tierra será repoblada por una nueva esperanza.

Sean misioneros de Mi Corazón y Yo podré contar con ustedes a cada nuevo paso y en cada nuevo detalle.

Vengo por este pueblo, porque Me reconoce, porque Me quiere vivir y sentir. Abran sus corazones para recibir Mi Divina Misericordia, y todo pasará, porque nunca estarán solos si aceptan Mi llamado. Y si se arrepienten de verdad, todo se transformará.

Sean soles en esta nueva aurora que amanece y que despunta con fuerza y poder, para mostrar al mundo el retorno del Hijo de Dios.

Santificaré especialmente todos los elementos que hoy han traído a Mi altar, para que lleven a sus hogares un pedacito de la Luz de Mi Corazón.

Incienso.

También llevarán a sus hogares, sobre todo sobre sus corazones, una sagrada medalla, que he pedido que acuñasen para mostrar la Gloria de Mi Corazón, en lo que es simple y humilde.


Hoy elevo, Señor, esta sagrada ofrenda para Tu Universo Celestial, a fin de que las almas se purifiquen y encuentren reparación y consuelo en el Corazón de Tu Hijo, a fin de que cada elemento, como cada alma se santifique en Gloria a Tu Nombre y a Tu Divino Poder Creador.

Santifica Señor, todo lo que está aquí y purifícalo, para que alcance la Luz de la Redención. Amén.


Todo es santificado para que todo sea renovado como Dios lo ha pensado.

Hace más de dos mil años, Yo les enseñé a comer de Mi Cuerpo y a beber de Mi Sangre, y espero que hoy lo hagan para la reparación de Mi Sagrado Corazón ante los grandes ultrajes de las naciones, de sus gobernantes y de los pueblos que son ignorantes delante de la Creación; para que las Gracias del Padre, en Su divina expresión, desciendan sobre los que más necesitan de cura y de redención.

Tomé el pan y di gracias a Dios diciendo a los Míos: Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo, que es entregado por ustedes y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Di gracias a Dios por el Sagrado Cáliz; y Él lo bendijo a través de Su Hijo.

Y les dije a Mis apóstoles: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, la Sangre de la Nueva Alianza, que surgirá en el fin de los tiempos para la redención de los pecadores y la consagración de los que no se han redimido al Señor.

Y con la oración que les enseñé, el pan y el vino se transustancien y se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

Padre Nuestro.

Hasta que todo el mundo no coma ni beba de Mi Sangre, no habrá paz eterna en la Tierra. Por eso, Yo voy al encuentro de todos; no solo del que ya cree en Mí, sino también de los que no creen en Mí y están en otros caminos.

Que la Sagrada Luz de Mi Corazón descienda sobre estas medallas, para que lleguen a los que más la necesitan y especialmente a los enfermos, en los hospitales. Amén.

Hoy Me voy de aquí, compañeros, sabiendo que la Obra de Dios se pudo cumplir en este país, con la apertura de sus corazones y vidas al llamado de su Señor y Redentor. Y espero volver aquí para ver a muchos más, reunidos en Mi Nombre y clamando por Mi Misericordia.

Yo los bendigo en el Nombre de Nuestro Padre Creador, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias Señor por cuanto nos das! En este encuentro Te honramos Señor.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 50ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

Repitamos:

Ven, Humildad de Dios 
y fortalece mi vida.
Ven, Humildad de Dios
y hazme nada en Tu Esencia Divina.
Amén.

        Y ahora, a pedido de Cristo, la haremos juntos.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vengo con todos los Rayos de Mi Gloria hacia ustedes, Rayos más brillantes y dorados que todo este altar, que todos los soles que existen en el Universo; más brillantes que todas las estrellas, que toda la vida y que toda la esencia.

Esta es la Humildad de Dios en Mi Corazón, que hace posible lo imposible, que convierte el pecado en amor y que disuelve el error por medio de la Divina Misericordia.

Estos son los Rayos de la Divina Humildad de Dios, que los formarán, que los fortalecerán y que los animarán a seguir, en estos tiempos, el camino del apostolado que hoy les indico, al cual se han ofrecido por medio de sus intenciones en esta simple cesta.

Vengo a traerles el Don de la Humildad de Dios, el que ha permitido toda la existencia; porque en la Humildad de Dios está el amor y en el amor está la Sagrada Unidad, que es la Fuente de expresión de todas las cosas.

Vengo con Mi Corazón resplandeciente en este día, sintiendo el gozo profundo de sus almas por estar abriéndome los caminos para que Yo los pueda recorrer, junto a ustedes, en esta sagrada misión planetaria.

Vengo a entregar el Don de la Divina Humildad de Dios a todas las almas, especialmente a las buscadoras de la Verdad, a aquellas que aún no se sienten plenas en el Señor.

Hoy vengo a pedirles, amados compañeros, que no miren más sus errores; que miren en ustedes las virtudes, las santas virtudes de la transformación interior, no para vanagloriarse ni tampoco para engrandecerse.

El Don de la Divina Humildad de Dios les permitirá realizar Mi Obra y cumplirla en cada etapa, así como lo tiene previsto Mi Sagrado Corazón.

En esta Sagrada Humildad de Dios, en esta Divina Humildad del Padre, se encuentra la renovación de sus vidas.

Porque si viven en la Humildad de Dios mientras estén en esta superficie del planeta y ante estos tiempos caóticos, nada más importará.

Que sus corazones y vidas puedan ser fuentes e instrumentos de esa Divina Humildad.

Hoy, he decidido venir antes del tiempo previsto, porque la Gracia Me lo ha permitido y porque sus corazones aspiraron a encontrarme en su interior, pleno y vivo.

Los invito, compañeros, a buscar, en estos tiempos, la Divina Humildad de Dios.

Recuerden que, en el día de ayer, Yo les dije que depositaría en sus manos Mis Designios; este es el primero y el fundamental, porque en la Divina Humildad de Dios siempre encontrarán la salida ante las dificultades y todas las pruebas que puedan atravesar y vivir en este tiempo.

Los animo a no tener miedo, sino a fortalecer su confianza en Mi Corazón misericordioso.

Estoy viendo en sus vidas, finalmente, las Virtudes de Dios, el espíritu de la realización de Mi Obra en las almas más imperfectas de este planeta y en los espíritus que estuvieron muy lejos de Dios, hace mucho tiempo.

Por eso, les vengo a demostrar que es posible vivir en la Divina Humildad de Dios. Eso siempre los unificará como hermanos y Mi adversario no colocará su mano para intentar destruir Mis Planes en ustedes.

Ya han construido en ustedes, en estos últimos cincuenta encuentros, el Don de la Fortaleza, que los lleva siempre a tener más sabiduría en el momento de tomar decisiones importantes en sus vidas.

Un ejemplo de todo esto son los Adoradores de Mi Santísimo Cuerpo Eucarístico.

Vean cómo Yo no he hecho nada, sino cómo ustedes lo hicieron todo por medio de su constancia, de su perseverancia, de su fe; superando obstáculos, internos y externos; superando barreras, límites y todas las perturbaciones posibles, para poder finalmente unirse a Mí en la Sagrada Fuente de la Eucaristía de Mi Corazón.

Es así, que hoy vengo como Sacerdote Mayor, para celebrar este momento con cada uno de ustedes, por la humanidad, por todos los pueblos y todas las razas, por todas las naciones del mundo; más aún por aquellos que están lejos de Dios, en su profunda oscuridad.

Hoy, quiero que sus corazones sean relicarios, que se conviertan en tabernáculos, para que Yo pueda depositar la Eucaristía de Mi Corazón en la más perfecta unidad con sus esencias.

Vengo así, a tejer, simbólicamente, con hilos de oro, desde Mi Corazón hacia cada uno de sus corazones; trayéndoles los Dones del Espíritu Santo, que se han mostrado verdaderamente en sus almas, en cada grupo de oración y en cada grupo de servicio, que sostiene, perpetuamente, Mi estandarte de la Paz.

Vendrán tempestades, la Tierra temblará, el universo gritará y se escucharán cosas espantosas, pero les pido que, en este encuentro número cincuenta, sus corazones no vacilen, sino que pongan en práctica las virtudes espirituales que han adquirido por medio de la oración, de la comunión y de la Adoración a Mi Sagrado Corazón. Eso los hará invencibles, a pesar de cualquier locura. Eso los hará fuertes, a pesar de cualquier embate.

Aunque Cielo y Tierra pasen, Mis Palabras se perpetuarán en aquellos que han creído en ellas, porque serán victoriosos como es victorioso Su Rey del Universo y cada esencia divina que vibra en este universo sideral.

Vengo a darles fuerza, coraje, valentía, entusiasmo y una inextinguible motivación para los tiempos difíciles que llegarán.

No puedo negarles los tres días de oscuridad. Ustedes deberán ser Mi Luz en el mundo, más brillante que el Sol y que todas las estrellas porque así, serán faroles en el mundo que iluminarán en la noche a todas las esencias caídas y a los ángeles del universo que vendrán en auxilio de la humanidad para retirarla de su abismo y de su derrota.

Enviaré, entonces, al Arcángel Rafael para que Él los cure, todavía en este tiempo que resta.

Enviaré al Arcángel Gabriel para que en sus mundos internos se anuncie la Palabra de Dios y sepan estar, actuar y proceder en donde Yo lo necesite.

Enviaré al Arcángel Miguel para que sus almas se conviertan en una luminosa espada que cortará las tempestades, disolverá los abismos e iluminará los caminos de los que están en tribulación.

Por eso, Mi Madre Santísima se anuncia en este tiempo para dar el mensaje de Mi Retorno.

La última fase que vivirá la humanidad será un servicio mayor y exigente, hasta que todo suceda.

Esa será la hora de que se refugien en Mi Corazón, para que el Señor, el Todopoderoso, los ampare y los guarde de todo mal.

Pero les pediré una última cosa en ese momento, que oren por los que permanecerán en la oscuridad y que partirán de este mundo en tinieblas, porque han buscado ese destino para sus vidas.

Nadie podrá salvarse del Juicio Universal. Será necesario pasar por eso porque de lo contrario no podrá existir una Nueva Humanidad.

Yo los preparo para que sean parte de esa Nueva Humanidad, para que crean que podrán serlo por encima de todas las cosas y, principalmente, para que dejen de sentirse como estrellas caídas porque ahora ya son estrellas redimidas por la Gloria de Mi Corazón.

Acepten entonces, en esta tarde, esta Comunión Conmigo para que podamos prepararnos para ese próximo tiempo con total consciencia y discernimiento.

Hoy vengo a oficiar, a través de los Sacerdotes, estos sagrados Sacramentos que servirán de impulso espiritual para las almas, de cura y de renovación para todos los que los vivan interiormente.

Hoy no quiero hablarles del mal que hace el mundo, por mayor que sea. Hoy quiero quedarme en el regocijo de sus corazones al haber confiado en Mi santa Palabra; por más que no Me vean, por más que no realice grandes fenómenos o milagros ante ustedes, porque el verdadero milagro es la conversión y la redención de sus corazones; así se cumplirá Mi Voluntad.

Celebremos entonces, hijos de Mi Padre, esta coyuntura especial en la que Mi Corazón es el Portal hacia el Cielo para cada uno de ustedes, el Cielo atraviesa Mi Corazón para llegar hasta aquí y unirse a sus almas.

Entremos, entonces, en el júbilo de Mi Reino Celestial, en donde he preparado una morada para cada uno de ustedes, después de esta vida.

¿Aceptan esa Morada de Dios?

¿Aceptan ir Conmigo al Paraíso?

Entonces Mi Obra se cumplirá aún más, contaré con ustedes, paso a paso, en todo lo que necesite para realizar el Proyecto Redentor.

En esta tarde, sientan el gozo de estar Conmigo y, a través de esta unión, disuelvan el mal de la humanidad.

Ustedes son almas al servicio del Padre, vivan en el espíritu de Su Santa Humildad y la Tierra será repoblada de Nuevos Cristos.

Ahora consagraré los elementos y también a los que hoy se consagrarán, después de haber vivido este ejercicio de Adoración, a Mi Corazón Eucarístico y Divino.

Que este ejercicio se cumpla hasta el fin de sus vidas, para que más almas sientan el magnetismo de vivir, como ustedes, la sagrada Adoración, trayendo el Universo de Dios a la Tierra con una simple mirada a Mi Eucarístico Corazón, lleno de bondad, de Misericordia y de un profundo amor que he sentido de ustedes en muchos momentos.

Esto es lo que Me hace retornar aquí, porque ya no sería posible por todo lo que hace el mundo y su humanidad, por todo lo que promueve esta raza de superficie en la Creación y en los Reinos de la Naturaleza.

Finalmente, compañeros, con Mi Mano sobre Mi Corazón, puedo decir que ustedes ya son parte de Mis Manos y de Mis Pies, y Yo Soy en ustedes, en esta Obra de redención planetaria, por medio de los grupos de oración, de los peregrinos y de los miembros que forman parte de Mi Red-Luz universal.

Brillen como soles todo el tiempo.

Brillen como almas y como esencias, y sus dificultades se disolverán.

Brillen como han brillado los Adoradores y sigan haciéndolo para que Me superen en el Amor y en todo lo que Yo he vivido por ustedes durante Mi Sagrada Pasión, porque creo que es posible que Me puedan superar en el Amor.

En el Nombre de Mi Padre, ¡aleluya!

No seguiré emanando más Amor porque podrían ahogarse.

Soy exigente, pero amo todo lo que contemplo, todo lo que busco y a quien llamo para servirme.

Celebremos esta alianza entre el Cielo y la Tierra. Celebremos esta alianza entre Dios y Sus pacificadores a fin de que exista un mayor tiempo de paz en este planeta.

Ahora, para que los ángeles transubstancien los elementos entonaremos el cántico Aleluya, así como lo han entonado con el gozo de sus corazones ante Mi Presencia sacerdotal. Los escucho.

Me siento feliz cuando las almas se consagran y el Plan de Mi Padre se realiza y se manifiesta en las cosas más simples y humildes. Este es el fiel ejemplo de que siempre allí, encontrarán el Reino de Dios.

Todos pueden ser Adoradores de Mi Corazón siguiendo los principios de la Orden que Yo he fundado, en estricta obediencia. Eso testimonia que Yo estoy aquí presente, obrando y trabajando por medio de sus corazones y vidas. Esto es lo que hará siempre que Mi Obra en la humanidad sea eterna.

Les agradezco ante la presencia de los ángeles y de los coros de Dios.

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Antes de irme de aquí, también quiero que glorifiquen este momento por medio de una simple canción para que, a través de ella, Yo pueda hacer llover mucho más amor en el mundo.

Les agradezco.

Canción: Lluvia de Amor.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 4, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Verán en el cielo una gran señal: una Mujer vestida de Sol, coronada con doce estrellas, con la Luna a Sus pies, trayendo el anuncio de la próxima venida de su Redentor.

A Su derecha, verán al profeta Juan Bautista volver a proclamar la Palabra de Dios, para que los mil años de paz se cumplan en toda la esfera de la Tierra y en este universo local.

Después verán venir entre las nubes, con un gran estruendo de luz, a su Señor y Maestro, el Redentor, rodeado de muchas legiones de ángeles que proclamarán con sus trompetas el despertar de la Nueva Humanidad.

Pero antes de que esto suceda, vendrá vuestro Padre Eterno, a través de Su Hijo Amado, con todo Su Poder, con toda Su Ciencia y con toda Su Sabiduría hará resplandecer Su pequeño Corazón, porque ese Corazón que Él hará resplandecer, será más fuerte que cinco millones de soles.

Verán así a la Divinidad del Padre en Su amadísimo Hijo y en Su amada Señora, acompañada por San Gabriel Arcángel y por San Miguel Arcángel, quien colocará Su espada en el centro de este mundo, en dirección a la Tierra y señalará a las tribus en dónde deberán congregarse para poder escuchar nuevamente, en consciencia y en despertar, la Palabra de vuestro Señor Dios Todopoderoso, a través de Su amadísimo Hijo, el Redentor.

Después vendrá el Juicio, el Juicio Universal, en el que las almas serán juzgadas según los méritos alcanzados en su vida terrenal y, por todos los sacrificios ofrecidos a Dios, muchas de las almas que hoy viven sobre el planeta esta experiencia de amor y de perdón, se tornarán bienaventuradas y simples, tan, pero tan semejantes a Dios, que esa sensación y ese sentimiento será reconocido por todos los universos y más allá de estos.

Después verán el juicio de Lucifer, que hará el Santo Arcángel Gabriel, reuniendo a los Señores del Juicio Universal, él vivirá su juicio ante el mundo y la humanidad.

Y el Padre, con todo el poder de Su Misericordia y Amor, a través de San Miguel Arcángel, hará descender Su Trono y le entregará al Santo Arcángel Miguel, en una de Sus manos, el Cetro de Luz de Su Poder, que será utilizado para vencer el mal para siempre.

Verán así, a la Santa Señora de Dios llamar a Sus hijos que están en el desierto, para que puedan volver a encontrar la paz. En ellos brillará una luz desconocida que será entregada por el Santo Padre a través de las manos del Arcángel Rafael. Esta luz, que será derramada como una lluvia de Gracias, será tan potente e infinita que será vista desde el universo.

Con toda la fuerza del Amor del Padre, verán brillar en esas criaturas a los nuevos redimidos, grandes espejos de luz que darán la señal, en ese momento, de que estará completándose el último ciclo de la humanidad.

No se preocupen por las interferencias, Dios las permite para que el mundo pueda saber y, sobre todo las tinieblas, que ya les está llegando la última hora de rendirse ante el Poder del Todopoderoso, como lo fue en la victoria de Cristo en la Cruz. Si Yo Soy su Señor y Rey, nada deberán temer.

Yo les entrego las profecías para que las escuchen y no las coloquen en sus mentes, sino en sus corazones. Dejen que Mis Palabras broten como un nuevo manantial en sus seres. Y así, con el pasar del tiempo, podrán comprender Mis Misterios que todavía son desconocidos por la humanidad. Por eso, hoy he traído aquí a Mi Divina Madre y Santa Señora, y a Mi amado primo Juan el Bautista. Ellos representan para ustedes la señal de un nuevo anuncio que llega, junto con su Rey, para ser proclamado en la humanidad.

Las profecías no existen para ser comprendidas, sino para ser aceptadas humildemente, porque así las almas comprenden el Reino de Dios y Su próximo Proyecto en la humanidad. Vigilen por estas enseñanzas para que, saliendo de esta Sagrada Semana, ellas no se desvanezcan de sus memorias cuando vuelvan a enfrentar el mal, el que aún debe ser vencido en esta batalla final.

Después de que los hijos de la Divina Señora sean sacados del desierto, habiendo encendido en sí el espejo del amor y el sol interior, descenderá a la Tierra el amado Hijo, acompañado por los Arcángeles, que traerán entre Sus manos el Arca de la Santa Alianza. Así, el planeta será renovado y los impulsos espirituales y crísticos serán vividos

La paja será separada del trigo y las almas serán como flores, como flores redimidas, en Mi Jardín celestial, que Yo cultivaré en este planeta y en los continentes, con Mis propias Manos.

Verán así a su Jardinero fiel sembrar la Nueva Tierra con nuevas leyes y principios. Los ángeles y arcángeles ayudarán a las tribus, a las tribus de Israel, hoy esparcidas por todo el mundo, para que se puedan congregar en la nueva ceremonia, en la nueva Comunión de la Paz, que será instaurada e instituida después del Juicio Final.

El padre infiel, el ángel caído, será sacado del planeta. Con gran solemnidad y reverencia, los ángeles más resplandecientes postrarán su rostro sobre el suelo para pedir la Misericordia de Dios y la expiación universal y cósmica, interna, espiritual y álmica por todos los pecados, por todos los ultrajes y por todas las maldades cometidas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:
Nuestro Señor está pidiendo al coral tocar "Así habló el Maestro".

 

Cuando llegue la hora de la expulsión de Lucifer del mundo, todas sus tropas caídas serán colocadas en bellos diamantes de luz que los ángeles elevarán con su canto y alabanza hacia universos muy semejantes a este.

El Ojo vivo de Dios, en esa hora definitiva, estará mirando y contemplando a la humanidad, mientras las tribus se reunirán en torno de la Divina Señora y Gloriosa Madre. Se prepararán para recibir a su Maestro y Rey, en Su Retorno al mundo. Se encenderán luces desconocidas sobre el planeta, que serán vistas en Oriente y en Occidente.

Los antiguos patriarcas del desierto y los profetas, reaparecerán en la humanidad como seres vivos y resplandecientes. Todos los concejos antiguos de esta humanidad seguirán el caminar de su Glorioso Rey y con una mirada serena y paciente, fija en el horizonte, verán venir al Señor entre las nubes. Escucharán en su interior la Palabra y el Llamado de Adonai.

Todos estarán atentos en ese momento, porque el planeta estará en un gran movimiento universal. Será la hora marcada y definitiva en la que el real tiempo, aquel tiempo esperado por todas las legiones de la Tierra, por todos los pueblos del desierto y por todos los seres de buena voluntad, ingresará en la consciencia planetaria. Una nueva señal se dará en el universo; una estrella más brillante que el Sol, en la esencia del Espíritu Santo, brillará en el firmamento, muy cerca de la Cruz de Sur.

Escucharán así, los consecuentes, primero en su interior, las palabras sobre el retorno de su Rey. Todos abrirán sus oídos internos y así podrán reconocer en su interior que la esperada hora está llegando.

Los señalados por la Santa Madre de Dios sentirán un gozo y una alegría inexplicables. Después de haber encendido el espejo de sus corazones, estarán en absoluta y en definitiva unidad con el Rey. Así se dará una profunda comunión con la Nueva Humanidad.

El Rey, en compañía de los sabios y de los profetas, mostrará para el mundo las Tablas de la nueva Ley; aquellas Leyes que harán repoblar el nuevo planeta. Todos escucharán con atención los nuevos Mandamientos, que tendrán como base fundamental, amar a Dios sobre todas las cosas como también amar a sus semejantes.

La Santa Trinidad descenderá. Finalmente, después de tantos errores y de tantos cometidos, las almas, en total plenitud y confianza, estarán en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Amén.

La última trompeta, que por indicación del Arcángel Gabriel sonará en el plano espiritual de las consciencias, traerá una nueva consciencia en la humanidad y muchos reconocerán sus pecados, sus acciones e indiferencias y, sobre todo, los ultrajes cometidos a los sagrados Reinos de la Naturaleza.

Como de la nada, las almas escucharán la esencia de los Reinos. El alma grupo de cada Reino hablará por sí sola. Y esa comunicación, que nunca se ha podido dar entre los hombres y los Reinos, será concedida por el propio Dios. En el momento en que esto suceda, la Nueva Humanidad tomará consciencia de todo el sufrimiento ocasionado a través de los tiempos y de los siglos.

En ese momento, las puertas de los más sagrados recintos se abrirán. Lo que antes era invisible y oculto, se tornará visible y material para todos. Nadie podrá creer lo que verá y esa humanidad nueva tomará consciencia de quiénes, en verdad, han acompañado al mundo desde los principios de este Proyecto humano. Ellos tendrán escritos en sus pechos, como letras de fuego, las leyendas de los más grandes sabios que acompañaron a la humanidad a través de los tiempos y que hicieron posible que esta humanidad, la humanidad de hoy, todavía no se autodestruya.

Las almas que han sido congregadas por la Madre del Mundo y por el Amor de la divina Señora, se postrarán en el suelo, colocarán sus manos sobre sus rostros y llorarán, porque el mundo y la vieja civilización no tomaron consciencia de esto, de la presencia de los más grandes sabios, en los recintos más internos de la Tierra.

En el desierto de Mongolia se proclamará una voz, que ha estado muy silenciosa a través de los tiempos. Un antiguo y gran Patriarca se mostrará a la humanidad y en su más cálido y expresivo amor, mostrará para las almas consecuentes un divino y sagrado legado, bien guardado en sus corazones de oro; porque las almas verán brillar como el oro el corazón de ese gran sabio, y así comprenderán que un sagrado conocimiento guardado en los mundos internos, será entregado como llave para los que repoblarán la Tierra.

Durante los mil años de paz no será necesario sufrir, porque en verdad les digo que la Nueva Humanidad finalmente habrá aprendido que no era necesario seguir por ese camino y estar apartado del Amor de Dios.

En aquel tiempo, la santa Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estarán presentes sobre la humanidad. El Hijo de Dios visitará la Tierra muchas veces, y en esa hora muchos conocerán Su verdadera Faz. No solo verán al Nazareno, sino al Hijo de Dios Glorificado en Su más simple humildad y Misericordia. Los corazones sentirán en aquel momento, la grandeza del Amor de Dios y Su infinita Piedad.

En esos tiempos que llegarán, todo será más pacífico. Ninguna nación se opondrá a otra nación. Las humanidades no estarán en contra de las Leyes de Dios ni tampoco de los principios que rigen los universos. De esta forma, la Tierra prometida llegará, saldrá viva de las Escrituras y estará materializada en este planeta, en los nuevos congregados por la paz.

Y cuando los recintos más sagrados estén abiertos, como puertas de luz y de gran consciencia, a los ojos de todos los merecedores de esto, el Hijo de Dios, más brillante que un sol y que cientos de estrellas, hará la Comunión con Su nuevo pueblo. Las fallas cometidas en el pasado serán borradas. Habrá un corte en el tiempo y en el espacio de toda la historia de la humanidad, desde el principio de Adán hasta antes del Nacimiento de Cristo, y después de la Ascensión de Cristo hasta el presente. Esos tiempos serán extirpados y en la memoria de los más humildes prevalecerá el recuerdo de su Maestro y Señor, en Israel.

Cuando las Santa Comunión de la Nueva Alianza entre los consecuentes y Nuestro Padre Dios sea entregada, se fundirá en cada consciencia la esencia de la Divina Trinidad y todos estarán en un gran gozo; una alegría inmensa los colmará, alegría, gozo y gloria que durará mil años.

Y finalmente, después de esa Santa Comunión y de esa nueva alianza con el Glorificado Rey, el Pastor de las multitudes y de todas las razas, hará que todos los pueblos, que todas las naciones y todas las lenguas se comprendan, como nunca antes se comprendieron, porque vivirán finalmente en el amor.

Las armas más peligrosas serán retiradas del mundo. No habrá arma más potente que la que tiene Dios a través de Su Corazón, que es el poder de Su Amor.

La Tierra, en los días del Juicio Final, se librará de muchas cosas. La Tierra ya no temblará, los mares ya no se agitarán, cuando el Hijo de Dios venga entre las nubes, encendiendo todo el universo sobre la humanidad dormida.

Vengo así en este día, a dar continuidad a la profecía que una vez prediqué en el Templo. Dichosos de aquellos que creen en lo que les digo, porque los tiempos pasarán, mas Mis Palabras se sembrarán en los corazones simples. Que así sea.

 

Jerarquía Divina de Ángeles y Arcángeles
te abrimos la puerta, que ingrese la Luz.
En nombre de la humanidad,
invocamos ahora Tu Cósmica intervención. Amén.

(en portugués, tres veces)

 

Escuchen la Voz del Maestro con amor, para que los nuevos códigos que están siendo sembrados ingresen en la consciencia de todos y de aquí a seis meses de su tiempo, no se reconocerán.

Hoy Dios quiere, que el Hijo de Dios sea nuevamente el Sacerdote Mayor para todas las criaturas de la Tierra y para todos Sus seguidores.

Que las almas sean ungidas por el espíritu sagrado de la Cura, para que en ella se cumplan los Designios de Dios. Amén.

Estoy vertiendo los Rayos de Mi Gracia sobre todos los elementos ahora expuestos, para que así Mi Gracia se multiplique en toda la humanidad. Y ahora no son solo ustedes los que reciben Mi Misericordia, sino todas las razas y culturas de la Tierra, a las que Yo iré a su encuentro, en poco tiempo.

Es así como a través del misterio de la Comunión, de todos los panes y vinos ofrecidos en Mi Altar, es que Yo multiplico, en esta hora, todos los Rayos de Mi Gracia para que lleguen a todas las culturas del mundo y Mi Voz sea escuchada en todos los continentes y en todas las lenguas. Recuerden que aún tengo esa aspiración. No demoren, porque muchas almas agonizan sin poder reencontrar al Señor y ni siquiera poder comprenderlo en su propia lengua.

Mi Mensaje de Paz en esta Sagrada Semana, se extiende al mundo entero y, sobre todo, a aquellas regiones del planeta que no viven la paz, sino solo la guerra y la destrucción.

Hoy he reunido a sacerdotes y adoradores, porque Mis Sacerdotes representan a Mis discípulos y los Adoradores representan al pueblo de Dios, a aquellos que escuchan la Palabra Viva que proviene del Corazón de su Maestro.

Es así que a través de estos elementos, compañeros, estoy confirmando que este es Mi Cuerpo y esta es Mi Sangre, y que también Mi Palabra, la Palabra de Dios, llegará a los lugares más lejanos del mundo, por la obra y la acción de sus seres en este Plan, unidos a su Redentor.

Europa deberá reabrir las puertas para que los Sagrados Corazones lleguen a Asia y Oceanía en un próximo ciclo.

Hoy Mi Corazón les muestra el deseo ardiente de visitar Japón, Tailandia, Corea del Sur y Australia, en donde Mi Mensaje se multiplicará para el mundo y para todas las almas que allí se encuentran.

Eleven su oferta a Dios.

Padre Nuestro (en arameo).

Padre Nuestro (en portugués y español).

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:
Nuestro Señor está pidiendo que un hermano, de habla inglesa, venga aquí para hacer el Padre Nuestro en inglés, por favor, para completar esta consagración. 

 

Padre Nuestro (en inglés).

Quédate en paz, hijo Mío, Mi Gracia está sobre ti. Te agradezco.

Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco queridos compañeros, por haberme acompañado hoy en esta sagrada proclamación de la divina Profecía de Dios.

Les agradezco.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 2, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy Mi Iglesia Celestial está aquí y vine primero para sacramentarlos para que alcancen, al igual que Yo, la santidad.

Vean cuán importantes son, compañeros, los elementos sagrados en Mi Altar. Ellos son parte de Mi Iglesia Celestial extendida en los confines del universo, entre las dimensiones y en todos los planos de consciencia.

Esta es la verdadera Iglesia que Yo quiero que alcancen, porque ustedes pueden ser parte del pueblo de Dios y estar así dentro de Mi Iglesia Celestial. Cuán importantes son los elementos de Mi Iglesia Celestial, para que las almas puedan recibir las Gracias, la cura espiritual y fundamentalmente, la redención.

Hoy he sacramentado cuatro sacerdotes, en representación de muchos más que Me sirven a lo largo y ancho del mundo. Porque si el sacerdote no está unido a Mí con todo su corazón y su alma, la Iglesia Celestial no puede descender, ni aproximarse a las almas.

Estas cuatro almas, que hoy he sacramentado, representan a los pastores de Emaús, aquellos que confiaron en Mi Resurrección y que, en el último instante de sus vidas cuando sus consciencias despertaban, Me recibieron sin percibirlo y confirmaron en sí la confianza en Dios, en el Padre Eterno.

Hoy quiero extender esta Iglesia del universo para todos, porque es necesario que todos ingresen en ella para que, nuevamente, compañeros, sean bautizados, ungidos y bendecidos por el Espíritu Santo, que es el que reúne el valor de todos los sacramentos que son ofrecidos en este planeta.

Quiero que sientan dentro de Mi Iglesia a los ángeles de Dios que vienen a participar de este encuentro Conmigo. Abran sus corazones e ingresen en Mi Iglesia Celestial, para que puedan encontrarse con el Padre Celestial, en esta hora tan aguda del planeta, en la que muchas almas hacen sumergir a muchas otras en los abismos del error y del pecado.

Como Sacerdote Mayor, quiero que hoy todos se sientan sacramentados por Mi Espíritu, recordando que el principal Sacramento para sus vidas es la Eucaristía y que todo el valor que ustedes le puedan dar a ella representa, en estos tiempos, una fe incalculable.

Ahora, haré posar Mi Iglesia Celestial sobre sus almas. Quiero que se arrodillen y vayamos al encuentro de Mi Iglesia.

Vean a los ángeles descender del Cielo y traer en sus corazones la Gloria de Dios, para que esta sea expresada desde las alturas en todos los seres de buena voluntad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Jesús está pidiendo que cuatro Auxiliadoras de la Divina Misericordia coloquen las cuatro cestas de comunión que hay en el Altar.

 

Mientras Mi Iglesia se abre para todos, llegó el momento de la gran invocación, porque Aquél que está en los Cielos y nos da la vida eterna, por siempre debe ser alabado y honrado.

Poderoso es Su Amor. Grandiosa es Su Misericordia.

Dichosos todos aquellos que se unen a Su Fuente Primordial.

Mientras los ángeles se aproximan a Mi Iglesia, alabaremos a Dios y a su Santo Nombre, en las palabras sagradas del Kodoish melódico. Todos canten de corazón mientras las puertas se abren, para revelar el misterio de Mi santa Iglesia Celestial.

 

Canción: Kodoish melódico.

 

Esta Iglesia Celestial está basada en un gran tesoro del Padre, el Arca de la Santa Alianza, que guarda las mayores experiencias de amor vividas desde el principio de esta creación.

El Arca representa la síntesis de todo lo creado y en ella se expresan los Dones de Dios, entregados por el Santo Padre a las diferentes humanidades.

Este es el Arca que es contemplada por los seres celestes y por todos los ángeles del cielo que participan de esta comunión perpetua con este símbolo sagrado de Dios.

Vean también dentro de ella, el Santo Grial, instrumento fiel que estuvo entre Mis Manos, durante la última cena, cuando Yo pude instituir una alianza inquebrantable entre los hombres y Dios.

Santo es el Todopoderoso que ha permitido que, estas reliquias que provienen del universo y de la Tierra, sean guardadas en la Santa Arca.

Los fieles patriarcas de la historia de su humanidad, tuvieron contacto con este símbolo espiritual, para que supieran cómo alcanzar la unión con la esencia espiritual de Dios, algo que se guarda en Su infinito Corazón y que es altamente invisible.

Cuatro ángeles custodian la Santa Arca para que sea protegida y al mismo tiempo adorada, porque Dios guardó dentro de ella los instrumentos espirituales y también inmateriales, que Él utilizó para generar la Creación, que son sus más profundos Dones, Sus deseos puros y verdaderos de que exista en este universo una sagrada humanidad que lo pueda amar mucho más de lo que Él ama a toda la Creación. Por eso, Yo vine al mundo, para extender el misterio de esta Santa Arca, a través de Mi encarnación en la Tierra, como uno de los principales Aspectos de Dios, a través del Amor-Sabiduría.

Esta Arca también fue colmada por Mi Sacrificio en la Cruz y en cada paso de Mi Pasión.

De esta Arca brotó el nuevo conocimiento para el hombre de superficie, porque cuando Mi Sangre fue derramada, los santos ángeles, a los pies de la cruz, recogieron Mi Sangre para ser espiritualmente depositada dentro de esta Arca que guarda la historia de esta Creación y que solo Dios y los arcángeles conocen.

¿Por qué hoy les revelo esto?, amables amigos míos, es para que sus espíritus, que han sido víctimas del sufrimiento y también de muchos errores cometidos a través de los tiempos, puedan ser bañados con la esencia divina de la Santa Arca, y así pueda surgir una nueva oportunidad que será inexplicable para sus vidas, en los próximos seis meses.

Si esta aspiración de Dios, que Él derrama hoy a través de Su amado Hijo, aquí presente, entregándoles la revelación de esta Santa Arca y, si toda la aspiración y el proyecto pensado para esta Sagrada Semana, fuera verdaderamente considerado por sus corazones y valorado como nunca antes han valorado nada, podría decir, que al menos una parte del mundo no temblará.

Si su confianza fuera plena en este misterio de la Santa Arca, guardado en el centro de la Iglesia espiritual de Dios, las almas podrán recibir una Gracia máxima que nunca recibieron, para que sus consciencias y la vida planetaria sean regeneradas en este tiempo final.

Esta Sagrada Arca, contemplada y adorada por los ángeles del Cielo, es custodiada por dos Menorah. Cuando las catorce velas encendidas en los dos Menorah se consuman completamente, después de estos siete días Conmigo, del universo llegará un gran anuncio a la humanidad, para que muchos más puedan despertar y responder al Llamado de Dios, uniéndose como una única raza y reconstruyendo las bases de la consciencia planetaria para que, finalmente, surjan los primeros impulsos de una Nueva Humanidad.

La Iglesia Celestial es permeada por la Sagrada Presencia de la Santa Arca para que la alianza entre las almas y Dios se pueda vivificar en estos tiempos, y despierten nuevos patrones en la conducta de la humanidad.

Ahora sacramentaremos los elementos colocados en el altar para que sean fuente de salvación para las almas.

Pueden sentarse.

El Señor Dios Todopoderoso, se hizo pequeño e insignificante a través de Su Hijo, y Su Hijo, al mismo tiempo, se hizo más pequeño y humilde entre los humildes, para que muchos pudieran alcanzar la luz y la redención. En este misterio que hoy les revelo, el pan y el vino representan el esfuerzo de los hombres de la Tierra, para generar en sí, los méritos de poder ingresar, en la Fuente de la Vida Divina.

Valiosos son los sacrificios ofertados en el Altar de Nuestro Padre porque, por más pequeños que parezcan, lo que Dios contempla, a través de los sacrificios, es el absoluto amor que cada alma puede entregar con cada nuevo paso que da.

Por eso, el pan y el vino, convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, representan para las almas de la Tierra una gran Fuente de Sabiduría eterna y la posibilidad de encarnar en sí, con mucha fe, los Dones del Creador. Por eso, los ángeles participan en este momento y de esta transustanciación, para que la vida, toda vida humana, también reciba esta transfiguración de sus células, así como vuestro Señor, Jesús el Cristo, se transfiguró en el Monte Tabor, para revelar al mundo quién era Él en verdad, en esencia y en espíritu.

Ustedes también, compañeros, tienen una esencia verdadera que es atacada por Mi adversario. Por eso, Yo vengo del Cielo para poder apartar de sus vidas, todo lo que los separa de Mi camino, porque al final de todo, lo que Yo deseo profundamente es que se amen los unos a los otros, de la misma forma que Yo los amo a través de Dios. Que así sea.

Hoy sus Ángeles de la Guarda participan de este momento. Alegren sus corazones y sonrían a la vida que Dios les entregó, para que Mis Misericordias puedan seguir siendo derramadas en el mundo entero y de esa forma las guerras terminen, los conflictos cesen y el triunfo de Mi Corazón se concrete en la humanidad. ¡Aleluya, Aleluya!

Yo bendigo estos elementos para demostrarles el testimonio de Mi Amor por la humanidad. Bienaventurados los que participan de este encuentro, porque estarán entregando a Dios Mi dolorosa Pasión por la salvación de este planeta, de sus continentes y océanos, de todo lo que fue creado desde el principio, desde los minerales, vegetales, animales y todo ser viviente que vibra en este universo, como portador de la paz.

Los códigos que Yo derramé en la Última Cena están guardados en la Santa Arca. Dichosos sean los que la contemplan de corazón, porque sentirán en sí la nueva vida.

Mientras Mi Iglesia se muestra al mundo para que la espiritualidad en la humanidad sea restaurada, hoy quiero que ofrezcan a Dios un cántico originado en esta Comunidad, que ha dado muchos frutos. Este cántico revela un misterio, la simplicidad de estar unidos a Dios en la trascendencia de sus seres.

Hoy quisiera que todos los consagrados de las Comunidades-Luz, los Guardianes y Vigilantes, llamados Residentes-Luz, se acerquen a este altar, para cantarme este cántico que será llevado a Dios. También pueden estar aquí los Misioneros.

Enciendan las llamas de amor en sus corazones, porque este momento es único para el mundo y no podré decirles, cuántas veces más se repetirá, porque la Tierra y toda su raza, está en su gran auge de purificación, intentando ser llevada a las puertas de la redención.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar, a pedido de Nuestro Señor, "Sopro do Espírito".

 

Quisiera decirle a los Residentes-Luz, que ellos representan para Mí, las semillas de los nuevos patrones para esta humanidad, que estando en su sufrimiento se ha apartado del amor. Hoy, a ustedes, queridos guardianes de Mis Centros de Amor, les doy la bendición, para calmar sus corazones y alegrar sus espíritus por este sagrado reencuentro.

Tengan fe, porque Yo estoy más cerca de lo que parece.

En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos con alegría.


Canción: "Sopro do Espírito"

 

Si algún día pierden la esperanza, recuerden que esta canción los aproxima al Cosmos y al Infinito, a lo profundo de sus esencias, para que se pueda concretar la Sagrada Voluntad de Dios en todas Sus criaturas.

Yo los bendigo por la autoridad Celestial que el Todopoderoso Me concedió como Su Primogénito en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Arcángel Gabriel:

Yo Soy el Arcángel Gabriel, el Mensajero de Dios.

Vengo antes de Cristo para anunciar una profecía.

Recemos al Hijo Primogénito.

Gracias por escuchar.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

En nombre del Cristo de la Luz...

Vamos a volver a cantar "Cristo, Tú el Amor" para esperar al Maestro.
 

Cristo Jesús:

Abracen su cruz y síganme.

Yo vengo del Cielo como un Mensajero de la Paz, para traer esperanza a los corazones perdidos, para pacificar a los que Me juzgan, para traer cura a los que más lo necesitan.

Yo Soy ese Gran Corazón del Universo que se anuncia a todas las almas trayéndoles la renovación, la trascendencia y la transfiguración de sus consciencias.

Este es Mi Mensaje para el fin de los tiempos: Que todos Me puedan vivificar, no importando a qué creencia pertenezcan, porque si en ustedes está el Amor de Dios, estará el Amor del Hijo de Dios y Él los colmará, Él los guiará, ese amor los fortalecerá y sabrán cuál camino seguir en estos tiempos.

Yo estoy llamando a todas las almas que siguen diferentes caminos de luz, y más aún, llamo a aquellas almas que están perdidas en los caminos oscuros.

Incluso dentro de Mi Iglesia, Yo vengo a desterrar lo que ya está viejo.

Mi Gobierno es Divino y no es terrestre.

Mi Iglesia es Celestial y Universal y no está hecha de piedra, como está en las mentes de algunos corazones.

Yo vengo a traer para todos el Gran Espíritu de Mi Ascensión, aquel que pulsa en el corazón del Universo y que ha redimido a todos los mundos existentes. Así Yo les traigo también Mi Divina Misericordia para que en lo profundo de sus corazones puedan conocer Mi Paz.

No vengo a crear conflictos entre las naciones, ni tampoco entre las religiones. Mi única religión, queridos compañeros, es el Amor, y sé que desde el principio en que Yo estuve entre ustedes, los primeros no comprendieron Mi Mensaje. Y ese mensaje equivocado ha llegado hasta los tiempos de hoy, por eso la estructura de Mi Iglesia es muy rígida.

De tiempo en tiempo, a través de Mis Divinas Faces, Yo vengo a traer la renovación para poder romper con todas las estructuras que han cristalizado a muchos corazones de la Tierra.

Vivan en Mi Misericordia y profesen Mi Divina Misericordia verdaderamente.

Mi Cetro no está en los impíos, ni tampoco en los que creen gobernar a través de Mí.

Mi Cetro de Luz está en los humildes, porque no es nada material. Mi Gobierno es espiritual e incalculable.

Yo traigo para todos la Divina Misericordia del Universo, algo que atraje a la Tierra cuando morí en la Cruz.

Por eso, sientan estas cosas de verdad, transformen sus corazones a tiempo y no quedarán como sus semejantes, perdidos en sus propias ideas y proyectos.

Que todos puedan escuchar nuevamente, así como escucharon en el Monte de las Bienaventuranzas: Yo Soy el Hijo del hombre, Soy ese puro Corazón de Amor que se representa a través de la Misericordia para que todas las almas puedan alcanzar la redención.

En este ciclo final del planeta, nuestro mensaje no es traer terror a los corazones, sino consciencia y despertar.

Cuando el impulso de nuestros mensajes llegue a todo el mundo, verán cómo se mueven los castillos de arena de aquellos que construyen sus propias estructuras y dicen hacerlo todo en Mi Nombre. Pero esas cosas no son así, compañeros.

Yo los invito a vivir la renuncia de sí, el vacío de sí, para que Mi Iglesia que es celestial y no terrenal pueda despertar en todos los corazones que lo necesitan.

Por eso envío a Mis ángeles y arcángeles, para que den testimonio al mundo de que muchos de Mis apóstoles están equivocados.

Yo vine a traerles el Evangelio y la buena nueva a través de las cosas simples, de la oración, de la caridad y de la pobreza.

En Mi Iglesia Celestial no existe ningún  bien, sino que solo se guardan los tesoros del Corazón de Dios que no son visibles para todos.

Abran los ojos, apóstoles Míos del mundo entero, sacerdotes que predican Mi Palabra.

Mi verdadera Iglesia aún está descendiendo al mundo, y esta es espiritual y sublime.

Dichosos de aquellos que Me adoran en el Santísimo, porque podrán comprender todos los misterios que hoy traigo.

Ya no molesten a sus hermanos, vivan su propia transformación antes que la puerta de la Misericordia se cierre. No habrá lugar o espacio donde podrán llorar.

Arrepiéntanse y hagan penitencia, sacerdotes, antes de que todo sea tarde.

Ya fue dicho y fue escrito: El Hijo de Dios junto a sus ángeles y arcángeles separarán la paja del trigo y vendrá con Su Justicia Divina para corregir a la humanidad y también a toda la iglesia de la Tierra.

Nadie se escapará de Mi Justicia Universal, pero si se arrepienten de corazón y no de apariencia, podrán encontrar Mi Reino Celestial.

Nuevamente, no depositaré Mis perlas preciosas en los cerdos.

Ayuden a las almas a que se puedan rescatar y cumplan la misión que vinieron a cumplir.

No difamen las cosas de Mi Obra y únanse en la caridad y en el ecumenismo, porque será el Amor de Dios que triunfará en todos los corazones de la Tierra.

Será ese Amor infinito e inexplicable lo que unirá a las religiones y a los credos, porque cuando Yo retorne al mundo físicamente, demostraré al mundo y especialmente a todos Mis seguidores, cuánto se han equivocado. Así abrirán sus ojos y podrán reconocer todo lo que hice a través de los tiempos, a través de todas las consciencias que Yo he autoconvocado.

No tienten al mal, porque en verdad no lo conocen. Únanse a MI Corazón y encontrarán la paz.

No sean incrédulos, no desmientan Mi Mensaje.

Mi Corazón viene a los que no han llegado a Mi Iglesia, a todos aquellos que ustedes no consiguieron atraer.

Vivan en el amor y estarán en Mi Divina Misericordia, y no serán tocados por la vara de Mi Justicia.

No desmientan Mi Mensaje.

Yo no vengo por el mundo, vengo por las esencias, por los corazones que necesitan reencontrar el amor y vivir Mi última y Divina Misericordia, porque Yo elevaré hacia el Reino de Mi Padre a los que están caídos y no serán Mis sacerdotes los que entrarán primero al Reino de Dios.

¿Se han preguntado alguna vez, si pudieran ir al purgatorio?

Todo está permitido en estos tiempos.

Vivan el amor, porque el amor lo necesita la humanidad, así atraerán la paz, y así terminará el conflicto en todo el planeta.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cristo se fue.

Vamos a entrar un momento en adoración y a pedir perdón, por nosotros y por nuestros hermanos, por el cumplimiento de la Obra del Padre.

Cada uno hará su oferta para Cristo, en gratitud y amor.

El Arcángel Gabriel nos ha pedido el Santísimo. ¿Pueden traerlo aquí?

Vamos a mantener la conexión con los ángeles.

Vamos a mantenernos en oración silenciosa agradeciendo la presencia del Arcángel Gabriel, y lo que esto significa.

Vamos a mantener ese contacto con esa realidad, ese Reino Angélico y Arcangélico que viene a auxiliarnos y a traernos la paz. Y así vamos a prepararnos para adorar al Santísimo por algunos minutos, trayendo la paz para nosotros, para el planeta y para nuestros semejantes, para aquellos de quien Cristo habló.

El Arcángel Gabriel dice que penetremos el Universo del Santísimo con los ojos de nuestro corazón.

Que a través de este símbolo sagrado podamos encontrar el Reino de Dios y todos los ángeles adoradores que traen la Paz y la Misericordia de Dios para todos los Universos.

Vamos a adorar, dice Gabriel Arcángel, por todos aquellos que fueron ultrajados y sacados del camino de la luz.

Vamos a ofrecer esta adoración por esas almas, confiando en la plenitud de la Misericordia de Dios por cada una de ellas.

Unamos nuestras almas al Santísimo del Altar y confiemos en el Señor en este mismo presente, en el Eterno Presente del Creador.

Adoremos por los que son injustos y por los que lastiman el Plan de Dios, porque en su esencia, en verdad no conocen el amor, sino solo el dolor.

Tengamos misericordia, y seamos misericordiosos.

Reverenciemos.

Mi Dios, yo creo en ti...

Vamos a agradecer a Cristo por este momento y a llevar Sus Palabras en el corazón, a mantener esa comunión que hicimos con Él, internamente.

Vamos a cerrar el programa de hoy de esta forma, en silencio, para que podamos mantener lo que el Arcángel Gabriel y Cristo construyeron en nuestro interior.

¡Gracias Señor por cuánto nos das!

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy, las santas madres consagradas vengan aquí y póstrense ante Mi Altar.

Como a las santas mujeres de Jerusalén, Yo les entregaré Mi Legado para este tiempo definitivo.

Póstrense y vivan junto a Mi Madre Santísima, que hoy ha venido Conmigo, la Comunión Eterna, para concelebrar esta ceremonia con ustedes.

Arrodíllense los que puedan en el suelo, como los ángeles, por lo menos por un tiempo; así entrarán en el Universo de Mi Corazón para participar de esta Eucaristía que nuevamente vengo a renovar en este Jueves Santo.

Quisiera que las santas madres tuvieran una vela encendida para adorarme, así como las tuvieron ayer en unión a Mi Corazón de Luz.

Hoy el Cenáculo se establece en este lugar, el Cenáculo Espiritual que concibió y permitió la manifestación de la Santa Comunión, a través de Mi Cuerpo y de Mi Sangre en el pan y en el vino.

Dichosos de aquellos que saben celebrar esto, que se arrepientan y se humillen ante el Maestro de los maestros, porque podrán ser consciencias nuevas, almas en rehabilitación y paz, espíritus congregados por Mí de diferentes puntos del Universo que llevarán Mi estandarte de Paz, así como lleva Mi Corazón Glorificado para los cuatro puntos de la Tierra.

Alégrense y vivan Mi Comunión eterna, la renovación de sus votos en el Plan del Creador delante de un tiempo de crisis.

Antes de encender las velas quisiera bendecirlas para que ellas estuvieran purificadas, pues Mi Espíritu vive en la pureza, así como Yo los introduzco a todos en Mi Espíritu de Paz, para que trabajen su sublimación.

Estoy preparando una ceremonia para ustedes. Estén atentos a lo que hago, porque es único para este tiempo y para todos los corazones de la Tierra.

Renovaremos esta mesa sagrada con ofertas que me han hecho, desde sus corazones para el Mío.

Estén en adoración como está Mi Madre, postrada a Mis Pies, orando por el mundo en Su magnífica Santidad.

Agua bendita, por favor…

Sigan las instrucciones que Yo les estoy dando para que la Ceremonia sea perfecta, en el Cielo como en la Tierra, en sus almas como en sus cuerpos, en esta institución que Yo hago de los Códigos de Mi Luz en cada uno de los elementos.

Si las madres pueden venir aquí, por favor...

Con esta vela que Yo les entrego rezarán por trece días después de las Pascuas, para que Mi Corazón pueda ser más glorificado en el mundo, especialmente por las almas que deban despertar y que se pierden.

Así lo harán junto a Mi Madre, cada vez que enciendan esta vela, en conmemoración a Mi Corazón Misericordioso. Especialmente lo harán por aquellos, sus hijos espirituales, que deben ser cuidados por su maternidad, así como Mi Madre cuida a todos Sus hijos hasta el fin de los tiempos.

Queridas madres, den ese testimonio de perseverancia y de amor, para que sus hijos caminen así como ustedes caminan.

Ahora colóquense en semicírculo de un extremo al otro de la mesa.

Cada una, en su interior, emitirá una oferta a Mi Corazón, por la humanidad, la cual Yo acogeré con plenitud, para que sea transformada por Mi Misericordia y por Mi Paz.

Las escucho en el silencio.

Coloquen su mano izquierda sobre el corazón, madres y, emitan esa petición a su Esposo Celestial.

Ante la Divinidad de María, fúndanse con Mi Corazón y restablezcan Mi Legado en el mundo para todas las criaturas que encuentren en sus caminos y que necesiten de mucha ayuda para soportar la transición.

Así como Yo reuní a los doce en el Cenáculo, así reuní a las mujeres de Jerusalén, en la Comunión Espiritual con Mi Cuerpo y Mi Divina Sangre.

Reunidas con María todas comulgaron y se prepararon para enfrentar la Pasión del Señor y así Me ayudaron a soportar las crueldades del mundo, las injusticias del hombre y la omisión de los corazones, fases que podrían vivir en estos tiempos, madres. Pero en la plenitud del Inmaculado Corazón de María, su Gobernanta y Comandante, todo superará por el potentísimo Fuego del Amor y de la Paz, en Perdón y Misericordia.

Ahora, detrás de las madres, estarán los sacerdotes para que concelebren Conmigo esta renovación Eucarística.

Hagan todo en armonía, porque Yo estoy donando un tiempo especial para ustedes y para el mundo, y con suma importancia para este lugar.

Cuando ya estén los sacerdotes, podré proseguir con esta celebración y este Cenáculo.

Traigan a Mí el incienso y el agua bendita de nuevo, para que pueda purificar esta mesa.

Ahora compañeros, a los pies de este escenario, se colocaran los residentes consagrados de las Comunidades Luz y acompañarán Conmigo esta Consagración, así como Yo los consagro a Mi Padre Eterno.

Estamos preparando la mesa para este Sagrado Sacramento.

Vamos a cantar juntos Kyrie Eleison.

Kyrie Eleison...
 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Podemos ponernos de rodillas, las madres y los consagrados también.

 

Vamos a prepararnos, compañeros, para la divinización de estos elementos.

Agua, Sangre, Vida y Redención que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús, 

ten piedad, misericordia y compasión por todos nosotros, Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Jesús dice que escuchemos "Así habló el Maestro".

Las madres podrán venir a lavarse las manos.

Jesús dice que hay que traer otra jarra de agua.

 

Con esta agua Yo purifico sus sentimientos y sublimo sus ideas. Con ella bautizo a los humildes y elevo a los simples, uno a los puros con Dios, santifico a los que se consagran, elevo a los pequeños hacia el Reino de Dios; perdono y curo a los que siempre Me han buscado, encuentro en los servidores, la Paz, trasciendo a todos hacia Mi Reino, vivo el sacrificio de los que recién comienzan, Me presento en los corazones abiertos, Me vivifico en los que sufren. Me elevo en los que oran Conmigo, curo en los que Me buscan, Me sirvo en los que se dan, los libero en el poder del silencio.

En aquel tiempo, compañeros, las santas mujeres comulgaron Conmigo. De la misma forma que Yo lo hice con los doce, con Mi Santa Madre lo hicieron para instituir el poder de la maternidad, a través de los tiempos, la infinita obra del amor y de la caridad para todos los corazones caídos y perdidos.

Por eso María, en Su santa bondad, en vez de tomar un Cáliz con vino, tomó entre Sus manos un Cáliz con agua, lo elevó en el nombre del Poder de Su Hijo, para instituir la liberación del mal del planeta y la redención de las almas, a través de Su infinita caridad.

Y en aquel tiempo, en el Cenáculo silencioso de María, elevó el Cáliz en el Nombre de la Pasión de su Hijo, agradeció a Dios por ese sacrificio que viviría el Primogénito de Dios y siendo el Cáliz santificado por los ángeles de todo el Universo y en su santa visión y locución interior dijo:

Hijas Mías, tomen y beban de este poderoso Sacrificio que derramará Mi Hijo por ustedes y por todos los hombres, para el perdón de los pecados. Hagan esto por vuestra santidad y la santidad de todos los seres de la Tierra hasta el tiempo en que Él retorne al mundo, por segunda vez. Beban de la sangre Preciosa que es derramada por el Cordero de Dios. Purifiquen vuestros cuerpos con la infusión de Su Espíritu Divino, que los acoge en Su Purísimo Corazón. Beban de la Humildad que el propio Padre manifestó a través de Su Corazón, del Corazón de Su Hijo.

No pierdan tiempo, porque así como Él vierte Su Sangre, Él derrama Su Misericordia hasta el fin de los tiempos. Beban, hijas Mías del Código perfecto de la redención y nutran sus esencias con la divina Pasión de Mi Hijo.

De la misma forma Yo lo hice con los doce, cuando elevé el Cáliz de la Redención y de la Paz por todos los ultrajes del mundo y les dije a Mis compañeros como les digo hoy a ustedes:

“Tomen y beban todos de él porque esta es Mi Sangre que los elevará al Cielo y los purificará en espíritu”. Beban y no teman porque Mi Luz se hará visible en sus corazones.

Confíen en lo que Yo he derramado por el mundo entero. Confíen y amen así como Yo amé cuando derramé cada gota de Sangre por las almas de aquel tiempo y de los tiempos de hoy.

Arrepiéntanse de todo corazón y no perderán el camino que Yo he venido a encomendar para sus vidas, ante los ángeles del Cielo, que hoy se congregan para hacer resplandecer la Tierra por los siglos de los siglos.

Así María, entre Sus Santas Mujeres, tomó el pan, lo elevó en el Nombre poderoso de Su Hijo y de todos los Reinos Celestiales, pidiendo al Creador, Adonai, que se convirtiera en el Cuerpo precioso de Su Hijo y en la Comunión Espiritual con todas las almas de la Tierra.

En ese mismo instante su Maestro y Redentor también elevó el pan, instituyendo la Eucaristía en la Presencia de la Santísima Trinidad, lo partió y dijo en la humildad de Su Corazón, como dijo María, coman hijas Mías, este es el Cuerpo del Señor, que en nombre de todos se entrega para establecer el perdón de los pecados. Coman y vivan antes de Mi hora, la Pasión del Cordero de Dios. Coman y renueven sus votos con Dios, el Creador.

Y así compañeros, antes de Mi Muerte dejé para el mundo Mi mayor testimonio de amor por aquellos que Me entregarían a través de los tiempos, por sus indiferencias, ultrajes y, por los castigos a los inocentes.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Gracias Jesucristo por cuánto nos das.

Después, compañeros, harán comulgar a todos sus hermanos de esta bendición sacratísima que hoy Mi Corazón ha realizado para todos los presentes.

Me elevo en oración y vigilia hasta el momento de Mi Cruz.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 25.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo estoy presente en todos los corazones y sagrarios de la Tierra.

Ante Mi Presencia Gloriosa Yo les traigo nuevamente el espíritu de Mi Paz, para que sus corazones cicatricen de todas las heridas causadas por la maldad de Mi adversario. Pero Mi triunfo está próximo en ustedes.

Dichosos de aquellos que proclaman Mi Nombre y glorifican a Mi Padre que está en los Cielos. Así las leyes se cumplirán en sus vidas, y sus corazones se pacificarán por haber encontrado al Hijo de Dios en honra y en gloria en estos tiempos, caminando a través de estos naranjos, derramando Su Gracia y Su Misericordia para un mundo que está muy vacío.

Mas sus corazones, compañeros, pueden ser dignos delante de Mí. Y a pesar de los errores, de las imperfecciones y de los juicios, Yo puedo derramarles Mi Divina Misericordia. Pero esa Fuente cesará, el tiempo se aproxima, el gran tiempo del Juicio Universal. Los ángeles se preparan en los Tronos de Dios para poder tocar las últimas trompetas. ¿Quién escuchará la séptima trompeta del Gran Ángel del Señor?

Pero si ustedes moran en Mi Corazón y permiten que Yo los transforme como un barro nuevo para que Yo deposite Mi vino nuevo, estarán protegidos por Mi Espíritu, colmados por Mi Bondad y estarán en el Señor porque estarán en Mi Corazón en los momentos más difíciles de la Tierra.

Hoy les revelé esta Faz gloriosa, compañeros, para que recuerden que Vuestro Rey, el humilde Rey ante Dios Todopoderoso, presenta para el mundo Sus Faces, tan simples pero verdaderas, alcanzadas a través de Su Pasión y de Su Muerte; y de Su Victoria en la Cruz, y de Su Resurrección y de Su Aparición ante la humanidad para estos tiempos tan críticos.

No podré llevar Mi Mensaje a todo el mundo. No todos podrán escuchar Mis Palabras en este mismo momento. Pero el Espíritu Omnipresente del Hijo de Dios, que está en los Cielos, habla a todos los mundos internos de las criaturas porque está llegando la hora de la consciencia; para que despierten a sus realidades, para que puedan ver sus errores y deudas sin sentir culpa, ni ninguna perturbación.

Yo vengo a mostrarles un nuevo camino, aquel camino que Yo mostré para los Doce. Pero hoy muestro este camino verdadero y puro, para toda la humanidad.

Así como Me escucha el corazón de Mi Iglesia, extendida por los cuatro puntos de la Tierra, deseo que todos los corazones Me escuchen fuera de Mi Iglesia; principalmente aquellos que han seguido otros caminos olvidándose de la Voluntad de Dios y de la importancia de buscar el Reino de Dios.

Extiendo Mis Manos hoy hacia ustedes. Derramo Mi Gracia, Mi Gracia Universal, la que brotó después de Mi Misericordia, en el momento en que Yo resucité físicamente y demostré para la humanidad en aquel tiempo, que el Hijo de Dios hecho hombre y consciencia, hecho Cristo Vivo en el espíritu de todos los seres, está vivo y nunca murió.

Yo les demostré cómo poder vencer a la muerte, esta muerte que corroe y que vuelve sus cuerpos corruptos.

Pero Yo les enseño, compañeros, que a través de la donación de Mi Espíritu para cada uno de ustedes, encontrarán esa resurrección interior que en estos tiempos tan difíciles todos son invitados a vivir. Para alcanzar la resurrección espiritual, compañeros, primero deben morir a sus deudas, no sentir ninguna falta por conocerse a sí mismos tal cual son.

Yo vengo a revelar lo verdadero que existe en ustedes, que es el don que Dios depositó a través de Mi Corazón en sus vidas. Así Mis Estrellas de Luz se encienden en sus corazones y las súplicas de todos los hijos de Dios en todo el planeta redimido por Cristo, Vuestro Señor, son escuchadas en los Tronos del Cielo.

Los ángeles pueden detener la Justicia de Dios, la Justicia de los Siete Ángeles del Gran Señor que están por hacer sonar sus trompetas. Pero ahora es la última que retumbará en todo el planeta y hará eco en el Universo, en esta Vía Láctea en la cual ustedes viven este Proyecto del Creador.

Pero Yo vengo antes del gran tiempo y cuando se muestren las señales, vengo en este tiempo para demostrarles el último camino, para que sepan retornar a Dios a través de Mi Corazón y no sufran las consecuencias de una acción de la humanidad equivocada, que sigue ultrajando el Corazón del Dios Eterno, del Elohim, del Dios vivo, resplandeciente y único, en la máxima expresión de Su esfera celestial.

Pues hoy les digo, compañeros, que a través de Mi glorificación viva ante sus ojos, esa parte de la Consciencia Única de Dios, manifestada a través de Cristo Redentor, está presente aquí, en Aurora, acogiendo sus espíritus y sus familias para que escuchen Mi Llamado urgente al gran cambio, el gran momento de su intensa purificación. Mas si sus corazones mansos, receptivos y despiertos, confían en Mí, Yo les prometo que no sufrirán.

Mas sus vidas y sus generaciones deben purificarse antes del tiempo final, antes de que vivan nuevamente Conmigo la segunda Cena, después del retorno de Cristo, Vuestro Señor.

¿Cómo podré visitar, compañeros, sus casas, si sus corazones no están purificados en el Señor?

El Mesías, el Redentor, se purificó en el Templo Sacro del Señor. Por eso, compañeros, deben vivir la misma Ley que Yo viví. Yo les traigo una Ley renovadora que no tiene sufrimiento, sino una profunda paz al vivir una verdadera transformación en Dios y una comunión perfecta con sus Leyes Divinas.

Las puertas de este Reino presente en este lugar santo, ya están abiertas a partir de este día. Dichosos de aquellos que contemplan la Luz Espiritual del Creador en estos espacios bendecidos por los Mensajeros Divinos, pues esto pertenece a Dios y a ningún hombre de la Tierra, y nadie puede dar ningún juicio delante del Proyecto de Dios.

¡Ay! de aquellos sacerdotes que no escucharon la Palabra de la Virgen María y que excomulgaron a todos Mis compañeros delante de la injusticia que comete este mundo cruel.

Yo no les vengo a enseñar los caminos de la injusticia. Yo vengo a enseñarles el camino de la paz, el verdadero ecumenismo del corazón, que no tiene fronteras, ni lenguas.

El verdadero idioma de los ciento cuarenta y cuatro mil será el idioma del corazón, la vibración del amor, de la unidad y de la fraternidad. Así estarán en comunión con las Leyes del Creador y no se perderán en las cosas superficiales.

Será muy tarde para aquellos que no hayan creído lo que sucedió aquí, espiritualmente; porque habrá testigos que firmarán en el Libro Sagrado de Dios, esta historia del tiempo final. Abracen Mi Corazón profundamente, y sientan Mi Voluntad que quiere transformarlos en nuevos rebaños consagrados al Sacratísimo Corazón de Jesús.

A Santa Margarita Alacoque le revelé este misterio de Mi Corazón, rodeado de espinas por los acontecimientos que sucederían en el fin de los tiempos. Pero ahora Yo les traigo Mi Gloria, la Gloria de Mi Corazón vivo, que es el último complemento que se dona a sus espíritus para que vivan la salvación y no se justifiquen todo el tiempo, sino que se justifiquen a través de Mi Corazón, lleno de Agua y de Sangre por esta humanidad que debe vivir el Proyecto de Dios.

Yo vengo a demostrar fuera de Mi Iglesia los caminos, los caminos hacia el Señor para todos los que los perdieron por la crueldad humana, la mentira y el engaño de las garras de Mi adversario. Pero Yo Soy su verdadero Sol, que desciende desde el Universo Celestial para alumbrar las penumbras y las tinieblas.

Vengo, queridos compañeros, a abrirles la última puerta catorce, aquella que está indicada en este mundo para el retorno de Cristo, vuestro Señor.

Catorce serán las legiones angélicas que cantarán al Elohim los Sagrados Nombres de Dios para anunciar al mundo que el Hijo de Dios viene entre las nubes, rodeado del Universo, trayendo el mensaje de la nueva humanidad. Y a partir de allí, todo estará consumado y todo comenzará de nuevo, con una nueva humanidad.

Ustedes ¿anhelan eso? ¿Saben lo que significa, compañeros, ser parte de la humanidad de Cristo? Este misterio no lo conocen los teólogos. Lo conocerá verdaderamente aquel que more en Mi Corazón y no quiera nada para sí, pues Yo vengo a guiarlos, vengo a cumplir la promesa, aquella que Yo dicté antes de Mi Ascensión.

¿Creen que eso está sucediendo ahora? Debo traerles primero Mi Divinidad. Mi Cuerpo Glorificado no puede mostrarse a ustedes, por las impurezas que vive este mundo de hoy. Mas Mi Misericordia y Mi Gracia son parte del Soplo del Espíritu; traerá para todos la oportunidad de la redención.

Abran las ventanas de toda esta casa, con armonía y con paz, sin perder el silencio que Yo construyo en ustedes.

Que se pongan de pie los que están en los demás lugares, fuera de esta casa. Y ahora vengan aquí, caminando suavemente, como lo hacen los ángeles. No pierdan la concentración. Es parte del ejercicio divino de la paz. Rodearán esta casa y así Yo los bendeciré en el nombre del Señor.

Prepárense. Vengan caminando en paz, Yo guío sus pasos, Yo abro las puertas para aquellos que las tienen cerradas. Mantengan la paz.

Estoy presente aquí y en aquellos que Me abren el corazón.

Vengo para todos, principalmente para los que no están aquí y que olvidaron Mi Camino Redentor.

Vengo a mostrarles la nueva Ley, la Ley del Corazón, conocida por muy pocos. Es un misterio precioso que viene a revelarse al mundo actual, para que los corazones se conviertan, desaten sus amarras y alcancen la liberación a través de Mi Corazón vivo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Nuestro Señor está llamando a dos hermanas para que vengan en Su Nombre a sostener los elementos sagrados.

 

Este será el momento de la Consagración Universal de Mi Corazón vivo, glorificado y misericordioso, para toda la humanidad.

Pongámonos de pie para la Consagración.

¿Recuerdan la oración que Yo les entregué en Ecuador, cuando visitaban ese lugar sagrado donde Mi Madre apareció, en Cuenca?

¿Recuerdan lo que Yo les dije allí, arriba de esas sierras, donde corría un agua cristalina y el cielo parecía que estaba allí presente, rodeándolos todo el tiempo, en esa experiencia de amor con la Divinidad?
 

 

En el nombre del Cristo de la Luz,
revelo mis aspiraciones a Dios
para que las colme y las reciba en Sus Manos.
En el nombre del Cristo de la Luz,
me oferto a la vida eterna, a la entrega,
A la disolución de las culpas, del miedo y del dolor,
para que sean convertidas en el Amor del Cristo.
En el nombre del Cristo de la Luz,
abro mi corazón, para recibir la Llama del Espíritu Santo,
y para que esta sea irradiada hacia otros corazones.
En el nombre del Cristo de la Luz,
me confieso ante Él
para que perdone mis acciones,
mis pensamientos y mis deudas ante Dios,
Amén.
 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Señor nos presenta en este momento, una cesta dorada de luz para que cada uno de nosotros coloque una intención dentro de esa cesta, como si fuera una molécula de luz, una aspiración de pedirle algo a Dios, a través de Su Hijo.

Él nos pide que esa intención sea verdadera, algo que hasta los días de hoy no conseguimos resolver.

 

El Señor nos dice:

Por eso Yo Soy el Pastor que ama a todas sus ovejas, no importa cómo sean, pues Mis Ojos de Luz miran en sus corazones el talento de la paz que Yo deposité en sus esencias hace dos mil años. Dichosos de aquellos que caminan a Mi lado y que reencuentran esta comunión Conmigo.

En el nombre de Adonai, ante los ángeles del Cielo, de los coros celestiales, ante la Madre Universal, Madre de la nueva humanidad, ante el Espíritu Santo, que los colma y los renueva, ante los bienaventurados que alcanzaron la cristificación a través de la donación absoluta de sus vidas, de sus misiones, ante todo el Universo que reúne a todas las Galaxias, congrega a todas las estrellas y soles, ante los Elohim, de los Resplandecientes, de los Padres Creadores llamados Arcángeles, ante los Tronos de Dios en Su séptimo nivel sagrado, ante Su Espíritu Purísimo y Divino, en Consciencia Divina de Paz, abriendo Mis Brazos y derramando Mis Rayos, Yo los bendigo en el santo nombre del Padre, en el nombre sagrado del Hijo, el bendito nombre del Espíritu Santo, para que despierte la semilla de la nueva humanidad.

Consagraremos ahora ante los Tronos, estos sacramentos que serán fuente de perdón, de esperanza, de paz y de alivio para todos los que creen en Mi Camino, en Mi Verdad y en Mi Vida.

Cantemos.

Que se escuche su voz ante Dios.

Canten con más fuerza. 

En este Cenáculo de Redención, Yo les dejo la paz, les doy la paz, para que vivan en paz.

Les agradezco por haber respondido a este sagrado pedido.

 

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 19.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mi primo Juan los bautizó con agua, pero Yo los bautizo con el Espíritu de Dios.

Dichosos aquellos que se congregan para recordar Mi pasaje por la Tierra.

Hoy vengo en la santa compañía de Isabel, de Juan y de vuestra Madre María, congregados por el Amor de Dios, participantes de este encuentro infinito entre las almas y el Cielo, entre los corazones y Dios.

Dichosos aquellos que se animaron a ser bautizados, como aquellos que pidieron lavar sus pies para borrar el pasado y el dolor de sus vidas.

De esa forma, Mis compañeros, no vengo a instituir una nueva Iglesia, sino a renovar los Sacramentos de una forma simple y pura, así como Yo les enseñé a los apóstoles en el pasado.

Los Sacramentos servirán de salvación para las almas, pero también la oración servirá para vuestra conversión.

Ante Mi Corazón Eucarístico, contemplen Mi Faz gloriosa, misericordiosa y redentora, la cual traigo desde el universo para todos.

Isabel los acompaña en el espíritu del Amor. Juan los acompaña en la consagración de vuestros corazones. Mi Madre los congrega para que se unan a Mí, porque en este lugar, Mi Madre Santísima instituyó la Adoración, un compromiso que es parte de todos para que esta humanidad y esta ciudad puedan ser liberadas por Mi Misericordia y no por Mi Justicia.

Mientras ustedes hoy son conscientes, gran parte de la humanidad duerme en la ilusión porque muchos pierden la fe por no encontrarme en los antiguos sacerdotes. Pero Yo estoy presente en los Sacramentos, que son la Fuente de Vida y de renovación para todos. 

En cada Sacramento encuentran una llave para acceder a Mi Corazón, porque Mis Rayos permean cada uno de los Sacramentos. Yo les proporciono la renovación y la cura, la trasmutación y la liberación de vuestras vidas.

Por eso, cada vez que pidan un nuevo Sacramento, mediten por un solo instante en lo que recibirán, porque es algo sagrado y bendito que Yo les ofrezco a los Míos.

Por eso, celebren y alégrense cuando cada nuevo hermano sea bautizado y bendecido por los Sacramentos de Dios, porque él lo estará recibiendo en nombre de toda la humanidad.

Vuestros corazones y esencias son únicas ante los Ojos de Dios. 

Mis compañeros, en el Cielo y en el universo no existe la separación entre las almas. Yo los vengo a unir en este tiempo. Vengo a unirlos a través del Amor y de la Verdad, porque el enemigo se ha encargado, en estos momentos, de apartar de Mis caminos a los buenos corazones que deben alcanzar la redención.

Hoy piensen en Santa Isabel y en San Juan, el Bautista, dos grandes Misioneros del Universo Celestial, guardianes de los santos Sacramentos de Dios desde el momento de Mi Ascensión a los Cielos.

Por eso, compañeros Míos, que vuestra sed por buscarme nunca se acabe. No solamente estoy presente en los Sacramentos, sino también en los corazones que buscan la unidad con Dios todo el tiempo. También estoy entre los pequeños, entre aquellos que claman por la redención y por la paz.

Este mundo debe liberarse, amigos Míos, y a través de vuestra consagración sincera eso sucederá.

También estoy presente en estos tiempos, en las pruebas que cada hijo Mío vive, porque a través del sufrimiento y de las pruebas Yo los vengo a fortalecer en el amor al sacrificio, a la entrega, a la liberación. 

Les dejo en esta tarde de Misericordia Mis Gracias, en la Presencia Santísima de María, de Juan y de Santa Isabel, que han sido congregados en este universo, en este espacio y en este lugar, para que vuestros corazones resplandezcan en la fusión perfecta con el Espíritu de Dios.

Sigan orando todos los días. No se cansen de pedir por Misericordia. Recuerden que lo estarán haciendo por aquellos que no oran ni aman a Dios. Por eso, Yo los necesito en este tiempo, firmes y dispuestos.

Vendré a vuestro encuentro cuando ustedes Me lo permitan, porque vivo en cada uno de vuestros corazones. Debo tener un lugar en vuestras esencias para que el mal que los perturba se pueda liberar y así pueda reinar la Gracia de Dios en muchos corazones que la necesitan.

Hoy expongo ante vuestros corazones y espíritus Mi Santísimo Corazón Eucarístico, que es el verdadero Sol del Universo Celestial, el verdadero motivo de vuestras vidas y caminos.

Por eso, hoy los reúno bajo el espíritu de la renovación y de la fe, para que prevalezca en vuestras consciencias la esperanza de proseguir y no se pierda, en ustedes, Mi Misericordia.

He dejado una semilla en este lugar que deberá sembrarse cuidadosamente, porque de ella nacerán nuevos frutos y nuevos corazones se aproximarán, en búsqueda constante de la redención y de la liberación.

Agradezco por vuestro esfuerzo de adorarme todos los días. Este es el mayor sacrificio que Yo adoro, cuando las almas Me contemplan con sinceridad y penetran en la Esencia de Mi Corazón luminoso, a través del Santísimo que expongo al mundo y a la humanidad en todos los sagrarios de la Tierra. Recuerden Mi Presencia en los sagrarios. Recuerden Mi Presencia en vuestros sagrarios internos. Allí, Yo siempre estoy presente, cuando Me llamen, les responderé.

Abro Mis Brazos y extiendo Mis Manos sobre ustedes.

Coloquen vuestras palmas de las manos hacia arriba para que Yo los pueda bendecir y, en este magnetismo divino y espiritual, sus esencias se puedan unir a Mi Corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Él dice que está orando por nosotros, que solo escuchemos.

 

Poderoso Señor del Universo 
que congregas a todas las almas,
que das la vida y la eternidad,
Te pido, Padre amado,
que cuides estos discípulos Míos,
para que siendo caminantes y servidores,
siempre encuentren el camino de retorno,
retorno a Tu Casa Celestial, 
 a Tu infinita Morada de Vida,
principio de Amor y de Unidad.

 

Contemplen a Jesús Glorificado, Él está presente en los corazones simples. Pues aún espero que todos los seres conozcan Mi nueva Faz, para que todos Me tengan presente en sus hogares y siempre recuerden que soy el Pastor de las almas.

Desearía estar más tiempo con ustedes, pero debo ayudar al mundo entero y a la humanidad que está caída en los abismos infernales de este mundo.

Pero a través de vuestra oración misericordiosa en estos días, vuestro esmero y vuestro amor por Mí, muchas almas han sido elevadas al Cielo y muchas penetraron en el océano de Mi infinita Misericordia.

Graben en vuestras consciencias y corazones Mi Sacratísimo Corazón Eucarístico, el Sol de vuestra salvación.

Silenciosamente, realicen una petición a Mi Corazón, un pedido o una súplica que Yo elevaré al Cielo hasta los Pies del Padre Celestial.

Les agradezco por compartir Conmigo este tiempo de Adoración.

Mientras Me elevo, escucharé vuestros cantos. Cuando ellos son verdaderos y amorosos, alivian el Corazón de Dios y las faltas graves se disuelven, la Misericordia se instala y los corazones pobres resucitan.

Queridos compañeros, después de haber sido bendecidos por el Agua de Vida, reciban en reparación y perdón a Mi Cuerpo Glorificado, a través de la Comunión con Mi Sangre y con Mi Cuerpo. 

Recuerden que Yo siempre los esperaré. Mi océano de Misericordia está disponible para todos. Solo busquen a Dios y a Su Amor. Así alegrarán a Mi Corazón.

Vayan en paz y agradezcan al Padre Eterno.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús, en Montevideo, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, durante la 17.ª Maratón de la Divina Misericordia

Y ahora que han comprendido lo que Yo les dije ayer, reciban Mi Corazón en Luz y en Gloria, y no separen Mi Corazón de vuestros corazones. Cumplan la promesa de estar Conmigo para siempre.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Repitamos: 

Sagrado Corazón de Jesús, 
Fuente de Amor y de Verdad, 
recibe nuestra consciencia en Tu Reino. 
Amén.
(tres veces)

 

Con estas simples palabras estarán dando el permiso a Dios para que, a través de Su Hijo Primogénito, sus almas puedan ser rescatadas en el fin de los tiempos, para que cuando Yo retorne en Gloria a este mundo las almas Me puedan reconocer, como muchos de ustedes Me conocieron en el pasado.

Por eso, en esta tarde de Misericordia y de Piedad, Yo les traigo Mi Presencia, les traigo el recuerdo de haber estado Conmigo en otros tiempos, compartiendo la Cena con el Señor, la Comunión predilecta con el Universo Mayor.

Nuevamente, les traigo a vuestras consciencias la oportunidad de recordar todas estas cosas, de poder revivir los pasajes que han vivido Conmigo, porque solamente deseo que vuestras vidas estén cerca de Mi Corazón y no sean más flagelos para Mí, sino fuentes de amor y de verdad, como es Mi Corazón misericordioso para ustedes.

A través de este día de oración misericordiosa, pude conocer en profundidad vuestros internos, visitar vuestros mundos internos, vuestros espíritus mayores y reparar muchas cosas a través del simple ejercicio de la oración. Tal vez no notarán este gran cambio, pero dejen pasar un poco de tiempo para poder entender lo que hoy Yo les digo. 

Mis Palabras no son solo simples palabras. A través de ellas Yo traigo la Luz de Dios para el mundo. Yo fui concebido para ser el Portavoz del universo y lo seguiré siendo hasta que pueda retornar al mundo. Y en cuanto eso no sucede, Yo vengo con la esperanza de preparar vuestros mundos internos para poder disipar las sombras y la oscuridad, aquellas energías que envuelven vuestras vidas todo el tiempo cuando tan solo dejan de mirarme por un momento.

Yo los observo todo el tiempo, Mis compañeros. Imaginen cuánto observo a la humanidad entera. A través de Mis hermanos de camino, Yo paso frente a todas las vidas, esperando que un alma más pueda despertar y preparar este rebaño de apóstoles que dará testimonio de Mi Regreso al mundo. 

Cuando las falsas mentiras sobre Mi Aparecimiento surjan en la humanidad, Yo no confundiré a nadie. Mi Amor es inconfundible, porque Yo Soy la emanación de un sentimiento de Amor, de una palabra pura y sana que les trae la Voluntad de Dios, como energía y como Presencia, para aquellos que tan solo Me dicen sí.

Cuando ayer Yo les dije que tienen la gran tarea de la unidad, esto no es algo tan simple. Ustedes deben trabajar con vuestros internos para que Mi Consciencia pueda reinar permanentemente. Y cuando Yo esté presente, entre todos y en todos, podré realizar Mis Obras de salvación para Uruguay.

No dejen de rezar por los sacerdotes y por todos aquellos que se esfuerzan para vivir Mi Camino en los cuatro puntos de la Tierra, porque es necesario, hijos Míos, que los valientes puedan soportar la gran tribulación. 

Cuando llegue el momento de la gran división de la humanidad, vuestros corazones ya deberán ser resplandecientes y las manchas oscuras ya no deberán existir, aquellas que a veces permean vuestros corazones, ciegan vuestros ojos y les quitan la fe.

Por eso, únanse a Mí en este tiempo, mientras la Misericordia de Mi Corazón es derramada sobre el mundo. Solo espero poder cumplir con lo que Dios Me pide para esta era. Así también lo esperan los Mensajeros Divinos y todos los Padres Creadores que mentalizan en Su Amor la mejor idea para este planeta, el mayor propósito para este mundo, la infinita finalidad para la humanidad.

Mientras ustedes comprenden y entienden todas estas cosas con el amor del corazón, reciban Mis Palabras en vuestras esencias. Ya no son tiempos de vivir cosas normales ni tampoco de tener ideas brillantes. Yo les estoy mostrando un Camino de Luz que es muy poco aceptado, que es muy olvidado porque las almas están envueltas en otras cosas. Las cosas del mundo son más fuertes y los quitan del camino de la espiritualidad.

Pero en cuanto ustedes están conscientes de poder reconocer Mis Palabras y Mi Petición, anímense a transformarse por entero. Permitan que Mis Ángeles rasguen vuestras viejas vestiduras para que pueda surgir el verdadero ser que habita dentro de ustedes, el yo superior que es muy desconocido por la humanidad, porque la humanidad vive mucho la vida terrena, se mezcla con las cosas del mundo y se olvida de mirar el cielo, contemplar las estrellas, sentirse parte del universo. Todos los universos esperan por vuestro sí.

Por eso, hasta que se Nos permita, los Mensajeros Divinos viajaremos y peregrinaremos dando el Mensaje, la advertencia, el llamado de atención a la humanidad, porque el gran cambio de esta raza se aproxima y no podrán decir que no lo sabían. Yo ya lo anuncié 2 000 años atrás. Juan lo escribió en el Apocalipsis. 

Las palabras se están revelando al mundo a través de los hechos y de los acontecimientos que suceden hoy, en este siglo XXI, de cambios profundos en los que las almas no saben por dónde seguir.

Yo los invito a formar parte de Mi Fuente de Misericordia, así podrán pensar todo el tiempo en Mi Corazón y vuestros propios motivos desaparecerán de vuestras mentes para que habite la Voluntad de Dios en vuestras consciencias.

Cuando Yo los llamo a seguir un único camino, Yo les anuncio a Mis compañeros y los invito profundamente a buscar Mi Corazón todo el tiempo, a no pensar más que en Mi Corazón para que vuestras vidas sean guiadas correctamente y no pierdan el camino de redención que se les está siendo ofertado.

Esta es la última palabra que es dicha al mundo. Por eso, estén atentos, vigilantes, presentes en este momento, para que Mis Códigos de Luz no se disipen de vuestros seres y así no vuelvan a caer nuevamente en las cosas normales de este mundo por la falta de amor y de unidad.

En estos tiempos difíciles, Yo los invito a buscar el Cielo, a aspirar a encontrar la estrella de origen. Que cada uno pueda vivir su verdadera misión no importando cual que sea, solo siguiendo Mis Pasos para no confundirse y pensar que están viviendo una misión, así como Dios quiere.

Por eso, Él Me envía representando Su Voz universal para que no se confundan y escuchen verdaderamente lo que Yo les digo. Mis Palabras están pasando por esta Tierra, pero ¿dónde ellas quedarán? Yo busco receptáculos de Mis Palabras sagradas, moradores de Mi Misericordia que puedan difundir Mi Mensaje de Luz y de Paz para esta raza que se está perdiendo. 

Mediten en lo que Yo les digo.

Muchos tienen preguntas para hacerme, pero Yo las responderé a lo largo de los tiempos a través de las señales de Luz que Yo les daré a todos, las que demostrarán cuál es Mi deseo para todos.

África se está preparando para recibirnos. Los invito en esta tarde a ser portadores y colaboradores de esta Obra, porque será importante en este tiempo final buscar el espíritu de reconciliación con los africanos, la redención y la cura que debe haber entre las almas de América y África.

Deseo también, Mis compañeros, que Europa se haga presente en esta misión. Si así lo hicieran, muchas conversiones sucederán. Faltas serán liberadas de vuestros corazones a través del servicio de estar y compartir con todos Mis hijos de África que los aguardan y los necesitan en estos momentos difíciles.

Así Yo los invito a ser portadores de Mi Paz para que puedan descubrir, a través de esta sagrada misión, cuántas cosas Yo he hecho a través de ustedes por medio de la oración del corazón.

Nuevamente los bautizaré con Mi Espíritu de Vida, para que siempre tengan presente Mi existencia en todo lugar, en los corazones simples y humildes que buscan a Dios con mucho amor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Mientras Jesús nos pide que oremos, Él va a consagrar los elementos para el Bautismo, el Lavapiés y la Comunión. Él invita de corazón a que todos los hermanos coligados también hagan lo mismo, laven sus pies y comulguen con Su Cuerpo y Su Sangre. Que coloquen cerca de Su Presencia estos sagrados Sacramentos para que Él los bendiga como lo hizo en el pasado.

Jesús me pide que repita una vez la siguiente oración y después la repetiremos, todos juntos, varias veces.

Sagrado Corazón de Jesús, 
Fuente de Amor y de Verdad, 
recibe nuestra consciencia en Tu Reino. 
Amén.

Uruguay ha recibido una Gracia atemporal que deberá permanecer pulsando en vuestros corazones para que ella pueda superar las barreras, convertir los corazones, elevar a los caídos, erguir nuevamente a los no redimidos, y así se pueda cumplir el Plan de Dios.

Que esta Gracia atemporal. que les entrego, pueda permanecer en vuestras vidas y ustedes sean consecuentes con esa Gracia. En vuestras manos estará la permanencia de esta Gracia o la desaparición de la misma.

Mi Corazón les entrega una estrella de Luz del universo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Para la consagración de los elementos, a pedido de Nuestro Señor, cantaremos el Padre Nuestro en arameo. Él pide, en este momento, que toda la Orden Gracia Misericordia coligada haga el mismo ejercicio.

 

Oración cantada: Padre Nuestro (en arameo).

 

Que el Señor pueda recibir en Sus Manos este sacrificio para que Su Nombre sea alabado y glorificado por todo el universo y Su Fuente de Amor y de Unidad pueda ayudar a todas las almas a alcanzar la transfiguración, el camino de la redención.

Estoy aquí presente contemplando al Uruguay y al mundo. Mi Corazón es la Aurora que resplandece en vuestras vidas. Busquen esa esencia, esencia crística de Amor, para que desaparezcan vuestros miedos y prevalezca la fe que los llevará a la vida eterna.

En torno a este cielo universal que Me rodea, Yo los consagro en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sean fuente de Amor y de Verdad. Así Me alegrarán.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Jesús, para Su elevación, quiere que cantemos "Fuente Primordial" y que recordemos la Ascensión gloriosa de Cristo, la cual viviremos también en este momento.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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