APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEGUNDO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este universo, en toda la Creación y en toda la vida, existen las Leyes y, entre ellas, una Ley importante, muy desconocida para la consciencia humana, no comprendida, porque esta Ley preserva su revelación: la Ley de la Transmutación. Algo que la Jerarquía conoce desde el origen, desde que todo fue pensado, desde el momento en que el gran ángel caído desobedeció a la Ley Mayor.

A partir de ese momento, la Creación y la experiencia del universo mudó su curso y Leyes que no estaban pensadas tuvieron que ser creadas en la Fuente del Padre Eterno, para que la evolución de los seres, bajo estas condiciones de cambio, fuera una evolución equilibrada y armoniosa que significaría un esfuerzo importante para cada criatura que surgiera de la Fuente y comenzara a vivir su experiencia en esta Creación, bajo estas Leyes nuevas que surgieron por una necesidad, como la Ley que hoy les presento.

La Ley de la Transmutación fue interpretada por el ser humano. Aún para las propias Jerarquías, es un misterio, porque como les dije, es una Ley que preserva su revelación.

Pero, a lo largo de los tiempos, de las diferentes razas en este mundo, la Ley de la Transmutación tuvo que intervenir para poder corregir los desvíos de este Proyecto, no como un acto de justicia, sino como un acto de armonía.   

Esta Ley de la Transmutación fue revelada a muchos seres que, a lo largo de los tiempos y de las diferentes etapas del planeta, se iluminaron. El mismo Siddhartha Gautama conoció esta Ley, así como otros maestros de Oriente, y aun teniendo esta revelación interior, ninguno de ellos ostentaba tener esa Ley para sí mismo. Porque lo único que esa Ley revela como esencia es el servicio que presta a todo este universo y a todas las humanidades.

Así, esta Ley intervino a lo largo de los tiempos. Muchos tuvieron que aprender a interpretarla y a comprenderla; porque esta Ley, en sí, no es solo una Ley, sino también es un Rayo de la Fuente de la Creación, expresado a través del color violeta, una frecuencia altísima para este universo, que vive una experiencia material y mental.

Esta Ley creadora viene, a lo largo de los tiempos, a colocar los acontecimientos y las consciencias en otro punto.

La Ley de la Transmutación no puede ser apropiada por nadie. Esta Ley y ninguna otra pueden estar bajo el control de ningún ser humano y de ninguna criatura; porque, en esencia, las Leyes son inteligentes y autónomas, son manifestaciones de las corrientes de la Fuente Creadora y actúan en este universo material según la necesidad o la urgencia.

Esta Ley de la Transmutación intervino en acontecimientos importantes de la humanidad. Como ejemplo de esto: en la desaparición de la civilización de la Lemuria, en la desaparición y el hundimiento de la Atlántida, en la propia construcción espiritual y esotérica de Egipto, y también en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial, en las que el éter del planeta había sido destruido por la propia raza.

El llamado “velo del templo” se rasgó y se sigue rasgando en este tiempo final, cada vez que se detona una bomba o un arma contra la vida de alguien o en naciones enteras. Esto abre las puertas inciertas a acontecimientos desagradables, las almas más inocentes son colocadas en lugares inciertos.

La Ley de la Transmutación, que utiliza la Jerarquía por autorización del Padre Eterno, desciende al mundo para abarcar a las almas más necesitadas, desde el núcleo más profundo de la esencia hasta el ser espiritual; porque entre esos estados está el alma de cada ser que, en este tiempo, no puede ser robada por nadie ni extraviada.

La Ley de la Transmutación, guiada por la energía crística, trabaja en este tiempo. Por eso, en estos momentos de encuentros tan importantes Conmigo, la Jerarquía profundiza su trabajo y su operación en la humanidad, y se superpone a las situaciones psíquicas y emocionales de la humanidad; así, las demás Leyes trabajan ocultamente.

Sabemos que la humanidad no puede tener toda la revelación, en este momento, por el egoísmo, la vanagloria y la indiferencia. Por eso, Yo les dije una vez que Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y no hay ningún otro maestro que ustedes puedan seguir, solo a aquellos que demuestren que siguen al único Cristo.

Esta Ley de la Transmutación trabajará ampliamente en el final de estos tiempos, porque viene a corregir y a enmendar los errores y los ultrajes cometidos por la humanidad a las Leyes Universales.

Quiero que tengan muy presente, que lo graben en sus consciencias, que cada vez que desobedecen, ustedes se están aliando al deterioro de las Leyes en este planeta. Por eso, siempre deben tener cuidado con sus actitudes, con sus pensamientos, con sus intenciones y con todo aquello que creen poder ocultar a los ojos de los demás.

La vida del espíritu en la vida de la materia es un ejercicio de corrección diaria. Nadie puede creer que ya tiene todo resuelto, sería vivir en la ilusión.

Por eso, por Amor Yo vengo a abrirles los ojos, los ojos de la consciencia del mundo interior; porque la humanidad, a través de sus actos y de sus pecados, ha infringido gravemente las Leyes Universales, que no están para hacer justicia en nadie, sino para que ustedes alcancen los grados de Amor, así como Yo los alcancé paso a paso, en cada momento de Mi Vida.

Pero cuando Yo retorne, tiempo que no está tan lejano, el planeta y la humanidad sentirán fuertemente el descenso de las Leyes que vendrán Conmigo. Ellas serán como rayos que traspasarán la estratósfera y la atmósfera del planeta, más fuertes que los rayos del Sol.

Estas corrientes de la Fuente Creadora descenderán sobre aquellos lugares que necesitarán de una corrección; no importa dónde sea o cómo sea, nadie puede escapar de las Leyes, porque todos fueron creados a imagen y semejanza de ellas, comenzando desde lo más interior hacia lo más exterior.

Estas Leyes, que serán renovadas y vendrán Conmigo en Mi Retorno, colocarán todas las cosas en su lugar, comenzando por las intenciones de esta raza y después con todo lo demás. En esa hora y en ese momento, aquellos que tengan la Gracia de estar presentes en Mi Retorno, a nivel físico y universal, serán testigos de ese acontecimiento porque no será oculto.

Por eso, a través de los tiempos y de los últimos años, Yo vengo a prepararlos a cada uno de ustedes y a la humanidad para ese momento, porque no podrían estar presentes en ese acontecimiento, ya que no lo podrían soportar, así como Mis santos apóstoles no soportaron Mi Ascensión.

En esa hora, se conocerá el Poder de Dios en la Tierra. Las amarras más resistentes serán cortadas, el cautiverio de muchos seres terminará, porque la dualidad no será necesaria ni tampoco el sufrimiento por no conseguir trascenderse a ustedes mismos. Por eso, quien vive en la Ley de Mi Amor nunca perecerá. Pero, deben vivir según Mi Amor y no según sus intenciones ni tampoco sus motivos.

La Ley de la Transmutación vivió un receso después de 1988; y ahora, en estos últimos tiempos con el reaparecimiento del Señor, esta Ley volvió a aproximarse a la Tierra porque ya está preparando Mi llegada. Todo deberá ser exorcizado para que pueda surgir la Nueva Tierra, para que pueda manifestarse la Nueva Humanidad.

Guarden este conocimiento en su mundo interior, porque hoy no lo comprenderán, sí lo comprenderán cuando él suceda, cuando la Ley de la Transmutación actúe y corrija al mundo para que vuelva a restablecerse la paz y todo comience de nuevo, así como fue pensado en el origen, antes de Adán y Eva.

Entonces, se volverán a unir los tiempos, entre lo espiritual y lo material, es algo que hará el propio Dios Eterno para que las almas que formen parte de la Nueva Tierra tengan la dicha de conocer el Reino de los Cielos, aunque aún estén en este planeta. La felicidad será indescriptible y no habrá sentimiento de culpa, de pena o de perturbación, sino el júbilo de reencontrar el camino que una vez perdieron, camino que fue escrito por la propia Mano de Dios en el origen.

Reciban la Luz del Conocimiento Divino, así como el pueblo de Israel la recibió, así como los grandes patriarcas la recibieron, así como los profetas la revelaron y así como todos los creyentes la vivieron en honor y gloria al Creador.

Como un testimonio de esto, vengo a consagrar a nuevos adoradores, para que Mi Cuerpo Místico en la Tierra se fortalezca y sus almas, en este mundo, sean células vivas de Cristo que solo busquen el bien y la paz, la caridad, el servicio y la Misericordia, a través del ofrecimiento en cada adoración.

Sé que ya lo escucharon, pero es bueno que lo vuelva a decir nuevamente: cuándo un alma adora al Santísimo Sacramento, retira una espina del Corazón de Jesús y el Padre Me permite otorgar la Gracia de la salvación a quien no la merece, por el simple hecho de haber un alma en adoración como un ofrecimiento auténtico de su vida a Dios.

Es así que, una vez más, vengo a encender Mis células crísticas en la Tierra, para que la Luz de Dios sea más fuerte que la oscuridad en el mundo, y el amor de cada corazón humano y adorador sustituya al sufrimiento, a la venganza, a la traición y a todo mal, por el triunfo del Bien de Cristo en la Tierra.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los hermanos que se postularon, pueden acercarse.

Podemos traer aquí los símbolos de la Orden Gracia Misericordia, para que sean bendecidos por Cristo, los que los hermanos a partir de hoy llevarán consigo con todo respeto, amor y reverencia, símbolos de la Orden de Cristo en la Tierra; para, a partir de este día, formar parte de esta congregación.

Invitamos a cada postulante, en el silencio de su corazón, a hacer su ofrecimiento a los Pies de Nuestro Señor.

Y vamos a acompañar todos juntos este especial momento de bendición y de consagración de nuevos adoradores con la canción “Consagración”; para que, a partir de hoy, las almas de estos hermanos estén libres para caminar hacia el encuentro con Nuestro Señor, hasta que sea el día y el momento de fundirse en el Corazón del Redentor.


Padre Celestial bendice estos símbolos que representan el descenso de Tu Santo Espíritu en las almas que tienen fe ardiente en Ti.

Que Tu Santo Espíritu, a través del símbolo de esta Orden, del incienso y del agua bendita, bendiga a Tus Hijos que hoy se consagran, para que algún día, bajo la imperiosa fe de cada adoración, se conviertan en llamas de Mi Amor para el mundo.

Que así sea.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a hacer a pedido de Cristo un Ave María, un Padre Nuestro y un Gloria, para que las almas de estos hermanos reciban el impulso de la consagración que Cristo les trae.


Hoy, Mis Manos recogen sus lágrimas para ser ofrecidas a Dios como cristales de Luz, a los Pies del Creador, como ofrenda honesta y verdadera de sus corazones en respuesta al Gran Llamado del Padre.

Por esta causa, Yo los bendigo y los consagro como fieles Adoradores de Mi Corazón Eucarístico, como la fiel compañía de su Maestro y Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos ahora a prepararnos para la Comunión Espiritual. Y para completar esta consagración, los sacerdotes administrarán la Santa Comunión a los hermanos que ahora se consagraron, para poder sellar esa alianza con Cristo.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

Yo vendré como el Fuego más ardiente de todos los fuegos, pero nadie se quemará ante Mi Presencia, sino que el espíritu se encenderá en Mi Fuego Divino y Cósmico.

Este Fuego que descenderá del universo vendrá a renovar a todas las consciencias, vendrá a renovar a todas las formas, redimirá a las leyes del planeta y traerá la Luz del entendimiento y de la sabiduría.

En esa hora, cuando todo parezca perdido, Yo retornaré, les extenderé Mi Mano a ustedes y les ofreceré Mi Corazón, así como lo hice con Mis apóstoles después de Mi Resurrección.

Reapareceré en el mundo de formas nunca antes vistas y todo lo que siempre ha parecido desconocido, pasará a ser conocido y los misterios se develarán. Los sellos finalmente se abrirán con el descenso del Hijo de Dios entre los planos y dimensiones.

Y así, el Soplo del Espíritu de Dios descenderá con toda Su fuerza y poder, retirará del planeta a las fuerzas del mal. Los ángeles reconstruirán el éter de la Tierra, que en este tiempo está rasgado e invadido, pero las lanzas de todos los ángeles del Cielo restablecerán las corrientes ígneas de este universo, y de esto participarán el sistema solar y este planeta.

Las grandes fuerzas cósmicas, que impulsaron la creación del universo material, participarán de este acontecimiento del Retorno de Cristo y todo lo que fue escrito en la Biblia se cumplirá.

Aquellos que están destinados a recibir al Señor, en Su Retorno, lo vivirán. Aquellos que han partido de este mundo y aquellos que ya no estarán en el futuro también presenciarán la venida de Cristo desde los planos del Reino Celestial.

Así, se restablecerá la comunicación divina entre el Cielo y la Tierra porque, en ese tiempo que no está tan lejos, las armas y las guerras ya no funcionarán; porque no habrá fuerzas ocultas que las estimulen o las impulsen, ya que el Gobierno Espiritual de Dios descenderá y aquellos que fueron predestinados a formar los 144 000 se presentarán; y muchos más podrían sumarse a este acontecimiento si a tiempo se convierten al Señor y se redimen.

Felices serán aquellos que perseverarán hasta el final de los tiempos, porque atravesarán los obstáculos de la decadencia y de la inercia humana. Con la victoria de Mi Luz y el poder de Mi Amor, los escogidos sabrán atravesar los abismos y las tribulaciones, y no habrá nada ni nadie que los detendrá porque guardarán el gran secreto de Cristo, aquel último secreto que se revelará a los consecuentes y a todos los puros de corazón.

Ese secreto, que es invencible e inextinguible, ampliará el campo de la consciencia humana y mental, y todos los seres en la superficie de la Tierra, que hayan servido sinceramente a Cristo, vivirán la reconexión con la Leyes Divinas.

Y, como fue en los tiempos pasados del sagrado pueblo de Israel, los ángeles del Señor anunciarán la llegada del Mesías, ahora la llegada del Gran Gobernante del Universo.

No habrá fuerza oculta o contraria que se pueda resistir a Mi llegada, porque cuando atraviese el éter del planeta todo comenzará a suceder. Las puertas del universo se abrirán y no serán ocultadas. Los elementos de la naturaleza acompañarán ese gran acontecimiento, así como los elementos del planeta acompañaron a la Sagrada Familia de Nazaret.

No quedará piedra sobre piedra y esto se cumplirá. Por eso, vivan a tiempo el arrepentimiento verdadero, de corazón, y abran sus corazones para ser un receptáculo vivo del Legado de Cristo, porque lo necesitarán en el final de estos tiempos.

En todas las mentes que hayan creído en la Divinidad del Señor no habrá duda, cuestionamiento ni crítica. Las Leyes Universales serán comprendidas a través de las esencias y así podrán decodificar los impulsos que Yo le enviaré al mundo.

No estoy hablando de misterios inexplicables, no estoy hablando de nuevas filosofías o de otras ramas espirituales; estoy hablando del único impulso que Yo emanaré desde el Corazón de Andrómeda antes de Mi partida a la Tierra.

Y así se emitirán Tres Llamadas contundentes a todos los servidores que hayan seguido a Cristo hasta el final de los tiempos y que, sin verme ni reconocerme, habrán creído en Mi Presencia Inmaterial.

La Primera Llamada, que le emanaré al mundo, será la Llamada Preparatoria, momento en el cual todos los corazones y vidas deberán estar prontos, a pesar de los acontecimientos que se verán en la faz de la Tierra, a pesar de los fenómenos climáticos o cósmicos, aun con el reaparecimiento de grandes consciencias del universo en toda la órbita del planeta.

Esa Llamada será inconfundible, profunda y clara; será la Llamada de que deberán tener todas sus cosas materiales prontas. No les hablo de los bienes que los atan a este mundo, les hablo de que su vida material y física deberá estar alineada Conmigo, así como también la de sus familias.

La Segunda Llamada que Yo le emanaré al mundo, será la Llamada de Mi Reaproximación.

Los ángeles de la guarda tendrán la tarea de hacer esta Llamada por medio de sueños, experiencias o incluso materializaciones. Las Fuerzas Cósmicas del universo se presentarán y, a través de la Llamada de Mi Reaproximación, los corazones ya sabrán que solo faltará una última Llamada, que será la Llamada de Mi Voz.

Le hablaré a los corazones en lo más profundo de la esencia. Así como muchos de ustedes ya Me escucharon una vez en Tierra Santa, Me volverán a escuchar claramente y Me reconocerán; pero estén atentos para no confundirse con los falsos cristos.

No hay nadie en esta superficie que tenga más poder que el Hijo de Dios, porque Dios le da poder a quien Él lo determine. Por eso, Mi Presencia y Mi Llamada serán inconfundibles.

Muchos escucharán Mi Llamada interior, otros Me verán en los planos internos y otros Me verán cara a cara por un único instante y por un único momento, y ese será el momento de Mi Retorno, cuando reorganizaré a este planeta de adentro hacia afuera.

Será el momento de la gran rendición de toda la humanidad. Llamaré a todas las religiones para que finalmente sean una, en Cristo y por Cristo, y ya no será necesario vivir varios caminos espirituales porque todo quedará muy claro.

Pero esto no será lo último, compañeros. Existirá la Cuarta Llamada, que será la Llamada de la Madre de Dios, cuando también reaparecerá en el mundo.

Así como en el tiempo pasado la vieron ascender a los Cielos, en cuerpo y alma; así también la Divina Madre del Mundo descenderá de los Cielos, en cuerpo y alma. Pero, revelará Su Faz absolutamente transfigurada y cósmica junto a tres grandes Padres Creadores: Gabriel, Miguel y Rafael.

Traerá, junto a ellos, el Cetro de la Voluntad de Dios, esa gran herramienta cósmica que descenderá del universo al planeta, y será visible para poner fin a todo mal y a toda dualidad.

En este tiempo, que no está muy lejos, resucitarán los muertos y las Leyes que fueron profesadas al pueblo de Israel se cumplirán.

Muchos tendrán la Gracia de reencontrar a aquellos que perdieron por su muerte, la vida mortal pasará a ser vida inmortal. Será el nuevo comienzo de la humanidad y aquel Proyecto que fue pensado en el origen de Adán y Eva se retomará.

Todo esto será llevado adelante a través del Fuego del Amor Crístico. Por eso, en estos últimos tiempos fueron preparados. Y, a través de estos últimos encuentros Conmigo, están siendo preparados.

Díganle al mundo que ya estoy volviendo y que no falta mucho. Les vuelvo a repetir que nadie podrá detener ese acontecimiento universal, porque ya está escrito.

El Maestro y Señor del universo, el conocido Jesús de Nazaret, se reencontrará con cada uno de Sus compañeros, les dará el abrazo que tanto esperan, recibirán el Amor que tanto buscan y en esa hora comprenderán quiénes son verdaderamente.

Alegren sus corazones y espérenme con esperanza.

Estamos en el último tiempo de la tribulación, pero la Aurora volverá a nacer en el horizonte y ya no podrá ser sepultada por nadie.

¡Ay de aquellos que no han creído en lo que ha pasado aquí, en este país!

¡Ay de aquellos que cerraron su corazón a Mi Mensaje y a Mi Palabra!

La Tierra se limpiará a sí misma, como lo está haciendo en este momento.

Recen por los pecadores y por los que no se convirtieron. Recen por Mi Iglesia extendida en toda la Tierra, para que ya no sea difamada, para que cumpla la gran promesa del Señor y así formen el gran Cuerpo Místico de Cristo en la Tierra.

Sean chispas de Mi Amor en el mundo, ya no sean oscuridad. Beban de Mi Luz y sean Luz. Reciban Mi Gracia y sean consecuentes.

Es todo lo que hoy quería decirles, de corazón.

Sigan siendo valientes para escuchar la Palabra de Dios, porque ya es la última, antes de que todo suceda.

Celebremos este momento. Comulguemos de este Mensaje por medio del Sagrado Sacramento de la Eucaristía, para que más almas en el mundo también puedan prepararse para Mi Retorno al mundo, tan esperado.

Cuento con ustedes hasta el final.

Y así, Yo los bendigo y los absuelvo, bajo el poder de la Santísima y Divina Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los esperaré aquí en el mes de enero del próximo año, para cerrar esta misión, a través de este Centro Mariano.

Déjense consumir por el Fuego de Aurora, no les hará mal.
 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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