APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Vengo como la Luz del Amor de Dios para penetrar en el corazón de Mis hijos, para llevarlos una vez más hacia el Padre Celestial porque Él aún espera tenerlos en Sus Brazos. 

Lleguen a Mí, queridos hijos; así como hoy Yo llego a ustedes, Mis amados hijos, para volver a bendecir a esta nación y a este pueblo, Proyecto Precioso del Arca de Dios para el fin de estos tiempos, para los Mil Años de Paz.

Por eso, dejen a Mis Pies todo lo que los hace sufrir o padecer. Yo vengo a hacer renacer sus almas y corazones. Yo vengo a traerles, a través de Mi Corazón, la Presencia de Cristo para que recuerden, Mis amados, que siempre lo deben encontrar en la Santa Comunión, para que el Sacramento de la Fe y de la Renovación inunde sus almas y corazones, y haga de sus consciencias seres de pacificación que reciban en apertura el Llamado del Padre Eterno.

Yo estoy aquí, hijos Míos, y Soy la Madre de Brasil. Les agradezco por hoy estar aquí, respondiendo al Llamado de Dios a través del llamado de Su Madre Celeste. Sigan rezando por esta nación y por este pueblo, así como Mi Hijo se los ha pedido en los últimos días.

No teman, tengan fe y confíen. Este Proyecto de Brasil, que es el Arca de Dios, no desaparecerá del Corazón del Padre y menos aún del corazón de Mis hijos si creen en el Proyecto de Dios. 

Recuerden lo que Mi Hijo les dijo, en los últimos días, que Brasil es un país de brazos abiertos y de un corazón muy grande y noble. Desde los orígenes de este pueblo, de esta tierra, Dios colocó aquí Su Edén que ha sido transgredido por el hombre de superficie, que ha lastimado y ultrajado los Reinos de la Naturaleza.

Pero hoy ustedes, Mis hijos, que tienen la Gracia de ser conscientes y de estar despiertos, no solo recen por este pueblo amado y querido por Mí, recen también por los Reinos de la Creación.

El ser humano de superficie no puede vivir sin la naturaleza, sin los océanos, sin el amanecer. Imaginen un planeta sin todo eso, no habría vida en la superficie de la Tierra. Por eso, Yo los llamo a la reparación de los Reinos de la Naturaleza, para que también este pueblo y el mundo entero se pueda reparar y curar.

Queridos hijos, deben rezar por esta Creación, por este planeta. Mi Hijo aún espera y desea encontrar de pie a esta humanidad, a pesar de su sufrimiento y de su caos. Por eso, comiencen por ustedes mismos, Mis queridos hijos, viviendo una vida de bondad, recordando los Mandamientos que Mi Hijo les dictó, haciendo de cada una de sus familias un sagrado oratorio para Dios. 

Así evitarán, Mis amados hijos, que Mi enemigo los perturbe y los moleste; porque en cada momento que oren de corazón, como lo hicieron en este día, ustedes y sus familias estarán protegidas y amparadas en el fin de estos tiempos. 

Aún se verán situaciones en esta humanidad que, para muchos, serán increíbles; pero Yo los invito a mantener el fuego de la oración encendido y a multiplicar el espíritu de esta nación más allá de su pueblo, el espíritu del amor que vive este país, el alma de este país. Así, mantendrán las puertas abiertas para que la ultrajada Sudamérica reciba la Misericordia de Mi Hijo, los corazones se reconcilien con el Padre Eterno y ya no piensen que Dios es un Juez. El Padre es una Consciencia Única de Misericordia y Amor. 

Por eso, recuerden Sus Sagrados Nombres, los Nombres que invocaba el pueblo de Israel, y reciban así Su Sagrado Reino que está dentro de sus corazones y vidas. Solo deben mirar hacia adentro de ustedes para poder encontrarlo; porque la vida de la humanidad, en estos tiempos, se ha vuelto una vida material y superficial, llevando a muchos corazones a vivir en la indiferencia y no en el amor. 

Yo les pido, hijos Míos, que busquen adentro de ustedes esa reconciliación a través de Mi Presencia, en esta noche, por todo el Brasil y el mundo.

Yo les vengo a decir, hijos Míos, que Dios tiene la puerta abierta de Su Misericordia para que ustedes la puedan cruzar y puedan conocer Su Insondable e Infinita Misericordia. 

Por eso, no sientan culpa, alegren sus corazones. El Señor Me ha enviado como Su Esclava y Su Sierva para poder amparar a todo el Brasil, en esta decisión tan decisiva que el pueblo deberá tomar en los próximos tiempos.

Por eso, permitan que los Ángeles de Dios estén presentes en esta nación, para que todos los corazones, más allá de las creencias, se renueven. Porque Dios tiene Sus Brazos abiertos para todas Sus Criaturas, así como hoy, Su Señora y Madre del Brasil, tiene Sus Brazos abiertos y Sus Manos extendidas hacia ustedes, para derramar las Gracias que necesitan, después de estos dos últimos años de oscuridad y de incertidumbre.

Yo, como Madre de todos, confío en aquellos que rezan de corazón y de verdad, que no se cansan de orar, no solo por sí mismos, sino también por el mundo.

La oración es lo que cerrará las puertas inciertas que están abiertas, calmará la mente de las personas, apaciguará a los corazones inquietos y traerá la alegría de vivir y de estar en Dios, lo que quiere ser sustituido, en este mundo, por los dioses que muchas naciones practican.

No se olviden de sus orígenes, no se olviden de la riqueza de su universo interior, de su verdad. Dios está dentro de ustedes y los espera, para que lo puedan reencontrar, para que lo puedan adorar y reconocer.

Por esa razón, Yo estoy aquí, para decirles a Brasil y al mundo que no se dejen influenciar ni engañar. Dios les dio este planeta para que fueran una Sagrada Familia, para que todos alcanzaran la felicidad por estar aquí y reconocerse entre ustedes como hermanos, como miembros de una única familia universal.

Por eso, queridos hijos, reenciendan en ustedes la llama de la fraternidad, para que sea aplacada la indiferencia. 

Reenciendan en ustedes la llama del servicio, para que la pobreza sea aplacada. 

Reenciendan en ustedes la fe en la Misericordia de Dios, para que los miedos que son creados e irradiados al mundo entero desaparezcan de la vida de las personas, porque son miedos que no existen. 

Dios los creo para que fueran a Su imagen y semejanza, y eso nunca cambiará.

Recen para proteger a esta querida nación de lo que quieren instituir y establecer. Liberen a este pueblo de las falsas promesas. Crean en el Reino de Dios que está dentro de ustedes y, como su Madre, les aseguro que no les faltará la paz.

Que Brasil pueda vivir algún día el verdadero Gobierno Espiritual de Mi Hijo, para que todo el pueblo sea bendecido por la Divina Ley, la verdadera Ley de Dios que ordena a las consciencias y a los mundos internos, que trae las Gracias que los corazones necesitan para sentirse curados y amados por Dios.

Hoy, Él Me envía con este Mensaje para todos. Pero, también Mi Hijo Me envía para decirles que Él siempre será el Cristo Redentor de esta nación, Aquel que siempre les traerá la Luz del universo y de la vida. Por eso, Él les pide que se levanten y tengan fe. Este cautiverio que el mundo vive terminará, pero aún el planeta y la humanidad deberán purificarse.

Recen con fervor, formen grupos de oración y sean ejércitos de la Madre Celeste. Que sus vidas sean las chispas de Dios sobre la superficie de la Tierra, la Luz que se enciende en estos tiempos de oscuridad para iluminar a las naciones y al planeta. 

Vivan la Unidad de Dios para que vivan en Unidad con Cristo y, a través de Cristo, Mi Amado Hijo, ustedes vivan en Unidad con el Espíritu Santo.

Invoquen en las próximas semanas, a través de la oración, los Dones del Espíritu Santo, para que sean sus corazones los que escojan y no sus mentes.

Recuerden al Ángel de Brasil, que tanto los necesita y los espera. Permitan que Él extienda sus alas sobre este pueblo, para que esté protegido de las interferencias de estos tiempos, de las ideologías y de las tentaciones que son enviadas a la humanidad de forma permanente.

Pero, a través de la inteligencia del corazón, Yo los invito a elevar sus consciencias por medio de la plegaria, para que estén protegidos de todo y sus corazones vivan en el Amor de Dios, porque Su Amor es Invencible y es Infinito, es un Amor que nunca muere, que nunca desaparece.

Por eso, a través de Mi Corazón, Mis queridos hijos, reencuentren en esta noche el Amor de Dios, el Amor que los espera, el Amor que los aguarda. 

Recibo en Mi Corazón Inmaculado las súplicas, las plegarias y las intenciones de todos los presentes y de los no presentes, porque conozco en profundidad cada una de sus vidas.

Soy la Madre de la Humanidad, la Madre de la Cruz, que se comprometió a los Pies de Cristo en el Calvario a trabajar por la salvación de las almas y de los corazones, a llevarlos a reencontrar el Amor de Dios.

Comulguen de ese Amor en este momento y disuelvan toda culpa y toda duda; porque el Amor de Dios está presente, todo nutre y todo renueva, todo cura y les concede la Paz. Que sus corazones se fortalezcan en la Paz de Dios para que aprendan a caminar en estos tiempos difíciles.

Hoy, no solo rezo por ustedes, sino también por sus familias. Rezo por esta querida y amada nación de Nuestro Señora. Y, una vez más, les agradezco por estar aquí, en simplicidad de espíritu, en humildad de corazón, en devoción ardiente.

Porque todos estos atributos aplacan la injusticia que este país podría vivir en los próximos tiempos e incluso permite que esta patria no sea engañada, sino que todos con esperanza y con fe siempre hagan de Brasil el Nuevo Edén de Dios.

¿Aceptan?

Todos responden: “Sí”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ella está sonriendo.

 

Como un testimonio del Amor de Dios, consagraré a nuevos Hijos de María.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Invito a que se aproximen a los pies de este Altar.

Que se aproximen también aquellos que se quieran consagrar al Inmaculado Corazón de María.

Nuestra Madre, derramará Sus Gracias en este momento sobre el Brasil y sobre todos los presentes, para poder bendecirlos con el Amor de Cristo.

 

Hoy, extiendo Mi Manto Celestial, a través de la consagración de cada uno de Mis hijos presentes, a través de los corazones que creen en la llama sagrada de la fe y de la esperanza, a través de los corazones que esperan con alegría el Glorioso Retorno de Cristo, la próxima llegada de Cristo a esta humanidad y a este planeta, que hoy la Madre de Dios anuncia con alegría y júbilo.

Por eso, les pido, Mis amados y queridos hijos, que nunca dejen de elevar la antorcha de la fe y de la paz, de elevar hacia los Cielos sus plegarias y, sobre todo, sus corazones en ofrenda y en amor, para que el Padre Celestial siempre los bendiga y los proteja.

Hoy, les extiendo Mi Manto Celestial, a través de esta especial y bendecida consagración de nuevos Hijos de María, y le muestro al Padre Eterno cómo, a través de la consagración de las almas y de los corazones devotos, se puede reerguir el Proyecto de esta humanidad a través de los pilares de la Fe, del Amor, de la Misericordia, de la Cura y de la Paz.

Por eso, escuchando en este momento el Himno de su Consagración, el que los invito también a cantar por todos los Hijos de María ya existentes, elevemos al Padre nuestras súplicas y ofrendas para que Él no solo derrame Su Misericordia y Su Cura, sino también derrame Su Paz en aquellos que la buscan con sinceridad, para que puedan comulgar con Cristo, Mi Hijo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a escuchar el Himno de Consagración de los Hijos de María.

Y, en este momento, ante la Presencia de la Madre de Dios, vamos a prepararnos internamente y espiritualmente para que, a los Pies de la Reina Celestial y Madre de Brasil, nos consagremos como Sus hijos para siempre, como los Hijos de María.

 

Yo los consagro, los bendigo y los renuevo.

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 106.a MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No hay nada que impida que Yo pueda llegar a ustedes cuando lo necesito. Esto lo deben tener muy presente en estos tiempos de transición. Porque el corazón que se une a Mí, a través de la oración, no solo se trasciende a sí mismo, sino también trasciende todas las situaciones a su alrededor. Por esa razón, Yo estoy aquí, en este tercer y último día.

Estoy alegre por aquellos que han esperado Mi llegada y Mi Padre Me ha confesado que gran parte de la tarea ya fue alcanzada en este tercer día de encuentro Conmigo. Esto fue posible porque ustedes están aquí. 

Por más que Yo tenga el poder de renovar todas las cosas, si los Míos no están Conmigo, en este momento, ¿cómo se daría la maravilla de estar en Dios, la alegría de sentir Su Júbilo y Su Presencia, y que los corazones que están aquí salgan más fortalecidos de este lugar, llevando la fuerza del Amor por donde vayan y a quienes encuentren en sus caminos?

Así como Yo les doy Mi Amor, espero que ustedes aprendan a dar amor a sus hermanos, más allá de los errores o de las incomprensiones, más allá de las fallas o aun del pecado.

Si Yo di cada paso en el calvario por ustedes, ustedes como Mis apóstoles ¿se animarán a dar los pasos en este calvario planetario?

Es por eso, que les vuelvo a hablar del amor maduro, de un amor que no oscila ni tampoco se enfría, de un amor que es capaz de comprender más allá de sí mismo el Propósito de Dios y de caminar en confianza hacia lo desconocido por más que no lo comprendan, porque todo lo que venga de Dios nunca les hará ningún mal.

Tan solo cuando sigan a un único Dios estarán protegidos, serán guiados, sus corazones recibirán la intuición que necesitan para que, en estos tiempos cruciales, sepan tomar decisiones correctas y no decisiones impulsivas; porque en este momento es necesario mucho discernimiento. 

En este mundo está todo tan frágil que cualquier cosa podría romperse dentro y fuera de la consciencia. Por eso, deben confiar en el Don de la Ciencia del Espíritu Santo y todos los días, por medio de la oración, invocar Su Sabiduría, porque ustedes pueden ver cómo está este mundo en este momento y cómo algunas situaciones parecen irreversibles.

Pero para Dios no existe nada irreversible o imposible, ustedes solo deben aprender a abrir la puerta correcta a través del corazón y así, la Gracia siempre llegará a sus vidas y no estarán desamparados o desprotegidos.

En verdad les digo, así como les dije a Mis apóstoles, así como le dije una vez al pueblo de Israel: sus pies no pueden estar en dos caminos, ustedes ya saben lo que Yo represento para el mundo. Pero la humanidad aún no conoce Mis secretos, de dónde verdaderamente provengo y hacia dónde Yo ascendí después de Mi Resurrección.

Les he dado pequeños impulsos sobre Mi Consciencia, sobre la existencia de Mi verdadero Origen, para que las consciencias despierten del sueño en el cual viven. Para alcanzar el nivel de esta revelación, sus corazones deben orar mucho y eso ya lo saben.

En este momento no existe otro camino, porque la oración no es cansadora, sino renovadora. Cuando aprendan a tener consciencia de lo que significa donar el verbo a Dios, les aseguro que no solo aprenderán en la escuela de la oración, sino también aprenderán a trabajar, así como trabaja la Jerarquía por este planeta y su humanidad.

Es importante que tengan todo esto claro y que esté guardado en la memoria de cada uno, todos los días; porque la oración los colocará en un punto lejos de la adversidad, lejos del caos y de la disociación de estos tiempos, lejos de la ignorancia y de la locura que vive este planeta.

Después de estos tres días de encuentro Conmigo, pude percibir y ver con Mis propios Ojos que sus oraciones fueron verdaderamente sinceras; y esto le permitirá a la Argentina que la Sagrada Arca de Dios esté más tiempo presente en la consciencia de este país y en los corazones que quieran venerarla y adorarla; porque así todo se transformará lentamente, a una velocidad desconocida y no comprendida.

Estar delante del Terafín de Dios no es solo una Gracia, es una oportunidad que no se puede perder; porque esa oportunidad es para las almas y ¡cuántas almas en el mundo desearían estar delante del Arca de la Santa Alianza!, para no solo recordar el Propósito esencial de haber venido aquí a la Tierra, sino también para saber caminar decididos hacia el Propósito.

En este tercer día, su Maestro y Señor realiza una síntesis, porque en estos tres últimos días muchas situaciones se dieron en los planos internos universales.

Por eso, estoy aquí para decirles, que lo que sucedió aquí no solo fue un encuentro, un momento de elevación y de consciencia, un momento de amor y de ofrenda; sino que a través de estos últimos tres días la Jerarquía Espiritual pudo obrar mucho más que lo que estaba previsto o pensado. Y así, la Jerarquía espera llegar aún más allá de lo previsto cuando esté en el Centro Mariano del Espíritu Santo, para que todos los que se animen se puedan encontrar con la Hermandad.

Este movimiento que hace la Jerarquía es único e irrepetible. Cada movimiento que hace la Jerarquía no es igual a los otros. Cada impulso que da la Jerarquía es definitivo y trascendental, porque invita a Sus discípulos a colocarse en las filas del Plan, en donde verdaderamente siempre debieron estar.

Y ahora, Me voy de aquí lleno del amor de Mis compañeros y compañeras. 

Para que pueda seguir cumpliéndose el propósito de esta nación y de América, para que el Arca de la Santa Alianza pueda seguir emanando sus códigos de Amor y de Luz en las almas y en todas las naciones, les volveré a ofrecer lo más profundo y bendito que tengo, que es la Eucaristía; porque así siempre encontrarán la fuerza de la renovación y de la paz.

Les agradezco por haber respondido a Mi convocatoria y no se olviden de seguir los pasos del Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

El Señor nos sonríe a todos.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA LOCALIDAD DE LOS COCOS, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Vendré con el Cetro de la Luz de Dios en una mano y con la poderosa Espada de fuego de los Arcángeles en la otra para separar la luz de la oscuridad, para rescatar a las almas perdidas en los abismos y en la ilusión del misticismo espiritual.

Vendré con la Espada de fuego de los santos Arcángeles para que se disipen algunas tinieblas a fin de que los espíritus que vagan por esta parte del mundo sean expulsados y encaminados hacia otros espacios del universo.

Vendré, en estos días, con la Espada de fuego de los Arcángeles para cerrar con Mis propias manos los abismos espirituales abiertos por la búsqueda desmedida de una espiritualidad basada en el beneficio de muy pocos.

Vendré con la Espada de fuego de los Arcángeles para reunir a los autoconvocados del Plan y para crear las futuras bases de una nueva Arca de Dios, en donde no solo los Reinos se verán ayudados, sino también las consciencias que deberán ser retiradas de una constante ilusión espiritual y mística.

Vendré con la Espada de fuego de los Arcángeles de Dios para traerles de nuevo la paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 48.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA, LA CORUÑA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Aquí está el Arca Sagrada de Dios, que guarda los mayores tesoros del Universo.

Ella retornará Conmigo a la Tierra para instituir el nuevo Plan de Dios al momento que surja la nueva humanidad.

Retornaré más brillante que un sol y más luminoso que cientos de estrellas.

Mi Espíritu será tan fugaz como el viento, semejante a la fuerza de los océanos y de todos los mares.

Un Portal del Universo se abrirá sobre la Tierra, y los 144 mil lo sentirán porque escucharán Mi Voz en sus corazones y sabrán que la hora se aproxima.

Será el momento en que Dios habrá declarado Su Justicia sobre el mundo; y los impíos, los injustos, lo sabrán.

Por eso, vengo a ofrecer esta Arca Sagrada como última salvación de la humanidad.

He colocado dentro de ella Mi Sagrado Corazón lleno de espinas para que sea venerado, adorado y reparado por los hombres.

Los ángeles participarán de ese acontecimiento, de la Venida del Hijo del Hombre, y no habrá consciencia que quede sin saberlo, porque Dios ya está poniendo fin a las injusticias humanas, a todo lo que es pecado y a todo lo que está perdido.

Como hice hace más de dos mil años en Tierra Santa, vengo a ofrecer Mi Corazón como símbolo de expiación universal para que las almas encuentren un refugio seguro, para que sepan conducirse en los tiempos que vendrán y no pierdan la posibilidad de ser guiadas.

Con todo esto, vengo a revelarles los misterios de Mi Sagrado Corazón, los cuales no son verdaderamente contemplados ni buscados por todos, en estos tiempos.

Escogí este lugar para hacerlo porque aquí ha venido uno de los Míos; ha venido en Mi Nombre a dejar algo que la humanidad no ha comprendido y que ha convertido esa oportunidad en perdición para muchas almas.

Pero Mi Misericordia es infinita, más grande que todos los océanos y que todo el Universo.

Mi Fuente de Gracia nunca dejará de brotar, pero debo ser obediente a Mi Padre, así como ustedes deben ser obedientes a la Ley y a la Justicia.

Mi Gracia no terminará, pero deberé cerrarla en algún momento. Por eso, en estos tiempos, vengo a fortalecerlos para intentar hacer de sus vidas nuevos instrumentos que puedan corresponder a la necesidad de Mi Plan y de Mi urgente retorno al mundo.

Mientras el mundo sea injusto a todo lo que Yo le he dado a través de Mi Sacrificio y de la Cruz, por la profanación de la Palabra, del Divino Verbo, y de la Eucaristía, aún sufrirá más de lo que espera.

Por eso vengo, con tan pocos, a cambiar los acontecimientos y a hacer de sus encarnaciones un momento de renovación y de esperanza para el mundo.

Quisiera que todos los días Me oraran como Me oraron hoy.

Quisiera que todos los días caminaran hacia el Portal de la Paz así como caminaron hoy, con simplicidad, en amor y en sintonía.

Eso ha permitido que Yo viniera aquí, a recoger los purgatorios que existen en toda Europa.

Cuando sus pies caminan con determinación y firmeza hacia Mi Portal de la Paz, muchas cosas Yo puedo hacer a través de ustedes; y todas las que Yo puedo hacer, son muy desconocidas para la humanidad.

Hoy han permitido que Mi Padre concediera traer hasta aquí el Arca de la Santa Alianza, bajo la veneración profunda de Mi Sagrado Corazón, que está dentro de la misma, como esencia y energía.

Quiero que sus ojos observen el horizonte de Mi Corazón, el Universo de Mi Amor y la Divinidad de Mi Consciencia, y que puedan creer que más allá de todo esto existe algo mayor y verdadero, que el mundo aún desconoce.

Hoy pude dejar en sus corazones las Moradas de Mi Padre, aquellas moradas de las cuales Yo he hablado en el Evangelio, en el Nuevo Testamento.

Quiero que no solo oren por ustedes, sino también por el mundo infiel y egoísta; por aquellos que usan Mi Nombre y el Nombre de Mi Madre para promoverse y hacer creer a muchas consciencias que todo es verdad.

No saben cuánto siente Mi Corazón cuando desvirtúan las cosas, como propósito y como designio celestial.

No tengo nada más para entregarles que Mi Corazón y Mi Vida, Mi Alma y Mi Divinidad.

Aspiro a poder ser en los Míos mucho más de lo que Soy.

Aspiro a poder convertir lo que aún no Me permiten.

Aspiro a poder liberar lo que aún se resiste en ustedes, por miedo o por vergüenza.

Mis Ojos de Misericordia no vienen a ver lo que está mal; sino vienen a ver lo que Mi Padre ha creado en lo profundo de sus consciencias, desde el Principio.

Es por la esencia de las almas del mundo que rezo todos los días, a los pies de una luminosa cruz semejante a esta que está junto a Mi altar.

En esta Cruz Yo di todo por el todo y mucho más de lo que los hombres conocen por historias o por relatos, por experiencias o por visiones.

Dios nunca revelará totalmente Su Misterio, porque sabe que el hombre es débil en la carne y en la tentación.

Pero sí, Él podrá dar todos Sus tesoros y lo que existe más allá de este Universo, a los que tienen fe en Él, a los que creen en Su Palabra, a los que viven en Su Voluntad y la respetan, a los que confían plenamente en Su Misericordioso Amor.

El mundo está muy enfermo de cuerpo, de mente y de espíritu.

¿Quién socorrerá este mundo llagado y lleno de heridas?

Un mundo que sufre como consciencia, a través de la humanidad y de los Reinos que Mi Padre ha creado para su beneficio, para beneficio de Sus criaturas.

Estoy como un árbol, esperando que Me contemplen.

Estoy como las aves, esperando que Me alaben.

Estoy como el mar, para que Me busquen en el silencio.

Estoy en el viento, para que reconozcan la caricia de Mi Amor en todo lo creado.

Mi Amor, que es el Amor de Mi Padre, está en todo, esperando por reparación y cura.

Que los valientes se animen a seguirme.

Que los perseverantes no se cansen de seguir Mis pasos.

Que los imperfectos no se amedrenten.

Que los enfermos crean en el Poder de Mi Cura, y que los pacificadores no dejen de dar la paz, a pesar de lo que suceda.

Porque, en verdad les digo, dichosos serán los que hagan cosas más grandes que las que Yo hice, porque en el Cielo serán coronados por vivir y buscar Mi Humildad; porque en el Universo serán reconocidos como Mis siervos del fin de los tiempos, y como los santos de los últimos días.

Ofrezcan sus pequeños sufrimientos por los que más sufren.

El planeta, como un todo, como consciencia, es el mayor dolor de este Universo.

Retornaré en Gloria para corregir este proyecto humano y esta gran idea, divina e inmaculada, que Mi Padre emanó de Su Corazón al Infinito.

Cuando vean que el mal hace temblar todo y que las mayores dificultades de la Obra se presentan, sepan que Mi enemigo está inquieto, porque estoy dando pasos firmes, camino a Mi Retorno.

Que se enciendan las antorchas de los Nuevos Cristos.

Que se eleven los estandartes de la rehabilitación.

Que en lo alto de los montes se vean las banderas de la paz, porque el fin está llegando, aunque muchos no lo crean.

Refúgiense en el Inmaculado Corazón de Mi Madre.

Oren, adoren y esperen en silencio, porque una señal significativa pasará y no podrán estar distraídos, sin poder verla.

Esa señal indicará el fin del último fin y la llegada del Omega a la humanidad.

Los Libros Sagrados terminarán de ser escritos porque la Mujer Vestida de Sol abrirá el nuevo cofre, en donde las perlas más preciosas de la redención serán presentadas ante los Tronos de Nuestro Señor.

El Arcángel Gabriel anunciará a Sus ángeles el momento de Mi Llegada, y la última trompeta en el Universo Celestial se escuchará. ¡Ay de aquellos que no hagan penitencia!

La Justicia será muy grande por lo que la humanidad ha hecho, pero Mi Misericordia salvará a aquel que se rinda, de verdad, por él mismo y por sus hermanos.

Ya no busquen la paja en el ojo ajeno. Ya no juzguen, ya no critiquen.

Sean misericordiosos como Yo lo Soy, hasta el final de la cruz, hasta que sean traspasados por la Lanza del Amor de Nuestro Padre.

Aun en esa hora, no desistan porque, aunque aparentemente Yo no esté presente, Mi Espíritu Divino siempre estará en aquel que crea y que viva Mi Confianza.

Que esta Arca sea el símbolo de los nuevos redimidos que veneran, pacíficamente, Mi Sagrado Corazón y que lo hacen por una raza perdida e indiferente.

Alegres serán los que así lo hagan, porque nunca les faltará la fe.

El Reino de Dios se aproxima para derramar Su Justicia, y Yo haré todo lo posible y un poco más por los caídos. Que así sea.

Rezaré en estos días, junto con ustedes, para que estas rosas que han traído a Mi Altar sean bendecidas y, al tercer día de este encuentro, se las lleven como un presente de luz de Mi Sagrado Corazón y como parte de la donación de los Reinos de la Naturaleza a la humanidad, una donación incondicional.

Que en esta Maratón oremos por los que no viven Mis Mandamientos, por los que infringen las Leyes del Universo todos los días, por los que son religiosos y espirituales y no son verdaderos, para que el Espíritu Santo abra sus ojos y rompa los candados de sus corazones; para que descienda la Gracia de Mi Misericordioso Corazón y las almas sean rescatadas de sus abismos. Amén.

Mientras Me elevo al Universo con todas las súplicas recibidas, necesito en esta hora que alivien Mi Corazón de todo lo que ve, día a día, de este mundo.

Estoy aquí por los que Me escuchan, por los que Me viven, por los que Me buscan, por los que creen en su Divino Señor.

Necesito que reparen Mi Corazón, hoy, con una canción muy profunda para Mí.

Yo estoy aquí con ustedes, y ustedes, a través de esta canción dirán: Señor, Tú estás aquí, siempre.

Los bendigo con el poder salvador de la Cruz, con la señal luminosa de la redención y de la paz, para que los espíritus impuros sean liberados y para que las almas encuentren la paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO EXTRAORDINARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

La gran señal marcará un antes y un después en el final de dos ciclos, tiempos que se manifestarán por medio de dos noches diferentes. Los dos días de anochecer señalarán al mundo la llegada, en un tiempo cercano, de un cambio profundo en toda la vida planetaria.

Por eso a partir del 8 de agosto comenzará un nuevo tiempo que estará encuadrado por las definiciones espirituales que la humanidad vivirá.

Cuando los próximos tiempos se muestren con señales en dos diferentes noches, significará que las almas en sus casas deberán estar en oración y en comunión para poder traspasar los últimos ciclos críticos.

Pero antes de que eso termine, la Madre de Dios, la Mujer Vestida de Sol revelará, como señal para el mundo, el momento de unirse para siempre a Dios. Será en esa hora que desde Aurora, como desde otros lugares de la Tierra, esa señal, que será visible para el mundo, podrá ser vista durante los anocheceres del próximo tiempo.

El día 8 de agosto en los últimos años pasados demarcó para todos los tiempos de cambio en los cuales la consciencia planetaria fue cruzando los primeros momentos de transición. La fuerza interior que encenderá los corazones será el fuego de la oración; quien rece en esos momentos con devoción y fe estará invisible y oculto ante las asechanzas del adversario.

Quien en la última hora adore a Mi Hijo estará escondido en el Corazón Espiritual del Supremo Rey. Quien abrace su propia cruz, la cargue y la viva, estará aliviando el peso mayor que tendrá la Ley.

La Aurora de Mi Corazón en los días de agosto mostrará señales internas en los corazones que hayan tenido humilde fe en la Madre del Cielo. El suelo de Aurora será uno de los testigos, y así, el mundo comprenderá tarde que debía haber cambiado.

Los Arcángeles Miguel y Gabriel presenciarán el Juicio de la Tierra, y los ojos sencillos pero humildes los verán como luz en el horizonte mayor. Así, el séptimo sello será abierto por la Mujer Vestida de Sol después de las dos noches del próximo tiempo.

Algunos conocerán esta revelación que está guardada por los ángeles en el cofre bendito del Arca de la Santa Alianza. Esa será la última señal antes de la luna roja, y los caminos de los autoconvocados deberán estar limpios de toda mancha.

El 8 de agosto la Madre de Dios bendecirá a todos, y aquel que reciba esta Gracia con el corazón humilde, reconocerá el sentido interno de la misma. Así los rayos del Inmaculado Corazón mostrarán los siete caminos para que los discípulos de Cristo en redención definan cumplir su compromiso ante el Creador.

La Obra de Dios será entendida y amada por pocos durante los últimos tiempos, y la fe será el escudo contra toda oscuridad. Antes de que la Madre de Dios se recoja en los campos desérticos, un suave aroma a flor de naranjal indicará el momento de un cambio espiritual.

En los días de agosto las almas podrán renovar su misión delante de Dios, el Portal de la Paz será el refugio bendito para los que quieran escuchar a Dios en su interior. En esos días habrá momentos de claridad y entendimiento, ese será el mayor prodigio de la Gracia de Dios, saber qué hacer de la vida y cómo cumplir de corazón con la Voluntad Superior.

Mientras gran parte del mundo está ciego, la Aurora de agosto abrirá sus puertas celestiales para que las almas reciban el don de la redención. Las Gracias más sublimes estarán en los corazones más simples y devotos del Hijo de Dios. Cristo completará en esos días un ciclo interior para todos.

Ciertas puertas se cerrarán para que las almas caminen por medio de un último impulso de luz. Quienes estén vacíos de sí podrán sentir un bienestar incalculable, una paz que restaurará las heridas y un amor que alegrará la vida de quien en verdad entre a Aurora sin expectativas, solo en entrega y en oración.

Los días de agosto serán los últimos momentos de preparación, será en esa hora que los corazones podrán unificarse en el Propósito de Dios. Dichosos de aquellos que no se perderán ni se distraerán por la aparición de las señales del próximo tiempo y que solo buscarán estar en Dios; es lo que bastará para que la Obra esté concretada.

Saludos de Paz y Redención para los más jóvenes del mundo y, especialmente, para los jóvenes de la Nueva Tierra. Si ustedes están con vuestra Madre del Cielo, no dejarán morir la semilla que fue sembrada por la Misericordia.

Sean receptivos a la guía que los acompaña. Sean constructores y colaboradores de la Nueva Humanidad. Sean ejemplo de gratitud, de amor y de Gracia. Sean la flor predilecta en el jardín bendito de Mi Corazón.

Que el corazón de este suelo les recuerde que él será el refugio y la morada para vuestra redención.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los eleva al Reino de Dios en Misericordia y perdón,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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