APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL VALLE DEL RÍO LOIRA, REGIÓN CENTRAL DE FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 20

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, quiero que contemplen las Cinco Llagas del Señor traspasadas por todos los horrores del mundo.

¿Quién retirará de las Manos del Señor los clavos que, una vez más, están siendo colocados, que representan en una Mano la impunidad y en la otra Mano la injusticia?

¿Quién retirará de los Pies de su Señor los clavos que representan la falta de amor y de compasión en el mundo?

¿Quién retirará la lanza del Costado de Jesús, la Llaga que más le duele en este momento, que representa a la muerte de los inocentes?

¿Quién recogerá, con el cáliz de su corazón, la Sangre Preciosa que es derramada, en este momento, a través de las Manos, del Costado y de los Pies de Jesús?

Esta es la Faz que hoy Yo les presento a todos. Este es el Mensaje, pero también es el símbolo que quiero dejarles, no solo a ustedes, sino también al mundo entero.

Y hoy, les muestro todo esto a las puertas de Mi Casa, a las puertas de Mi Iglesia, desde el Sagrario más íntimo de Mi Corazón, desde donde He salido para presentarme a ustedes, así como Me He presentado en otros tiempos culminantes de la humanidad.

Esto es lo que hoy quiero que contemplen, para decirle al mundo que Mi Insondable y Divina Misericordia no está siendo considerada en este momento; porque el cáliz de la consciencia humana, el cáliz de la consciencia del planeta, antes estaba medio lleno y ahora está rebasando por la acumulación de los errores y de los pecados del mundo.

Quiero que vuelva a ser considerada, ante este momento culminante de la humanidad y del planeta, la devoción a Mi Insondable y Sagrado Corazón, para que los principios y los méritos alcanzados por su Maestro y Señor vuelvan a ser justificados, ante un escenario de horrores, de guerras y de conflictos, de división y de cisma dentro de las religiones.

Por eso, una vez más vuelvo a salir del Sagrario de esta iglesia para reconstruir la esencia espiritual del Propósito de las religiones, para que las almas que una vez creyeron en Mí ya no se aparten de Mí, sino que encuentren la Iglesia Espiritual en Mi Casa, la morada espiritual que tanto buscan y anhelan para estar protegidos de los asedios de estos tiempos, que de una forma desmedida imparte Mi adversario, el enemigo de todos, de una forma nunca antes vista.

Pero quiero decirles, compañeros, que a pesar de que en este momento Mis Manos, Mi Costado y Mis Pies siguen sangrando, quiero que recuerden el momento de su Maestro y Señor en el Huerto Getsemaní, lugar en donde le fue revelado todo lo que sucedería en este tiempo, pero también le fue revelado lo grandioso que sucedería en el final de estos tiempos, a través de la fe de los corazones que creen en la existencia del Cristo Vivo y en la presencia de Su Amor Misericordioso e Insondable.

Quiero que estén delante de la Faz ensangrentada de Jesús, no para que sufran, sino para que maduren y crezcan, para que el mundo, a través de este símbolo y de esta Faz que hoy les presento, sepa cómo está dejando al Sagrado Corazón de Jesús. Por eso, Yo les vuelvo a decir que tengo sed de las almas, tengo sed de las víctimas que se postulen a Mi Amor Redentor.

La desolación del Señor es muy desconocida para todos; la desolación que es provocada a través de los hermanos y hermanas que sufren, de los que escapan de la guerra y del conflicto, de los que ya no tienen hogar, de los que ya perdieron su familia y seres queridos de una forma inesperada.

¿Quién tendrá la valentía y el coraje de reparar esos corazones destruidos?

¿Quién será capaz, sin desafíos ni batallas, sin armas ni insultos, a través de la inteligencia del corazón y del silencio del espíritu, de enfrentar a las fuerzas del mal que provocan los horrores de estos tiempos?

No es enfrentándose con la espada que esto terminará; porque en el momento antes de ser entregado en el Huerto Getsemaní, cuando estaba siendo apresado por Mis enemigos, cuando la gruesa cadena traspasaba Mi Cuello y amarraba Mis Manos y Mis Pies, aunque perdiera un poco la respiración, cuando recibía los primeros golpes en el Abdomen, Pecho y Rostro, y el Dios Vivo era atormentado y golpeado sin que nadie lo percibiera, Yo le dije a Pedro: “Quien levanta su espada, a espada morirá”.

Se ha perdido, en este tiempo, el sentido del diálogo y de la cordialidad humana, que lleva a la hospitalidad, a saber lo que el prójimo necesita en cada momento y en cada instante.

Si dieran una mínima gota de amor, todo estaría resuelto. Por eso, tuve que derramar Mi Sangre en el Calvario, gota a gota, no solo para que la superficie fuera impregnada del Amor Crístico y Liberador, sino también para que las almas aprendieran de la donación y de la entrega incondicional.

Es hora de hacer frente a la realidad planetaria, porque muchos podrían ser sorprendidos de la noche a la mañana. Y, Yo les pregunto, ¿qué harán, abandonarán al Señor, como lo hicieron muchos de los apóstoles?

¿Quién estará a los pies de la cruz de este calvario planetario, sin temerle a las fuerzas del mal y sin desafiarlas?

¿Quién será capaz de invocar la Sabiduría del Espíritu Santo, para aprender a sobrevivir en estos tiempos críticos?

A las puertas de Mi Iglesia Espiritual, de Mi Iglesia Eterna, de Mi Iglesia Sublime que reside, a través del Reino de Dios, en el corazón de todas las criaturas, Yo vengo a entregarles esta revelación más íntima de Mi Corazón, porque el mundo ya cruzó los límites y las fronteras del equilibrio e ingresó en un desequilibrio que parece no tener fin.

Por eso, este es el tiempo de que no solo en la superficie, sino también en los otros planos de consciencia, aprendan a superar la batalla espiritual, en donde todo infelizmente está permitido.

Hoy, a través del aura de Mi Consciencia, les traigo un modelo esencial para ustedes, un ejemplo a seguir y a imitar: Santa Teresita del Niño Jesús, que fue y que es el gran espejo de la inocencia humana, representado a través de lo femenino, de la delicadeza del amor por las almas, de abrazar constantemente el sacrificio y el sufrimiento de los demás para que, de manera anónima e incondicional, ese sufrimiento sea aliviado en el mundo.

Hoy, todos los santos y bienaventurados están unidos a este momento para poder reafirmar la devoción al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, para que haya almas depositarias de los códigos y de los méritos de Jesús, porque la humanidad lo necesita antes de que sea demasiado tarde.

Por esa razón, estoy aquí, para que la humanidad Me escuche atentamente, para que sepan que todos los Sagrarios de la Tierra están abiertos espiritualmente en este momento para sostener al planeta, por una orden espiritual que les He dado a los santos ángeles de Dios, a los grandes celadores de los Relicarios del Cuerpo y de la Sangre de Jesús.

En este momento, invito a las almas devotas y sensatas a estar delante de todos los Sagrarios de la Tierra, antes de que una decisión incorrecta sea tomada en el mundo y perjudique a muchas más consciencias.

Es así que también los invito a estar delante del Eucarístico Corazón de Jesús una y otra vez, y que en el silencio puedan sufrir Conmigo para que el sufrimiento ya no esté en los inocentes, en las familias que escapan de la guerra y de la persecución, en los enfermos en medio de la guerra, en los que están paralíticos e inmóviles y no tienen cómo salir del caos.

Quiero que piensen Conmigo en los que sufren, porque Yo morí en una Cruz por todos y para todos, para que tuvieran vida en abundancia, para que resucitara en la consciencia humana el Espíritu de la Vida de Dios que había muerto en muchos de ustedes en otros tiempos.

Este es el motivo de la Sangre derramada de Jesús, de cada latigazo y de cada martirio, de que hayan salivado el Rostro de Dios Vivo y su Maestro haya estado inmutable delante del mal.

Mi derrota no fue el silencio, porque Mi victoria fue la entrega incondicional de Mi Corazón, sin nada a cambio, aun sabiendo que Me negarían; así como hoy muchas almas Me niegan por los martirios que les han generado muchos sacerdotes en el mundo, tomando Mi autoridad celestial y usándola a través de una acción de impureza y de injusticia.

Pero, Yo les digo a todos los que han sido afectados y ofendidos que vengan a Mí, porque Mi Vida puede morar en ustedes y ustedes pueden morar en Mí.

¡Confíen en Mí! ¡Confíen en Mí!

Yo les prometo, y siempre les prometeré, el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie puede ir al Padre, sino a través de Mí; porque el Padre puede descender a ustedes a través de Mí, porque Yo Soy parte del Padre, así como el Padre es parte de Mí, y si Yo puedo ser en ustedes, Mi Padre será en ustedes.

Cuántos en este momento pierden esta Gracia y esta oportunidad, y Mi enemigo socava el Plan de salvación de las almas. Pero no temblaré, porque el Señor no teme, el Señor avanza con determinación y valentía, aunque cargue en Su Corazón todos los pecados del mundo, aunque esto sea anónimo e invisible a los ojos de todos.

Mi Iglesia necesita ser reconstruida, así como San Francisco de Asís la reconstruyó espiritualmente a través de las bases de la humildad, de la austeridad, de la pobreza y de la comunión con la santa castidad, a través de su unión con los Reinos de la Naturaleza.

A pesar de todo, el Corazón de Jesús llega a esta casa de retiro espiritual, a retirarse como fue en Betania, momentos antes de Su entrega en Jerusalén, momentos antes de Su Última Cena con Sus amados apóstoles y compañeros, con Sus hijas predilectas, las santas mujeres.

Hoy, vengo aquí a descansar un momento, para que el Espíritu de Jesús descanse de todo lo que ve del mundo, para que esta pausa sea el momento de sumergirse en el silencio y así meditar sobre las nuevas estrategias de los Planes Divinos del Señor.

Aún Mis Manos, Mi Costado y Mis Pies siguen derramando la sangre de los inocentes, de los mártires del final de los tiempos, que no tienen religión, pero que sí tienen amor verdadero y están tan unidos a Dios como ustedes lo están, más allá del sufrimiento que en este momento ellos atraviesan, porque este es el tiempo del Getsemaní interior para cada uno.

Celebremos, a través de la Santa Comunión, los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón de Jesús, por el bien y por la paz en las almas. Porque, una vez más, les pedimos que no levanten las armas, que no eleven voces de agresión, para que no exista más la impunidad, especialmente las nefastas estrategias que algunas naciones llevan adelante a través de la guerra.


Oh, Jerusalén,
en un día inesperado te cercarán de trincheras,
te acorralarán como un animal inofensivo,
para querer matarte y hacerte desaparecer.

Oh, Jerusalén,
no has reconocido la Faz del Señor
y ahora recordarás ese momento,
en el que su Señor lloró a las puertas de Jerusalén,
porque Su propio Templo estaría en peligro.

Pero no te desesperes, Jerusalén,
porque tú eres la Ciudad Prometida,
el reflejo de la Ciudad Celestial de Dios
que Adonai cuidó piadosamente,
a través de las tribus y de los profetas.

Jerusalén, ya no levantes tus armas;
eleva tu corazón a Dios
y ofrécete por tus enemigos,
para que el Amor de Cristo los redima,
para que se establezca la paz que desapareció.

Reconoce, Jerusalén, que el Mesías ya llegó,
y que el Salvador retornará pronto
y te sacará de las trincheras y de los asedios,
de los peligros y de las amenazas.

Tú serás retirada, Jerusalén,
porque llegará la Nueva Jerusalén,
la Ciudad Celestial del Padre
que levitará en los Cielos,
que irradiará a las consciencias,
que liberará a los corazones,
que restablecerá la paz
que tantos buscan y anhelan.

Oh, Jerusalén,
Sagrada Jerusalén, Corazón de Galileum,
refleja tus principios de lealtad y de verdad.
 
Ríndete ante el Arca de la Santa Alianza, Jerusalén,
así como lo hicieron los patriarcas y el sagrado pueblo de Israel.

Comparte tus tesoros de vida y de enseñanza,
comparte las Reliquias de Dios.

Jerusalén, sé un puente de paz
para todos los que sufren y padecen,
para que el Llamado de Dios
no sea interrumpido por el sonido de las armas
y por los gritos de los que desesperan,
de los mutilados, olvidados y descartados.

Oh, Jerusalén,
no te comprometas con el mal,
porque el mal será vencido a través del Amor de Jesús,
así como fue en Mi última espiración en la Cruz.


Les agradezco por acompañarme en este herido momento y por confiar en la Luz regeneradora de Mi Corazón; para que, a tiempo, todo sea reparado dentro y fuera de la consciencia humana.

No se olviden de la unidad entre ustedes, porque donde no hay unidad Yo no estoy.

Que la poca unidad que hay en el mundo prevalezca, la unidad que lleva al discernimiento, la unidad que lleva a una sensata respuesta, la unidad que los llevará siempre a la paz, la unidad que siempre los impulsará a ser seres de bien. Porque en la unidad, que es el espejo del Amor de Dios, está la llave maestra para superar el fin de los tiempos.

Celebremos por Mi herida Tierra Santa, desde Jerusalén hasta Gaza, desde el Mar Mediterráneo hasta los Emiratos Árabes.

Que así se establezca Mi Sagrada Cruz, la Cruz de Israel, para detener las guerras y la muerte de los inocentes, de los que gritan por ayuda.

Llegó el tiempo de ser un verdadero apóstol porque el mundo lo necesita, el planeta lo necesita.

Yo les agradezco por responder a Mi Llamado y bajo la Luz misteriosa de Mis Llagas Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Busquen Mi Paz.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Cuando llega la Hora de la Misericordia, Mis Brazos se abren para irradiar luz sobre el mundo, porque así las almas despertarán al Llamado interior que Mi Corazón hace a todas ellas.

El camino hacia Mi Reino está trazado por las oraciones de todos los fieles servidores que durante la Hora de la Misericordia claman por Mi Nombre.

Quiero recoger a las almas, como las flores de luz que Mi Madre Celestial entrega a cada una de las esencias; así podré saciar Mi sed por los corazones y por las vidas inmaduras.

Espero poder entregar más Misericordia a los que están solos, sin un recto camino hacia Mi Consciencia Paternal.

Aguardo a los corazones vacíos, porque así cumpliré con la Voluntad Mayor. 

Bajo la Voluntad Divina del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por sentir Mis Gracias y Palabras con el corazón.

Cristo Jesús, el Salvador

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi sed no se calmará hasta que cada una de las almas se haya vuelto hacia Mí y Me busque como la única Luz para el mundo.

Dejaré que todos Mis rebaños aprendan y maduren, pero no permitiré que ninguno de ellos se pierda; antes de que eso suceda, Yo ya habré regresado en Gloria para derramar Mis Gracias en aquellos que las han perdido por vanagloria o vanidad.

Abriré con la llave de Mi Corazón la puerta de Mi Reino y a Mi Retorno todos podrán ver, con sabiduría, lo que he preparado para todos desde el momento en que Yo partí hacia el Universo. Por eso, hasta el último momento será necesario coraje y valentía para enfrentar los últimos escalones de la trascendencia y de la liberación.

Siempre oren para que Mi Espíritu se haga presente en ustedes y no pierdan tiempo en buscarme; sepan que Yo estoy eternamente presente en sus pequeños corazones.

Solo dejen que Me muestre como su verdadero amor y su verdadera luz para el alma y para la vida. Confíen en Mí.

Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.

Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Desde el Corazón del Universo vengo hoy a vuestro encuentro. En el nombre de Jesús, Mi Alma Maternal viene a curar y restaurar corazones.

Queridos hijos:

Hoy los invito nuevamente a que ingresen dentro de Mi Inmaculado Corazón para que vuestras moradas, a pesar de todo, puedan encontrar, ver y sentir la Presencia Omnipotente de Dios. Si ustedes tan solo ingresaran a Mi Inmaculado y Materno Corazón, vuestras pequeñas vidas estarían saciando la gran sed que Mi Hijo tiene por todas las almas.

Hijos Míos, que hoy vuestros corazones sean manantiales que emanen amor y devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Queridos hijos, que vuestras esencias sean como aguas inagotables que, convertidas en ríos de Misericordia, sacien la sed de amor y de paz de todas las almas del mundo mediante el servicio.

Como Madre del Universo y de la Tierra, hoy llego para manifestarles Mi Amor en un tiempo de fuertes cambios en la consciencia y en la vida de todos Mis hijos.

Pequeños hijos, ante las faltas graves que comete la humanidad día a día, hoy los invito a considerar vuestra vida de oración un ejercicio que repare el Reino de los Cielos. Por eso, que vuestras vidas nunca olviden encontrar al niño interior porque así Mi Hijo derramará sobre ustedes los Dones y las Gracias de Redención y de Misericordia.

Si el mundo solo orara un poco más, la Luz del Altísimo sería otro manantial que calmaría la sed de todos Sus hijos. Pero mientras existan corazones cerrados a Mi Llamado Maternal, a Mis hijos solo les bastará crecer como crece una semilla desde el interior de la tierra. Pero a esa semilla no le podrá faltar el Agua de Vida, el manantial inagotable que hace emerger los verdaderos corazones en las criaturas.

Venerables hijos Míos, estoy aquí para enseñarles a caminar bajo el Amor de Dios y para que vuestros ojos no pierdan de vista la Misericordia en el horizonte.

Queridos hijos, hoy los invito a amar la Creación como Dios la ha manifestado para todos, y eso comenzará a través de vuestro amor a la magnificencia de los Reinos del Señor.

Orando con fervor por este mundo, Yo los llamo para que, durante este día, permanezcan en Mi Reino Maternal de Amor porque ustedes lo necesitan y también la humanidad. Por eso hoy, inundemos de amor a los corazones vacíos y sin Dios.

¡Están a tiempo de cambiar desde el corazón! Para eso ¡Yo estoy con ustedes!

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Como Señora de las Gracias, los visito diariamente para saciar la sed de Mi Hijo de almas buenas.

Queridos hijos:

Con Mis manos sobre el Corazón de la Paz, les doy las Gracias para despertar la gratitud en vuestros corazones.

Yo les pido, hijitos, que persistan día a día en el camino de la oración. Ahora, vayan alegres y ¡recen, recen y recen! Recen por esta humanidad a la que le ha llegado la hora de cambiar. El perdón misericordioso de Mi Hijo está siendo derramado y entregado para que las almas vivan la penitencia del corazón. Llamo de penitencia a una profunda oración que restaure el Sagrado Corazón de Jesús. Por este camino de restauración a través de la oración estarán unidos a Mi Hijo, quien los espera con inmensa alegría y gozo.

Queridos hijos, Mi Corazón Maternal está donado para cada uno de Mis hijos, más aún para aquellos que viven sin Dios. Los invito para que Me acompañen en esta tarea de paz y de salvación de corazones.

Hoy les dejo Mis palabras de Amor porque, como Madre y Reina de la Paz, aguardo que en este día estén unidos en oración a Mi Inmaculado Corazón. Solo quiero decirles algo más, que Mi voz le habla a varios hijos en el mundo, pero aún más a aquellos que deben ayudarme en la misión de la conversión y del simple camino de oración.

Mi Amadísimo Corazón los ama y los espera enteros en cada acto de oración. Sepan, queridos hijos, que toda oración hecha con el corazón es una oración por la salvación de la humanidad que está dormida.

Hoy les dejo el Amor de Mi Inmaculado Corazón como una fuerza interior para los corazones. Mi Corazón de Paz pulsa en vuestros corazoncitos.

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Sepan, hijos Míos, que Mi Inmaculado Corazón está entre ustedes para que sus vidas, como pequeños niños del Gran Padre, puedan ser guiadas por los caminos de la paz y de la redención.

Por esto, hijitos, hoy Yo los invito a vivir de la oración a través de la unión Conmigo en la devoción al Amadísimo Corazón de Jesús. Así, queridos hijos, ustedes estarán saciando la sed de almas de toda esta humanidad que Mi Hijo tiene.

Yo solo les pido, hijitos, que confíen en el propósito de Mi Paz para que ella pueda manifestarse en todos los corazones que están con sed de paz. Vuestros corazoncitos, unidos a Cristo, alivian el gran dolor de esta humanidad a la cual le ha llegado la hora de reconciliarse con el Padre Celestial. Y esto acontecerá mediante el camino de oración que cada uno de ustedes construye día a día.

Así, queridos hijos, la Fuente Primordial de la Divina Misericordia de Mi Hijo podrá derramarse por un tiempo más sobre el mundo, más aún sobre todos aquellos hijos que no escuchan la voz de Mi Inmaculado Corazón. A todos ellos les llegará la hora del reencuentro con el verdadero Padre Eterno.

El camino de la redención del corazón es un camino que Mi llamado está preparando día a día a través de los mensajes diarios. Por eso, a todos aquellos hijos que se aproximen a Mí mediante los mensajes diarios, podré decirles que están en el camino de la redención.

Yo les prometo estar presente cuando los corazones se unan a Mí. Allí, en ese momento, Mi Corazón Maternal será uno con cada uno de Mis pequeños niños.

Que la Paz Celestial reverbere en vuestros corazones para que vuestras vidas se conviertan en una pura oración.

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

En Mi Hijo se halla la adoración a Dios y en la adoración hecha con el corazón se encuentra el Amor y la Paz.

Queridos hijos:

Alegren de nuevo sus corazones porque el Reino de Mi Padre está viniendo en auxilio de todos los corazones que se abren para recibir la Ley del Amor.

Por eso, hijos Míos, hoy vigilen en Mi Hijo, en Su Corazón de Paz, para que Dios les muestre la necesidad de todas las almas y cuán grande es la sed de amor en muchas vidas. Por eso, queridos hijos, deben orar, orar mucho con el corazón para que sus vidas correspondan al gran llamado de los Cielos por la redención de la humanidad.

De esta forma, pequeños hijos, ayudarán desde sus corazones en Mis Planes de Paz y de Salvación que Mi Inmaculado Corazón teje como un manto de Luz para el mundo.

Queridos hijos, la perseverancia en la oración será la llave interior que les permitirá estar día a día junto a Mi Inmaculado Corazón. Mis ojos misericordiosos quieren iluminar el camino que cada hijo, con el corazón, debe ofrecer a Dios; así también se consagrarán totalmente a Mi Inmaculado Corazón.

Por esto, queridos hijos, la entrega de cada uno de ustedes representa una victoria celestial de alabanza eterna. Así los ángeles elevan a todas las almas hacia el Reino de Mi Inmaculado Corazón.

Hijos, Dios espera de ustedes una apertura infinita que nazca desde sus corazoncitos, una apertura que los lleve a donarse hacia la caridad y la humildad para poder ver así el Rostro de Mi Hijo en cada uno de sus hermanos. Podrán entonces vivir la fraternidad que es necesaria para la conversión del mundo y, en especial, de todas las almas que se distanciaron del Amor de Dios.

Queridos hijos, hoy los contemplo a todos en Mi Amor Maternal. Recuerden que siempre los quiero llevar hacia Dios.

Gracias por responder a Mi llamado.

Paz para todos.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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