Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN MALDONADO, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 121.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
             
Vengan a Mi Océano de Misericordia y en fe caminen sobre las aguas, así como Yo le dije a Pedro. Antes de que su fe se debilitara, él caminó sobre las aguas, sin percibirlo.

Esto es lo que hoy los invito a hacer nuevamente. Necesito que el mundo camine hacia lo desconocido, para aprender a superar los miedos de todo aquello que no puede controlar o retener.

Yo vengo a enseñarles el camino, porque Yo Soy el Camino. Yo ya estuve con ustedes en Tierra Santa y ustedes estuvieron Conmigo, más cerca de lo que se pueden imaginar.

¿Cuántas veces tocaron Mi túnica? ¿Cuántas veces, en Tierra Santa, rogaron por Mi bendición? ¿En cuántas oportunidades escucharon Mi Voz, predicando y enseñando el Evangelio? ¿Cuántos de ustedes siguieron los pasos de la Cruz del Señor, hasta lo alto del Monte Calvario?

Recuerden todo lo que una vez vivieron Conmigo y tengan fe, porque Cielo y Tierra pasarán, mas Mis Palabras permanecerán en los corazones que creen en Mí.

Y hoy, estoy aquí, sobre los mares de Uruguay, porque vengo a cumplir con Mi promesa, el Señor está retornando y con Él retornarán todas las estrellas, todos los soles y todo el firmamento.

Felices serán los que caminen Conmigo hasta el final, superando sus propios miedos, transcendiendo sus propios obstáculos, confiando plenamente en el Amor de Mi Corazón.

He aquí el Corazón Vivo del Maestro, que palpita de Amor por las almas; es un Corazón sediento de los que están perdidos y agonizando. Pero, Mi Misericordia y el Océano de Mi Amor son más grandes que todo este océano.

Yo nací por ustedes, Yo viví por ustedes y por ustedes morí en la Cruz, por ustedes resucité al tercer día y por ustedes ascendí a los Cielos para poder retornar en algún momento al mundo.

En sus almas está escrita la historia que nos une, que nos hace reencontrar una y otra vez, a través de los tiempos. Yo estoy al lado de los que caminan en Mi Camino y Mi Mano se extiende para bendecirlos con el Amor de Mi Padre.

Hoy, vengo con un Mensaje de gratitud para todos los uruguayos; para los que trabajan, día a día, preparando Mi Retorno; para los que esperan encontrarme, cara a cara, como Santa María Magdalena Me encontró en el huerto del Sepulcro.

Hoy, los llamo por su nombre, así como llamé a María Magdalena, para decirles que aquí estoy.

Mi Presencia es inmutable. Mi Amor es inextinguible. Mi Consciencia no cambia, sino evoluciona. Así como ustedes pueden evolucionar, dando los pasos que son necesarios en estos tiempos, ante un mundo herido y ultrajado por el conflicto y la guerra, por la crueldad y la maldad.

Pero, Yo vengo a traerles, a ustedes y a sus hermanos, toda la esperanza que hay en el Reino de los Cielos y toda la alegría de servir a Dios incansablemente, haciendo lo mejor hasta el fin.

A través de este momento, Yo vengo a estar con ustedes para que Me puedan sentir y reconocer como su Maestro, como Aquel a Quien le fueron lavados los Pies con las lágrimas de las santas mujeres, como Aquel que fue ungido por el aceite santo de las santas mujeres.

Mi sostén estaba en ellas y el sostén de las santas mujeres estaba en Mí, y así se manifestaba la Fraternidad Blanca. Hoy, ustedes forman parte de esa misma Fraternidad, porque ya nos conocemos y nos sabemos. Por eso, no se detengan en lo que es material y concreto ni tampoco en lo que es mental.

Dejen y permitan que sus corazones crezcan en el amor, en la bondad y en la misericordia. Que sus vidas sean Mi gesto de Amor para el mundo, a pesar de las ofensas, a pesar de los agravios y a pesar de las indiferencias que puedan vivir.

Hagan todo en nombre de Mi Amor, para que el Amor reine en el mundo y en la humanidad; para que el Amor retorne a los corazones que lo están perdiendo por el sufrimiento, el vacío, la angustia y la desesperación.

Que sus vidas sean Mi ejemplo en el mundo, el ejemplo de la Presencia incansable del Señor, que no se detiene, que no descansa; porque el Pastor trabaja por Sus rebaños para que todos alcancen la meta espiritual que está escrita en la esencia profunda de cada ser.

Deseo que este año que comienza sea un año de mayor concordia, esperanza y paz. Que se puedan reconocer, los unos a los otros, como hermanos de un mismo camino y de un mismo Padre que está en los Cielos; porque Yo Soy el Señor de Israel y vengo a recordarle el Llamado de Dios al mundo entero.

Detengan el caos, detengan los conflictos, disuelvan las discordias.

Ámense, así como Yo los amo.

Vivan, así como Yo vivo, y la Verdad los liberará para siempre.

Sobre estos océanos y, más aún, en sus corazones, el Señor hoy encuentra reposo. Porque Yo quiero estar en ustedes, así como espero que ustedes quieran estar en Mí, en comunión con la vida infinita, en unión con todo el universo.

En esta Maratón, recemos, compañeros, para que sea un año de más esperanza, paz y justicia, para que el amor sustituya a la venganza, para que la paz sustituya al odio, para que el bien sustituya al mal, para que la unidad sustituya a la indiferencia, para que el perdón sustituya al error.

Oremos para que se alcance la paz en el mundo y el fin de la guerra, de todas las guerras en sus diferentes manifestaciones y formas; a fin de que las almas alcancen el alivio, la cura y la redención.

Yo los reúno en el nombre de la Gracia.

Yo les agradezco por estar aquí Conmigo, en la simplicidad y en la humildad del espíritu; porque allí está Dios, en la simplicidad y en la humildad del espíritu.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi Gracia nunca se acaba para los corazones que son esforzados. Por eso, hoy les traigo Mi Gracia por medio de esta lluvia que baña a esta Comunidad, para que puedan testimoniar físicamente que, en estos tiempos, Yo estoy presente con ustedes y con el mundo.

Hoy los reúno a todos alrededor del Cenáculo de Mi Sagrado Corazón y traigo para ustedes una oferta sincera y profunda para sus vidas.

Hoy traigo entre Mis Manos la dolorosa Corona de Espinas de su Maestro y Señor, corona que ofrece su Redentor a cada uno de ustedes, para que vivan esta corona junto Conmigo, en sacrificio y en rendición por todo lo que sucede en el mundo, por todas las almas que Me han negado, por aquellos que hieren Mi Corazón.

Pero nunca les entregaré un sacrificio mayor al que Yo viví, en aquel tiempo, por cada uno de ustedes.

Esta es la corona que Yo les ofrezco, la Corona que los transformará, que los redimirá y que les hará comprender, espiritualmente, el significado de estar Conmigo en este tiempo, bajo la Luz de Mi Gracia y de Mi Misericordia.

Es por eso, compañeros, que mientras les ofrezco esta Corona a cada una de sus almas, la preciosa Sangre de su Maestro y Señor se derrama sobre el mundo por medio de los Sagrados Cálices, que los ángeles recogieron durante el tiempo de la Cruz.

Es de esa forma que uno un tiempo con otro tiempo y que, bajo la omnipresencia de Dios, bajo la omnipotencia de Su Espíritu, bajo la Gloria de Su Presencia, derramo los códigos que hoy necesitan para terminar de purificar sus vidas y consciencias; para que, finalmente, sean el modelo espiritual y servicial que Dios espera.

Pero eso no será pronto. Aún el mundo deberá vivir muchas pruebas como las que vive en este tiempo actual, en el que la frustración y el miedo abarca la consciencia humana, en el que la consciencia humana no encuentra salida, porque ha llegado la hora de que, por los méritos de la poderosa Sangre de su Maestro y Señor, las almas se rindan para que se puedan redimir y consagrar definitivamente al Plan de Dios.

Ha llegado la hora de que el mundo aprenda a mirar a Dios, a buscarlo dentro del corazón y de la vida, a percibir y darse cuenta que muchos no han escuchado el mensaje del Cielo.

Por medio del sacrificio de esta Corona, que hoy ofrezco a Mis compañeros, a todos los que escuchan, a todos los que han sido fieles a Mi Sagrado Corazón, es que Yo podré entregar una amnistía para toda la humanidad, en este momento que vive la raza humana, ante las pruebas que enfrentará y transitará.

Necesito, compañeros, hacer valer los méritos de Mi dolorosa Pasión, en este tiempo actual. Por eso, para las próximas semanas podrán revivir la Pasión de su Señor con otro grado de consciencia y de discernimiento, para que esta dolorosa Pasión siga siendo la llave y la puerta que se abre para la redención de todo el Universo, hasta que su Maestro retorne a la humanidad, en el momento más culminante y difícil de la raza humana.

Por medio del sacrificio y de la rendición que podrán vivir a través de la Corona Espiritual que hoy les ofrece su Maestro y Señor, es que sus almas y sus Ángeles de la Guarda justificarán ante Dios, por todos los errores cometidos, por los que han estado cerca de ustedes y por todos los que están en el mundo, persistiendo en la infidelidad, en la falta de transparencia y de consagración a Dios.

Ofrezco esta Corona Espiritual para que sus vidas sean la justificación perfecta delante de la Justicia del Padre Eterno, para que Él le conceda al mundo un tiempo mayor de Misericordia, de Paz y de Redención para todos los seres que lo necesitan, de una forma urgente e inmediata.

Por medio de Mi dolorosa Pasión, podrán llevar sobre sus cabezas la dolorosa Corona Espiritual de su Maestro, y ofrecerán sus vidas en los Altares de Dios, como un medio y un camino perfecto para concederle al mundo la gran Gracia que necesita en este tiempo final.

Hoy la lluvia de Mi Gracia lava sus consciencias, purifica sus corazones, neutraliza sus mentes y armoniza sus mundos internos, mientras Yo trabajo con el mundo entero, en esta hora y en este momento, en el que las fuerzas del caos, del miedo, del pánico y de la frustración, se desatan sobre la Tierra y se establece la gran guerra final entre el Cielo y los infiernos.

Sean conscientes de esto. Vivan la tensión ardiente, en la vibración de la neutralidad y en el amor profundo que puede nacer y emerger de cada uno de sus corazones; porque mientras esta batalla recién comienza, todo está permitido y nadie podrá quedar atrás, sin saber la verdad y sin tener la oportunidad de estar consciente y entrenado para enfrentar también su propia batalla interior.

Pero si hoy Yo les ofrezco la Corona dolorosa de su Señor, es porque ya han transitado por otras pruebas más difíciles que, con el esfuerzo y la determinación, aprendieron a superar en Mi Nombre.

Pero no tengan miedo. En el momento más agudo de esa batalla interior y planetaria, es cuando la Luz del Espíritu Santo y de los santos Arcángeles emergerán de lo profundo del abismo para salvar a las consciencias que fueron arrastradas por la ilusión, la mentira y el engaño de Mi enemigo.

Por eso, por medio de esta Corona que hoy les ofrezco, estarán Conmigo en rendición, y vivirán su rendición conscientemente hasta los límites de su ser, sin dejar de recibir la Misericordia de Mi Corazón.

Esta misma Corona, Yo se la ofrecí a los apóstoles, y hoy se la ofrezco a los apóstoles del Nuevo Tiempo, que son cada uno de ustedes; así como Mi Madre, espiritualmente, ofreció esta misma Corona a las santas mujeres, para que fueran esposas fieles de su Redentor en la consagración y en el matrimonio espiritual que cada alma puede vivir Conmigo.

Construyan, compañeros y almas Mías, ese matrimonio espiritual Conmigo, porque allí estará Mi Amor en ustedes y ustedes estarán en Mi Amor; y allí estará la Unidad de Dios, estarán en la seguridad y en la protección necesaria, y vivirán esa alianza que tanto esperan y aspiran, y que Mi enemigo, por todos los medios, quiere impedir e interferir.

Pero es en esa batalla interior que cada uno está viviendo, así como hoy vive el mundo la batalla planetaria, en donde sus almas, corazones y vidas, se confirmarán y vencerán en el nombre del Amor, del Amor de su Señor, en el nombre de Jesús Cristo.

No desistan, no se dejen caer, fortalézcanse en Mi Presencia y en la Adoración Eucarística que Yo les ofrezco, porque podrán caer, así como Yo caí por ustedes, para salvarlos y redimirlos. Pero Mi Mano está aquí, extendida hacia ustedes, para cada corazón de este planeta, para que se puedan levantar y escuchar que Yo estoy aquí, y Yo escuchar de ustedes: “Jesús, confío en Ti”.

Yo no permitiré que les suceda nada malo, pero dependerá de ustedes, de cada uno de ustedes, que eso se pueda cumplir, porque Yo puedo interceder hasta un nivel de la Ley. Y la Ley la debo cumplir por toda la eternidad.

En esta lluvia de Gracia que hoy les traigo, y por medio de este mensaje que hoy les entrego, los invito a la persistencia, a la fe y a la renovación, porque por medio de este encuentro vengo a renovar sus almas, a fortalecer sus compromisos, para que simplemente vivan la Voluntad del Creador.

De una forma muy íntima y espiritual ofreceremos esta Comunión y revivirán Conmigo, en esta Cuaresma, la Pasión dolorosa de su Señor, de la misma forma en que hoy son ofrecidas sus almas a los poderosos Altares de Dios, por aquellos que no se ofrecen, que no se entregan y que no se dejan amar.

La finalidad de todo esto es que se curen interiormente y que sientan la alegría de siempre encontrarse Conmigo, después de tantas pruebas y caídas, pero fortalecidos por la fe, por la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, por la Adoración, por la confesión interior y por la Gracia que hoy se derrama sobre el mundo entero.

Es así que estamos preparados para realizar este ofrecimiento en los Altares de Dios, porque he escuchado atentamente a cada una de sus almas y consciencias, en confesión espiritual e interior.

Que la dolorosa Pasión de su Señor, en este momento de ofrecimiento, justifique los errores del mundo y de las almas que avergonzaron Mi Espíritu.

Yo les confío Mi Vida, así como ustedes confían sus vidas a Mí, para que estemos en matrimonio espiritual, perpetuo y eterno, hasta que se cumpla la Divina Voluntad. Y hoy coloco a sus almas, corazones y vidas, ante el escenario de la Última Cena.

Y rodeado por los ángeles, en eterna súplica, recordamos ese sagrado momento, cuando después de haber ungido a los apóstoles, de haberlos purificado con el Agua de Vida, los reuní como hoy los reúno a ustedes, y a todos los que escuchan en cualquier parte del planeta, para decirles que sigan confiando en Mí y para hacerles recordar, en este momento, el mayor misterio de Amor de toda la Creación, por la humanidad.

Como hace más de dos mil años, hoy vuelvo a tomar el pan entre Mis Manos, y lo ofrezco al Padre en reparación y justificación por todos los errores cometidos, para que sea transubstanciado en el Divino Cuerpo de Cristo. Y, así, se los ofrezco a ustedes diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado y es entregado por los infieles, para la remisión de los pecados”.

Te alabamos Señor y Te bendecimos (se repite 3 veces). 

Amén.

De la misma forma, elevo el Cáliz de la redención y lo ofrezco al Padre por cada uno de ustedes y por el mundo entero. Y este vino es transubstanciado para el perdón de los pecados. Así Yo se los ofrezco diciéndoles: “Tomen y beban, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada hasta los tiempos de hoy por su Señor, para el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos Señor y Te bendecimos (se repite 3 veces).

Amén.

Unidos en este momento al misterio de Amor de Jesús y por todos los méritos que Él alcanzó hasta después de Su Ascensión, unidos a Su Presencia eterna y sublime, con la fuerza de todo nuestro corazón y alma, por la humanidad, el planeta y todos los Reinos de la Naturaleza que padecen y sufren en este tiempo, recemos juntos el Padre Nuestro en ofrecimiento para consumar esta consagración del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Padre Nuestro (en portugués).

Y ahora Nuestro Señor pidió hacer un Padre Nuestro en inglés.

Padre Nuestro (en inglés).

Anunciamos la Paz de Cristo en la Tierra.

La oferta que fue realizada, por cada uno de ustedes, fue aceptada por el Creador. Quiero que lo sepan y que lo recuerden para que, cuando lo necesiten, realicen el mismo ejercicio, como hoy lo hicieron ante Mi Presencia, en simplicidad y amor.

Es así como la Tierra se redimirá y se transformará.

Y antes de dejar este mundo, quería terminar este encuentro con ustedes diciéndoles que he sentido en Mi Corazón el deseo ardiente de las almas buenas y caritativas, devotas y adoradoras, de que esté presente durante la Sagrada Semana.

Es por esa razón que, con la autoridad que Mi Padre Me concedió, estaré con ustedes dos veces, en abril y en agosto, siendo que ahora en abril estaremos juntos por este medio, como en este momento. Y en agosto, bajo la Gracia de Dios y de todas sus oraciones, todos estaremos reunidos aquí para celebrar la última Sagrada Semana.

Es así, compañeros, que del 5 al 12 de abril nos encontraremos aquí en oración y ustedes, desde sus casas, también orando por el mundo y por esta situación planetaria. Y Yo les prometo entregarles Mis Palabras para que aprendan, en este momento, a pesar de la distancia, a comulgar Conmigo espiritualmente, porque llegará ese momento, y la Comunión espiritual es tan válida como el Sacramento de la Eucaristía.

Pero si ustedes desde sus casas, durante esos días de abril, están unidos a Mí como en este momento, Yo también estaré allí con cada uno de ustedes, con sus familias, con sus grupos de oración, en cada una de sus naciones, compartiendo la Pasión de su Señor y renovando nuevamente cada uno de sus votos, para que, de esa forma, durante el mes de agosto, nos volvamos a encontrar y celebremos la consagración de sus vidas a Mi Sagrado Corazón.

¿Aceptan este llamado?

¡Sí!

Lo he escuchado del otro lado del mundo.

Pero esta vez, Yo no necesito grandes escenarios. Necesito algo como hoy, simple, para que sus almas se puedan sumergir en el océano de Mi Misericordia durante los días de abril.

Del 5 al 12 de abril nos encontraremos y Me encontraré con cada alma y con cada orante, a través de este medio de comunicación y de esta misma forma, para que oremos juntos por la importantísima Misericordia que necesita la humanidad para aprender a superar sus pruebas y dificultades, las pruebas que se avecinan.

Antes de irme quiero agradecer, en este momento, el trabajo de Adoración que está siendo ofrecido por todos los adoradores y por los adoradores aún no consagrados, que tendré la alegría de consagrar en el mes de agosto, en el que estarán más fortalecidos para vivir esa tarea silenciosa Conmigo, en la búsqueda incesante de traer la paz y la armonía a la humanidad.

Agradezco todas las adoraciones que son ofrecidas e invito a los que no han profundizado en la Adoración Eucarística a que lo hagan. Beban de Mi Presencia silenciosa y el enemigo no los encontrará.

Los bendigo a todos, a todos los presentes, a todos los que escuchan, porque he sentido en esta noche la verdadera presencia interna de las almas que aún luchan por su transformación y rendición.

Que la Luz de la Gracia los colme y los bendiga.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He pedido, para terminar, una música que deleita Mi Corazón, que trae sosiego a Mi Alma y que Me motiva, a pesar de todo lo que veo, a retornar aquí, desde donde puedo dar al mundo Mi mensaje.

La canción se llama “Eso que soy, eso Te doy”.

Les agradezco.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay; transmitido al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Si vives dificultades dentro de Mi Plan, es señal de que él se está cumpliendo.

Ten siempre una mente madura y un corazón fuerte, para aprender a superarte a tí mismo todos los días, sabiendo que por detrás de cada prueba y de cada desafío, está Mi Corazón y se proyecta Mi Voluntad sobre tu vida: en todos tus sentidos, en cada respiración, así como también en cada nuevo sueño.

No pierdas tus expectativas. Eso también se lo dije a Mis apóstoles en el pasado. Mantén tu espíritu ardiente y el gozo de Dios siempre te colmará.

No existe amarra ni lazo que no pueda ser desatado. No existe obstáculo ni prueba que no pueda ser superada. Porque si confías en Mí plenamente, Mi Corazón te protegerá y Yo siempre renovaré tu vida a través de los aprendizajes, de las enseñanzas y de las pruebas, que en este próximo tiempo deberás vivir por Mí.

Pero no te desanimes. Si Yo Soy tu Señor y tu Dios, nada te faltará. Tengo grandes tesoros especiales para entregarte, cuando tus pasos se dirijan solo hacia Mí y puedas encontrar la libertad en Mi Camino.

No tengas miedo de saber lo que te espera a la vuelta del camino. No tengas miedo de sentir el poder y el rigor de Mi Voluntad, porque si Yo, que Soy tu Esposo y tu Compañero, estoy a tu lado, nada te pasará. Solo necesito que crezcas en los grados de amor, de la entrega y del servicio.

Muchas almas necesitan aprender por medio de tu ejemplo, sincero y verdadero, para Conmigo.

Cuando estés a punto de caer en el abismo o en una gran dificultad, te sorprenderás, porque Yo te tendré entre Mis Brazos, para consolarte y darte la fuerza del espíritu.

A Mis más preciados soldados, a los que Yo he convocado y he escogido para Mi tarea planetaria, les exigiré grandes cosas. Y sé que tal vez, podrán ser grandes para ellos, pero Yo siempre los socorreré, siempre los auxiliaré. Y a pesar de que Mi Consciencia esté en silencio, no perderé un momento, ni la oportunidad de poder acompañarlos en los pasos hacia la transformación y de la redención.

Apóstol Mío: vierte tus aspiraciones sobre Mí, porque Yo también deseo ser consolado por tu entrega, por tu dedicación y por tu gran perseverancia. Solo deseo el bien para ti, pues Yo, el que te habla, que Soy tu Dios, estoy aquí; confía en Mí y tómate de Mi Mano, para poder llegar hasta el fin, a lo que más deseo para ti, a lo que he pensado y he diseñado en la meditación de Mi Corazón y de Mi Espíritu.

Yo solo seré tu refugio y no existirá otro. El mundo es una ilusión y se sumerge en sí mismo, en la perdición. Por eso Yo ofrezco grandes sacrificios para los que he escogido con Mi propia Mano. Y aunque tú no comprendas completamente Mi Voluntad, Yo te ayudaré a sustentar la cruz que Mi Padre te ha entregado. Y seré el nuevo Cirineo, Aquel que viene a ayudarte para alcanzar la libertad y el perdón de todas tus penas.

¡Vacíate, vacíate, solo vacíate !

Anímate a hacerlo por Mí y Yo haré muchas cosas a través de ti, porque Mis designios son muy desconocidos; Mis Voluntades son inexplicables. Pero Mi Propósito para tu vida es muy claro y nunca lo cambiaré, porque lo que está escrito en el Corazón de Mi Padre se cumplirá.

Por eso, Yo te llamo. ¡Sígueme y no te canses de hacerlo!

No vengo a mirar tus pecados. No vengo a contemplar tus imperfecciones, tus dudas, ni tampoco tus fracasos. Solo necesito que confíes en Mí y que Me esperes todo el tiempo en la adoración, en la oración, en el silencio, en la comunión con la Naturaleza. Y de la nada, todo se disolverá, porque Mi enemigo no conoce el amor, ni el poder que él tiene.

Tú eres una chispa de Dios. Eres una célula inmaterial de Su Espíritu. Y Él una vez sopló y viajaste por el Universo para encarnar como espíritu, dentro de una gran experiencia que es el amor.

Sin amor nadie puede vivir, tampoco el mundo. Sin amor, las almas mueren. Sin amor, las almas enferman. Cuando no puedas estar en el amor, búscalo en Mí, que Yo te lo daré, te lo haré sentir como en el primer día en el que te decidiste a decirme sí. Y todo pasará. No existirá angustia ni temor que prevalezca, porque el Amor que Yo tengo por los que he escogido con Mi Mano es intransferible.

Reposa, en esta noche, tu espíritu sobre Mis Brazos y entrégate a Mi Amor renovador. Yo tengo la potestad de cambiar todas las cosas y todos los acontecimientos. Si por lo menos las almas del mundo miraran con sinceridad a Mi Corazón, ya no existiría el sufrimiento.

Por eso sufro por los que no se entregan. Sufro por los que Me abandonaron y no supieron confiar en Mi Amor; porque Mi Amor, hasta el fin de sus vidas, será desconocido y solamente lo conocerán en la Eternidad, en el Paraíso, en donde ya no existe ni vive el dolor, ni el sufrimiento.

Quisiera, apóstol Mío, que te rindieras a Mis Pies, que te postraras ante Mi Presencia cada vez que lo necesites; porque Yo te levantaré del suelo y te haré fuerte, tan fuerte como lo fueron los apóstoles y nadie perderá su camino, porque quien confía en Mí no perecerá. Podrá atravesar una gran prueba, pero en el mayor naufragio, en la mayor duda o en el mayor cautiverio, Yo estaré allí presente, esperando que Me busquen, que Me encuentren, que Me abracen y que sientan el Fuego Misericordioso de Mi Corazón.

Hoy entrego estas palabras a los que persisten y no se cansan; a los que se animan a amar todos los días más allá de sí mismos. Porque si en verdad amaran el misterio, él se conocería y las almas adquirirían sabiduría para realizar las Obras de Dios.

Hoy vengo a cicatrizar una herida espiritual imperceptible y a pasar Mi Mano sobre ella para poder curarla, sabiendo que la Voluntad de Mi Padre se cumplirá.

No desistas ni te canses. El soplo del Espíritu te auxiliará y se abrirán las puertas, se iluminarán los caminos y las tinieblas desaparecerán a tu alrededor. Solo necesito que te entregues a Mi Confianza, para poder dar el gran y último paso, el que te desposará Conmigo eternamente. Y viviremos una Alianza espiritual y amorosa, desconocida para tu alma. Porque quien se desposa Conmigo alcanza la libertad y es semejante a un ave en alto vuelo, libre para poder alabar a Dios por toda la eternidad y para estar algún día entre los santos y los bienaventurados, proclamando con los coros celestiales, el retorno de su humilde Maestro y Señor.


Padre, hoy Te imploro. Da fuerza a los que Te escuchan. Da ímpetu a los que Te siguen. Haz crecer la fe en los corazones que Te claman. Y Te aseguro, Adonai, que el mundo cambiará, porque la Tierra será repoblada de Nuevos Cristos, que serán como llamas semejantes al Espíritu Santo y que estarán entregadas a Ti, en adoración.

Padre, Amado Señor, fortalece la esperanza; obra en Tus criaturas por medio de la cura y de la redención, para que todos los autoconvocados y los que aún no se convocaron, estén a Mi lado, celebrando junto a Mí la ceremonia del Perdón y de la Reconciliación.

Da a conocer, Señor, Tu Infinita Voluntad. Da de beber a todos de la Fuente de Tu Amor, para que las heridas más profundas y desconocidas se cicatricen y se establezca, Señor, Tu Reino para siempre. Amén.


Deja tu corazón vacío para Mí, y Yo podré depositar Mis mayores tesoros, los que se revelarán con el tiempo por medio de tu servicio, de tu entrega y de tu caridad.

Que Mi Nombre resuene en los corazones del mundo, para que Mi Palabra se cumpla en todos los que he llamado en este tiempo, para servirme.

Quédate en Mis Brazos y siente Mi Paz.

Quédate en Mis Brazos y siente Mi Aliento.

Abrázame fuerte y escucha el latido de Mi Corazón, coloca tu cabeza sobre Mi Pecho, para que resuene en tu interior la flamante Llama de Mi eterno Amor.

Que tus faltas se disuelvan. Que tus pecados sean perdonados y que tu alma se consagre a Mí, para que en los últimos días de la vida, te unas en matrimonio espiritual Conmigo, para siempre.

Y así, los Jardines del Cielo florecerán. Y como una dulce esposa, caminarás entre las rosas hacia Mi encuentro, libre del pasado y de todo dolor. Y al final de los Jardines, Me encontrarás y colocaré en tus manos Mi Sagrada Alianza, para que seas Mi compañera de camino y así vivas, después de esta vida, Mi Voluntad en otros espacios del Infinito.

Y serás una estrella incandescente, que tendrá escrita en su interior la historia de la redención y del perdón. Y muchos seres del Universo conocerán esa historia, porque finalmente tu esencia será como un espejo que derramará de la Fuente, el Amor, que todo perdona, todo cura y todo redime.

Y reuniré a las estrellas del Universo para la ceremonia. Y todas las esencias que se han consagrado a Mí, se desposarán con su Rey y Señor. Y Yo, con el Cetro de la Luz de Dios, en compañía de María Santísima, bendeciré a todas las esencias, las consagraré y las desposaré con Dios, para siempre.

Y en esa hora ya no existirá el mal, porque todos los que hayan confiado en Mí, conocerán el verdadero Amor y la verdadera Sabiduría.

Pacifica tu corazón. Calma tu mente y entrégate a Mis Brazos, para que Yo pueda dejar en ti el Universo de Mi Amor y de Mi Misericordia.

Vean cuán grandioso es el Amor del Padre; Él, que es tan grande e infinito, se hizo pequeño entre Sus criaturas, y entregó lo más grande que tenía: a Su Hijo, para que Él, mediante el pan y el vino, diera de comer de Su Cuerpo y diera de beber de Su Sangre, a fin de establecer la Alianza entre las almas y el Creador.

Con especial gozo y alegría, hoy bendigo este pan. Y vuelvo a repetirles: tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que fue ultrajado por los hombres, para el perdón y la remisión de los pecados.

De la misma forma les digo: tomen y beban todos de él, porque este es Mi Cáliz, es Mi Sangre de la nueva y eterna Alianza entre los hombres y Dios, a fin de que se cumpla Su divino y magnífico Propósito.

Que los que hoy coman y beban de la Mesa del Señor se regocijen, porque sus pecados fueron perdonados, sus amarras fueron liberadas y el Amor del Glorificado y Sagrado Corazón de Jesús triunfó sobre los redimidos. Amén.

Y ahora, deja que Yo lave tus manos, tus pies y tu cabeza, con la Fuente Espiritual del Amor, para que todo sea renovado y no existan dudas de que este es el Camino que Yo te ofrezco para vivir todos los días, hasta que Yo pueda ver con Mis propios Ojos y sentir con Mi propio Corazón, que Me has superado en el Amor.

Y aunque no lo creas, eso es posible, porque quien de verdad ama, se dona; y quien se dona, se entrega a Dios incondicionalmente.

Establece entonces, para los días que vendrán, este matrimonio Conmigo y deja que te coloque el velo para desposarte Conmigo y te entregue Mi Alianza para que te unas a Mí. Porque Mi Corazón no solo guarda tesoros, sino también muchos misterios de amor, que en este tiempo deseo derramar sobre las almas que Me buscan y que deseo entregar a las almas que más Me necesitan.

¡Tengo tanto Amor para dar, pero muchos corazones lo rechazan y lo cambian por otras cosas, por otros deseos o por otras satisfacciones!

¡Necesito de Nuevos Cristos para poder seguir adelante con Mi Obra!

¡Sonríeme!, porque quiero ver tus ojos brillar y que tus lágrimas sean de gratitud y de esperanza por los que sufren, por los que lloran con desconsuelo y no tienen alivio. Y así, a través de ti, Yo podré llegar a cada una de ellas y te reafirmarás en tu camino, hasta que al final te encuentres Conmigo en el Cielo.

Quiero escuchar, en esta noche, una canción de una esposa Mía, canción que revela una historia de amor entre un alma y Mi Corazón. Y por la cual, todas las almas se podrán sentir unidas a Mí, por medio de ese canto tan simple.

Deseo que algún día, en su ardiente aspiración y compromiso Conmigo, nos veamos cara a cara. Porque por más que Mi trabajo y Mi deber sea muy grande para con el mundo, el Señor siempre tiene Su espacio para los que necesitan ser escuchados en la oración y en el silencio.

Yo los bendigo en nombre de todos los ángeles y arcángeles del Cielo, en nombre de la Fuente renovadora del Amor que cura y cicatriza las heridas.

Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estén entre ustedes, ahora y siempre. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Llevaré la súplica de esta canción, por todas las almas que no tienen la oportunidad de conocerme ni de escucharme. Eso habla de la importancia de difundir Mi Mensaje al mundo entero y en todas las lenguas posibles.

Les agradezco.

 

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto