APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido aquí para estar más cerca de los que Yo He escogido. Sus almas Me pertenecen, sus vidas Me pertenecen. Y hoy, quiero abrazarlos con Mi Gloria, así como una vez la humanidad Me abrazó y Me reconoció como el Señor de Israel, durante Mi entrada triunfante en Jerusalén.

Hoy, vengo a devolverles, a muchos de ustedes, lo que una vez hicieron Conmigo a las puertas de Jerusalén. A partir de ese hecho y de ese momento tan especiales, vividos por Mí y por cada una de sus almas, es que Yo vengo a recordarles el sagrado valor de cada una de sus vidas.

Entréguenme aquello que los apremia. Entréguenme aquello que los hace entristecer. Entréguenme todo aquello que les saca la atención de Mi Corazón.

Moviendo Mis vestimentas, expongo ahora Mi Sagrado e Insondable Corazón; Corazón que murió por ustedes y por el mundo y que, en esta hora de Misericordia, viene a bendecirlos a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Es así que, en este primer día de la Sagrada Semana, vengo a purificarlos, así como el pequeño Niño Jesús se purificó en el Templo. No le teman a esto, porque no les dolerá.

La purificación es importante para que se puedan liberar de todas las faltas o de alguna omisión que hayan cometido sin darse cuenta. La purificación, en este primer día de la Sagrada Semana, viene a abrirles la puerta de la elevación de la consciencia.

Por eso, estoy aquí, aceptando su ofrecimiento, el ofrecimiento de cada corazón que ha llegado aquí a Mi encuentro, para nutrirse de la Palabra de Dios y para que a través de Mi Palabra se renueven, se liberen de ustedes mismos y puedan volver a encontrar el camino de la paz, que tal vez hayan podido perder a través de algún acontecimiento de la vida.

Lo más importante ahora, compañeros, es que ingresen en el eterno presente, a través de Mi Corazón que se expone y que se abre como un Templo para cada una de sus intenciones en esta Semana Santa.

Pero, sobre todo, Mi Corazón se abre como un Templo a sus almas y consciencias, para que sepan que Yo sé lo que le sucede a cada uno, profundamente. No solo lo puedo ver en este momento, a través de la Mirada Tierna de Dios, a través del Cariño de Dios, sino también lo puedo ver todo el tiempo, porque los acompaño día a día.

Y no Me canso de hacerlo, porque ustedes son parte de Mi rebaño espiritual. El rebaño que ya prepara el Retorno de Cristo al mundo a través de cada corazón que confía en Mí, de cada corazón que vive en Mí, así como Yo puedo vivir en cada corazón, más allá de las angustias o de las pruebas.

Vengo a hacerlos renacer a través de Mi Espíritu, del Espíritu Consolador de Dios que, en este momento, a través de la Palabra de Cristo desciende a la Tierra y sobre todo desciende a este mundo, tan, pero tan necesitado de amor y de redención.

Así, después de esta purificación espiritual que les otorgo, vengo a abrirles la puerta, en este primer día de la Sagrada Semana, al camino de la consagración que cada uno de ustedes podrá vivir.

Pero no importa cómo sea, lo que Me importa es que sea verdadero, que den un paso cada vez, que no se atropellen a ustedes mismos, que no queden ansiosos por querer consagrarse; porque sus almas, hijos Míos, ya se consagraron y se comprometieron Conmigo, al recibir al Señor triunfante en Jerusalén.

¿Cuántos de ustedes extendieron sus mantos, en la sagrada Tierra Santa, para que Yo pasara?

¿Cuántos de ustedes tocaron Mi túnica, así como la mujer del flujo de sangre, para poder curarse y redimirse?

No es la primera vez que Me escuchan; porque deben recordar cuántas veces escucharon Mis Sagradas Instrucciones, no solo en lo alto del Monte de las Bienaventuranzas, cuando cada uno de ustedes y de sus familias aprendieron a orar el Padre Nuestro, sino también Me escucharon en varios lugares, en Mi amada Israel o más allá de ella.

¿Cuántos formaron parte de las primeras comunidades cristianas?

¿Cuántos sacrificaron sus vidas por Mí, a pesar del martirio vivido en aquellos tiempos?

Y hoy, sus almas están ante Mis Ojos, sus almas están delante de Mi Corazón Misericordioso para que Yo pueda estar en el mundo entero, ciego y perverso por las guerras, injusto e indiferente por las venganzas, severo por la violencia.

Yo vengo a reerguir a las almas que confían en Mí, en la sagrada venida del Reino de Dios, porque hoy ustedes y sus hermanos del mundo forman parte de Mi Cuerpo Místico y Espiritual.

Esta es la Nueva Jerusalén que Yo vendré a buscar a la Tierra, y la Luz de Dios se encenderá en ustedes y en sus hermanos, así como esa Luz se encendió en Pentecostés para consagrar a Mis compañeros al apostolado y al sacerdocio, para que todos en la Tierra conocieran Mi Palabra de Vida.

Por eso, que hoy sus almas, conscientemente, se eleven a Mí; así como recientemente Me han cantado uno de los pasajes bíblicos más especiales para Mí, que es la promesa irrefutable que Yo les hice a los Míos: que todos vengan a Mí y alivien sus corazones, así como el Señor, triunfante en Jerusalén, hoy viene a ustedes.

Eleven sus plegarias en el silencio del corazón. Eleven sus intenciones en el silencio de sus almas y únanse, como hermanos y hermanas en Cristo, bajo la unidad espiritual de Mi Espíritu.

Gracias por estar aquí, Mis amados. Sigan buscando el bien. No hagan el mal, porque mucho mal hay en el mundo; así, no les faltará la paz en estos tiempos difíciles.

He aquí la Paz de Dios, que viene a entregarles la Paz de los Cielos, que viene a confortar a sus corazones, así como el Señor confortó a Sus apóstoles en Su más absoluto y anónimo silencio en cada paso de la Cruz, cuando su Maestro fue abandonado y rechazado por todos. Mas, Yo ya lo sabía, así como ya sabía lo que cada una de sus vidas viviría en este tiempo.

Por eso, vengo aquí a animarlos, a fortalecerlos, para que se levanten de sus caídas, para que sus almas se eleven hacia Mí; ya que, entre ustedes y Yo, no existirá el mal porque Mi Amor es invencible, así como fue invencible en la aparente derrota de la Cruz, porque Yo vengo una vez más a renovar todas las cosas.  

Libera tu corazón a través de tus lágrimas, porque el Consolador llegó y todo se renovará, por dentro y por fuera. La esperanza es posible, no pierdas la fe; Yo vengo a darte coraje, el mismo coraje que tuve que tener cuando asumí beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.

No le temas al sacrificio que te pido porque espero que Me puedas superar en el Amor. Recuérdalo, así el universo y la Creación también serán renovados.

Antes de pasar a un momento de consagración, por el que esperé dos años, quiero que Me canten, como una sola voz, así como sus voces cantan y se unen para abrir el Reino de los Cielos, los portales del Reino Celestial.

Yo quiero ungirlos con Mi Espíritu, en este momento. ¿Me lo permiten?


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Por favor, María de los Inocentes, vamos a cantar tu canción, a pedido del Señor.

Abrámonos a este momento con Cristo, para que libere a nuestro ser.

Nos vamos a concentrar en el Sagrado Corazón de Jesús. Ofrezcamos este momento por todas las almas del planeta, por todos los que aún no pueden llegar a Cristo; para que el Espíritu Consolador, así como hoy llega a nosotros, llegue a nuestros hermanos en el mundo entero, confiando en el poder de la Transfiguración de Jesús, que como Rayo Divino hoy se hace presente en nuestra vida, renovando todas las cosas.

Cantemos.


Canción: “Curador de mi alma”.


Hoy, Cristo está abriendo dentro nuestra congregación, la Orden Gracia Misericordia, la rama masculina de los Auxiliadores de la Divina Misericordia.

Ahora, vamos a acompañar, en el silencio de nuestro corazón, esta unión y esta consagración que cada uno de los hermanos vivirá con Cristo, a través del Corazón de Cristo y de la alianza.


Bendice, Señor, a aquellos que se animan a seguirme; y, a través de este humilde y simple símbolo de la alianza de madera, establece entre las almas y Mi Corazón la eterna alianza, para siempre, para que Me representen en la Tierra como pacificadores y por donde vayan sean espejo de Mi Misericordia.

 
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a hacer una oración por la consagración de estos hermanos, para consumar este momento. Oremos el Padre Nuestro en arameo.

Que el Señor los bendiga y los proteja en esta misión y en este servicio a Su Sagrado Corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en paz.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición reservada de Cristo Jesús Glorificado al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, para la 62.ª Maratón de la Divina Misericordia

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando el ocaso esté por desaparecer y llegue la noche, será el momento más culminante de la humanidad y del planeta.

Ya todo se habrá desencadenado dentro y fuera de los seres, y sobre la superficie de la Tierra ya no existirá más nada que aprender ni tampoco que instruir.

Todos conocerán la Verdad.

Todos podrán verlo y participar de ello, porque el fin de los tiempos se habrá consumado y la Nueva Tierra ya dejará de ser una promesa porque la vieja Tierra se purificó.

Pero antes de que se cumpla esa promesa, que Dios tanto espera, la Tierra aún pasará por su transición. La dualidad también vivirá su definición y el destino será cambiado.

Después que lo más difícil que haya sucedido vendrá la Aurora para hacer resplandecer su Luz y su Consciencia. Vendrá el Hijo y después vendrá Su Madre y con Ellos todos los ángeles y arcángeles y los grandes obreros del Plan.

Las trompetas ya habrán sido tocadas y en el corazón de los justos resonará la Verdad.

Los injustos serán apartados y enviados a su nuevo destino. La paja estará separada del trigo, los lobos de las ovejas, lo puro de lo impuro, lo turbio de lo cristalino, la oscuridad de la luz.

Y nadie podrá reclamar, ya nadie podrá justificarse, porque todo lo habrá recibido desde el Cielo y desde el Universo.

Las Palabras de la Jerarquía ya no pasarán más como el viento o la brisa que puede acariciar sus rostros.

La Palabra, que es el Verbo, se cumplirá y ya nadie podrá omitirla, ninguna consciencia, ninguna nación, ningún gobernante o nadie que se oponga, porque ya no existirá oposición ni dualidad, no existirá el pasado ni tampoco existirá el futuro.

El eterno presente descenderá a la Tierra y el planeta ingresará en su nueva dimensión, la dimensión de la cual ha sido apartado para aprendizaje y experiencias.

Ingresará a la verdadera dimensión, al Real Tiempo, en donde solo existe lo eterno, lo visible y lo invisible.

Así, las consciencias que quedarán y permanecerán ya no estarán lejos de la Verdad, porque la Verdad será parte de ellas al haber persistido en sus pruebas y en sus aprendizajes, al haber creído en Cristo, en Su Palabra, viviendo la obediencia y la estricta adhesión a Su llamado.

Después de que Yo ya no esté aquí entre ustedes, ya saben que todo se desencadenará.

Los muros de las resistencias ya no serán fortalezas propias, no habrá divisiones ni barreras, obstáculos o desafíos porque todo caerá por su propio peso.

La Verdad prevalecerá en los corazones limpios y humildes. La mentira se verá en los corazones que se ensuciaron por sus malas palabras.

Los verdaderos rostros se mostrarán, algunos, llenos de gozo y de alegría del Cielo, otros, llenos de espanto al haberse encontrado con la Verdad y por haberse arrepentido demasiado tarde.

Por eso siempre deben tener cuidado con lo que deciden en sus vidas y en sus caminos.

El Plan de Dios no es algo pasajero ni tampoco es algo que se pueda usar en su provecho.

Si el Hijo de Dios descendió a la Tierra fue por una máxima Voluntad.

Si el Hijo de Dios vino a su encuentro fue por una máxima Voluntad.

¿Comprenden?

No se puede desechar el Plan de Dios porque no les convenga o no lo sientan. Asuman la responsabilidad de su purificación y pronto se librarán de ustedes mismos.

No pueden distorsionar la historia que se está escribiendo en sus corazones y vidas.

No pueden desviar el lápiz de Dios con sus cometidos; recapaciten, y crecerán.

No hagan pequeño lo que es verdaderamente grandioso y que viene del Cielo.

No sean como el mundo que ofende el Plan de Dios, día a día, y sin consciencia.

Porque cuando las Leyes sobrevengan al mundo todos aprenderán y quien esté en el centro del Propósito no sufrirá, porque la Ley no será castigo, la acción de los hombres será la propia condena.

Deben reconocer dentro de ustedes el Reino que Dios les ha dado y no contaminarlo con sus formas de vida.

Por eso invoquen, imploren y apelen por un corazón puro, para que sus mentes sean puras, para que sus acciones sean puras, para que sus caminos estén llenos de luz y no de sufrimiento, el sufrimiento que pueden ocasionar y vivir por ustedes mismos.

Dios aspira a que todos puedan vivir en Su Alegría y que ya  nadie más se condene en esta humanidad.

Busquen ser lo que verdaderamente Dios necesita y todo se transformará.

Ustedes no pueden dejar de ser parte de Mi Nuevo Evangelio.

Ustedes deben ser parte de lo que está descendiendo desde el Universo.

Por eso, en estos últimos días les he traído tantas llaves y tantos conocimientos, porque es hora de vivir esa madurez espiritual que el Padre del Universo necesita para poder seguir cumpliendo Su Plan y Su Voluntad.

No pueden tomar el Plan de Dios y su misión como algo pasajero, como si ya nada más importara.

El arrepentimiento llegará para mostrarles a algunos el lugar en donde se han colocado y del cual no consiguen salir por sí mismos. Allí no llega Mi Misericordia, allí no llega Mi Gracia ni tampoco Mi Luz. No puedo transgredir su libre albedrío y su voluntad.

Les enseñé a Mis apóstoles a ser verdaderos y también simples; a ser honestos y transparentes en la Verdad, porque eso siempre los protegería.

Ahora es tiempo de tener la consciencia sobre las decisiones de la vida y cómo esto influye en su evolución y principalmente en su vida espiritual.

Todo lo que ha sido entregado en estos últimos tiempos deberá ser testimoniado para todos en el día del Juicio Final y después de esta vida.

Los tesoros del Cielo nunca quedarán perdidos.

Los tesoros del Cielo deberán ser atestiguados por cada discípulo Mío, aunque ya no esté Conmigo.

La firma de su compromiso es su salvación y recordarlo todos los días también es su salvación.

Deben aprender a percibir la realidad más allá de ustedes mismos y nunca permitir lastimar el Plan de parte de ustedes.

No pueden dejar pasar el tiempo como si nada sucediera. Ustedes saben más que Yo que el planeta está sufriendo y está muy herido.

Por eso en el momento más culminante de la tribulación Yo retornaré y nadie podrá escapar a ese acontecimiento, por más que Me haya negado, por más que haya dicho que Yo no estoy aquí.

La verdadera Jerarquía no hace perder el tiempo a los hijos de Dios. Tomen consciencia de esto y recapaciten.

Expreso esto especialmente para los que se han alejado y fueron confundidos por Mi enemigo. Rezo por su arrepentimiento y su humillación.

La soberbia humana puede ser tan grande como un mar y ahogarlos sin que lo perciban.

La ceguera de los injustos será quitada cuando permitan que el Corazón del Maestro los pueda tocar con Su Luz.

Los leprosos de espíritu serán curados cuando se abran de corazón a la cura divina y a la realidad del Universo.

Todos tienen un lugar en Mi Corazón y eso ya lo saben.

Todos tienen un compromiso Conmigo y eso es inolvidable, porque ha llegado el tiempo de asumir la realidad y de no apartarla de sus caminos como si no existiera.

Aprendan de Mi Sacrificio y sobrevivirán.

Sean capaces de amar de verdad y sin tibieza.

Sean verdaderos embajadores de la paz en estos tiempos críticos, porque así alegrarán Mi Corazón de muchísimas angustias y de muchísimas penas que ocasionan los que no Me han comprendido por este medio.

Ahora llegará la Luz para los que la quieran vivir y deseen participar de ella.

Esa Luz que Yo propagaré los protegerá y amarán cada paso de su purificación, por Mí.

Revivan su compromiso, que firmaron una vez en el Cosmos, e ingresen en la verdadera dimensión de la Hermandad.

Los candados de los Libros Sagrados ya fueron abiertos para comenzar a pronunciar la gran revelación de todos los tiempos y de todas las eras.

La Vida Universal se hará presente en los corazones que la clamen, porque así vivificarán el Plan.

No pierdan tiempo en lo que es pasajero.

Asuman cargar en sus espaldas al planeta, porque él grita por alivio.

Lleven estampados en sus pechos la Estrella de la lealtad y de la Confraternidad.  Reenciendan ese Sol interior que nunca deberá morir ni apagarse.

Dejen brillar lo que verdaderamente son y podrán salir de las cosas superficiales.

Porque lo mezquino dejará de ser mezquino, lo soberbio se purificará y la arrogancia morirá para que surja la luz del espíritu, la que siempre los colmará y los llevará a la paz.

Les agradezco por cooperar.

Les agradezco por escuchar y por traer alivio al Corazón de Dios.

Que se cumpla en ustedes el Propósito y que él siempre sea recordado, para que en los momentos de mayor tribulación no duden en seguir Mi Camino; así se librarán de la confusión y de las apariencias de los que los rodean.

Abracen esta cruz que Yo les ofrezco y así se sembrará la semilla de una Nueva Humanidad.

No les pido lo imposible. Solo les pido que después de tantas experiencias en el Cielo y en la Tierra aprendan a vivir la Verdad y la simplicidad, afluentes que los hará encontrar con el gran Océano de Mi Amor, de Mi Amor infinito y expansivo.

Revivan todos estos impulsos que les he dado estos días, porque sé que no los consiguen recordar.

Deben estar atentos a lo que les digo, porque Mis Palabras no se volverán a repetir.

Sean buenos estudiantes, aplicados y disciplinados, así vencerán la inercia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 32ª. MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras las almas Me viven, sus corazones se encienden en Misericordia y eso es algo verdadero, eso es algo que Yo siempre busco de todos los corazones de la Tierra.

Hoy Me muestro a ustedes en Gloria.

Así como Yo Soy en el Cielo, así Yo Soy ante Mi Padre, quien merece gloria y alabanza.

Hoy vengo de un lugar del Universo muy especial, hacia donde podrán ir, algún día, después de que se cumpla Mi Obra en esta humanidad.

Quisiera que hoy no solo contemplaran Mi Corazón, sino también que lo sintieran aquí, presente entre ustedes, comulgando con la esencia de la unidad y de la hermandad entre todos los espíritus de buena voluntad que, a través de los tiempos, se congregan para escucharme, así como una vez Me escucharon en Tierra Santa.

Por eso, Mi Padre los ha colocado aquí, en esta parte del planeta, para que volvieran a vivificar Mis Principios de instrucción y de transformación.

Hoy sí puedo extender Mi Mano sobre ustedes y posarla sobre sus cabezas, como lo ha pedido Mi Madre en Sus oraciones perpetuas.

Hoy sí puedo decir que el Amor de Dios vence y que todo lo transforma, cuando Él es reconocido de verdad, por las almas que lo claman sinceramente.

Hoy, Mi Gracia se aproxima al mundo oscuro para volver a iluminarlo en Mi Espíritu; en Mi Espíritu de Paz y de Misericordia.

Pero hoy, compañeros, no solo estoy con ustedes sino también con aquellos que abren sus corazones y sus hogares para recibirme en esta comunión espiritual, con el Corazón que los ama permanentemente, sin restricciones ni condiciones; con el Corazón que sufrió por ustedes los martirios de la Pasión y de la Cruz; y  que, en el momento culminante, dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Pero hoy no quiero que piensen quiénes fueron en ese momento, sino que Me vivan en este eterno presente, del cual Yo los hago partícipes, a cada nuevo encuentro.

Hoy, muchos de los que están aquí representan a las naciones del planeta, sus deudas y sus compromisos. Yo necesito, compañeros, que sus corazones sean Mis misioneros de la paz, como lo han sido los que Me han servido en Medio Oriente, en medio de la tribulación y del caos, confiando plenamente en los pasos de Mi Santa Madre, que se regocija en los corazones que aman Mi Corazón y  Mi Misericordia.

Hoy, vengo a entregarles lo que necesita el mundo para este último tiempo, que es el Amor de Dios que debe renovar todas las cosas y que debe redimir a los corazones que aún están cerrados a Mi Llamado.

Pero Yo espero, como esperé en el Huerto Getsemaní, en la absoluta soledad del Corazón y de la Consciencia, con la asistencia suprema de los ángeles del Cielo, que consolaron Mi ofrecimiento en la Cruz y en la Pasión.

Ya no los quiero ver dormidos.

Mis Palabras son códigos de vida para todos.

Mi Amor es el bálsamo para sus espíritus, es la consolación para las almas, es la cura profunda para los que se han herido con sus propias acciones.

Pero sepan, compañeros, que aún no puedo retornar en Gloria, porque los corazones que Yo he escogido deben estar preparados para recibirme en ese momento, para poder reconocerme y abrirme las puertas de sus almas, para abrazarme fuertemente y saber quién Soy.

Quisiera que no solo Me pudieran  ver, sino que Me reconocieran cuando fuera el momento, ustedes y sus hermanos del mundo, que aún duermen en el sueño de la ilusión, de la realización personal y del poder propio.

Hoy estoy aquí, en Gloria, ante los corazones que Me han dicho “sí” a la redención. Por eso, iré primero a bendecirlos con Mi Espíritu, que es el Espíritu de Dios, que ilumina a todas las formas y exalta los buenos sentimientos de las almas que se reconcilian con Dios todos los días de la vida.

Ustedes Me adoran, Me esperan y Me aman. Yo también los espero, también adoro lo verdadero que son y amo lo que en verdad existe en ustedes, que es lo más bello que Dios creó para este Universo: la Unidad.

Si sus corazones no estuvieran unidos cuando Yo ya no esté aquí, presente entre ustedes, ¿qué harán?

¿Cómo Me esperarán cuando Yo golpee la puerta de sus moradas?

¿Cómo transmitirán Mi Palabra a los que la deben escuchar en esta hora tan aguda?

No tienen por qué perturbarse, eso es cosa de Mi adversario.

Quien acongoja su corazón es porque no Me ama, o aún no sabe cómo vivirme; pero si Yo vengo en Gloria para los que Me corresponden y para los que aún deben despertar en cada parte de esta Tierra, ¿qué tienen que temer, si están en Mi Luz, si creen vivir en Mi Corazón que todo lo puede?

Cuando Yo caí con la Cruz por segunda vez, Mi Madre se acercó, viviendo Mi Dolor, porque era algo compartido bajo el Propósito de Dios, compartir el dolor del mundo y de los pecadores pervertidos.

Ella misma Me elevó, Me levantó del suelo cuando Mi Cuerpo estaba muy cansado; porque era el cansancio de Dios sufriendo en Mi Cuerpo por las almas ingratas, por los pecados del mundo; pero era el amor lo que Me hacía fuerte, no era Mi Voluntad; porque Mi Voluntad estaba en Mi Padre.

Mi Padre estaba en Mi, haciendo Su Voluntad. Es eso lo que ustedes deben vivir, así como Yo lo viví, cada uno en su proporción y en su grado.

En ese momento, en la segunda caída, pensé que iba a morir en el camino del calvario. Y la mirada de Mi Madre fue lo que Me salvó; una mirada de amor, de consolación y de amparo. Allí fue cuando el Arcángel Miguel Me dio fuerzas para erguirme y continuar, y dije en aquel tiempo: Madre, Yo renuevo todas las cosas, porque es Mi Padre el que las renueva en Mí y en Ti.

Deben dejarse renovar por Mi Corazón, que está en oferta para los que quieran recibirlo; porque no habrá para dónde seguir, compañeros, cuando el caos se manifieste; no habrá refugio, casa o persona que los ayude. Mi Corazón es su salvación y su fe eterna.

Así, Yo podré ayudar a Mis hijos cuando esté en sus corazones todo el tiempo, y no solo por algunos momentos.

Necesito que Mi Existencia se expanda en ustedes por más tiempo. Ustedes, compañeros, son depositarios de una gracia inexplicable, de una oportunidad incalculable delante de la deuda del planeta y de la humanidad; por eso, Yo insisto con ustedes hasta alcanzar lo que quiero.

En perpetua Adoración deberemos estar para los tiempos difíciles. Fue así como Yo se lo pedí a Faustina en el Santísimo Cuerpo de Cristo.

En el Sagrario está la Fuerza renovadora para todos los que la busquen.

Los bendeciré e iré con ustedes. Peregrinen a Mi Corazón, y no se cansen de hacerlo; así entenderán muchas cosas en el próximo tiempo.

Ahora, Yo he venido aquí para que todos se sientan purificados, pues Mi Luz se expande como moléculas en todos aquellos que abren sus corazones para recibirla, en gratitud y amor.

Recuesten, en silencio, sus cabezas sobre Mi Pecho, y sientan Mi Corazón Glorificado que consuela y sana todas las heridas, sin importar cual sea, porque para el Hijo de Dios no hay nada imposible.

Si su fe es fuerte, Mi Amor será fuerte en ustedes y se sentirá en los corazones que se aproximen para reconocerme en Mis hermanos.

Esta agua hoy los bendecirá a todos, como símbolo de la renovación de su primer bautismo; y aquellos que no fueron bautizados como Yo, en el río Jordán, recibirán esta primera bendición que los preparará para su primer bautismo, en donde todo mal se disipará, y la Luz de Mi Gloria se establecerá sobre las almas que se regocijarán en Mi Espíritu.

Oremos como el Padre lo enseñó a través de Su Hijo, para que, en Gloria, el Espíritu Santo descienda y santifique esta agua que es la primera señal de la Creación de Dios en este planeta y en todo el Universo, el agua que sacia la sed de las almas.

Alabado sea Dios, glorioso Su Reino. Aleluya, Aleluya, Amén.

Con esta bendición, compañeros, que los Dones de Mi Padre se puedan manifestar en ustedes, a través de la vivencia de los Sacramentos y de la renovación de sus votos con el Proyecto Altísimo de Dios.

Que sus almas se alegren y que nunca dejen de hacerlo, viviendo todos los sacrificios por la humanidad y el planeta, para la redención final del mal.

Mi Corazón hoy triunfó nuevamente en el mundo por su respuesta.

Que Mi Paz se establezca en aquellos que no la tienen.

Que Mi Fe se propague como el aroma sutil del Universo.

Que Mi Amor se expanda como la brisa del viento y que todos sientan la esperanza de vivir en Dios, para siempre.

Yo los bendigo a ustedes y a los que más lo necesitan en este mundo, como lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, elevando Mi Mano derecha hacia Mi Padre, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, que es el Corazón de Dios,  abriendo los Cielos, he invocado al Espíritu Santo.

Así, Yo los bendigo en el nombre Santo de Mi Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido a la orilla, para llamarlos, como a los apóstoles.

Ayer escuché esa canción y quisiera que hoy la hicieran en gratitud a Mi Padre.

Pueden ir en paz.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 8.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Santísimo Corazón de Cristo,
convierte nuestros corazones
en llamas sagradas de Tu Divina Misericordia,
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.

Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.

Amén.

A través de este Mensaje, Yo les he dejado una poderosa llave de conversión, como también les entregué el Orandio de la Pasión y de la Trasfiguración.

Son llaves importantes para la redención en estos tiempos. Aquel que las utilice de verdad y con honestidad, se transformará y no se reconocerá en el pasado, sino en el eterno presente de Mi Corazón.

Que los corazones se alegren en esta tarde y que nunca se cansen de buscarme.

Mis Oídos escuchan todas vuestras plegarias. Yo Soy vuestro misericordioso Pastor y ustedes son Mis ovejas que deben dirigirse hacia Mi Establo, hacia el Templo de Mi Corazón. En ese lugar nada los hará temer y no tendrán miedo de nada porque estarán en Mi Amor y en Mi Misericordia.

Me despido, bendiciendo los elementos sagrados, los cuales pueden traer hasta aquí en Mi Presencia.

La Comunión unifica el Cosmos y la Tierra, unidad perfecta entre las almas y Dios. Aquellos que comulgan de Mi Corazón, están unificados con el universo y reconocerán, al fin de los tiempos, las señales visibles que Yo traeré en Mi Retorno.

Les agradezco.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hoy tuvimos una experiencia genética con Cristo, y vamos a explicar de qué se trata esa experiencia genética que Él llevó adelante con cada uno de nosotros.

Cuando Él apareció, llegó como el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús. En un momento de la Aparición, mostró que entre Sus Manos llevaba un símbolo.

Al principio no entendíamos qué era lo que nos quería transmitir, pero solo pidió que observáramos para pudiéramos compartir con ustedes.

Él siempre abre Sus Brazos cuando aparece para acogernos, para recibirnos, irradiando un gesto de amor y de fraternidad para nosotros. 

Pero cuando Él abrió Sus Brazos, en la palma de Su Mano derecha había cinco gotas de Sangre, aquella Sangre que Él había derramado en la Pasión. Y no supimos bien como sucedió, pero cuando Él mostró estas cinco gotas de Sangre, Él se convirtió en un manantial de Sangre preciosa y un fuerte rayo de luz color sangre comenzó a traspasar nuestro ser físico, nuestra alma, nuestros cuerpos.

En un momento todo quedó en blanco y solamente sentimos Su Conciencia presente.

En una cuestión de segundos, Cristo nos llevó al momento de Su Pasión y a algunos momentos culminantes que Él vivió. Por ejemplo, Él nos llevó al momento en que fue flagelado y derramó Su Sangre, y nos mostró a nuestra Madre María recogiendo esa Sangre preciosa. 

Cuando recibió la corona de espinas fue otro momento al que Él nos llevó, lo que Él sintió y lo que Dios realizó a través de ese sacrificio que Él ofertó. 

Y también nos mostró el momento de la Cruz de una forma diferente a la que hemos conocido en la historia de la humanidad, porque hoy Cristo se propuso mostrarnos verdaderamente lo que sucedió cuando Él murió en la Cruz.

Él nos pidió que nos sintonizáramos, que meditáramos sobre Su Sangre, porque nos dijo que fue tratando varios aspectos durante Su Pasión. Por eso, Él nos pidió que nos concentráramos específicamente en el poder de Su Sangre.

En un momento le preguntamos por qué quería trasmitirnos esto en este momento. Porque el poder de Su sangre, decía Él, preparará el retorno del Salvador a la Tierra.

El ejercicio de concentración en la Sangre de Jesús, en la visualización de esa Sangre preciosa, como Él la llama, puede revelar a nuestras vidas y a nuestro espíritu muchos poderes que Él llama poderes divinos, poderes celestiales. 

Después de que Él nos llevó por esos momentos de Su Pasión, nos vimos, como grupo, sumergidos dentro de esa historia de la Pasión de Jesús, al punto de que Él nos mostró los aspectos diferentes que teníamos en ese tiempo, cómo éramos físicamente, qué ropa vestíamos y qué papel cumplía cada uno en ese momento de la Pasión de Jesús.

Entonces, delante de todas esas cosas, le preguntamos por qué hacía todo eso, en ese momento, y Él no contestaba nada, estaba en silencio, y luego dijo: Yo lo revelaré en el Mensaje. 

Lo más importante fue la experiencia que Cristo nos trasmitió para que pudiéramos comprender el poder de Su Sangre, porque Él necesita que nosotros adoremos y contemplemos Su Sangre de una forma espiritual. Así es como nos lo pidió en este día, porque Él dijo que quien se coligue con esa Sangre preciosa podría resolver y curar muchas cosas irreparables. 

Entonces, hoy nos vimos delante de una importante experiencia espiritual para cada uno de nosotros, que vino directamente del Corazón del Maestro.

Fray Elías lee el Mensaje de Cristo Jesús para el día 5 de marzo de 2014.

En ese momento el Maestro empieza a trasmitir el Devocionario a la Poderosa Sangre de Jesús, como parte del Mensaje.

Y Él nos dijo al final:

 

Mediten sobre lo que hoy les entregué. Son llaves secretas de Mi Trasfiguración.

Bajo el Poder de Dios, sean bienaventurados.

¡Gracias por caminar a Mi lado!

Cristo Jesús

 

Madre María Shimani:

Mientras el Fray estaba leyendo, estaba recordando que tanto Cristo como nuestra Madre Divina nos dijeron que para este nuevo ciclo en este año, Ellos nos iban a revelar nuevos misterios celestiales, mucha información crística que la humanidad necesita saber para poder enfrentar esta purificación que estamos comenzamos a vivir, este apocalipsis que esperábamos hace tanto tiempo.

Así que están llegando todas estas dádivas y estas Gracias desde el Cielo, para que cualquier persona sobre la Tierra sea salva. 

Quedemos con esta reflexión en el corazón y hoy antes de dormir, agradezcamos mucho con nuestra consciencia. La gratitud es uno de los caminos más cortos para llegar a Dios. 

¡Gracias a Dios por cuánto nos das!

Gracias a todos los que nos acompañaron hoy.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto