APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi silencio viene a hacer callar a las armas. Para que este silencio se establezca, Yo vengo a la Tierra, hoy de una forma diferente, dada la emergencia de estos tiempos, dada la necesidad de las almas, especialmente de las que claman por Justicia y por Misericordia.

He aquí el Rabí de Israel, el Maestro de todos los pueblos y de todas las religiones, porque Mi Corazón no guarda diferencias, Mi Corazón tiene un lugar para cada pueblo y para cada nación, que por alguna razón existen, porque cada uno de ellos guarda en sí mismo un Tesoro de Dios que no se puede perder.

Yo estoy aquí para darles Vida y Luz a los mundos internos, porque Mi tiempo se termina y la hora de Mi Retorno se aproxima. El mundo necesita de un cambio radical, un cambio que venga del espíritu para que la materia sea impregnada de una nueva forma. Y esto significa, compañeros, grandes esfuerzos para la Jerarquía, esfuerzos que no los pueden medir con su mente, esfuerzos que solo los pueden sentir con el corazón.

Yo llegaré al mundo en un momento culminante y, a medida que pasan los días, ese momento culminante se acerca y todos ya deberían estar prontos, porque no les avisaré. Mi única señal será Mi Presencia, cara a cara, y ¿qué Me dirán en ese momento?

Yo vendré a buscar en ustedes el templo espiritual que han construido para Mí, que utilizaré para reconstruir al mundo, volviendo a verter Mis Dones y Mis Gracias en las almas en la hora culminante, en la que el sufrimiento en la esfera de la Tierra terminará, en la que ya no se escuchará ni un llanto más en este mundo, efecto de la guerra, de la miseria y de la persecución o aun efecto de la pena de muerte.

Cuando Yo retorne, esto ya no se escuchará en ningún plano ni en ninguna dimensión. Porque, ese momento que será muy sagrado para Mí, retornar de los Cielos a la Tierra y poder volver a tocar con Mis Pies esta superficie, será el momento en el que el mal será vencido, porque por una orden espiritual, cósmica y divina, el Arcángel Miguel traspasará con Su espada el mal, disolviendo la esencia de la oscuridad para que, por el poder de la Luz y del Amor, todo se revierta y el principio se reintegre en la humanidad, aquel principio que era impregnado por un Propósito Espiritual.

Desde Adán y Eva, la historia de la humanidad será reconstruida y, en Mi Presencia, ya no habrá secuelas del sufrimiento y del error. Por eso, este también es el momento culminante para ustedes, en el que no pueden ser tibios, en el que se deben aferrar a Mí, más allá de lo que suceda o de lo que vivan; porque el Maestro retornará y llamará a cada uno por su nombre espiritual que resonará como un eco en todo el planeta, porque será la Voz del Padre la que hablará a través de Su Hijo, así como la Voz del Padre habló a través del pueblo de Israel.

Yo sé que muchos no comprenden por qué hay tanto dolor y sufrimiento en el mundo, por qué tantos inocentes deben padecerlos. ¿Será que alguna vez pensaron que ellos se ofrecieron para esto, para que los no redimidos se puedan redimir?

Por eso, les hablé en estos últimos tiempos sobre los nuevos mártires. Día a día, hay muchos más mártires en el mundo, desde los no nacidos hasta los que mueren en la guerra y muchos más que ni siquiera se podrían imaginar qué es lo que viven, ofreciendo sus almas en sacrificio y amor, a fin de que en el mundo exista un amor maduro, capaz de superar todos los errores, capaz de trascender todas las impunidades. Ese es el amor que Yo estoy viendo en los Nuevos Cristos.

¿Quién será consciente y se postulará para vivir esta escuela? Porque no busco reacciones heroicas, Yo busco ofrecimientos anónimos, capaces de vivirlos por amor como víctimas del Amor de Cristo. Aunque sea incomprensible que día a día existan más mártires en el mundo, si esto no sucediera el planeta ya no estaría en pie.

Desde los grandes lamasterios de Oriente hasta los cantos de los cristianos del mundo entero, todos suplican verdaderamente por la paz. Pero ya no la busquen, amen esa paz y la paz será en ustedes, porque la Paz es una Ley, es la primera Ley que Dios creó en el principio.

Fue la Paz, junto con el Amor de Dios, que impulsó la Creación, que permitió que ustedes hoy estén aquí, y que en este vasto e infinito universo existiera una vida diversa, colmada de aprendizajes y de muchas experiencias internas.

Pero el mundo, cada día que pasa, se aleja de esa verdad, de esa verdadera experiencia de amor que Dios necesita que vivan para que, por el precio de Mi Sangre derramada, se puedan redimir y confiados crean que la redención es posible en estos tiempos críticos.

Los ángeles trabajan en lo que sucede en el mundo. Diferentes ejércitos y huestes de Luz se encargan de las diferentes situaciones del planeta, grande debe ser el sacrificio para enmendar los errores cometidos.

Por eso, le pedí al Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico que se presentara al mundo antes del tiempo previsto; para que, a través de cada momento de oración y de cada nuevo encuentro, a través de cada servicio y de cada oferta verdadera que puede nacer honestamente de sus corazones, Él reciba, en todos sus Cálices de Luz, los ofrecimientos de las almas de Cristo para poder enmendar y justificar los errores que hoy se viven en Medio Oriente, en Ucrania, en África y en otros lugares del mundo, o aun lo que podría sufrir la Argentina.

Mi Mirada Espiritual está en todos los asuntos urgentes. Quiero que sus miradas de amor Me acompañen en los asuntos que son verdaderamente importantes para la Jerarquía Espiritual. Yo les vengo a pedir y a rogar que muden de frecuencia, que se coloquen en la visión espiritual de la Hermandad.

Les vuelvo a pedir que se amen los unos a los otros, en reparación por el amor que desaparece en el mundo, especialmente el amor que desaparece de las almas que viven la guerra, porque Mi Corazón es dilacerado por dentro cada vez que veo morir niños en Gaza.

¿Ahora, entienden lo que necesito?

Yo les abro la puerta definitiva del apostolado maduro. Que sus propias situaciones no pesen, porque hay situaciones que pesan más para Mí y son las que hoy suceden en toda la humanidad.

El Rabí de Israel está aquí para llamarlos al camino de la unidad, del respeto y de la confianza, para que la paz esté presente en el mundo. Sin la paz, el mundo se dividirá más, y ustedes no lo pueden permitir.

Por eso, Me apoyo en todos los que adoran al Santísimo Cuerpo de Cristo, que ya no miden el tiempo ni las horas para poder adorarme; porque la adoración es lo que permite la Presencia de Dios, para que Su Mano toque y llegue a los lugares más recónditos del planeta en donde se vive el sufrimiento.

Yo les abro la puerta de Mi Corazón, una vez más, para que puedan sentir como Yo siento, para que puedan vivir como Yo vivo, para que puedan servir, así como Yo sirvo, siendo el Mensajero de Dios.

Hoy, les pido que ofrezcamos esta nueva Comunión Espiritual por todo lo que les dije, para que Mi Verbo se haga carne en ustedes y en ustedes estén Mis Dones y Virtudes que serán necesarios y urgentes en estos tiempos de tribulación.

Sepan que conozco cada una de sus necesidades, pero Yo les quiero decir que ya es tiempo de que aprendan a aceptar Mi Voluntad y a no desplazar Mi Voluntad de ustedes; porque Yo tengo un Plan para cada alma y para cada corazón, que en muchos casos no les apetecería; pero si Yo no hubiera aceptado el Cáliz en el Huerto Getsemaní, ¿qué hubiera sucedido?

Los Cristos del Nuevo Tiempo deben ser una realidad y ya no una aspiración. Mi Consciencia Divina, amplia e infinita, necesita obrar a través de las almas, porque hay muchos que aún esperan Mi Amor, mucho más de lo que ustedes imaginan, mucho más de lo que ustedes han podido recibir aquí en cada encuentro. Hay almas en este mundo que darían cualquier cosa por recibir Mi Amor.

¿Ahora, comprenden Mi necesidad?

Espero que, al salir de aquí, sus corazones sientan diferente, sus mentes comprendan diferente, que abracen con la misma convicción que Yo abrazo el servicio espiritual de la Jerarquía.

Ahora, los bendeciré antes de la Comunión Espiritual para que, por los méritos que fueron vividos en la Última Cena y en la Dolorosa Pasión, estos méritos puedan estar disponibles para ustedes como un manantial inagotable y, especialmente, puedan llegar a las almas que más los necesitan en esta hora.

Que esta Comunión Espiritual sea la Comunión de la Misericordia, en la que todos puedan recibir la Gracia que tal vez algunos no merecerían, y esto es por Obra de Mi Insondable Misericordia, por el Fuego de Mi Amor Misericordioso.

Para preparar este momento de Comunión, realizarán Conmigo un ofrecimiento espiritual al Creador, a través del Amor de Galileum, para que la paz se haga en Medio Oriente, en Ucrania, en Sudán y en el mundo entero.

Y, a través de Galileum, clamen por los méritos de Mi Nacimiento, de Mi Vida Pública, de Mi Última Cena, de Mi Dolorosa Pasión, de Mi Muerte, de Mi Resurrección y de Mi Ascensión a los Cielos, para que las almas, que en estos días mueren en la guerra, alcancen el Paraíso. Porque vuelvo a cumplir la promesa que le hice al ladrón en la Cruz, cuando Yo le dije: “Por haber reconocido a tu Dios, el Señor, hoy estarás Conmigo en el Paraíso”.

Les agradezco.

Que la paz sea una realidad en cada momento y en cada interior.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 117.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Santos Ángeles de Dios,
fieles guardianes de las Reliquias Divinas,
irradien la Luz y la Paz al mundo.
Amén.
(5 veces)


He cumplido Mi promesa y aquí estoy, con el Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico.

Reverencien una de las Sagradas Reliquias del Arca de la Santa Alianza.

Impregnadas son las formas, en este momento, por la Luz de Mi Corazón.

La materia corrupta se comienza a transformar, la densidad se transmuta y se eleva, y dentro de los átomos y células de los seres se cumple la Sagrada Ciencia de la Cura. Así, los cuerpos de los seres humanos se liberarán de esta condición retrógrada de la superficie.

Los ángeles emiten sus voces hacia los Cielos para que se rompa el grillete de la perdición y las almas se liberen de la jaula de la esclavitud espiritual. Así, se cumple el tiempo de Mi profecía, los corazones comienzan a alcanzar la redención.

Las puertas de los Cielos se abren con la ayuda de los santos y de los ángeles. Aquellos que se animen a atravesarlas descubrirán en sí mismos el sagrado misterio de lo desconocido, que dejará de ser un secreto superior para convertirse en una realidad interna en la consciencia.

Así, los ángeles, respondiendo al pedido del Señor, comienzan a retirar las finísimas capas de la ilusión planetaria. Así, muchos velos comenzarán a caer lentamente de sus ojos, de todos los ojos de la humanidad y, en el horizonte, los que antes eran esclavos y ahora son liberados comienzan a ver venir al Hijo de Dios.

Y el Hijo de Dios ya no se ocultará detrás del Sol, ya no se recogerá en las estrellas; porque el gran misterio es develado y así, como lo fue en el Monte Tabor, el Señor llegará transfigurado.

Y aquello que siempre pareció inalcanzable para muchos, será una realidad palpable para los que tienen fe y persisten en Mi camino crístico. Porque los escogidos y los autoconvocados sentirán Conmigo la cruz planetaria, no como un sufrimiento, sino como un gran momento de liberación.

Y aquella esperanza, que fue suprimida de la humanidad por todos los errores que ha cometido a través de los tiempos y hasta el presente, volverá a nacer y a surgir como una fuerza sobrenatural en el corazón de los que persisten en Cristo.

Y así, la vida en la superficie dejará de ser un calvario, porque ya no será necesaria la escuela del sufrimiento. La ley de la deuda espiritual será disuelta y, los que hayan llegado Conmigo hasta el final, ya no sabrán nunca más sobre la dualidad.

No habrá diferencias, no habrá disociaciones, no habrá maldad, no habrá tristezas, angustias ni enfermedades; porque los que formarán parte de la Última y Nueva Humanidad no sabrán lo que es el pecado, porque el pecado habrá sido trascendido por los méritos del poder de Mi Sangre y las almas serán bañadas por Mi Luz, así como hoy Mi Luz envuelve al mundo.

A pesar de los errores y de los ultrajes, a pesar de las indiferencias y de las omisiones, a pesar de que hoy la mayoría ya no busque a Dios, nada impedirá que Yo Retorne al mundo.

Podrán sentir, en este momento, que el desierto espiritual se vuelve cada vez más árido, que no encuentran el oasis para saciar su sed, que el suelo bajo sus pies se seca y se agrieta, dejando los caminos tal vez confusos.

Cuando todo parezca absolutamente oscuro y parezca que la Luz no brillará en el fondo del abismo, será la hora del Señor, así como fue Su hora durante Su Muerte y Su descanso de tres días en el sepulcro.

En ese momento y en ese tiempo, que no están tan lejos, descenderé a los infiernos de este mundo, en los que muchos habitan en la superficie, para poner fin al sufrimiento y a la desesperanza.

Vendré a curar las heridas más profundas y con Mis propias Manos a tocar sus cuerpos, así como fue en Tierra Santa, en cada lugar por donde pasó su Maestro y Señor.

Y, en la hora que menos lo esperen, abriré la puerta de sus casas y Me verán, así como los apóstoles Me vieron en el Santo Cenáculo después de haber resucitado.

Yo reapareceré y cumpliré Mi promesa. En esa hora, el mal se estremecerá y gritará sin poder salir de sus profundos abismos, porque le daré la orden a San Miguel Arcángel de cerrar las dimensiones inciertas del planeta, porque Él verterá sobre el mundo una Fuente de Luz desconocida, nunca antes vista.

Pero esto no será una analogía ni una teoría, la Fuente de Luz que abrirá su Señor sobre el mundo será vista por todos, tendrá más poder y resplandor que el arco iris.

Y así, poco a poco, la oscuridad espiritual se disipará, los cuerpos enfermos se curarán, los ciegos que nunca vieron verán, muchos de Mis enemigos se convertirán. Y Yo estaré sobre un monte, semejante al Monte de los Olivos, para que todos Me vean venir en gloria.

Sé que aún a muchos les falta preparación para este acontecimiento. Pero no sean perfeccionistas, sean simples, así como es su Maestro y Señor, así como es Su Santísima Madre, así como lo es en la humildad San José.

Porque Dios está en lo que es simple y verdadero. Dios no sobresale por Sí mismo, porque Él se muestra donde vive y reina Su Amor, no solo en los Cielos, sino también en la Tierra. Su Amor se muestra y se manifiesta entre los hermanos y hermanas que se aman, que son capaces de dar la vida por sus amigos, así como Yo la di por ustedes.

Cuando Me tengan cerca en sus hogares o Me encuentren en sus caminos, en el momento y en el día menos pensado, ¿qué es lo que harán?  Porque Yo veré todo en ustedes, así como Yo vi todo en la Cruz, en el solemne Silencio de Dios.

Cuando estén cara a cara Conmigo, ¿qué es lo que Me dirán? ¿Harán lo mismo que María Magdalena, cuando encontró al Señor en el huerto del sepulcro? Así, Yo los llamaré a ustedes por sus nombres, como llamé a María Magdalena; así como Yo llamé a los apóstoles, porque tenían miedo por haberme abandonado.

¿Y cuántas veces, ustedes, Me habrán abandonado, a través del hermano que no aman, a través del servicio que no asumen, a través del paso que no se animan a dar, a través de la falta de la oración? Pero Yo no vendré a señalar esos hechos; Yo vendré con Amor y Misericordia, porque sé quiénes son los Míos.

Por eso, prepárense para encontrarme. Que sus vidas sean un espejo de gratitud, que ya no haya reclamos, que ya no sean mezquinos, que sean capaces de dar valor y honra a todo lo que les He entregado; porque, así como hoy Me escuchan, Me escucharán cuando los llame por su nombre, y sus ángeles de la guarda serán testigos de ese momento.

Por eso, deben recordar los Sagrarios de la Tierra, así como los ángeles los recuerdan todos los días y los adoran; para que sus corazones estén prontos para los primeros momentos del Retorno del Señor.

Porque, así como les mostré Mi verdadera Faz a algunos de Mis apóstoles en el Monte Tabor; así, cuando Yo retorne, les mostraré a los Míos sus seres queridos que han partido. Y, en ese momento, se sellará la alianza de Amor. Y, por sus esfuerzos y sacrificios, permitirán que muchos de sus seres queridos entren a Mi Reino, así como muchos ya entraron.

Ahora, el Cáliz del Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico está en Mis Manos. Es el Sagrado Corazón de Jesús que viene a ofrecer este Cáliz a la humanidad, para que sea llenado de las más preciosas ofrendas de Mis hijos; porque en la propia donación, de cada uno de los Míos, está la liberación.

Dónense y se liberarán, y la cruz de cada uno ya no será un peso, porque existen cruces peores en este mundo y muchas de ellas están en África. Y Mis hijos de África son valientes, porque su fe supera toda adversidad y el Espíritu Santo guía a los humildes de corazón.

Ahora, haremos lo que les He pedido, antes del momento de la Comunión Espiritual, en la que este Cáliz inmaterial estará atento a sus ofrecimientos: ofrecerán la adoración a Mi Eucarístico Corazón, para que el Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico reciba las ofrendas de los corazones.

Es así que Yo los bendigo en esta nueva etapa y en este nuevo ciclo, en los que Mi Amor deberá ser llevado a las naciones del mundo. Recuerden esto: el Amor de Nuestros Sagrados Corazones deberá ser llevado al mundo y a las naciones que más lo necesitan. No lo olviden, porque los próximos meses serán definitivos para evitar más sufrimiento en la humanidad y en el planeta.

Adoremos a Dios, el Creador, a través de Su Hijo Primogénito, el Señor de Israel.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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