Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN PRZEMYSL, POLONIA (FRONTERA CON UCRANIA), AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 118.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como los últimos rayos del atardecer, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Como el viento que hoy acaricia sus rostros, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Como el día que se recoge para mañana comenzar uno nuevo, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Y les aseguro que a muchos les costará poder reconocerme, porque Yo vendré con la misma Faz que una vez les revelé a Mis apóstoles en el Monte Tabor, y todo aquello que guardaba su Maestro como secreto en Su Corazón será revelado.

Por eso, hoy Yo les digo: “Estén atentos y vigilantes, porque Mi hora se acerca”, y Mi Presencia Sacerdotal no podrá pasar desapercibida para ninguno de ustedes; porque, así como hoy Yo vengo en Divinidad a encontrarme con ustedes, así Yo vendré en Gloria a reencontrarme con Mis compañeros.

Pero antes de que los cielos se abran y las nubes se aparten, Mi reaparecimiento se dará en el mundo, y esto será gradual en todo el planeta. Porque no habrá lugar en donde Yo no pueda estar, al contrario, el Hijo de Dios podrá estar en todas partes al mismo tiempo y, así, se cumplirá una vez más la Ley de la Omnipresencia en la humanidad y en la Tierra, así como lo fue para el antiguo pueblo de Israel que escuchó de cerca la Palabra de Dios, así como lo fue para los profetas que escucharon el Llamado de Dios.

Mi Retorno dejará de ser un misterio para pasar a ser una revelación.

Y hoy, Yo vengo aquí, a las cercanías de Ucrania, a dar este Mensaje; porque, después de ver tanta sangre inocente siendo derramada en ese país, el Señor de Israel se presenta a esa nación y al mundo entero para anunciarles que, en estos grandes tiempos de tribulación, se acerca la hora del Retorno del Hijo de Dios y, así, se cumplirá la promesa que una vez fue hecha en lo alto del Monte de los Olivos.

Porque, en esa hora, todos los sellos del Libro del Apocalipsis ya estarán abiertos, y el séptimo ángel de los Coros de Dios ya habrá hecho sonar la última trompeta, para que el último sello del Libro del Apocalipsis esté abierto.

La gran puerta de Mi Divina e Insondable Misericordia se convertirá en la gran puerta de Mi Gloria y de Mi Gracia para el mundo entero. Porque, Yo reapareceré a pequeños grupos de almas en el mundo entero, así como lo fue en el camino de Emaús, en donde volví a consagrar y a partir el pan para compartir Mi Glorioso Cuerpo con los Míos. De la misma forma lo haré, como en el tiempo anterior, así podrán reconocerme cara a cara y sabrán que Soy Jesús, el Cristo Glorificado, el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús.

Yo vengo a dar este Mensaje de esperanza especialmente a Ucrania; para que su pueblo, al que le fue arrebatada su fe y su confianza en Dios, recupere esa esperanza y esa fe en el Padre, recupere la confianza de ser dignos Hijos de Dios, en el Cielo como en la Tierra.

Yo no Me opondré a las armas, Yo Me opondré a Mis enemigos para convertirlos y redimirlos; así como su Maestro y Señor, durante los tres días en el Sepulcro, mientras Su Divino Cuerpo era restaurado y reparado, la Divina Alma de Jesús redimía, en los infiernos más profundos del planeta, a los que estaban condenados y perdidos, a los que ya no veían la Luz con sus propios ojos. De la misma forma, así lo haré, de una forma tal vez desconocida por la mayoría, pero eso se cumplirá, es Mi Palabra.

Será el gran momento de la redención del mundo, cuando por el precio de la Preciosísima Sangre derramada de Jesús, respondiendo a los Comandos de Cristo, los ángeles de Dios volverán a descender a la Tierra, así como lo hicieron en lo alto del Monte Calvario para recoger, con la Divina y Santa Madre, la Sangre de Jesús.

Así, volverán al mundo para derramar la Preciosa Sangre de Jesús en todos los Sagrarios que fueron profanados y ultrajados en el mundo.

Y así, se restablecerá la Luz en la humanidad y todo comenzará a convertirse, no por obra de un milagro, sino por obra del Espíritu Santo que congregará a los 144 000 de los cuatro puntos del planeta, los llamados Hijos de Dios, los que se han sacrificado por Mí a través de los tiempos y de las generaciones para dar testimonio de Mi Palabra y de Mi Sacerdocio, para todos los que estuvieron Conmigo a los pies del Santísimo Sacramento del Altar para adorarme y reconocerme como el Camino, la Verdad y la Vida.

Así, Yo los reuniré a todos como en el principio, así como en el Edén, Dios reunió a Adán, a Eva y a todas las pequeñas criaturas de los Reinos de la Naturaleza para decirles que deberían amar a Dios por sobre todas las cosas para estar bajo Su Ley, Su Amor y Su Luz. Y así, dentro de Sus Leyes, todos fueran felices como los ángeles son felices en el Reino de los Cielos.

Por eso, prepárense y no duerman. No quiero ver a Mis apóstoles dormidos mientras el Señor llega como un Vigía, como el Guardián de los Portales de la Luz, para decirles que la hora ha llegado en la profunda noche del invierno de este mundo, en la que la indiferencia sustituye al amor, en la que el mal intenta sustituir a la paz.

El Señor del Universo bajará del Cielo, así como los ángeles bajan del Cielo para ayudar a las naciones y hoy, en especial, para ayudar al ángel de Ucrania, para que sea ayudado por las oraciones misericordiosas de todos ustedes; a fin de que el martirio, la esclavitud y la guerra sean disipados de este mundo, a fin de que ninguna arma más sea activada para lastimar al semejante. Esta es la gran causa de Mi Presencia en las cercanías de Ucrania.

Así como los ángeles del Cielo están presentes Conmigo en esta tarde que se recoge, así quiero y deseo que estén también sus corazones y no sus emociones; porque Yo quiero a los corazones imperfectos, pero los quiero verdaderos, a los que se arriesgan a buscar la pureza aun estando en este mundo, a los que no le temen a la superación de sí mismos, a los que no retroceden, a los que no dudan, a los que no son tibios.

Yo busco a los corazones definidos, aunque imperfectos. Busco a los que decidan seguirme hasta el final; porque Mi hora ya está contada, compañeros, y el mundo y la humanidad no pueden continuar como están.

¿Quién seguirá, junto a Mí, cargando el madero de la cruz planetaria?

¿Quién dejará de ser negligente, para ser responsable en Cristo y por Cristo?

Cada vez que Yo vengo al mundo, como en este día, debo recordarles estos principios para que no los olviden; porque el voto de su amor por Mí no podrá disolverse por ninguna circunstancia ni por ninguna situación.

Si no reflexionan sobre todas estas cosas, ¿por qué están aquí?

La Luz de Mi Misericordia aún sigue descendiendo al mundo, aunque no se perciba. Pero en algún momento, esa Luz se recogerá para que la humanidad viva por sí misma su propia definición, así como su Maestro, Cristo Jesús, la vivió en el Huerto Getsemaní.

Que esto no se interprete con un abandono. Dios hace de los corazones imperfectos corazones maduros, corazones consecuentes y disponibles, para que algún día sean corazones incondicionales, que tienen claro, en el centro de su ser, el Propósito que vinieron a cumplir.

Mientras las guerras se desarrollan en el mundo, mientras la sangre inocente sigue siendo derramada bajo la impunidad y el falso poder, mientras millones de niños mueren de hambre y de enfermedad en África, ¿quién será capaz de estar en Mí para siempre?, para que Yo pueda estar en él para siempre, y obrar y trabajar sin nada a cambio, así como Yo lo hice muchas veces en muchos santos, mientras Yo lo necesitara.

¿Comprenden así, en lo más profundo, la vida crística, el espejo que Cristo necesita en la Tierra, a través del corazón humano, para poder reflejar Sus aspiraciones y voluntades?

No vengo aquí a perder el tiempo, vengo aquí como un Mensajero de Dios por una emergencia; porque Mi hora se está terminando, Mis Apariciones se estarán recogiendo, porque es la hora de cada uno de ustedes, compañeros.

Yo los acompañaré en espíritu si Me lo permiten, así como acompañé a Mis apóstoles en el gran tiempo de la evangelización.

¡Oh, herida Ucrania! A pesar de estar siendo cercada, no pierdas la luz de tu fe, pilar sagrado de la confianza; porque vendrá el tiempo de la liberación de tu esclavitud, así como el pueblo de Israel fue liberado. El desierto acabará, la oscuridad desaparecerá y llegará el tiempo de la reconstrucción espiritual y física.

Amadas almas de Ucrania, elévense hacia Mí. Ingresen en las entrañas más profundas de Mi Misericordia, que Yo las aliviaré y las fortaleceré en esta difícil hora. Mis Rayos de Luz y Misericordia están sobre ustedes.

¡Levántate Ucrania y no retrocedas!

Yo estoy aquí para curarte. Yo estoy aquí, Ucrania, como tu Paz.


Nunca se olviden de los que sufren la guerra, porque si algún día ustedes lo vivieran, van a querer que alguien se acuerde de ustedes. Cuando el miedo los abrace y la disociación los perturbe, van a clamar por alguien que ore por ustedes.

¿Ahora, comprenden el motivo de Mi Retorno al mundo?

Que esta próxima Maratón de la Divina e Insondable Misericordia sea una Maratón de oración, que les haga sentir en el corazón la necesidad de orar por este mundo y especialmente por los que sufren las guerras y los conflictos.

Una vez más, estaré atento a la voz de sus súplicas, porque lo necesito. Mis Oídos estarán atentos. Mi Corazón estará atento. El Sagrario de Mi Corazón estará expuesto a todos los que oren Conmigo en esta Maratón de oración.

Quiero saciar la sed de los afligidos.

Quiero calmar el llanto de los niños desprotegidos.

Quiero tener en Mis Brazos a los no nacidos.

Quiero levantar del suelo a los ancianos.

Quiero fortalecer la vida de las madres de la guerra y, en especial, a las madres que viven la guerra en sus familias.

Quiero restablecer la unidad en todos los seres.

Soy el Manantial que quita la sed.

Que vengan a Mí los que están desesperanzados.

Que vengan a Mí los que se sienten solos.

Que vengan a Mí los que han pecado, porque Mi Amor es capaz de transformarlo todo. Yo no los juzgaré con una vara, Yo les enseñaré sobre la rectitud de la Ley, Yo les abriré la puerta de Mi Misericordia, así como Yo les abro la puerta de Mi Insondable Misericordia a Ucrania y a las sometidas naciones de África.

Les estaré agradecido si responden a Mi Llamado, en esta especial e inusual Maratón de la Divina Misericordia.

Recuerden que Mi tiempo está terminando y aún la demanda de este mundo es muy grande.

¿Quiénes serán los apóstoles que se perfilarán para acompañar al Señor sin nada a cambio?

Imparto Mi bendición a Ucrania y al mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA FRONTERA ENTRE RUSIA Y FINLANDIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ríos de sangre inundan la superficie de la Tierra; así como este océano, frente a sus ojos, inunda la vida.

¿Quién se hará cargo del precio de la inocencia que fue destruida?

¿Quién se hará cargo, hijos Míos, después de que la Preciosa Sangre de Mi Hijo fue derramada, gota a gota, para poder redimir y salvar al mundo?

Hoy, Yo vengo hasta Rusia, también como la Madre de esta nación, que tiene otro Propósito Espiritual y no el que está manifestando en estos tiempos.

Si todas las naciones del mundo hubieran cumplido su Propósito Espiritual desde el principio, les aseguro, hijos Míos, que no existiría la guerra, el hambre, el exilio ni la impunidad.

Pero este Proyecto de Dios, en la superficie de la Tierra, se desvió del camino que estaba previsto. Por eso, Dios Padre nos envía al mundo como Sus Mensajeros a despertar la consciencia de la humanidad.

¿Cuánto más deberá suceder en esta superficie, hijos Míos, para que algo cambie en el ser humano?

Aunque la mayoría no tiene la responsabilidad de las decisiones equivocadas que toman muy pocos y que repercuten en millones de almas en el mundo, Yo les pido, Mis amados hijos, que su escuela profunda de oración, en estos tiempos críticos y desafiantes, se profundice aún más, para que esta escuela de oración, que es una invocación permanente al Reino de los Cielos, pueda tocar el Corazón de Dios, un Corazón ofendido y lastimado por Sus Hijos.

Pero Yo vengo a ofrecerle al mundo el Relicario de Mi Corazón Inmaculado para que las almas ingresen a Dios a través de Mi Corazón, y las situaciones difíciles y complejas que se viven en estos tiempos puedan ser reparadas por la oferta de las almas buenas, de las almas que buscan a Dios incesantemente, de las almas que viven el don del Temor de Dios, no como una justicia, sino como la imperiosa necesidad de estar en Él y por Él, sirviendo en esta superficie de la Tierra.

Aún las armas siguen siendo activadas. Aún los hombres viven en la guerra, y las almas que, en esta superficie, están bajo esas difíciles condiciones de vida, se atemorizan y se aterrorizan por lo que escuchan y por lo que ven, día a día; desde Mis hijos más pequeños que son los más inocentes y puros, hasta Mis hijos más adultos y ancianos que están sometidos por la soberbia y por el poder de unos pocos.

Infelizmente, en este mundo existe una red infernal que condiciona a muchas poblaciones del planeta; pero esto no podrá seguir así, hijos Míos, porque los signos del parto planetario siguen aumentando. La Tierra seguirá temblando, los volcanes seguirán erupcionando, la naturaleza mostrará su furia y su poder por no haber sido cuidada y respetada.

¿Ustedes se imaginan, hijos Míos, tan solo por un momento, cuántos estarán bajo esta condición?

Solo nos resta orar de corazón y de verdad, sin permitir que ni un solo día deje de ser permeado por la luz de la oración.

Como Madre de la oración perpetua, que reza por todos Sus hijos del mundo; como Madre de la Misericordia, ante tantas injusticias y errores; como Reina de la Paz, ante tantos conflictos y guerras que son cometidos; Yo vengo a pedirles, hijos Míos, una vez más, que atiendan al apelo de Mi Corazón, porque les aseguro, queridos hijos, que muy pocos están preparados para el final de los tiempos; tan pocos están preparados como el número de ángeles que hoy Me acompañan.

¿Comprenden la urgencia de estos tiempos?

No vengo a darles temor ni miedo, porque eso no es de Dios. Hoy, vengo a rogar, de rodillas, para que Rusia se convierta a Mi Corazón Inmaculado, para que no se cumpla el Tercer Secreto de Fátima, para que la maldad y la impunidad no se siga expandiendo en el mundo.

Mi Corazón Espinado es presionado por las espinas del dolor de Mis hijos y Mi Corazón derrama la Sangre en este día, así como Mi Hijo derramó Su Sangre en la Cruz.
Que esta Sangre, que derrama el Corazón Inmaculado de María, sea reparada por la oración sincera de Sus hijos, los que ya saben que orar no es una obligación, los que ya saben que orar es una necesidad y una emergencia, porque bajo la luz de la oración estarán protegidos y amparados por Mi Manto de Luz inmaterial y universal.

Mis Manos hoy no dan abasto para ayudar a todos los que necesitan. Las huestes de Luz, sagrados ángeles del Padre Eterno, tampoco dan abasto para atender tantas emergencias y necesidades que no son solo físicas, sino también son espirituales, porque las necesidades espirituales son las más urgentes.

¿Quién se decidirá a dar el paso para asumir, junto con la Madre de los Dolores, esta cruz planetaria?

¿Quién ya no se distanciará más de la cruz y será el nuevo cireneo que, a través del silencio, de la persistencia y de la fe, cargará junto con Mi Hijo todos los pecados del mundo, con la ardiente aspiración de ayudar al Señor?

¿Quién se decidirá, de una vez y para siempre, a ser un espejo de la oración en la Tierra, a entender que ya no es el tiempo del egoísmo y del individualismo, a entender que ya es el tiempo y ya es la hora del “nosotros”, en los que vibra toda la Hermandad Celestial?

Con pesar, los errores seguirán siendo cometidos en el mundo, y esto será así hasta que Mi Hijo retorne. Él lo sabe. Él lo observa en Su más absoluto silencio; pero Su Amor no juzga, Su Mente no cuestiona, Su Gobierno Espiritual no presiona, Su Luz irradia, Su Compasión se establece más allá de las fronteras de este plano material.

Pero no pierdan la fe, afirmen en ustedes la Divina Esperanza. El mundo necesitará, cada día más, que existan buenos instrumentos de Dios, para que Su Amor se deposite y Su Luz se derrame en todos los tabernáculos de la Tierra, que son las almas sinceras que se ofrecen para entrar en comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en la ciencia sagrada de los Sacramentos y de la sublime adoración al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.

Que todos los Santísimos se abran, en estos tiempos, para que la Luz de Cristo se multiplique en el mundo, para que el equilibrio se establezca, para que la paz colme los espacios y las consciencias.

Como Madre de Rusia, les pido que oren por la religión de este país, tristemente condicionada, vacía de espíritu por sus compromisos que no son con Dios. Muchas, pero muchas almas dependen de esto.

Ahora, ¿entienden Mi aflicción? Ahora, ¿sienten Mi Corazón?

Les agradeceré por atender a Mis pedidos espirituales, porque no tienen que hacer nada diferente de lo que ya hacen. Solo deben ser más conscientes de la realidad y del tiempo de emergencia, para que las naciones no se sigan comprometiendo con el mal y para que millones de personas no estén bajo esta condición.

Yo vengo a pedirles, una vez más, que oren por la consagración de Rusia a Mi Corazón Inmaculado.

Hoy, vengo aquí a dar este Mensaje especial porque Dios Me lo ha permitido. Haré todo lo que sea posible y un poco más por Mis hijos, a fin de que no pierdan la paz y la unidad con el Padre Eterno.

Ahora, su Madre Celeste se recogerá en el silencio y, así, invita a Sus hijos a recogerse en el sagrado silencio, para que Mis Palabras no pasen desapercibidas ni las almas las olviden de un momento para otro, porque es Dios que Me envía a dar este Mensaje, es la Voz de Dios que resuena a través de Mis Palabras y de Mis Labios, para que Su Amor haga eco en el mundo.

Les agradezco por estar hoy aquí Conmigo, en este lugar, rezando de rodillas junto con la Madre de Dios.

Que el Amor y la Luz de Mi Hijo los bendiga a todos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL MAR DE GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 7 DE ABRIL, SEXTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Hijo de Dios se dejó morir en la Cruz para que naciera el Árbol de la Vida y las doce tribus de Israel, hoy expandidas por todo el planeta en los cuatro puntos cardinales, pudieran volver a recuperar los atributos primordiales del Proyecto Sagrado de Dios.

Después de la entrega de Cristo en la Cruz, después de haber sido traspasado Su Costado y haber derramado Agua y Sangre por las almas, después de haber derramado Su Preciosa Sangre en cada paso del Calvario, aún en este tiempo presente de la humanidad es necesario corregir a la raza de superficie. Porque, a través de estos tiempos definitivos y caóticos, el antiguo pueblo de Israel, a través de sus doce tribus, ha perdido los valores espirituales que lo formaron y lo constituyeron como un sagrado pueblo original.

Por eso, hoy, llevo sobre Mi Pecho, en el centro de Mi Cardíaco Espiritual, la Sagrada Estrella del Rey David, que es la revelación cósmica de la unión de Dios con el hombre y del hombre con Dios, en perfecta alianza, armonía y paz. Y en el centro de esta Sagrada Estrella cósmica y espiritual, el Señor de Israel lleva los doce principales atributos de las tribus de Israel guardados en Su Corazón, los que en estos tiempos precisan ser reconfigurados y precisan ser redimidos a través de las almas que necesitan retomar su camino espiritual y de evolución.

Por eso, hoy, una vez más, el Señor de Israel se presenta a ustedes y al mundo entero para reconstruir todas las cosas que están perdidas, para redimir a las almas que están distantes de Dios, para renovar la matriz espiritual de este Proyecto Genético, un Proyecto que fue una vez pensado por el Padre Eterno a través de los Elohim.

Proyecto que, como ustedes saben, comenzó en el Génesis y que, desde el Génesis hasta el presente, después de tantos errores y acontecimientos vividos por las diferentes civilizaciones humanas, en este tiempo presente ha llegado la hora, ha llegado el momento, que este Proyecto Original sea reconfigurado y redimido, a través de la sincera conversión de los corazones a la Fuente Purísima del Amor-Sabiduría de Cristo.

Por eso, hoy, desde los cielos de Israel y a través de Mi Iglesia Espiritual, el Señor vuelve a consagrar al mundo, el Señor vuelve a abrirles la puerta de la redención a las almas que lo necesitan y, ante la Ley de la Justicia Divina y Universal, los ángeles y las huestes que hoy Me acompañan sobre Israel, desde Jerusalén hasta el Mar de Galilea, estos ángeles de Dios, benditos siervos incansables del Padre Eterno, escriben en sus libros de Luz, este momento de síntesis que todos los mundos internos del planeta están viviendo ante el Señor de Israel.

Mundos internos que son llamados a vivir una síntesis a través de tres atributos: el atributo de la redención, el atributo de la reconciliación y el atributo de la consagración; escuelas internas que, en esta hora, son ofrecidas por última vez para que las almas aprendan a dar el paso seguro hacia Mi Corazón, para que la matriz cósmica que constituyó este Proyecto Genético en la superficie sea renovada por el Señor del Árbol de la Vida, y los frutos de la redención y de las virtudes de las almas buenas sean ofrecidos a los Tronos del Padre Eterno, a fin de que el castigo que debería recibir el mundo, debido a la acción de la soberbia, de la indiferencia y de la crueldad, se detenga.

Pero, hoy, las almas, en los mundos internos de Mi Iglesia Espiritual, desde el sagrado cielo de Israel, tienen la Gracia y la última oportunidad de vivir su juicio espiritual antes de que lleguen el tiempo y la hora del Retorno de Cristo.

Porque así como las doce tribus de Israel fueron llamadas a reconocer y a adorar al Dios Vivo a través del Arca de la Santa Alianza; así, el Señor del Árbol de la Vida convocará y llamará a las almas de los cuatro puntos de la Tierra en lo alto del sagrado monte de este mundo para vivir el gran momento que fue anunciado por Mí; en el que la Misericordia separará la paja del trigo para que este planeta y este Proyecto comiencen de cero, llevando en sus esencias los aprendizajes vividos, pero también los momentos compartidos con el Señor.

Hoy, las doce últimas tribus del planeta, emanaciones de las principales tribus de Israel, a través de sus insignias sagradas, de los símbolos sagrados que identifican y que reconocen a cada una de las tribus, símbolos reflejados en el centro de Mi Cardíaco, en el Centro de la Sagrada Estrella Cósmica y Universal; como humanidad tienen la Gracia de retomar el camino hacia la Casa del Padre Celestial, para ofrecerse incondicionalmente para que este Proyecto Humano siga adelante y no sea descartado, sino que sea rescatable y dé continuidad a lo que aún no cumplió ni vivió.

Por esa razón, Yo morí en la Cruz. Esto es parte de uno de Mis grandes misterios espirituales: que el Señor del Árbol de la Vida se dejó morir en la Cruz para que el Proyecto y la matriz de esta humanidad resucitaran al tercer día y, a partir de ese momento y en adelante, todo fuera renovado y redimido.

Y aunque el mundo en estos tiempos está lleno de errores, de injusticias y de indiferencias; el Señor de Israel se sirve de las almas buenas y devotas, de las almas que reconocen al Padre Eterno a través de Su Hijo Amado en el Santísimo del Altar, como en la esencia oculta de los Sacramentos.

Allí están las llaves que ustedes necesitan para que el mundo comience de nuevo. El Legado que les dejó su Maestro y Señor no fue en vano. Este Legado y esta Gracia inexplicable e inextinguible se perpetúan a través de las almas que viven y aceptan los Sacramentos.

Hoy, le pido al mundo entero y en especial a las almas despiertas que contemplen la Sagrada Estrella en el Centro Cardíaco del Señor, que vean dentro de ella los doce atributos de las tribus de Israel y que reconozcan en este momento el sagrado impulso cósmico que Yo les traigo, para que sus orígenes sean reconfigurados y reciban a través de Mi impulso espiritual la Gracia de comenzar de nuevo como una humanidad más justa y fraterna, equitativa y pacífica que esté en comunión con las Leyes Superiores para poder estar en comunión con los Cielos.

Así, Yo les hago reconocer el valor de su cruz interior; así, como el Señor de Israel que, en cada paso del Calvario, reconoció la Cruz de los pecados y no reclamó en ningún momento, sino que la besó, la abrazó y la aceptó como la propia Cruz.

Así, en esta hora, Yo los invito a aceptar la cruz que no les pertenece; esta pesada cruz planetaria que muy pocos quieren cargar por miedo, por ignorancia o por indiferencia.

Pero si confían en Mí, les aseguro que sabrán llevar esa cruz silenciosamente y anónimamente; porque nunca serán héroes a los Ojos de Dios, sino abnegados servidores en la superficie del planeta que encuentran su fuerza espiritual e interior en las Llagas de Cristo y, especialmente, en la Llaga de Su Costado, afluente incansable de la Misericordia Cósmica, Rayos de Agua y de Sangre que justifican y consagran a las almas. Rayos de Gracia que una vez más se donan al mundo en esta hora, para que el Proyecto Genético de esta antigua civilización humana vuelva a ser considerado por los Señores de la Ley, aquellas Sagradas Consciencias que son la Ley en sí mismos, y que guardan y resguardan, con amor, los Principios del Padre Eterno.

Por eso, es hora de que contemplen el descenso de las Leyes Superiores porque, en un momento inesperado, esas Leyes se detendrán, para que den paso al Retorno de Cristo, el Señor de Israel; y así, Yo pueda volver a encontrarme con los Míos.

Les dejo este Mensaje como una sagrada enseñanza de Misericordia, de Amor y de Perdón.

Les dejo este Mensaje a los corazones valientes, porque Yo no solo Me ofrezco como el Árbol de la Vida para que, a través de Mí, ustedes den frutos en abundancia; sino también Me ofrezco como Puente de Luz Celestial para que las almas lo crucen a pesar de los abismos planetarios y, así, ingresen a la nueva Consciencia Mayor que será revelada por el Padre Eterno, a través del Retorno de Su Hijo.

Aún estamos a tiempo de poder recuperarlo todo, aún estamos en tiempo de Misericordia.

Hoy, desde el Sagrado Monte Calvario donde, en los planos espirituales, se enciende y se ilumina la Estrella de la unión entre el hombre y Dios; en este Monte desde donde se expande la Consciencia Crística, a través de la presencia de la Sagrada Cruz del Redentor; bendigo, en el nombre de Israel, todas las cruces que Me han traído, para que ellas sean un símbolo de fortaleza en las almas, de amor al sacrificio y de un servicio resignado por Cristo, a fin de que triunfe el Amor Consolador en ustedes y en el mundo entero.

Que la cruz no sea un símbolo de temor. Que la cruz sea el símbolo de la trascendencia y del amor, de la superación de ustedes mismos en estos tiempos finales.

¡Alabados sean Israel y el mundo!

Que las almas despierten a esta Gracia que hoy les he traído, para que todo sea renovado y reconsagrado, a fin de preparar a los corazones para los Mil Años de Paz.

En este nuevo día de la Sagrada Semana, les agradezco por estar Conmigo en honestidad y, sobre todo, por estar Conmigo de corazón.

Dios les conceda siempre Su Paz, a través del Sacratísimo Corazón de Jesús.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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