MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL TERCER CENÁCULO DE LA HERMANDAD DE JESÚS, EN CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Donde haya un alma que ore de corazón, allí estará el Corazón de Dios, respondiendo con Gracias a las súplicas de Sus Hijos.

Donde haya un alma en oración, allí estará el Corazón de Dios, encontrando consuelo en lo profundo de los corazones de Sus Hijos.

Donde haya un alma en oración, allí estará Dios, recogiendo cada cuenta y cada canto, cada plegaria y cada alabanza, para interceder por las almas perdidas y crear un camino para que retornen a Su Corazón.

Donde haya un alma en sincera y verdadera oración, allí estará Dios, abriendo en su interior un canal intercesor, a través del cual los Rayos Inmateriales descienden a la Tierra para equilibrar los desequilibrios del mundo y conceder paz a los conflictivos corazones de los hombres.

Donde haya un alma en sincera y verdadera oración, transparente ante su Creador, en humildad y confesión orante ante Dios, allí, hijos, estará Su Corazón, acompañando cada palabra y cada intención, cada silencio y cada pensamiento, porque tan grande es el Amor del Creador por Sus Criaturas que constantemente espera y con Amor aguarda las oraciones suplicantes de Sus hijos.

Que sus bocas siempre pronuncien oraciones.

Que sus corazones siempre se vuelvan hacia Dios.

Que sus intenciones estén dirigidas hacia el Propósito Divino.

Que sus vidas estén direccionadas hacia la Voluntad Mayor y, así, sus seres siempre encontrarán respuestas, los conflictos de la vida les traerán equilibrio, las pruebas de la vida les traerán ascensión, sus miserias les traerán humildad, y todo lo que la dualidad pudiera traerles, como consecuencia a sus vidas, se convertirá en un paso en dirección al crecimiento humano y espiritual, para que siempre se aproximen más al Pensamiento Divino.   

Así como su Creador, hoy escucho sus plegarias y estoy siempre atento a la voz de sus súplicas; y con sinceridad, hijos, les digo que haré todo para que el Propósito Divino se establezca en ustedes y a través de ustedes en la vida humana.

Jamás dejen de orar, jamás dejen de suplicar. El diálogo con Dios será su puerto seguro en la transición planetaria, porque Él mismo los guiará de la mano al establecimiento del nuevo ser sobre la Tierra, siempre y cuando no desistan y en oración se mantengan siempre unidos a Aquel que sabe y Es la propia Verdad.  

Tengan Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo