Viernes, 30 de junio de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Coloquen en el Corazón de Dios todas sus aspiraciones y proyectos, todos sus anhelos y deseos de manifestación, todas sus tareas y responsabilidades; y sepan, hijos, que, antes que todo esto, sus obras reflejan lo que ustedes son.

Antes de demostrarle al mundo sus obras y acciones, demuéstrenle al mundo la verdad de sus corazones, porque es el amor verdadero en el corazón de los discípulos de Cristo lo que manifiesta el rescate de las almas y el propósito de la consciencia humana. Es la transparencia, dentro y fuera de sus seres, lo que hará que las almas reconozcan la Presencia Divina en todo lo que hacen.

Y para que sus obras hablen de Dios y no de los hombres, precisan estar imbuidas de un propósito transparente de transmitirle Dios al mundo, y no las destrezas humanas.

Este es un tiempo de grandes competiciones, en el que las energías planetarias incitan a las consciencias a producir y a demostrar sus destrezas a todos a través de sus acciones. Pero cuando Cristo le habló a la humanidad de que "por sus frutos los reconocerán", hablaba de los frutos del espíritu y del corazón, de los frutos de la transformación de las almas, de los frutos de la capacidad de Sus discípulos de transformar la condición retrógrada de la humanidad a través del Amor Crístico e impregnar todo lo que hacen de ese Amor.

Por eso, los reconocerán: por el amor que emanan, por el Espíritu Santo presente en todo lo que manifiestan. Ahí está el secreto de la conversión y de la transformación de los seres.

Para atraer a las almas hacia Dios, no bastan solo acciones concretas, sino acciones impregnadas por el Espíritu. Es así, hijos, que verán llegar a las almas que están aguardando no solo el tiempo y la hora de despertar, sino también que sus corazones estén prontos para ser lo que Dios necesita de cada uno de ustedes, y que así ya no sean solo ovejas en el rebaño del Pastor, sino también sean Sus compañeros, los que aprendieron a ser pastores con Él, para llevar adelante Su Obra verdadera, que habla mucho más de lo que está adentro de ustedes que de lo que está afuera.

Entiendan con esto que no estoy desmereciendo el poder de las acciones; pero, en un tiempo en el que el mundo los llama solo hacia afuera y hacia lo que es superficial, Yo les advierto que no se olviden de mirar hacia su propio corazón; y sepan que las acciones vacías no construyen el Plan de Dios; pero que las acciones plenas del Espíritu Santo multiplican la acción del Creador en las almas.

Por eso, antes que nada, oren y den valor a la vida espiritual, den valor a la transformación de la consciencia, den valor al silencio, a la humildad, a los dones y virtudes del Espíritu más que a las destrezas de la mente, y así comprenderán lo que les digo.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,
 
San José Castísimo