Viernes, 24 de noviembre de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras el mundo se agita y las guerras no parecen cesar, sino que se expanden y se multiplican; Yo les digo, hijos: No pierdan la esperanza. Ha llegado el tiempo del Señor.

Cuando la belleza de un planeta azul parece no tener sentido, porque los corazones de los hombres no consiguen expresar la belleza que habita en el propio interior y así se destruyen no solo a sí mismos, sino también a la expresión de la Tierra; Yo les digo, hijos: No pierdan la esperanza. Ha llegado el tiempo del Señor.

Cuando la historia del universo parece repetirse en la Tierra y la humanidad comienza a querer manifestar su autodestrucción; Yo les digo, hijos: No pierdan la esperanza. Ha llegado el Tiempo del Señor.

Cuando el mundo esté oscuro, sean la luz del mundo.

Cuando falte amor en la superficie de la Tierra, multipliquen el amor dentro de sus corazones.

Cuando ya no haya comunión con la naturaleza, esfuércense día a día para que sus vidas sean la expresión del respeto y de la comunión con todos los Reinos.

Coloquen sobre la mesa del mundo lo que le falta, para que las almas puedan saciar su hambre y su sed espiritual y, así, renacer.

Coloquen sobre la balanza de la justicia lo que falta, para que la Misericordia pese más que los ultrajes del mundo y los méritos de sus vidas siempre les concedan a las almas una nueva oportunidad, aunque no la merezcan.

Sean el equilibrio para un planeta que colapsa y vivan día a día la batalla interior para no sucumbir a la condición retrógrada de la humanidad, para vencer la competición entre hermanos, la necesidad de poder sobre los demás, la necesidad de reconocimiento y de vanagloria; para que, de adentro hacia afuera, sean capaces de transformar la condición humana.

Sean ustedes mismos la pieza que falta en el tablero de los Planes Divinos para que Su Proyecto se cumpla, aunque no todas las almas que se comprometieron con ese Proyecto estén despiertas.

El mayor esfuerzo, hijos, es interior, allí donde se gesta la verdadera expresión de sus seres. Es en la sala de oración de la consciencia en donde entran en diálogo con Dios y consigo mismos para definir seguir el camino evolutivo a cada instante.

El mayor esfuerzo, hijos, no será hacer más allá de sus capacidades humanas. El mayor esfuerzo será ser lo que fueron pensados para ser y, así, vivir los atributos y virtudes divinas que les darán la verdadera fuerza para seguir adelante.

De lo profundo de sus seres, de la sinceridad de sus corazones, de la transformación de sus consciencias en lo que Dios pensó para sus vidas vendrá la posibilidad de vivir lo imposible, de allí vendrá la Gracia para ir más allá.

Por eso, ya no miren hacia afuera, sino hacia adentro; y, de adentro hacia afuera, vivan el Propósito Divino.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo