Miércoles, 20 de abril de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE PORTO ALEGRE, RS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para que comprendas verdaderamente la urgencia de los tiempos y encuentres un camino real para la vivencia de lo que te digo, es necesario que te permitas profundizar en tu mundo interior. Si no fuera así, siempre tendrás las instrucciones e informaciones sobre estos tiempos, sabrás mentalmente que esas instrucciones son ciertas y no las cuestionarás. Sin embargo, hijo, tu corazón no vivirá conforme lo indica la necesidad y no te tornarás el instrumento que el Creador necesita de ti.

Podrás, hoy, hacer muchas cosas que son de ayuda para la humanidad, pero Dios necesita, por tu intermedio, convertir patrones milenarios degradados en la consciencia humana, para que a partir de ti nuevos principios vivan dentro de los hombres y una Nueva Raza despunte en el horizonte de este mundo.

Ese pensamiento de Dios no es solo un ideal, es una necesidad urgente. Muchos lo saben y concuerdan con eso, sin embargo no comprendieron que también deben transformar en sí esos patrones degradados.

Si la consciencia humana no ve un ejemplo delante de los propios ojos, ella no se transforma ni se despierta. Es por eso, hijo, que te llamé para cumplir con esa misión, porque sé que puedo hacerlo. Yo conozco el Poder de Dios latente en tu interior, mientras que tú apenas conoces la fuerza de tu personalidad y, tal vez, de tu alma.

Sé que escuchas estas palabras y sientes que pesa sobre ti una responsabilidad que la humanidad no quiso asumir. Ahora debes comprender que tu compromiso es con Dios y que no debes esperar que otros hagan por ti lo que a ti te corresponde hacer.

Si lees estas palabras y sabes lo que Yo te digo, entonces, hijo, no es a quien tienes al lado al que Yo Me refiero. Mientras la mayoría retrocede, te llamo a la evolución. Tú deberás ser como una lanza que no solo rompe las barreras de los viejos patrones, sino que también soporta las corrientes contrarias y supera esos patrones en sí misma.

Trata de estar más con Dios, hijo. Acepta con alegría la soledad espiritual. Esa es la única forma de que comprendas y vivas lo que te digo.

No te preocupes tanto en cómo responderán los que están a tu alrededor. Vívelo tú primero, y detrás de ti se abrirán los caminos.

Te dejo Mi bendición.

Aquel que le habla a cada uno y a todos los que saben oír,

San José Castísimo