Sábado, 9 de marzo de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR MARÍA, REINA DE LA PAZ AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Queridos hijos Míos:

Con alegría y regocijo recibo hoy vuestros corazones y vuestras oraciones en Mi Reino.

Queridos hijos, la semana venidera los invito a contemplar la importancia de vivir en la unidad entre los corazones, como también entre las tareas que ustedes realizan diariamente; porque solo alcanzarán esa unidad a través de vuestra santa y devota oración.

Queridos hijos, Mi Corazón clama para que en este tiempo sean Uno solo, como lo fue Mi Maternidad con Jesús.

Hijos Míos, el Padre observa vuestros grandes y pequeños esfuerzos diarios. Yo, como Madre, los llamo a redoblar la oración por la salvación de los Reinos y de esta humanidad. Con la venida mensual y semanal de Mi Espíritu Materno de Amor, los preparo en el silencio para la venida esperada de Mi Hijo; Él aguardará hasta que la última alma de este mundo haya despertado al Amor Omnipresente de Dios.

Hijos amados, los tiempos cambian y las consciencias también, por eso no juzguen, no observen, no hagan ningún comentario por mejor que parezca, porque Dios está queriendo rescatar a todos los que están en lo correcto y a los que han fallado en la fidelidad para con Él.

Hijos Míos, como Madre de la Misericordia, los espero en la oración, en la oración individual como en la oración familiar, ¡no pierdan tiempo Mis pequeños!, sepan que Dios escucha la voz de vuestros corazones, abran paso para que el Espíritu Santo ahora reine en vuestras vidas.

Queridos hijos, no se desarmonicen más, ¡oren!, ¡oren!, ¡oren con la luz del corazón!; el mundo cambia y poco amor perdura en los corazones.

Ustedes Mis queridos hijos, son el foco para otras consciencias; renuévense todos los días en la oración del corazón, porque así alcanzarán Misericordia y Paz. Sean precursores de Mi Paz, lleven la paz de vuestros corazones hacia todos los lugares donde vayan.

Mis queridos hijos, los necesito en la oración como en la fidelidad a los planes de Mi Paz; Mi Voz se está pronunciando por última vez y esto es posible porque ustedes me abren la puerta de vuestros hogares.

Queridos hijos, estoy con ustedes y agradezco que todos Mis hijos de San Pablo me hayan abierto la puerta del corazón una vez más.

Bendigo este momento sublime con ustedes. ¡Alabado sea Jesús, queridos hijos!

Recen y no se cansen de rezar con el corazón, porque siempre los acompañaré.

¡Les agradezco por contestar a Mi llamado!

María, Reina de la Paz