Miércoles, 25 de septiembre de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE ANUAL PARA EL ANIVERSARIO DE LAS APARICIONES EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, TRANSMITIDO POR NUESTRA SEÑORA DE LA HIGUERA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Fray Elías:

Durante la Aparición de la Virgen en el cielo, en la Colina, vimos en el amanecer abrirse el cielo como siempre sucede. Pero segundos antes de la Aparición de la Madre, mientras los ángeles hacían resonar sus trompetas que anunciaban la llegada de la Madre Celestial, vimos aparecer una luna y un sol diferente al que conocemos.

Estas dos figuras se posicionaron ante nosotros en el cielo, la luna estaba al lado del sol, pero en un instante vimos como la luna y el sol comenzaron a girar por sí mismos rápidamente generando fuertes emanaciones de luz sobre nosotros. 

Después, vimos llegar desde el horizonte doce grandes llamas de fuego, eran como lenguas de fuego que se posicionaron alrededor de la luna y el sol.

Luego de un tiempo, un foco de luz descendió sobre la Colina y apareció en el cielo Nuestra Madre la que se nombró como la Señora de la Figueira, era María de Nazaret.

Ella vestía una túnica blanca, llevaba un cinturón dorado en su cintura, un velo rosa claro que cubría su cabeza, un escapulario color marrón por encima de Su túnica y sostenía entre sus manos el santo rosario. 

Cuando Ella apareció en el cielo, la luna y el sol desaparecieron del firmamento, pero enseguida Nuestra Señora nos pidió que nosotros observáramos algo que sucedería a Su derecha y por debajo de Sus pies rodeados por nubes blancas de luz.

Apareció un espacio similar al purgatorio y otro al infierno. En ese lugar seres del mal estaban sometiendo a muchas almas, las hacían sufrir perpetuamente. En ese momento, Nuestra Señora liberó a alguna de esas almas y las llevó Consigo a un espacio de luz y de paz en el Cielo. 

Más tarde, el purgatorio y el infierno se cerraron y allí le preguntamos: Madre, ¿qué significa todo esto?

Nuestra Señora respondió: “Es el Apocalipsis, porque será solo la oración que los ayudará a ustedes y al mundo entero”. 

Así, Nuestra Madre tomó fuertemente entre Sus manos el rosario y descendió más cerca de nosotros para transmitir Su Mensaje.

 

Queridos hijos Míos:

Con alegría, hoy vengo al encuentro de Mis peregrinos para traerles la paz y el amor que necesitan sus almas.

Yo soy la gran Higuera y ustedes son los frutos que nacen y surgen de ella. En la Higuera Madre se expresa, en flor, el acogimiento a los que más necesitan, porque la Higuera Madre sustenta sus grandes raíces por medio del conocimiento, la donación y la paz.

Todos los frutos que nacen de ella son recogidos para ofertarlos en el Altar, así su Padre recibe de los frutos el mayor amor del corazón.

En esta Higuera Madre florece la paz, porque ella es como el agua que nutre de amor a las raíces de este gran árbol de amor.

En la Higuera brotan la paz y el bien, brota la luz interior que es emanada como una fuente inagotable para las almas.

Nuevas higueras crecerán en este tiempo, por eso Yo les pido que me ayuden para que ellas puedan brotar en Mi jardín de Paz y de Amor.

Queridos hijos, Yo soy la Señora de la Higuera, la que hace revivir los frutos que están secos y que, nutridos por Mi Espíritu, se reencienden como el brillo de una gran estrella.

Queridos hijos, en este día de aniversario, Yo los invito a tornarse frutos de Mi Árbol Madre, para que así Yo pueda ofertar al Señor lo que en verdad Él realmente espera de todos Sus hijos.

Amados niños, que el Sol universal de Dios, que alumbra sus vidas, pueda hacer recuperar los frutos que se han caído de Mi Árbol. Los ángeles de luz ayudarán a que estos frutos renazcan y maduren verdaderamente en el Espíritu de Dios.

Les pido que sean pacientes y humildes para que puedan reconocer el camino que están recorriendo en este tiempo actual, un camino hacia su conversión, porque en Mi Higuera el acogimiento de los más desprotegidos será la llave para el rescate de los que en verdad necesitan ayuda interior.

Yo los uno a todos ustedes en Mi Higuera, porque allí se encuentra la sabiduría de Dios que les permitirá realizar las obras de paz.

En este misterio y símbolo de la Higuera se guarda el original Amor Inmaculado de la Madre, porque para la humanidad Yo soy la Higuera Madre, la que permite resurgir a los corazones que están perdidos y sin paz.

Que en este día nazca de sus corazones la alegría de resurgir a través de Mi Corazón como almas renovadas.

Agradezco a este Centro consagrado a Mi Corazón Inmaculado por haber respondido a Mi llamado.

Que este aniversario se celebre con alegría en sus corazones, porque el Mensaje del Cielo llegó a sus vidas.

¡Gracias, queridos hijos, por estar unidos hoy a Mi Corazón de Paz!

María, Señora de la Sagrada Higuera