En cuanto Mis Rayos Misericordiosos se derraman sobre el mundo y muchas almas sedientas reencuentran Mi Camino; Yo busco a los que se comprometieron a preparar Mi Retorno al mundo; Yo busco sin descanso ni pérdida de tiempo a los Apóstoles del Amor; Yo busco a los que se unieron a Mi Corazón en el pasado.
Aunque a vuestro lado se derrumben los castillos de arena, no se perturben, todo lo que he dicho una vez para ustedes se está cumpliendo; no quedará piedra sobre piedra, problema sin resolver, ni cuestiones sin aclarar.
Necesito para este tiempo derramar el rayo de Mi Sabiduría y el Espíritu Santo viene a través de Mi Corazón Misericordioso, para rescatarlos y prepararlos para el Gran Juicio. Sean misericordiosos entre ustedes; la hora indica el momento del gran cambio planetario.
Por medio de la Voluntad Superior y de la oración abandonen la inercia que los derrota. Abran los ojos y vean el camino sagrado que Mi Obra está construyendo para todos, para conducirlos al Paraíso Mayor. Vean en todos los asuntos la necesidad de permanecer en paz y en hermandad. Ya fue todo dicho, es hora de proponerse alcanzar la santidad y el servicio pleno a los semejantes, así perdonarán y no perderán tiempo valioso en cosas mundanas.
El Señor los necesita activos, dispuestos; son ustedes Mis Compañeros, los que ahora deberán empujar la pesada barca de la humanidad. Las llaves ya fueron dadas y los anuncios también; decídanse por lo Divino, el Universo Celestial los aguarda.
Bajo la Gloria de Dios, sean bienaventurados.
¡Gracias por buscar siempre el Amor de Mi Corazón!
Cristo Jesús