• Viernes, 29 de marzo de 2024

    Mensajes semanales
    MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

    Permítete, hijo, entrar en el Corazón Agonizante de Jesús y, ahí, comprende no solo los misterios de Su más profundo sufrimiento, sino también y, sobre todo, la expansión de Su extremo y desconocido Amor por toda la vida y todo el género humano.

    En oración, entra en el Corazón Agonizante de Jesús, para que puedas percibir lo que significa la unión entre Dios y Sus Criaturas, para que puedas experimentar ser sustentado por un vínculo divino-humano que le revela a tu ser el significado real de la semejanza con Dios.

    En contemplación, entra en el Corazón Agonizante de Jesús y, en cada pulsar de este Corazón, siente el poder del Amor Divino y la capacidad de renovación que el Creador les concedió a Sus Criaturas.

    Dentro del Corazón Agonizante de Jesús, permite que también tu pequeño corazón experimente la expansión y el significado del Amor, para que así sepas que las pruebas de la vida no son limitantes del potencial humano, sino son verdaderamente motores que conducen a las criaturas hacia la evolución.

    Aprende a estar en Dios bajo cualquier circunstancia y, en Él, comprenderás el propósito de la vida y de cada experiencia que vives en la Tierra, aprenderás a amar la vida en esencia y vivirás para abrir el camino, para que todas las criaturas experimenten y sean parte consciente del Amor de Dios.

    Todo eso comienza con la oración, con la contemplación, con la entrega, cuando te permites ingresar sin miedo en el Corazón Agonizante de Jesús, y ahí descubrir los misterios profundos de Su Pasión y de Su Amor por la vida.

    Tienes Mi bendición para esto.

    Tu padre y amigo,

    San José Castísimo

  • Jueves, 28 de marzo de 2024

    Sagrada Semana
    APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL QUINTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Mi silencio reverencia este momento, porque no pueden perder ningún instante de él.

    Mi silencio les abrirá la consciencia para que, una vez más, los códigos de la redención ingresen en sus almas, en lo más profundo de sus espíritus, para que participen Conmigo de este sagrado momento de celebración y de Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre; momento en el que, así como lo fue en la Última Cena, los infiernos se paralizarán, las almas serán rescatadas por la autoridad que el Padre Me concedió.

    Hoy, dedico este importante momento a todas las madres de los consagrados, que entregaron a sus hijos a Mí, sin saber si este camino de consagración se cumpliría.

    En nombre de todas las madres de los consagrados a esta Orden, pido en este momento que las madres de los consagrados, que estén presentes en este lugar, se acerquen a los pies de este escenario y enciendan una vela que Yo les consagraré.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Pueden acercarse.


    Estas son las madres, entre tantas otras, que le han confiado lo más preciado que tienen al Sagrado Señor, renunciando a la vida que les ofrece el mundo, para que sus hijos e hijas pudieran conocer la vida del espíritu.

    He aquí las madres que dieron su vida por ustedes, consagrados, para que hoy todos ustedes estuvieran aquí escuchando al Señor. Porque un buen hijo nunca podrá vivir sin su madre, porque la madre es el amparo de Dios para que todos los hijos caminen seguros hacia el encuentro del Sagrado Corazón del Señor.

    Cuánto las manos y los pies de sus madres tuvieron que trabajar para llevar el alimento a la mesa, para tener qué comer y que pudieran crecer fuertes, alimentados principalmente por su amor maternal, para que algún día, como hoy en este día santo, estuvieran ante el Señor.

    Por eso, les pido a todos los hijos e hijas de la Tierra que recuerden con amor a sus madres, que se perdonen, que se reconcilien y sobre todo que se amen, para que la Santísima Madre de Dios hoy sea glorificada en el Cielo y en la Tierra; así, como en Su más profundo silencio y anonimato, la Esclava del Señor fue glorificada en cada paso del Calvario, por su fidelidad y obediencia a Dios al entregar, sin nada a cambio, a lo que más amaba en Su vida, a Jesús.

    Hoy, sus madres ya entregaron lo más preciado que tienen. ¿Lo sabían?

    Conozcan así, la verdad que se oculta en la realidad, a los ojos de lo que parecería aparente.  

    Por eso, vengo a bendecir estas velas y con Mi Espíritu vengo a encender esta llama, para que las madres sigan orando por sus hijos e hijas de la Tierra y, especialmente, por los que se consagraron a Cristo para alcanzar la santidad que justifique los graves errores del mundo, de toda la humanidad, así como muchos santos y bienaventurados lo hicieron a lo largo de los tiempos.

    En lo que es imperfecto, Dios se hace perfecto. Esta es la esencia del Amor de Dios.

    Por eso, llamé a las madres de los consagrados y consagradas para que, al igual que la Santísima Madre y las santas mujeres, acompañen de cerca y de corazón este momento de Comunión y de ordenación sacerdotal; para que recuerden que todo lo que Me den, especialmente sus familias y seres queridos, Yo todo cuidaré para que las almas puedan vivir Mi Voluntad; así, como las santas mujeres entregaron a sus esposos y apóstoles para que siguieran el camino de Cristo, en el apostolado y en el sacerdocio; para que así, Dios fuera glorificado.

    Así, como Dios es glorificado en los Cielos, Dios es glorificado en cada alma que se consagra y se ordena, más allá de la imperfección de la vida, o incluso del pecado, porque Dios tiene el poder de transformar todo a través de Su Amor; así, como sus madres hicieron crecer a sus hijos e hijas para que alcanzaran la Dignidad de Dios en toda la vida consagrada, en todas las familias.

    Celebremos esta Santa Eucaristía en la compañía especial del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, que vuelve hoy a ser víctima de los pecados del mundo, para que todos alcancen la liberación y la reconciliación con la Ley, en esta amnistía espiritual que les otorgo.

    Así, los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Acompañemos al Señor en esta celebración.

    Vamos a comenzar entonces, junto a Nuestro Señor, Jesucristo, a revivir y a recordar este momento importante de la Última Cena; en el que, a través del pan y del vino transustanciados, Nuestro Señor se entrega a nosotros para nuestra redención.

    Después de que Nuestro Señor, Jesucristo, reunido con Sus apóstoles, como humilde siervo fiel de Dios, lavó los pies y las manos de Sus compañeros para que purificaran sus intenciones con las sagradas intenciones de Dios y vivieran, a partir de ese momento de la institución de la Eucaristía, la ordenación sacerdotal y el apostolado de Cristo en la Tierra; siendo así, embajadores de la paz y de la Palabra Divina, del anuncio de la Buena Nueva.

    Fue así que Jesús, llamando a Sus compañeros a la santa mesa donde el Cordero Pascual sería inmolado, tomó entre Sus Manos el pan en acción de gracias y en sacrificio lo elevó a Dios, pidiéndole al Padre Eterno que transustanciara el pan en Su Glorioso Cuerpo, a través de la intervención angélica.

    Después, Jesús partió el pan para poder compartirse con todos los Suyos, y lo pasó a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

    Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
    Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
    Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
    Amén.

    Reverenciamos, así como los santos ángeles, en este momento, reverencian la presencia del Cuerpo de Cristo.

    Y, en esa noche santa, antes de finalizar la cena y de que Nuestro Señor partiera hacia el Huerto Getsemaní, donde viviría Su agonía en el más profundo silencio, Cristo amplió Su oferta por la humanidad y el mundo entero, a través de la transustanciación del vino en Su Divina y Preciosa Sangre.

    Fue así, que tomó el Santo Cáliz entre Sus Manos y lo elevó a Dios, pidiéndole al Padre Eterno que convirtiera el vino en Su Preciosa y Divina Sangre, a través de la intervención angélica.

    Enseguida, Jesús se lo pasó a sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada por la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi Memoria hasta que Yo retorne al mundo”.

    Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
    Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
    Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
    Amén.

    Reverenciamos la presencia de la Preciosa Sangre de Jesús, así como los ángeles reverencian este momento.

    Nos colocamos de pie.

    Unidos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Fuente de toda inspiración, amor y cura; unidos a los ángeles, arcángeles, bienaventurados y santos que están en el Cielo y en la Tierra; unidos a nuestros ángeles de la guarda y a todos los seres de buena voluntad; vamos a consumar esta consagración para que los códigos crísticos se hagan presentes y desciendan en las almas.

    Haremos esta consagración a través del Padre Nuestro en arameo, cantado.

    Que la Paz, el Amor y la Misericordia de Cristo desciendan a la Tierra.

    Con la misma fe del centurión, oramos:

    Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
    pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
    Amén.

    Cristo nos dijo: “La Paz les dejo, Mi Paz les doy”.

    Que Nuestro Señor no mire nuestros pecados, sino la fe en Su Presencia. En fraternidad y hermandad nos damos el saludo de la paz, la Paz de Cristo.

    Y anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas del mundo entero con Cristo.

    Las madres de los consagrados van a comulgar y también las madres de la Orden. Se pueden acercar.

    Padre Celestial,
    que a todos conduces,
    acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
    guíanos por el camino del Amor,
    para que Tu Voluntad sea hecha.
    Amén.


    Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.

    En este encuentro, Te honramos, Señor.

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Y después de esta Santa Comunión, vamos a prepararnos para la ordenación sacerdotal y luego para el Sacramento de este día.

  • Miércoles, 27 de marzo de 2024

    Sagrada Semana
    APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO Y DEL PADRE ETERNO EN EL CUARTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    He aquí el Padre y el Hijo, el Soberano y Eterno Dios que viene junto a Su Amadísimo Hijo, el Cristo Redentor, para formar parte con Sus Criaturas, en comunión perfecta y perpetua, elevando a las almas por un momento al Reino de los Cielos.

    He aquí, compañeros, Quien les dio la vida y le dio la vida a Su Primogénito a través del Vientre Purísimo de María, Vientre que hoy gesta en Su seno a la Nueva Humanidad, Vientre Creador que se ofrece para transformar todas las cosas.

    Ahora, he aquí la Madre del Espíritu Santo, la Sagrada Consciencia Trina que desde los Cielos contempla al mundo herido por el odio y por la venganza.

    He aquí el Corazón Eterno del Padre, el Sagrado Corazón del Hijo y el Inmaculado Corazón de la Madre. Sagrada geometría aquí se forma, matrices internas son expresadas para que todos los escogidos las reciban en su interior y preparen sus mundos internos para cuando sea la hora del surgimiento de la Nueva Humanidad.

    Por eso, el Arcángel Uriel y el Arcángel Gabriel están aquí presentes, ante el Adorado Padre, el Venerable Hijo y la Santísima Madre; los santos arcángeles justifican este momento ante la Creación, para que una vez más el Arca de la Santa Alianza sea renovada por las experiencias de redención y de perdón de las almas que viven en Cristo todos los días.

    Por eso, estos santos ángeles, aquí presentes, borran de los Libros de la Justicia Divina los errores que hayan cometido por ignorancia, por insatisfacción o también por culpa. Así, una vez más, sus almas estarán purificadas ante la grandeza de Dios, que viene a entregar Sus Bendiciones y Gracias a través del Corazón de Su Hijo y del Corazón de la Santísima Madre, para que los inocentes sean rescatados y todos los que hoy sufren la impunidad tengan la Gracia de la salvación y, sobre todo, el consuelo de los Cielos.

    Hoy, el Padre Eterno, ante la Presencia de Su Hijo y de la Santísima Madre, del Arcángel Uriel y Gabriel, viene a recoger en Sus Brazos a los caídos, a cuantos quedaron atrapados en el sufrimiento sin poder ver la Luz, sin poder encontrar el Amor.

    Dios les otorga este momento a los que escuchan Su Llamado, a los que le dicen sí al vacío interior.

    Escuchemos a Dios:

    “Hijos de la Tierra y del universo, eleven sus espíritus hacia Mí. Yo Soy el Padre que los bendice y los colma, que los alimenta con la vida del espíritu y de toda la Fuente de la Creación.

    Lleguen a Mí, Mis pequeños; retornen a Mí los niños de otrora, para que la inocencia se repare en el mundo y el Amor arranque de las garras del enemigo a cuantos están prisioneros y en cautiverio.

    He aquí el Dios de Israel, el Dios de los patriarcas y de los profetas, el Dios de las santas mujeres y de los misioneros de Cristo.

    Vengo aquí para volverles a otorgar Mi Ley, que ha sido violada y ultrajada por el hombre.

    He aquí, en Mi Corazón, la cuna de la Nueva Humanidad, de la que todos los decididos pueden formar parte, creyendo en la promesa del Reino de los Cielos, del triunfo de Mi Voluntad en cada Criatura de la Tierra.

    Alaben a Dios, así como lo alaba la naturaleza, para que la sensibilidad espiritual retorne al corazón humano y muchos más en este mundo abandonen la indiferencia y se abran a la caridad. Esto establecerá el perdón que el mundo necesita, ante la injusticia de tantas guerras y sufrimientos humanos inimaginables.

    Yo Soy la Ley del Amor Vivo y a través de Mi Amor todo fue creado para Mis Hijos, desde el origen de la Tierra hasta el presente y más allá de este presente.
        
    Yo Soy Adonai, el Dios Resplandeciente y Vivo, el Espejo Inmaculado de la Creación. Soy la causa de su alegría, de su bienaventuranza, de su justicia.

    Eleven sus corazones hacia Mí, ¡oh, sagrado pueblo de Israel!; así como Cristo, Mi Hijo, fue elevado en la Cruz y de Su Corazón traspasado por los pecados del mundo, por Su inminente sacrificio, en vez de brotar Justicia, brotó Misericordia en Sangre y Agua.

    He aquí, en Mi Corazón, la reliquia perfecta del Amor que eleva al espíritu y libera a la consciencia, que coloca sus pies en el camino correcto para que, al igual que el pueblo del desierto bajo la guía de Moisés, ustedes también encuentren la Tierra Prometida, que está dentro de cada uno de Mis hijos. Sagrada Tierra sembrada por Mis Principios y Atributos, por los nuevos patrones de conducta que volverán a erguir a la humanidad.


    Fray Elías de Sagrado Corazón de Jesús:

    El Corazón de Dios está abierto de par en par.


    ¿Quién entrará al Universo desconocido de Dios?

    ¿Quién será Uno con el Padre?, así como el Hijo es Uno con el Padre y así como el Espíritu Santo es Uno con el Hijo.

    Mis Aspectos Sagrados también pueden ser en todos, en los que reconocen y adoran al Dios Vivo, hoy presente en forma Luminosa y Eterna, bajo el amparo de la consciencia arcangélica.

    Hijos, que el mundo busque la paz, el fin de la guerra, dentro y fuera de ustedes, para que la Tierra Prometida sea una realidad y ya no más una promesa.

    Escuchen la Voz del Padre que los ama, la Voz del Padre que los creo a Su Imagen y Semejanza para que pudieran ser felices en Mí, porque es lo que más deseo”.


    Palabras de Cristo:

    Compañeros, este es nuestro Padre-Madre Creador, adorado por los ángeles, venerado por todos los seres de buena voluntad, exaltado por los bienaventurados; porque en verdad les digo que nadie va al Padre sino a través de Mí, porque Yo Soy la Puerta directa hacia Él, así como Yo espero que sus corazones Me abran la puerta para que Yo pueda entrar.

    Hoy, el Arca de la Santa Alianza es imantada por los que renuevan su consagración al Propósito Divino.

    He aquí la Llama de la Abundancia de Dios, eterna e inextinguible, Llama que nada la puede apagar, porque es la Llama Inmaterial de Dios que ilumina el camino de los peregrinos, de los que se retiran sus propias sandalias para caminar descalzos hacia Dios.

    He aquí la Sacrificada Consciencia de Dios, bajo la imagen del Divino Propósito, que aspira a enderezar a la humanidad para que retorne al camino de Ley y del Amor, antes de que sea demasiado tarde.   
     
    De esta Llama, imperiosa y poderosa, se alimenta Mi Corazón. Así, de esta Llama del Divino Propósito, sus corazones también deben alimentarse espiritualmente, así como también los santos ángeles lo hacen y lo viven en el eterno presente.

    Esta es la Llama Sagrada que impulsa la transformación de la vida y de la consciencia, transformando lo corrupto en incorrupto.

    ¿Cuál es la razón de su existir? ¿Cuál es el motivo de que estén en la Tierra?

    Yo vengo a darlo a conocer a través del Dios Vivo, Omnipresente y Eterno, que hoy los visitó en lo más profundo del espíritu, para poder ayudar al mundo entero. Reverencien esta Gracia desconocida, pero infinita; Gracia que viene a otorgarles la reconciliación a todos aquellos que la buscan.

    Como lo prometí, vengo a darles la oportunidad, bajo este Impulso de Dios, a todos aquellos que aspiran a consagrar sus almas a la vida eterna, al servicio incansable de los Planes de Dios.

    Preparémonos para este momento, que guiaré y presenciaré, así como debe ser para cada alma que busca la consagración de su vida y de su consciencia. Y esto es posible por el poder de Mi Sangre y por los méritos que ella les otorgó a aquellos que adoran Mi Sangre en el Santísimo Sacramento de la Comunión.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Vamos a prepararnos en Cristo y por Cristo, a través de una canción; para que, en este momento de consagración, junto al Señor, el poder espiritual de Su Sangre abarque e irradie a todas las almas posibles en la Tierra, especialmente a las almas que más necesitan de Su Misericordia.

    Rita, de Portugal, el Señor te llama, ven aquí. Él te hará una pregunta secreta.


    Ya está todo dicho. El tiempo se ha consumado, así como Cristo, su Maestro y Señor, vivió Su hora en la Última Cena.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Vamos a cantar, a pedido de Cristo, "El poder de la Sangre" y, todos juntos, vamos a acompañar esta consagración de nuevas auxiliadoras.

    Pueden acercarse, hermanas.

    Aquí, hermanas, en esta cesta están los nombres de consagración de cada una de ustedes, son nombres bíblicos. Ahora, cada una, va a escoger un nombre y yo lo voy a leer para que todos escuchen cuál va a ser su nombre de consagración en esta nueva tarea.

    Sara de Adonai, ¡bienvenida!

    Hossanah.

    Esther.

    Jokmah de María.

    Belén de María.

    Altar de Dios.

    Inmaculada de María.

    Zéfora.

    Débora de Israel.

    Claudia de Jesús, ¡bienvenida Claudia!

    Yesbeth.

    Ruaj de María.

    Lea de Israel.

    El Bethel.

    Leonor de Dios.

    María de Magdala.

    Martha de Jesús.

    María de Sión.

    Samara.

    Shejiná.

    Génesis.

    María Ruth.

    María Cleofás.

    Anna de Dios.

    Aruna de Dios.

    Isabel del Bautista.

    Emilia de San José.

    Magdalena de Jesús.

    Phoebe de Jesús.

    Amparo de Dios.

    Vamos hacer, ahora, un Ave María, un Padre Nuestro, y un Gloria.

    Vamos a colocarnos de pie para acompañar a las hermanas en esta oferta ante el Sagrado Corazón de Jesús.

    Gracias, Señor, por cuánto nos das.

    En este encuentro, Te honramos, Señor.

  • Miércoles, 27 de marzo de 2024

    Mensaje extraordinario
    APARICIÓN DEL PADRE ETERNO Y DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CUARTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    He aquí el Padre y el Hijo, el Soberano y Eterno Dios que viene junto a Su Amadísimo Hijo, el Cristo Redentor, para formar parte con Sus Criaturas, en comunión perfecta y perpetua, elevando a las almas por un momento al Reino de los Cielos.

    He aquí, compañeros, Quien les dio la vida y le dio la vida a Su Primogénito a través del Vientre Purísimo de María, Vientre que hoy gesta en Su seno a la Nueva Humanidad, Vientre Creador que se ofrece para transformar todas las cosas.

    Ahora, he aquí la Madre del Espíritu Santo, la Sagrada Consciencia Trina que desde los Cielos contempla al mundo herido por el odio y por la venganza.

    He aquí el Corazón Eterno del Padre, el Sagrado Corazón del Hijo y el Inmaculado Corazón de la Madre. Sagrada geometría aquí se forma, matrices internas son expresadas para que todos los escogidos las reciban en su interior y preparen sus mundos internos para cuando sea la hora del surgimiento de la Nueva Humanidad.

    Por eso, el Arcángel Uriel y el Arcángel Gabriel están aquí presentes, ante el Adorado Padre, el Venerable Hijo y la Santísima Madre; los santos arcángeles justifican este momento ante la Creación, para que una vez más el Arca de la Santa Alianza sea renovada por las experiencias de redención y de perdón de las almas que viven en Cristo todos los días.

    Por eso, estos santos ángeles, aquí presentes, borran de los Libros de la Justicia Divina los errores que hayan cometido por ignorancia, por insatisfacción o también por culpa. Así, una vez más, sus almas estarán purificadas ante la grandeza de Dios, que viene a entregar Sus Bendiciones y Gracias a través del Corazón de Su Hijo y del Corazón de la Santísima Madre, para que los inocentes sean rescatados y todos los que hoy sufren la impunidad tengan la Gracia de la salvación y, sobre todo, el consuelo de los Cielos.

    Hoy, el Padre Eterno, ante la Presencia de Su Hijo y de la Santísima Madre, del Arcángel Uriel y Gabriel, viene a recoger en Sus Brazos a los caídos, a cuantos quedaron atrapados en el sufrimiento sin poder ver la Luz, sin poder encontrar el Amor.

    Dios les otorga este momento a los que escuchan Su Llamado, a los que le dicen sí al vacío interior.

    Escuchemos a Dios:

    “Hijos de la Tierra y del universo, eleven sus espíritus hacia Mí. Yo Soy el Padre que los bendice y los colma, que los alimenta con la vida del espíritu y de toda la Fuente de la Creación.

    Lleguen a Mí, Mis pequeños; retornen a Mí los niños de otrora, para que la inocencia se repare en el mundo y el Amor arranque de las garras del enemigo a cuantos están prisioneros y en cautiverio.

    He aquí el Dios de Israel, el Dios de los patriarcas y de los profetas, el Dios de las santas mujeres y de los misioneros de Cristo.

    Vengo aquí para volverles a otorgar Mi Ley, que ha sido violada y ultrajada por el hombre.

    He aquí, en Mi Corazón, la cuna de la Nueva Humanidad, de la que todos los decididos pueden formar parte, creyendo en la promesa del Reino de los Cielos, del triunfo de Mi Voluntad en cada Criatura de la Tierra.

    Alaben a Dios, así como lo alaba la naturaleza, para que la sensibilidad espiritual retorne al corazón humano y muchos más en este mundo abandonen la indiferencia y se abran a la caridad. Esto establecerá el perdón que el mundo necesita, ante la injusticia de tantas guerras y sufrimientos humanos inimaginables.

    Yo Soy la Ley del Amor Vivo y a través de Mi Amor todo fue creado para Mis Hijos, desde el origen de la Tierra hasta el presente y más allá de este presente.

    Yo Soy Adonai, el Dios Resplandeciente y Vivo, el Espejo Inmaculado de la Creación. Soy la causa de su alegría, de su bienaventuranza, de su justicia.

    Eleven sus corazones hacia Mí, ¡oh, sagrado pueblo de Israel!; así como Cristo, Mi Hijo, fue elevado en la Cruz y de Su Corazón traspasado por los pecados del mundo, por Su inminente sacrificio, en vez de brotar Justicia, brotó Misericordia en Sangre y Agua.

    He aquí, en Mi Corazón, la reliquia perfecta del Amor que eleva al espíritu y libera a la consciencia, que coloca sus pies en el camino correcto para que, al igual que el pueblo del desierto bajo la guía de Moisés, ustedes también encuentren la Tierra Prometida, que está dentro de cada uno de Mis hijos. Sagrada Tierra sembrada por Mis Principios y Atributos, por los nuevos patrones de conducta que volverán a erguir a la humanidad.


    Fray Elías de Sagrado Corazón de Jesús:

    El Corazón de Dios está abierto de par en par.


    ¿Quién entrará al Universo desconocido de Dios?

    ¿Quién será Uno con el Padre?, así como el Hijo es Uno con el Padre y así como el Espíritu Santo es Uno con el Hijo.

    Mis Aspectos Sagrados también pueden ser en todos, en los que reconocen y adoran al Dios Vivo, hoy presente en forma Luminosa y Eterna, bajo el amparo de la consciencia arcangélica.

    Hijos, que el mundo busque la paz, el fin de la guerra, dentro y fuera de ustedes, para que la Tierra Prometida sea una realidad y ya no más una promesa.

    Escuchen la Voz del Padre que los ama, la Voz del Padre que los creo a Su Imagen y Semejanza para que pudieran ser felices en Mí, porque es lo que más deseo”.


    Palabras de Cristo:

    Compañeros, este es nuestro Padre-Madre Creador, adorado por los ángeles, venerado por todos los seres de buena voluntad, exaltado por los bienaventurados; porque en verdad les digo que nadie va al Padre sino a través de Mí, porque Yo Soy la Puerta directa hacia Él, así como Yo espero que sus corazones Me abran la puerta para que Yo pueda entrar.

    Hoy, el Arca de la Santa Alianza es imantada por los que renuevan su consagración al Propósito Divino.

    He aquí la Llama de la Abundancia de Dios, eterna e inextinguible, Llama que nada la puede apagar, porque es la Llama Inmaterial de Dios que ilumina el camino de los peregrinos, de los que se retiran sus propias sandalias para caminar descalzos hacia Dios.

    He aquí la Sacrificada Consciencia de Dios, bajo la imagen del Divino Propósito, que aspira a enderezar a la humanidad para que retorne al camino de Ley y del Amor, antes de que sea demasiado tarde.   
     
    De esta Llama, imperiosa y poderosa, se alimenta Mi Corazón. Así, de esta Llama del Divino Propósito, sus corazones también deben alimentarse espiritualmente, así como también los santos ángeles lo hacen y lo viven en el eterno presente.

    Esta es la Llama Sagrada que impulsa la transformación de la vida y de la consciencia, transformando lo corrupto en incorrupto.

    ¿Cuál es la razón de su existir? ¿Cuál es el motivo de que estén en la Tierra?

    Yo vengo a darlo a conocer a través del Dios Vivo, Omnipresente y Eterno, que hoy los visitó en lo más profundo del espíritu, para poder ayudar al mundo entero. Reverencien esta Gracia desconocida, pero infinita; Gracia que viene a otorgarles la reconciliación a todos aquellos que la buscan.

    Como lo prometí, vengo a darles la oportunidad, bajo este Impulso de Dios, a todos aquellos que aspiran a consagrar sus almas a la vida eterna, al servicio incansable de los Planes de Dios.

    Preparémonos para este momento, que guiaré y presenciaré, así como debe ser para cada alma que busca la consagración de su vida y de su consciencia. Y esto es posible por el poder de Mi Sangre y por los méritos que ella les otorgó a aquellos que adoran Mi Sangre en el Santísimo Sacramento de la Comunión.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Vamos a prepararnos en Cristo y por Cristo, a través de una canción; para que, en este momento de consagración, junto al Señor, el poder espiritual de Su Sangre abarque e irradie a todas las almas posibles en la Tierra, especialmente a las almas que más necesitan de Su Misericordia.

    Rita, de Portugal, el Señor te llama, ven aquí. Él te hará una pregunta secreta.


    Ya está todo dicho. El tiempo se ha consumado, así como Cristo, su Maestro y Señor, vivió Su hora en la Última Cena.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Vamos a cantar, a pedido de Cristo, "El poder de la Sangre" y, todos juntos, vamos a acompañar esta consagración de nuevas auxiliadoras.

    Pueden acercarse, hermanas.

    Aquí, hermanas, en esta cesta están los nombres de consagración de cada una de ustedes, son nombres bíblicos. Ahora, cada una, va a escoger un nombre y yo lo voy a leer para que todos escuchen cuál va a ser su nombre de consagración en esta nueva tarea.

    Sara de Adonai, ¡bienvenida!

    Hossanah.

    Esther.

    Jokmah de María.

    Belén de María.

    Altar de Dios.

    Inmaculada de María.

    Zéfora.

    Débora de Israel.

    Claudia de Jesús, ¡bienvenida Claudia!

    Yesbeth.

    Ruaj de María.

    Lea de Israel.

    El Bethel.

    Leonor de Dios.

    María de Magdala.

    Martha de Jesús.

    María de Sión.

    Samara.

    Shejiná.

    Génesis.

    María Ruth.

    María Cleofás.

    Anna de Dios.

    Aruna de Dios.

    Isabel del Bautista.

    Emilia de San José.

    Magdalena de Jesús.

    Phoebe de Jesús.

    Amparo de Dios.

    Vamos hacer, ahora, un Ave María, un Padre Nuestro, y un Gloria.

    Vamos a colocarnos de pie para acompañar a las hermanas en esta oferta ante el Sagrado Corazón de Jesús.

    Gracias, Señor, por cuánto nos das.

    En este encuentro, Te honramos, Señor.

  • Martes, 26 de marzo de 2024

    Sagrada Semana
    APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL TERCER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Escucha, corazón valiente, no te canses de persistir. Siempre debes recordar que existe un Amor Mayor que te bendice y que te abraza, aun en las condiciones más severas.

    Hoy, vengo a retirar un poco del peso de tu cruz, para que puedas reposar entre Mis Brazos y puedas sentir la grandeza infinita de Mi Amor, el mismo Amor que Yo enseñé cuando estuve en la Tierra.

    ¿De qué tienes miedo, si nada perderás?

    Yo necesito construir en ti Mi Victoria, aún no revelada a tus ojos humanos, victoria ardiente que tu alma espera desde tu concepción en el vientre de tu madre.

    Yo necesito que aprendas a disolverte en Mi Amor, porque Mi océano de Gracia es infinito; él purifica todas las impurezas y pecados.

    Recuerda que cada gota de Mi Sangre tocó la tierra, y cada gota de Mi Sangre, que fue derramada sobre la superficie de la Tierra, estaba impregnada de un alto código de Amor, que los que estaban ciegos de alma y de espíritu, los que estaban contra Mí, aun los que Me crucificaron sin piedad alguna, no conocieron.

    Pero tú, alma Mía, escuchaste Mi Palabra en lo alto del Monte, como en el desierto o en las barcas en alta mar.

    ¡Cuántos siguieron Mis Huellas, aquellas que Yo dejaba marcada en el suelo! ¡Cuán pocos esperaron Mi Resurrección! Pero muchos vigilaron en ese momento.

    Hoy, te traigo aquello que supera toda adversidad y toda prueba. Te traigo la esencia de Mi Origen, que impulsó Mi manifestación en la Vida del Espíritu, en la Divinidad, en el Alma y en la materia, hasta que Yo nací aquí, en este mundo, en un humilde pesebre.

    ¿Por qué le temes a tus caídas, si Yo caí por ti en el camino de la Cruz?

    ¿Por qué le temes a tus llagas, si Yo fui flagelado por ti para que fueras curado por Mis Llagas?

    El precio de Mi martirio fue muy grande y aún es desconocido por el mundo entero. Por eso, Yo vengo a demostrártelo a través de la esencia de Mi Origen, que es la Fuente misma del Amor de Dios que impulsa la vida, que eleva al alma, que consagra al espíritu, que se abre a la Gracia de la redención.

    Y esto no significa que, a través de tu vida humana, no sigas cayendo o padeciendo. Pero debes aprender de cada caída, para aprender a no caer más en la misma circunstancia o situación; porque Yo ya te enseñé a levantarte, no solo a través de Mi Voluntad, a través del momento más difícil de Mi Vida que fue la agonía en el Huerto Getsemaní, sino también te enseñé a levantarte y a persistir a través de Mi Amor, un Amor muy grande y desconocido que es capaz, aun en tu vida, de perdonar cualquier situación, bajo cualquier circunstancia.

    Si Yo te perdoné, aun clavado en la Cruz, orándole al Padre que los perdonara, porque sabía que ustedes y sus hermanos no sabían lo que hacían, ¿acaso crees, alma Mía, que Dios ya te perdonó?

    Para no volver a caer en las mismas circunstancias, debes vivir Mi Palabra de verdad, con esmero y justicia, hasta que cada una de Mis Palabras sean parte de tu vida, así como Yo Soy parte de ustedes en la Comunión, partiéndome y compartiéndome con los Míos, a través del Pan consagrado y a través de la Sangre transustanciada.

    Amado Mío y amada Mía, en cada Comunión está la renovación profunda de tu ser, de cada átomo y de cada célula, porque tu Maestro y Señor renunció por ti, ¿lo sabías?; así como el Señor renunció por el mundo entero, asumiendo en Sus Espaldas todos los pecados del mundo, sin reclamar ni condenar; porque fue el Amor Vivo de Dios, a través de Su Hijo, que enmendó todos los errores, desde Adán y Eva hasta el final de los tiempos.

    Por eso, estoy aquí una vez más para recordártelo. No puedes salir de aquí sin tener presente Mis Palabras, porque el mundo Me provoca mucha sed, una sed muy amarga y muy severa, como la que sentí en la Cruz cuando Me dieron a beber hiel. ¿Quién sería capaz de soportar esto, junto Conmigo?

    En lo que es aparentemente injusto está la gran llave de la superación, la llave que abre las puertas del amor para algún día vivir la compasión, compasión que brilló perpetuamente en todos Mis maestros del Oriente; porque recuerden que ellos Me visitaron en Belén y Me encontraron por las señales que el Cielo les dio.

    Por amor y reverencia a todo lo sagrado del Lejano Oriente, Yo les devolví la visita, y aprendí y recordé cosas maravillosas, tan maravillosas y tan importantes como las que Yo les recuerdo en estos tiempos, especialmente a través de Mis últimos impulsos crísticos.

    Yo no vengo a colocarlos ante su propia realidad. Alma Mía, que aún Me perteneces, vengo a colocarte ante la verdad, porque como te dije una vez: “La verdad siempre te hará libre”. Y podrás vivir la verdad, si vives la justicia y la transparencia, reconociendo que aún, alma Mía, no eres perfecta ni pura; pero Mi Amor te puede consagrar y transformar en algo puro y verdadero, tan simplemente cuando vives la fidelidad a Mí.

    Anímate a dar pasos hacia Mí y deja que Mi Amor te pueda arrebatar completamente. ¿Acaso aún le temes al poder de Mi Amor o a perder el control de tu vida?

    En verdad, te digo, alma Mía, que no hay Amor más grande que puedas conocer, como muchos santos conocieron, y que proviene del Reino de los Cielos.

    Ayúdame a que haya Cristos del Nuevo Tiempo, en la simplicidad del espíritu, en la comunión con el alma, en el servicio incansable a los que más sufren y a los más pobres entre los pobres.

    Si existiera más caridad en el mundo y más almas la practicaran, les aseguro que no sería necesario purificar al planeta, porque quien responde a la Voluntad de Dios está libre de sus propias prisiones y agonías.

    Hoy, vengo a hablarte con el Amor más dulce de Mi Corazón. ¿Te animas, alma Mía, a experimentarlo?

    No Me digan solo sí, porque saliendo de aquí, deberán demostrarlo hasta el final de sus días.

    El Amor Crístico no es inalcanzable, es cercano, tierno y seguro en las almas simples y humildes, en aquellos que no se dan el permiso de retroceder, sino de avanzar con valentía, coraje y determinación; así como Yo se los enseñé, en cada pasaje del Calvario.

    Hoy, les confieso, almas Mías, que cuando caí y Mi Santísima Madre vino al encuentro de Su sufrido Hijo, la llama de Su Amor apartó a las fuerzas contrarias y volvió a erguir a Su Hijo; así como hoy, Yo vuelvo a erguir la dignidad de cada uno de ustedes.

    Porque si fueron golpeados en una mejilla, en humildad deben dar la otra; porque si fueron ofendidos, deben tener el coraje de perdonar; porque si fueron lastimados, deben tener la valentía de ver al Señor desfigurado; y recordar que el Amor es capaz de todo, es capaz de renovar todas las cosas.

    Yo les dejo esta lección porque será esencial para ustedes en estos tiempos críticos; porque cuando Yo ya no esté aquí para hablarles, deberán ser Mi propia Palabra Viva en la Tierra.

    Hoy, Mi Espíritu bautizará a través del Sacramento a las almas que lo pidieron, almas que ya fueron escogidas por Mí y que lo necesitan.

    Les digo a todos que hoy, a través del símbolo del Sacramento del Bautismo, renueven espiritualmente su primer Bautismo, ante Dios; para que, a través de este Sacramento, las almas perdidas puedan ser rescatadas en diferentes partes del mundo y se restablezca la unión de esas almas con Dios, el Creador.

    Entonces, preparémonos ahora, para el Sacramento de la Comunión.

    Y para que Mis Palabras ingresen aún más en sus corazones y esencias, les pido que Me vuelvan a cantar; para que el Amor de Dios, inagotable e inextinguible, se derrame sobre ustedes y el mundo, en especial sobre los que más sufren.

    Yo los bendigo y los animo: ¡adelante, Nuevos Cristos!, aún hay mucho por hacer.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Nuestro Señor acaba de retirar el Corazón de Su Pecho y lo hace levitar sobre el público.

    ¿Por qué haces esto, Jesús?


    He aquí el Amor que nunca acaba, el Amor que arde por Amor a las almas que se animan a ser víctimas de Mi Amor hasta los últimos días de sus vidas.

    He aquí el Sagrado y Traspasado Corazón de Jesús que no retrocede, sino avanza, que transfigura con Su Fuego a todos aquellos que se dejan tocar por Mi Luz.

    Mi Corazón vive por ustedes. Esa es la razón de Mi Vida.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Ahora, Su Corazón volvió a Su Pecho y late fuerte, fuerte, a través del fuego de Su Amor Redentor.

    Te agradecemos, Jesús, por este momento, y porque siempre nos demuestras que es posible continuar adelante.

    No te apartes de nosotros, Jesús, Te necesitamos.


    Yo estoy aquí para darles vida en abundancia.

    Que la paz los colme y los renueve, para que la paz sea renovada en el mundo entero.

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Jesucristo va a quedarse un poquito más para escucharnos cantar. Aquellos que se animen, que se arrodillen.

    Vamos a cantar: “Tudo que eu vivi”.

    Y hacemos nuestra oferta, a través de esta canción, al Sagrado Corazón de Jesús, Fuente inagotable de todos los prodigios, milagros y misericordias.


    Relato sobre la Aparición, realizado en el día siguiente:

    Quiero hacer una pequeña síntesis sobre la Aparición de Cristo, porque varios hermanos me preguntaron sobre algunos momentos y quiero explicarles lo que Cristo pudo aclarar de esos momentos.

    Voy a comenzar por el final de la Aparición. Ustedes recuerdan que Cristo en un momento dijo que había retirado el Corazón de Su Pecho y colocó ese Corazón Ardiente levitando sobre el público, sobre ustedes.

    Por más que la Presencia de Cristo es en Divinidad, Alma y Espíritu, y Su Presencia es real y contundente en cada momento, en esos planos de consciencia también existe vida, como aquí existe en el plano físico.

    Y Cristo hizo ese movimiento para que nosotros podamos meditar sobre cómo es posible que una Consciencia como Cristo retire Su Corazón y siga vivo; porque sé que muchos se preguntaron: ¿por qué pasó esto?, para que entendamos el Mensaje a través de ese símbolo, porque Él es Omnipotente, es Omnisciente y es Omnipresente.

    Entonces, como Él es una de las manifestaciones de la Santísima Trinidad, Él, de una forma simple, pero también poderosa, viene a manifestar lo que realmente es Dios, sobre todo a través del amor.

    Algunos me preguntaron: “Fray, ¿a quién le hablaba Cristo?”. Él le hablaba a cada uno de nosotros. Porque cuando Cristo está presente está viendo todo: lo que sentimos, lo que pensamos, lo que vivimos, lo que callamos, todo. Sabemos que no podemos esconderle nada a Nuestro Señor.

    Y cuando Él habla en singular y a veces en plural, va construyendo el camino según nosotros se lo vamos permitiendo.

    Su Energía Crística, que es una energía muy alta, como pudieron sentir, es una energía que va entrando en nosotros según nuestra apertura. Porque Él, que es el Rey del Universo, nunca va a transgredir nuestra voluntad y nuestro permiso. Por eso, Él es el Rey, ¿entienden?

    Entonces, Él va trabajando en nosotros según nosotros vamos dándole permiso. En la mayoría de las veces, Él consigue llegar a aquellos espacios dentro de nuestra consciencia donde hay situaciones que no están muy bien resueltas y que muchas veces, por nosotros mismos, no nos damos cuenta de eso.

    Y Él lo sabe, no lo juzga, no lo condena; al contrario, Él irguió nuestra dignidad humana por sobre diferentes situaciones que cada uno de ustedes ha vivido en esta vida, inclusive con alguien cercano o lejano, lo que me pareció muy fuerte.

    Entonces, cuando Él dice “alma Mía”, Cristo le habla a aquel aspecto de nuestra consciencia que tiene esa posibilidad de unirse a Dios. Porque Él les habla a las almas, no a las mentes. Y el alma de cada uno de nosotros sabe lo que Cristo está diciendo. Por eso, cada momento que es vivido con Cristo, va más allá de cualquier emoción, es un movimiento profundamente interno que nuestra alma expresa y que muchos lo viven.

    Y así, de esa forma, cuando Cristo trabaja con nuestra alma, también trabaja con nuestro espíritu; con nuestro espíritu que es conocedor de la vida divina y que sabe de qué se trata, aunque parezca un poco abstracto para nosotros. Él envía sus impulsos a nuestra alma y nuestra alma descarga esa energía sobre nuestro ser humano y allí, en ese momento, cuando ingresa la energía crística, sentimos liberación.

    Para terminar, quiero decirles algo que siempre les digo a mis hermanos que viajan con nosotros todo el tiempo, porque es algo que vivimos hace dieciséis años, todos los días, que la Jerarquía Divina, por más que nosotros vivamos el mismo ritual, la misma oración, la misma Aparición, nunca se manifiesta igual.

    Porque Cristo, como en tantos otros momentos que vivimos con Él, cada Sagrada Semana, nos demostró una vez más, cuán infinito es Su Amor.

    Y cada vez que Él nos demuestra ese Amor infinito, Él lo que intenta hacer, en esa instancia que nosotros le damos, es no solo liberar a las almas de sus prisiones, sino unir a las almas en comunión. Y cuando eso sucede, hermanos, no hay fuerza contraria que prevalezca; porque, en ese momento, nosotros hacemos triunfar a Cristo en la Tierra.

    Así que yo los invito a que se sigan animando. Todavía nos faltan algunos días más de esta Sagrada Semana, hasta el Domingo de Gloria. Dense la oportunidad de que Él pueda hacer lo que quiere hacer de cada uno de nosotros, finalmente. ¿Está bien?

    ¡Gracias! ¡Buen trabajo!

  • Lunes, 25 de marzo de 2024

    Sagrada Semana
    APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEGUNDO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    En este universo, en toda la Creación y en toda la vida, existen las Leyes y, entre ellas, una Ley importante, muy desconocida para la consciencia humana, no comprendida, porque esta Ley preserva su revelación: la Ley de la Transmutación. Algo que la Jerarquía conoce desde el origen, desde que todo fue pensado, desde el momento en que el gran ángel caído desobedeció a la Ley Mayor.

    A partir de ese momento, la Creación y la experiencia del universo mudó su curso y Leyes que no estaban pensadas tuvieron que ser creadas en la Fuente del Padre Eterno, para que la evolución de los seres, bajo estas condiciones de cambio, fuera una evolución equilibrada y armoniosa que significaría un esfuerzo importante para cada criatura que surgiera de la Fuente y comenzara a vivir su experiencia en esta Creación, bajo estas Leyes nuevas que surgieron por una necesidad, como la Ley que hoy les presento.

    La Ley de la Transmutación fue interpretada por el ser humano. Aún para las propias Jerarquías, es un misterio, porque como les dije, es una Ley que preserva su revelación.

    Pero, a lo largo de los tiempos, de las diferentes razas en este mundo, la Ley de la Transmutación tuvo que intervenir para poder corregir los desvíos de este Proyecto, no como un acto de justicia, sino como un acto de armonía.   

    Esta Ley de la Transmutación fue revelada a muchos seres que, a lo largo de los tiempos y de las diferentes etapas del planeta, se iluminaron. El mismo Siddhartha Gautama conoció esta Ley, así como otros maestros de Oriente, y aun teniendo esta revelación interior, ninguno de ellos ostentaba tener esa Ley para sí mismo. Porque lo único que esa Ley revela como esencia es el servicio que presta a todo este universo y a todas las humanidades.

    Así, esta Ley intervino a lo largo de los tiempos. Muchos tuvieron que aprender a interpretarla y a comprenderla; porque esta Ley, en sí, no es solo una Ley, sino también es un Rayo de la Fuente de la Creación, expresado a través del color violeta, una frecuencia altísima para este universo, que vive una experiencia material y mental.

    Esta Ley creadora viene, a lo largo de los tiempos, a colocar los acontecimientos y las consciencias en otro punto.

    La Ley de la Transmutación no puede ser apropiada por nadie. Esta Ley y ninguna otra pueden estar bajo el control de ningún ser humano y de ninguna criatura; porque, en esencia, las Leyes son inteligentes y autónomas, son manifestaciones de las corrientes de la Fuente Creadora y actúan en este universo material según la necesidad o la urgencia.

    Esta Ley de la Transmutación intervino en acontecimientos importantes de la humanidad. Como ejemplo de esto: en la desaparición de la civilización de la Lemuria, en la desaparición y el hundimiento de la Atlántida, en la propia construcción espiritual y esotérica de Egipto, y también en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial, en las que el éter del planeta había sido destruido por la propia raza.

    El llamado “velo del templo” se rasgó y se sigue rasgando en este tiempo final, cada vez que se detona una bomba o un arma contra la vida de alguien o en naciones enteras. Esto abre las puertas inciertas a acontecimientos desagradables, las almas más inocentes son colocadas en lugares inciertos.

    La Ley de la Transmutación, que utiliza la Jerarquía por autorización del Padre Eterno, desciende al mundo para abarcar a las almas más necesitadas, desde el núcleo más profundo de la esencia hasta el ser espiritual; porque entre esos estados está el alma de cada ser que, en este tiempo, no puede ser robada por nadie ni extraviada.

    La Ley de la Transmutación, guiada por la energía crística, trabaja en este tiempo. Por eso, en estos momentos de encuentros tan importantes Conmigo, la Jerarquía profundiza su trabajo y su operación en la humanidad, y se superpone a las situaciones psíquicas y emocionales de la humanidad; así, las demás Leyes trabajan ocultamente.

    Sabemos que la humanidad no puede tener toda la revelación, en este momento, por el egoísmo, la vanagloria y la indiferencia. Por eso, Yo les dije una vez que Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y no hay ningún otro maestro que ustedes puedan seguir, solo a aquellos que demuestren que siguen al único Cristo.

    Esta Ley de la Transmutación trabajará ampliamente en el final de estos tiempos, porque viene a corregir y a enmendar los errores y los ultrajes cometidos por la humanidad a las Leyes Universales.

    Quiero que tengan muy presente, que lo graben en sus consciencias, que cada vez que desobedecen, ustedes se están aliando al deterioro de las Leyes en este planeta. Por eso, siempre deben tener cuidado con sus actitudes, con sus pensamientos, con sus intenciones y con todo aquello que creen poder ocultar a los ojos de los demás.

    La vida del espíritu en la vida de la materia es un ejercicio de corrección diaria. Nadie puede creer que ya tiene todo resuelto, sería vivir en la ilusión.

    Por eso, por Amor Yo vengo a abrirles los ojos, los ojos de la consciencia del mundo interior; porque la humanidad, a través de sus actos y de sus pecados, ha infringido gravemente las Leyes Universales, que no están para hacer justicia en nadie, sino para que ustedes alcancen los grados de Amor, así como Yo los alcancé paso a paso, en cada momento de Mi Vida.

    Pero cuando Yo retorne, tiempo que no está tan lejano, el planeta y la humanidad sentirán fuertemente el descenso de las Leyes que vendrán Conmigo. Ellas serán como rayos que traspasarán la estratósfera y la atmósfera del planeta, más fuertes que los rayos del Sol.

    Estas corrientes de la Fuente Creadora descenderán sobre aquellos lugares que necesitarán de una corrección; no importa dónde sea o cómo sea, nadie puede escapar de las Leyes, porque todos fueron creados a imagen y semejanza de ellas, comenzando desde lo más interior hacia lo más exterior.

    Estas Leyes, que serán renovadas y vendrán Conmigo en Mi Retorno, colocarán todas las cosas en su lugar, comenzando por las intenciones de esta raza y después con todo lo demás. En esa hora y en ese momento, aquellos que tengan la Gracia de estar presentes en Mi Retorno, a nivel físico y universal, serán testigos de ese acontecimiento porque no será oculto.

    Por eso, a través de los tiempos y de los últimos años, Yo vengo a prepararlos a cada uno de ustedes y a la humanidad para ese momento, porque no podrían estar presentes en ese acontecimiento, ya que no lo podrían soportar, así como Mis santos apóstoles no soportaron Mi Ascensión.

    En esa hora, se conocerá el Poder de Dios en la Tierra. Las amarras más resistentes serán cortadas, el cautiverio de muchos seres terminará, porque la dualidad no será necesaria ni tampoco el sufrimiento por no conseguir trascenderse a ustedes mismos. Por eso, quien vive en la Ley de Mi Amor nunca perecerá. Pero, deben vivir según Mi Amor y no según sus intenciones ni tampoco sus motivos.

    La Ley de la Transmutación vivió un receso después de 1988; y ahora, en estos últimos tiempos con el reaparecimiento del Señor, esta Ley volvió a aproximarse a la Tierra porque ya está preparando Mi llegada. Todo deberá ser exorcizado para que pueda surgir la Nueva Tierra, para que pueda manifestarse la Nueva Humanidad.

    Guarden este conocimiento en su mundo interior, porque hoy no lo comprenderán, sí lo comprenderán cuando él suceda, cuando la Ley de la Transmutación actúe y corrija al mundo para que vuelva a restablecerse la paz y todo comience de nuevo, así como fue pensado en el origen, antes de Adán y Eva.

    Entonces, se volverán a unir los tiempos, entre lo espiritual y lo material, es algo que hará el propio Dios Eterno para que las almas que formen parte de la Nueva Tierra tengan la dicha de conocer el Reino de los Cielos, aunque aún estén en este planeta. La felicidad será indescriptible y no habrá sentimiento de culpa, de pena o de perturbación, sino el júbilo de reencontrar el camino que una vez perdieron, camino que fue escrito por la propia Mano de Dios en el origen.

    Reciban la Luz del Conocimiento Divino, así como el pueblo de Israel la recibió, así como los grandes patriarcas la recibieron, así como los profetas la revelaron y así como todos los creyentes la vivieron en honor y gloria al Creador.

    Como un testimonio de esto, vengo a consagrar a nuevos adoradores, para que Mi Cuerpo Místico en la Tierra se fortalezca y sus almas, en este mundo, sean células vivas de Cristo que solo busquen el bien y la paz, la caridad, el servicio y la Misericordia, a través del ofrecimiento en cada adoración.

    Sé que ya lo escucharon, pero es bueno que lo vuelva a decir nuevamente: cuándo un alma adora al Santísimo Sacramento, retira una espina del Corazón de Jesús y el Padre Me permite otorgar la Gracia de la salvación a quien no la merece, por el simple hecho de haber un alma en adoración como un ofrecimiento auténtico de su vida a Dios.

    Es así que, una vez más, vengo a encender Mis células crísticas en la Tierra, para que la Luz de Dios sea más fuerte que la oscuridad en el mundo, y el amor de cada corazón humano y adorador sustituya al sufrimiento, a la venganza, a la traición y a todo mal, por el triunfo del Bien de Cristo en la Tierra.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Los hermanos que se postularon, pueden acercarse.

    Podemos traer aquí los símbolos de la Orden Gracia Misericordia, para que sean bendecidos por Cristo, los que los hermanos a partir de hoy llevarán consigo con todo respeto, amor y reverencia, símbolos de la Orden de Cristo en la Tierra; para, a partir de este día, formar parte de esta congregación.

    Invitamos a cada postulante, en el silencio de su corazón, a hacer su ofrecimiento a los Pies de Nuestro Señor.

    Y vamos a acompañar todos juntos este especial momento de bendición y de consagración de nuevos adoradores con la canción “Consagración”; para que, a partir de hoy, las almas de estos hermanos estén libres para caminar hacia el encuentro con Nuestro Señor, hasta que sea el día y el momento de fundirse en el Corazón del Redentor.


    Padre Celestial bendice estos símbolos que representan el descenso de Tu Santo Espíritu en las almas que tienen fe ardiente en Ti.

    Que Tu Santo Espíritu, a través del símbolo de esta Orden, del incienso y del agua bendita, bendiga a Tus Hijos que hoy se consagran, para que algún día, bajo la imperiosa fe de cada adoración, se conviertan en llamas de Mi Amor para el mundo.

    Que así sea.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Vamos a hacer a pedido de Cristo un Ave María, un Padre Nuestro y un Gloria, para que las almas de estos hermanos reciban el impulso de la consagración que Cristo les trae.


    Hoy, Mis Manos recogen sus lágrimas para ser ofrecidas a Dios como cristales de Luz, a los Pies del Creador, como ofrenda honesta y verdadera de sus corazones en respuesta al Gran Llamado del Padre.

    Por esta causa, Yo los bendigo y los consagro como fieles Adoradores de Mi Corazón Eucarístico, como la fiel compañía de su Maestro y Señor.

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Les agradezco.


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Vamos ahora a prepararnos para la Comunión Espiritual. Y para completar esta consagración, los sacerdotes administrarán la Santa Comunión a los hermanos que ahora se consagraron, para poder sellar esa alianza con Cristo.

  • Domingo, 24 de marzo de 2024

    Mensajes diarios
    CUADRAGÉSIMO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

    "Despídete de tu desierto interior con la certeza de que tomaste la última decisión para tu vida.

    Ahora, ábrete a nuevos horizontes, para que puedas reconocer las realidades mayores de la Creación.

    Reflexiona sobre cada paso que diste en estos cuarenta días, en los que aprendiste a darte cuenta, por ti mismo, de los diferentes estados de tu consciencia.

    Confía; porque, más allá de todo, fuiste llamado a vivir la misma experiencia que tu Maestro; tuviste la Gracia de comprender la vida a través del examen de consciencia.

    Ahora es tiempo de servir incansablemente y de hacer lo mejor hasta el fin, para que este planeta tenga la dicha de alcanzar la redención total de todas sus faltas cometidas.

    ¡Camina, discípulo de Cristo!, recordando la Voz del Maestro".

    Cristo Jesús

  • Domingo, 24 de marzo de 2024

    Sagrada Semana
    APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    He venido aquí para estar más cerca de los que Yo He escogido. Sus almas Me pertenecen, sus vidas Me pertenecen. Y hoy, quiero abrazarlos con Mi Gloria, así como una vez la humanidad Me abrazó y Me reconoció como el Señor de Israel, durante Mi entrada triunfante en Jerusalén.

    Hoy, vengo a devolverles, a muchos de ustedes, lo que una vez hicieron Conmigo a las puertas de Jerusalén. A partir de ese hecho y de ese momento tan especiales, vividos por Mí y por cada una de sus almas, es que Yo vengo a recordarles el sagrado valor de cada una de sus vidas.

    Entréguenme aquello que los apremia. Entréguenme aquello que los hace entristecer. Entréguenme todo aquello que les saca la atención de Mi Corazón.

    Moviendo Mis vestimentas, expongo ahora Mi Sagrado e Insondable Corazón; Corazón que murió por ustedes y por el mundo y que, en esta hora de Misericordia, viene a bendecirlos a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Es así que, en este primer día de la Sagrada Semana, vengo a purificarlos, así como el pequeño Niño Jesús se purificó en el Templo. No le teman a esto, porque no les dolerá.

    La purificación es importante para que se puedan liberar de todas las faltas o de alguna omisión que hayan cometido sin darse cuenta. La purificación, en este primer día de la Sagrada Semana, viene a abrirles la puerta de la elevación de la consciencia.

    Por eso, estoy aquí, aceptando su ofrecimiento, el ofrecimiento de cada corazón que ha llegado aquí a Mi encuentro, para nutrirse de la Palabra de Dios y para que a través de Mi Palabra se renueven, se liberen de ustedes mismos y puedan volver a encontrar el camino de la paz, que tal vez hayan podido perder a través de algún acontecimiento de la vida.

    Lo más importante ahora, compañeros, es que ingresen en el eterno presente, a través de Mi Corazón que se expone y que se abre como un Templo para cada una de sus intenciones en esta Semana Santa.

    Pero, sobre todo, Mi Corazón se abre como un Templo a sus almas y consciencias, para que sepan que Yo sé lo que le sucede a cada uno, profundamente. No solo lo puedo ver en este momento, a través de la Mirada Tierna de Dios, a través del Cariño de Dios, sino también lo puedo ver todo el tiempo, porque los acompaño día a día.

    Y no Me canso de hacerlo, porque ustedes son parte de Mi rebaño espiritual. El rebaño que ya prepara el Retorno de Cristo al mundo a través de cada corazón que confía en Mí, de cada corazón que vive en Mí, así como Yo puedo vivir en cada corazón, más allá de las angustias o de las pruebas.

    Vengo a hacerlos renacer a través de Mi Espíritu, del Espíritu Consolador de Dios que, en este momento, a través de la Palabra de Cristo desciende a la Tierra y sobre todo desciende a este mundo, tan, pero tan necesitado de amor y de redención.

    Así, después de esta purificación espiritual que les otorgo, vengo a abrirles la puerta, en este primer día de la Sagrada Semana, al camino de la consagración que cada uno de ustedes podrá vivir.

    Pero no importa cómo sea, lo que Me importa es que sea verdadero, que den un paso cada vez, que no se atropellen a ustedes mismos, que no queden ansiosos por querer consagrarse; porque sus almas, hijos Míos, ya se consagraron y se comprometieron Conmigo, al recibir al Señor triunfante en Jerusalén.

    ¿Cuántos de ustedes extendieron sus mantos, en la sagrada Tierra Santa, para que Yo pasara?

    ¿Cuántos de ustedes tocaron Mi túnica, así como la mujer del flujo de sangre, para poder curarse y redimirse?

    No es la primera vez que Me escuchan; porque deben recordar cuántas veces escucharon Mis Sagradas Instrucciones, no solo en lo alto del Monte de las Bienaventuranzas, cuando cada uno de ustedes y de sus familias aprendieron a orar el Padre Nuestro, sino también Me escucharon en varios lugares, en Mi amada Israel o más allá de ella.

    ¿Cuántos formaron parte de las primeras comunidades cristianas?

    ¿Cuántos sacrificaron sus vidas por Mí, a pesar del martirio vivido en aquellos tiempos?

    Y hoy, sus almas están ante Mis Ojos, sus almas están delante de Mi Corazón Misericordioso para que Yo pueda estar en el mundo entero, ciego y perverso por las guerras, injusto e indiferente por las venganzas, severo por la violencia.

    Yo vengo a reerguir a las almas que confían en Mí, en la sagrada venida del Reino de Dios, porque hoy ustedes y sus hermanos del mundo forman parte de Mi Cuerpo Místico y Espiritual.

    Esta es la Nueva Jerusalén que Yo vendré a buscar a la Tierra, y la Luz de Dios se encenderá en ustedes y en sus hermanos, así como esa Luz se encendió en Pentecostés para consagrar a Mis compañeros al apostolado y al sacerdocio, para que todos en la Tierra conocieran Mi Palabra de Vida.

    Por eso, que hoy sus almas, conscientemente, se eleven a Mí; así como recientemente Me han cantado uno de los pasajes bíblicos más especiales para Mí, que es la promesa irrefutable que Yo les hice a los Míos: que todos vengan a Mí y alivien sus corazones, así como el Señor, triunfante en Jerusalén, hoy viene a ustedes.

    Eleven sus plegarias en el silencio del corazón. Eleven sus intenciones en el silencio de sus almas y únanse, como hermanos y hermanas en Cristo, bajo la unidad espiritual de Mi Espíritu.

    Gracias por estar aquí, Mis amados. Sigan buscando el bien. No hagan el mal, porque mucho mal hay en el mundo; así, no les faltará la paz en estos tiempos difíciles.

    He aquí la Paz de Dios, que viene a entregarles la Paz de los Cielos, que viene a confortar a sus corazones, así como el Señor confortó a Sus apóstoles en Su más absoluto y anónimo silencio en cada paso de la Cruz, cuando su Maestro fue abandonado y rechazado por todos. Mas, Yo ya lo sabía, así como ya sabía lo que cada una de sus vidas viviría en este tiempo.

    Por eso, vengo aquí a animarlos, a fortalecerlos, para que se levanten de sus caídas, para que sus almas se eleven hacia Mí; ya que, entre ustedes y Yo, no existirá el mal porque Mi Amor es invencible, así como fue invencible en la aparente derrota de la Cruz, porque Yo vengo una vez más a renovar todas las cosas.  

    Libera tu corazón a través de tus lágrimas, porque el Consolador llegó y todo se renovará, por dentro y por fuera. La esperanza es posible, no pierdas la fe; Yo vengo a darte coraje, el mismo coraje que tuve que tener cuando asumí beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.

    No le temas al sacrificio que te pido porque espero que Me puedas superar en el Amor. Recuérdalo, así el universo y la Creación también serán renovados.

    Antes de pasar a un momento de consagración, por el que esperé dos años, quiero que Me canten, como una sola voz, así como sus voces cantan y se unen para abrir el Reino de los Cielos, los portales del Reino Celestial.

    Yo quiero ungirlos con Mi Espíritu, en este momento. ¿Me lo permiten?


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Por favor, María de los Inocentes, vamos a cantar tu canción, a pedido del Señor.

    Abrámonos a este momento con Cristo, para que libere a nuestro ser.

    Nos vamos a concentrar en el Sagrado Corazón de Jesús. Ofrezcamos este momento por todas las almas del planeta, por todos los que aún no pueden llegar a Cristo; para que el Espíritu Consolador, así como hoy llega a nosotros, llegue a nuestros hermanos en el mundo entero, confiando en el poder de la Transfiguración de Jesús, que como Rayo Divino hoy se hace presente en nuestra vida, renovando todas las cosas.

    Cantemos.


    Canción: “Curador de mi alma”.


    Hoy, Cristo está abriendo dentro nuestra congregación, la Orden Gracia Misericordia, la rama masculina de los Auxiliadores de la Divina Misericordia.

    Ahora, vamos a acompañar, en el silencio de nuestro corazón, esta unión y esta consagración que cada uno de los hermanos vivirá con Cristo, a través del Corazón de Cristo y de la alianza.


    Bendice, Señor, a aquellos que se animan a seguirme; y, a través de este humilde y simple símbolo de la alianza de madera, establece entre las almas y Mi Corazón la eterna alianza, para siempre, para que Me representen en la Tierra como pacificadores y por donde vayan sean espejo de Mi Misericordia.

     
    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Vamos a hacer una oración por la consagración de estos hermanos, para consumar este momento. Oremos el Padre Nuestro en arameo.

    Que el Señor los bendiga y los proteja en esta misión y en este servicio a Su Sagrado Corazón.

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Pueden ir en paz.

  • Sábado, 23 de marzo de 2024

    Mensajes semanales
    MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    Mis queridos y amados hijos:

    Hoy, Me alegra tenerlos cerca de Mi Corazón, para que cada uno de ustedes pueda sentir el calor materno de Mi Llama Sagrada de Amor.

    En esta Cuaresma, que está finalizando, Yo los invito a salir del desierto para ingresar en el Paraíso Eterno de Dios, que está en los Cielos.

    Quiero llevarlos Conmigo, en esta próxima Semana Santa, por el camino sagrado del calvario; para que ustedes puedan recoger espiritualmente los códigos triunfantes de la Dolorosa Pasión de Mi Hijo.

    En este tiempo, Nuestro Señor necesita que existan almas capaces de ser depositarias de Sus principios, valores y atributos, para que en el mundo puedan ser erradicadas la violencia, la guerra, la impunidad y la esclavitud que aún muchos hijos Míos siguen enfrentando día a día.

    Yo deseo, como Madre, que ustedes le puedan ofrecer sus vidas a Dios como un ejemplo ante tantos pecados en el mundo.

    Por eso, queridos hijos, Mi intención de Madre es llevarlos de la mano y, sobre todo, dentro de Mi Corazón por el camino de la revelación del Amor Crístico, que se expresa fielmente a través de la Pasión de Cristo.

    Mi Hijo necesita testigos de Su Amor, ante tanta crueldad.

    Mi Hijo necesita testigos de Su Misericordia, ante tantas injusticias.

    Mi Hijo necesita pacificadores, ante tanta violencia y maltrato.

    Por eso, ustedes deberán comenzar el ejercicio de apartarse y distanciarse de esas energías.

    Por eso, Yo vengo a mostrarles el camino, el camino que los llevará hasta Mi Hijo, Jesús.

    ¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

    Los bendice,

    Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
     

    Después de transmitir el Mensaje semanal, la Virgen María complementó con las siguientes Palabras:
     

    Mi Hijo les agradece por estar hoy aquí y a través de este Mensaje, que enseguida compartirán(*), comprenderán la esencia de lo que Él necesita en este ciclo. Porque esperamos, pero también rezamos, para que al menos una parte de la humanidad se pueda salvar, antes de que sea demasiado tarde; y para que principalmente la humanidad que será rescatada pueda guardar, en sí misma y en cada corazón, los Valores y los Principios de Dios que gestaron desde el comienzo la existencia de las razas y de los pueblos, la expresión auténtica de los valores divinos del pueblo de Israel.

    Mi silencio viene a reconfortarlos. Mi oración viene a reconstruirlos. Mi Amor viene a elevarlos ante esta puerta espiritual y divina, que se abre hacia la Sagrada Semana.

    La Iglesia de Mi Hijo está pronta, porque lo que brillará en Su Altar será el ofrecimiento de cada uno de sus corazones, eso es lo que Él espera ardientemente. No importa que sea imperfecto o que sea miserable para ustedes. Mi Hijo espera que sea verdadero, con la lealtad que puede vivir cada corazón de poder comprender el Llamado de Dios que, en este tiempo, viene a despertarlos a todos, porque la humanidad no puede dormirse por su indiferencia o negación.

    La humanidad deberá ser la raza de los Nuevos Cristos. Y por esta causa, también rezo todos los días, así como rezo fielmente al lado de cada uno que se une a Mí, en oración.

    Les agradezco y los animo a vivir una victoriosa Semana Santa, para que Cristo, Mi Amado Hijo, pueda gobernar cada corazón humano. Por esta ardiente aspiración del Señor, Yo les doy Su Paz, la Paz de Cristo.

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Sean Luz en el mundo, para que haya Misericordia.



    (*) La Madre Divina se refiere al Mensaje semanal.

     

  • Sábado, 23 de marzo de 2024

    Mensajes diarios
    TRIGESIMONOVENO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

    "Mi hora está terminando con ustedes y tendrán que recordar todo lo maravilloso que Yo les enseñé a lo largo de los últimos tiempos.

    No pueden olvidarse de la lección primera:

    Que se amen los unos a los otros, así como Yo los amo; que Me sirvan en el mundo a través de los más pequeños y humildes de sus hermanos, porque en verdad les digo que, si estuvieran sirviendo al más pequeño de los Míos, será a Mí que Me estarán sirviendo.

    Recuerden lo que una vez les dije:

    Cuando tuve hambre, Me alimentaron.

    Cuando tuve sed, saciaron Mi sed.

    Cuando tuve frío, Me abrigaron.

    Cuando estaba preso o enfermo, Me visitaron.

    Todo lo que hagan o donde sirvan, recuerden que será a Mí que Me estarán sirviendo.

    Yo vengo a dar testimonio de que en el Amor todo es posible y las almas se pueden liberar".

    Cristo Jesús

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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