Lunes, 19 de mayo de 2014

Mensajes mensuales
MENSAJE MENSUAL DEL CASTÍSIMO SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE BARCELONA, CATALUNYA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Mis amados:

Hoy sientan en vuestros corazones el aliento que traigo a vuestras vidas para que, por medio de la sublime humildad y pureza de Mi Corazón, puedan ser capaces de comprender todo lo que el Cielo les envía como aprendizaje en este tiempo.

Mis queridos compañeros, caminantes de esta senda de cristificación, llegó el momento tan esperado por esta humanidad de dar grandes pasos en su evolución. Pero, para eso, es necesario que vivan las adversidades propias del camino de transformación que están transitando.

Como Instructor de vuestras pequeñas almas quiero conducirlos, por encima de todo, a la unión con Dios. Estén unidos en vida al Corazón del Padre, así como lo hizo el Hijo.

Hoy quiero decirles que llegó el momento de dar un gran salto y ya no pequeños pasos. Llegó el momento de forjar vuestras almas con fuego intenso, almas que deben saber perseverar en su camino, más allá de cualquier acontecimiento terreno.

Llegó el momento en que sus corazones puedan sellar el propio compromiso con Dios y, a través de ese compromiso fiel y duradero, elevar a toda la humanidad para que dé ese paso en la consciencia.

Mis queridos, vuestras almas levantaron las manos en el Reino de los Cielos, cuando la Voz del Creador convocó a aquellos que desearían ser pioneros en la Redención y en la transformación de sí mismos y de toda una raza. Por eso, deben estar conscientes de que todo lo que están aprendiendo lo hacen para algún día ser capaces de conducir a toda una humanidad perdida en su propia oscuridad.

La instrucción que les traigo en este día es esta: es tiempo de renovarse; renovar el espíritu de consagración, renovar las ofertas de vuestras almas, renovar vuestros compromisos con Dios Padre y Sus Mensajeros porque, en este tiempo, el Divino será vuestro único aliento. En Dios estará el refugio de Paz para vuestras almas; en Dios estará la fortaleza que necesitan para seguir adelante.

Y se preguntarán: ¿cómo llegar a Dios? Llegarán a Dios mediante la pureza de intención, la aspiración permanente de servirlo. Llegarán a Dios cuando se fortalezcan delante de las dificultades y, ante cada prueba que se aproxime, reconfirmen que Cristo es vuestro camino, verdad y vida.

Mis queridos, muchos caminos el hombre recorrió para llegar al Infinito; muchos fueron los mensajeros enviados por Dios para instruir y conducir a la humanidad. Pero es propio de este tiempo que Dios mismo les hable de aquellos que con Él se fundieron en alma, espíritu y divinidad, y con Él formaron una única consciencia, un único verbo y una única verdad. Por eso, en este tiempo, después de que tantos caminos les han sido presentados, las sendas se unieron en una única y gran carretera por la cual caminarán todos los seres, en la cual encontrarán todas las enseñanzas, todas las ciencias.

Este es el tiempo del Amor y de la Unidad, porque todos los conocimientos verdaderos llegaron al mundo para llevar a la humanidad a este Principio. De norte a sur y de este a oeste de este sagrado planeta, todas las enseñanzas que surgieron y que fueron enviadas por la Divinidad Suprema llegaron para conducirlos en este momento a vivir el Amor y la Unidad en vuestros corazones, en vuestras esencias y en vuestras vidas. Por eso, no teman vivir lo inusitado, solo busquen en todo encontrar la Unidad entre sí y entre los reinos de la naturaleza. Ámense los unos a los otros, compréndanse cada uno en su posibilidad, únanse en un mismo caminar.

Amor y Unidad son la tónica de este tiempo; esta es la melodía que les abrirá las puertas de los Cielos, canten juntos esta canción.

Les agradezco por venir a Mi encuentro, por reconocer Mi presencia y por abrir vuestros corazones a la Voz de Dios que se manifiesta por intermedio de Su humilde y casto siervo.

San José