Viernes, 25 de octubre de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Queridos hijos de Mi Corazón:

Hoy vengo, para consagrar esta ciudad a Mi Corazón, para que el interior de cada uno de sus seres sea un templo vivo de Mi presencia maternal.

En este último tiempo de Misericordia, traigo al mundo el despertar espiritual para los corazones y las consciencias. De esta forma, poco a poco, la humanidad irá saliendo de la gran ilusión en la cual está inmersa.

A pedido del Señor que reina en el Universo, vengo día a día, para curar a los corazones de toda incomprensión y falta de amor y, para recordar a los hijos de Dios, que un vasto Universo los espera.

Sin embargo hoy les digo que, antes de alcanzar los misterios celestiales, es necesario develar los misterios que viven dentro vuestro. Estos misterios son las virtudes divinas que todo ser humano guarda en su esencia, como arquetipo de la creación de Dios.

Cuando les pido que despierten, hijos Míos, es para que despierten a la vida que Dios creó para Sus criaturas; es para que despierten los dones y las virtudes que están guardadas en sus corazones y de cuyo despertar depende el nacimiento de la nueva vida sobre la Tierra.

En estos tiempos, retorno al mundo, para unir creencias y religiones, razas y naciones, en un único corazón, que pulsa en el ritmo del Corazón Universal.

Traigo a través de Mi verbo divino un mensaje de unión y de fraternidad, para que Mis hijos no vivan más presos en sus proprias vidas y la ignorancia no les impida ver la necesidad del prójimo y la verdad de los corazones.

Mis queridos, hoy Yo los convido a que vivan la unidad, los convido a que disuelvan en sus corazones el egoísmo y el orgullo, para que los velos que cubren los rostros puedan dar paso al brillo verdadero de sus ojos. Y así, dejando de lado las preocupaciones que tienen a su alrededor, puedan percibir la esencia pura que existe en cada corazón.

A través de la verdadera unidad, que nace en los corazones, podrán descubrir el Amor que Mi Hijo sembró en esta Tierra.

Mas, para vivir cualesquiera de mis mensajes, Mis queridos, se necesita tener fe de que una nueva vida puede despertar; aunque sus ojos vean al mundo entero durmiendo e inmerso cada día más en las ilusiones de las modernidades, no pierdan la fe y la determinación de seguir adelante.

Ya fue dicho que unos pocos transformarán al mundo, porque si vivieran las Leyes que nacen en el Universo Celestial, podrían encontrar el arquetipo dejado por Mi Hijo Jesús.

Hoy les digo, que Cristo, viviendo el Mensaje de Dios, por sí solo, curó al mundo para siempre. Ahora es necesario que otros hagan brotar esta semilla dejada por Jesús y que vivan de forma ecuménica y verdadera la Vida Crística. Este es el Plan de Dios para la humanidad.

Jesús no vino a la Tierra solo para iluminar a los corazones del mundo, sino que también vino para demostrar que es posible vivir la transformación en Cristo, estando entre los hombres. Y también por medio de sus apóstoles, nos mostró que la fe y el amor transforman la materia más burda en materia divina.

¡Sean los apóstoles del nuevo tiempo, despierten al Amor Universal!.

Yo los amo siempre y les agradezco por responder a Mi llamado.

María, Mensajera Celestial y Reina de la Paz