Miércoles, 24 de mayo de 2017

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

La Unidad, una fortaleza contra el mal

La Unidad primera surge de los universos superiores de consciencia, directamente de la Fuente de la Creación, conocida espiritualmente con el nombre de Abba.

Esa poderosa energía de Unidad superior es lo que ha permitido, como don y como principio, la manifestación de los universos y, desde allí, de todos los planos, desde los espirituales hasta los materiales.

La Unidad nace de la Fuente inmaterial de Dios, porque ella se nutre de la esencia del Amor.

Si el Amor que es algo único e invencible no existiera, sería imposible gestar la unidad de propósito.

Esa corriente de Unidad que nace desde la Fuente Primordial es similar a una electricidad cósmica, un fuego positivo que ayuda a unir las moléculas o las partículas de la Creación, por medio de una única vibración que está basada en el Amor y en la Verdad.

Al descender la Unidad como principio, en los diferentes planos de consciencia, todo lo creado puede contactarla.

Pero la Unidad es parte de una ciencia espiritual y no intelectual, que impulsa el espíritu de la cooperación y de la adhesión entre quienes buscan su Fuente.

En el Universo material, específicamente en este planeta y en esta humanidad, la Unidad como energía está en un segundo plano.

Por eso, Cristo vino al mundo hace dos mil años para que la humanidad se desconectara de la indiferencia y se conectara con la Unidad; principio que, durante la Pasión de Jesús, fue uno de los factores que derrotó al adversario.

La Unidad es capaz de concretar el Plan en la materia a través del espíritu de fraternidad que las almas pueden concebir en sí mismas.

Cuando la Unidad espiritual está ausente en algún sentido, por ejemplo, en un grupo de almas que tienen y cumplen un mismo propósito y misión, la vibración de la Unidad pasa a un segundo plano, porque en las consciencias prevalece su decisión personal y no colectiva. Entonces, se pierde el espíritu del Propósito que se torna inalcanzable.

En esta etapa aguda del planeta, en la que la realización personal, el cumplimiento de las metas individuales y la preocupación en sí mismos son altamente estimulados, el espíritu de la Unidad se debilita al ser interferido por estados de soberbia, de orgullo y de poder.

Esto repercute en las consciencias en el momento de tomar decisiones delicadas en sus vidas, dentro de una obra o de un propósito espiritual, por no estar conectadas con la Fuente, con la verdadera esencia que las creó. El sentido de Unidad comienza a alejarse de todos, al punto de tornarse casi inalcanzable.

Es así como, a partir de ese momento, otras situaciones comienzan a surgir; y lo que antes era flexible, se vuelve rígido, tenso y difícil.

El adversario se ha encargado de inculcar astutamente en esta humanidad el estado de la propiedad, del control y que a las almas solo les importe sus vidas y nada más.

Este mecanismo corrupto de indiferencia, gestado en toda la consciencia humana, será una de las grandes bestias del Apocalipsis que deberá ser vencida por la Mujer Vestida de Sol.

Estamos en el  camino de que eso suceda, por eso el planeta será removido en todos los sentidos y de todas las formas posibles, con el fin de retirar a la consciencia humana de ese estado de superficialidad.

Aún hay tiempo, en el reloj planetario, de que las almas consigan abandonar la indiferencia mundial y se dejen permear por el poderoso principio de la Unidad, que las llevará a esforzarse todo el tiempo contra las trampas y los juegos que les coloque su propia consciencia.

La Unidad es una fortaleza muy importante, pues cuando verdaderamente está presente, nada malo puede suceder.

Para no salir del sagrado espíritu de la Unidad, deben vigilarse a sí mismos, así como también a sus intenciones y motivos en primer plano; eso los protegerá.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz