Miércoles, 16 de septiembre de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA SAGRADA CASA MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

El mundo no comprende aún qué es vivir sin el Amor de Dios, Amor que cura, libera y renueva todas las cosas.

Este Amor pleno es rechazado por algunas almas del mundo que solo han colocado sus ojos en la propia realización, en la conquista de pueblos y de regiones enteras de la Tierra.

Eso ha traído como consecuencia la separación del espíritu del ser terrestre, rompiendo la verdadera fusión que promueve el Amor de Dios.

Por ese motivo, Mis ojos no paran de llorar y de implorar al Padre Celestial por Su Divina Misericordia, porque será a través de los que responden a Mi llamado que la Obra de Paz se concretará al menos en una parte del mundo.

Mi deseo espiritual es que todos los días existan almas en oración que sean capaces de ayudar a modificar los acontecimientos que la propia humanidad genera a través de la ambición de tener más y más cada día. De esa forma, Mis queridos hijos, Mi dolor no es por las pruebas que son difíciles de superar, Mi angustia maternal es por el grave destino que los hombres están creando sorpresivamente en muchas naciones.

La Gracia de Dios purificará sus deudas y pronto se liberarán de todo. Solo que ahora, los llamados por Cristo para el fin de los tiempos deberán estar dispuestos y decididos a realizar misiones inesperadas y ritmos de oración cada vez más amplios; de esa manera la bestia no colocará sus garras sobre algunas naciones, las que deben estar resguardadas por la Luz de Mi Materno Corazón.

Así, Mis amados hijos, aspiren a no ser nada, aspiren a estar en Dios y a seguir Sus designios. Muchos religiosos y laicos están rodeados por las influencias de este mundo actual, lo que les quita la atención en Dios.

Una de las razones por la cual he pedido los misterios del Santo Rosario, es para retirar de la ilusión y del hipnotismo a cuantos se envuelven en todas esas cosas. Espero que delante de la gravedad de los tiempos de Armagedón Mis hijos orantes, después de los treinta y tres días de oración, no pierdan el impulso interior de agradar y de aliviar Mi Corazón lastimado.

Por la sincera ayuda de ustedes, aunque sea una pequeñísima respuesta, Mi Inmaculado Corazón triunfará en las almas pecadoras. Aún la copa no fue quebrada por el rayo del Ángel de la Justicia de Dios; ustedes y Yo lo estamos impidiendo.

¡Les agradezco por corresponder a Mis urgentes pedidos!

Los anima a caminar en la fe,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz