Domingo, 10 de febrero de 2013

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos Míos:

Recuerden que todos los días pueden venir hacia Mí y dejar que sus seres reposen en Mis Brazos de salvación.

Hoy los invito, como ha dicho Mi Madre, a la constancia, a lo que vendrá y a vivir en la santa esperanza del corazón. Con sus buenas obras de paz y de amor, también ustedes, Mis compañeros, transmitirán Mis Buenas Nuevas a todos.

Con este fin estoy formando a los guerreros de la Divina Misericordia para que, tanto en la oración como en la humildad que deberán alcanzar todos los días, puedan ser muestra y ejemplo vivo de Mi Mensaje Redentor hecho carne en ustedes. 

Hoy ya puedo llegar a lo profundo de sus corazones, pero aún Mi Alma tiene sed de aquellos que ni siquiera miran a lo más alto del Cielo, al Universo.

Mis queridos, acepten vivir las lecciones del amor y del perdón, porque a través de estas dos lecciones aprenderán a amar y a redimir el corazón. Los espero en oración, como también los espera Mi Madre del Universo, en todos los momentos del día. Solo permitan que Mi Amor se pueda irradiar en sus rostros, en sus ejemplos y en sus acciones cotidianas de la vida. Quiero y puedo estar presente por más tiempo en su templo interior, solo cuando se dispongan a decirme: “Ven Maestro, eres absolutamente en mí y yo en Ti”, así Me abrirán la puerta de sus casas, de sus familias y de sus seres más queridos.

Si Yo redimo sus vidas con la Fuente de Vida, en consecuencia, también serán redimidos sus hermanos más próximos. Antes de que todo suceda, quiero mostrarles el amor de Mi Misericordia y la fe de Mi Espíritu Divinizado por el Supremo Padre.

Quiero tenerlos cerca, por eso los espero en el silencio, en la contemplación de la Creación y de la Vida. Como Soy parte de Dios, Yo estoy en todas partes. Cuando se unan a Mí, los ayudaré, porque Mi Amor por ustedes aún es desconocido para muchos.

Confíen en Mi Espíritu porque al final de todo los resucitaré de la muerte y los llevaré a la Tierra Prometida: a la Tierra y al Paraíso bendecidos por Dios Creador.

Bajo el Espíritu Santo de Dios, sean siempre misericordiosos.

Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.

Cristo Jesús, vuestro Pastor