Miércoles, 2 de agosto de 2017

Mensajes mensuales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Compañeros de otrora:

Vengo en este día de Misericordia para anunciar Mi llegada a esta Casa y a este Centro Mariano de Figueira.

Os pido que, desde ahora, abran las puertas y las ventanas de vuestras moradas, que preparéis la mesa y sirváis el pan y el vino, que estéis en vigilia, adoración y júbilo porque al fin vuestras heridas más profundas e incurables de la consciencia serán cerradas y curadas por el toque de luz de Mis simples Manos.

Quisiera que las bienaventuradas mujeres que se comprometieron Conmigo para auxiliar en misericordia a las almas, estén esperando a su Pastor y que así, preparen Su gran Altar, el que coronará los cuatro años consecutivos que vuestro Rey camina a vuestro lado.

Deseo que Mis dulces esposas consagradas Me esperen en la víspera de la Maratón, el día 4 de agosto, con una vela encendida en sus manos; esa será la señal del candelabro que se encenderá para esperar en adoración a vuestro Señor.

Aspiro a que Mis compañeros sacerdotes preparen sus atuendos y voces, y que en cada ceremonia que será amorosamente ofrecida, las almas Me puedan ver presente en sus actos litúrgicos y de oficio.

Quisiera que cada peregrino, orante, devoto y creyente de Mi Sagrado Corazón, supiera que también está recibiendo el llamado para estar presente, incondicionalmente, en este Sagrado Santuario de la Paz para recibir lo que espiritualmente necesita y para donarse por entero, como persona y como espíritu.

Para este 4to aniversario de Mis encuentros de Misericordia, quisiera, en verdad, que no solo adornarais con flores el altar de vuestro Señor sino que vuestras presencias glorificasen ese altar durante todos los días de la próxima Maratón, porque así haréis más viva y resplandeciente la venida de vuestro Humilde Pastor.

Hoy Me digno a llegar inesperadamente y visitar vuestras consciencias porque necesito que, al fin, confiéis en Mí durante esta fase aguda del planeta, en la que vuestra humanidad se purifica gradualmente.

Necesito, compañeros Míos, que en verdad todos estos encuentros de agosto, que serán irrepetibles, sean vividos por cada ser como algo único e imborrable.

Vuestro Maestro del Amor os llama a ser agradecidos, no solo por toda la Instrucción divina recibida, sino por la acción incesante de Mi Divina Misericordia en los seres más miserables de este planeta y en las almas más perdidas de esta humanidad.

Por último, deseo ardientemente que vuestras almas durante el mes de agosto sean candelabros de Luz y de Misericordia; quisiera que durante cada encuentro, vuestras esencias se encendieran y vuestros rostros reflejasen una hermosa sonrisa para vuestro Señor y para vuestros hermanos.

Quisiera que salierais de cualquier amargura o sufrimiento porque Mi Gloria Eterna, que es la Gloria del Padre, estará descendiendo durante todo este mes.

No olvidéis que tendréis la Gracia de poder crecer en el amor.

Quisiera que Mi Figueira se vistiera de fiesta, así como la joven novia que está lista para entrar a la Iglesia y unirse a su Amado Esposo Celestial.

Abrazad con fervor Mis Palabras, y vuestros corazones podrán ser libres de este largo, pálido y frío invierno. Mi Divino Fuego viene para encender en ardor a las almas.

Dichosos serán aquellos que aquí lleguen e ingresen al templo de la oración, porque serán quemados por el fuego de Mi Eterno Amor.

Id y corred; lavad vuestros rostros en la Fuente para que estéis limpios; pues ha llegado la hora de volver a unir a los discípulos, a todas las ovejas, en el Gran Cenáculo de la Redención.

Recordad que estaré caminando por los caminos de Figueira, deseando encontrar almas en oración, preparando Mi cordial llegada.

Esta próxima Maratón será culminante.

¡Adelante, Mis compañeros!, es hora de viajar al Centro Mariano de Figueira; vuestro Señor os está llamando para celebrar este momento por toda la humanidad.

Les agradezco por acompañarme; Dios les agradece siempre.

Cristo Jesús Glorificado