Lunes, 2 de enero de 2017

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 42.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE MIAMI, FLORIDA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy he venido a un lugar muy necesitado.

Por eso hoy Me encuentro sobre un espacio muy frecuentado por el mundo, por la consciencia humana.

Mi Luz se derrama sobre el Mar Caribe, en donde una historia se guarda. En donde acontecimientos sucedieron, los que aún no fueron curados por nadie.

Es así que nuevamente Mi Voz se pronuncia, ahora en esta parte de Norteamérica, en donde las Leyes no se cumplen ni se viven, en donde el equilibrio y la armonía entre las almas no son lo primordial, sino el beneficio propio y, sobre todo, lo que ustedes conocen como poder.

Quiero que comprendan que el mundo deberá purificarse para poder ingresar en un nuevo ciclo.

Yo vengo por cada uno de los inmigrantes, por los que sobreviven y participan de esta realidad planetaria, la que los lleva a vivir esfuerzos y el sacrificio de sus vidas para poder alcanzar una oportunidad.

Es por eso que Me encuentro sobre el Mar Caribe, a las puertas de la ciudad de Miami, para poder iluminar con Mi Luz, con la Luz de Mi Espíritu y de Mi Consciencia Divina, para poder hacer descender el milagro que toda esta parte del pueblo necesita, para que así reciba la Gracia de Dios y sea colmada por la Misericordia.

Esa es la razón por la cual, compañeros, el ejercicio de oración de la Misericordia se desarrollará aquí.

Quisiera que pudieran ver más allá de las apariencias de la vida material, en la que se acomodan muchas almas y de la cual luego no pueden salir, ni siquiera para dar un paso en la consciencia espiritual.

Vengo a intentar recuperar lo que está perdido y lo que una vez brilló en los universos. Vengo en búsqueda de las esencias que están siendo apartadas de Mí y que tienen miedo de no poder sobrevivir en la vida material, en sus trabajos, en sus familias, sobre todo por estar tan lejos de sus naciones.

No vengo a sembrar aquí ninguna decisión material. No vengo hablar de las leyes de la Tierra, sino a mostrar lo que está torcido y lo que debe enderezarse hacia el camino de la Luz y de la Misericordia.

Es tan urgente el apelo de esas almas que han clamado por Mí, que Yo las he escuchado con atención y estoy atendiendo sus súplicas en beneficio de sus espíritus y de toda la humanidad, almas que de alguna forma reciben las consecuencias de esa vida porque allí se encuentran.

Todos en espíritu son peregrinos, peregrinos que deben ingresar en Mi Camino de Redención y de Amor.

Es el camino que Yo ofrezco a los pobres de espíritu y a los más simples de corazón.

Trayendo esta Gracia para los más marginados hago resplandecer Mi Divina Misericordia, no solo en Miami, sino también en esta parte de Estados Unidos, nación que debe salir de un sueño profundo en el cual vive permanentemente.

Por eso abro Mi Brazos para todos y quiero acoger a cada alma en Mi Corazón misericordioso, con la finalidad de que se sientan amadas, apreciadas y curadas por Mi Amor.

No vengo a imponer un conflicto en la consciencia de esta nación, sino a despertarla a una verdad que todos ven pero no quieren reconocer porque es una falta muy grave.

Quiero así instituir en las almas una oportunidad para que tengan fuerza interior y puedan vivificarme; retirarlos de la esclavitud para que puedan despertar en espíritu de Gracia y de Misericordia.

Por eso estoy sobre este mar, este Mar Caribe tan apreciado y tan tentado, tan explotado.

Aquí, en el principio, existía un Proyecto, el cual muy pocos conocieron porque no era nada material.

El Mar Caribe y sus islas eran islas de salvación para aquellos que debían espejar, como esencias, algo sublime para el planeta.

Y aquí, compañeros, estoy hablando de las almas que son Espejos.

La idea original para el Mar Caribe fue destruida en el momento de la conquista, porque era la Consciencia Indígena la que debía gobernar en esta región, con su humildad y reverencia, para atraer hacia el mundo principios de pureza y de redención.

A lo largo de esta peregrinación, muchas puertas inciertas fueron cerradas y muchas situaciones fueron transmutadas.

Deseo que en esta Maratón la convicción de orar con amor y fervor no se pierda.

Deseo que no sea una Maratón más, sino la oportunidad de traer una Gracia para sus hermanos, para aquellos que están más inconscientes e ignorantes de todo.

Quiero despertar en el Cristo Interior de cada ser.

Quiero hacer de Miami un punto de Luz para el mundo, un portal de rendición y no de beneficio propio.

¡Pensarán, compañeros, que eso es imposible!

Pero si Mi Padre Me lo pide, Yo convocaré a las almas que deberán hacerlo, aquellas que deberán crear las bases de una vida de oración para los no redimidos.

Esperé tanto tiempo para llegar hasta aquí y mostrarle al mundo que debe transformarse, así como también otras ciudades que están bajo la superstición, la perdición y el abandono; que están sumergidas en la vida material y lejos del espíritu, de la esencia.

Para poder hacer esta tarea en Miami, he traído Mi Gobierno, y eso significa a los Padres Creadores, los que intervendrán en muchos asuntos que no son físicos.

Intentaré, compañeros, por medio de esta Maratón y de su ofrecimiento, sembrar nuevos códigos de Luz en lo que está perdido y en todo lo que se ha apartado de Mi Creador.

Les dejo a ustedes la oportunidad de renovar la alianza Conmigo y de hacer de estos momentos, oportunidades para vivir el sacrificio y la entrega; trayendo así la esencia de la trascendencia y de la motivación, para dar nuevos pasos hacia el Camino de la Luz, hacia el Reino de Dios.

Durante esta Maratón, los ángeles trabajarán ayudando a los ángeles de la guarda de aquellos que duermen el sueño de la ilusión planetaria.

Desde estos mares tan buscados por el mundo, elevaré los Espejos de los Centros de Amor para que puedan refractar la Ciencia de la Vida y de la renovación de todas las consciencias.

No dejaré de dar los pasos que Mi Padre Me ha pedido, por eso necesito que Me acompañen y que no Me pierdan de vista.

Desde el comienzo de esta Maratón todo será importante, hasta los más mínimos detalles.

Cada ofrecimiento, cada ceremonia, cada canto, cada oración, como cada actitud, hará la diferencia para que Mi Obra se cumpla en Miami.

Quiero resucitar espejos que están muertos, almas que se han apartado de Mi Corazón.

Quiero entregar Mi Bandera de Paz a los oprimidos, Mi Estandarte de Luz a los caídos, Mi Corazón a los que sufren la esclavitud.

Quiero liberarlos de las cadenas de la inercia planetaria; por eso he decidido comenzar en Miami.

Pero tengan presente, compañeros: después de que Yo haya pasado por allí, todo se desencadenará y no deberán temer.

Las corrientes poderosas de Mi Corazón vienen para liberar al mundo y a la consciencia humana de sus abismos.

Los bendigo y acepto sus oraciones del corazón y no de palabras.

Con amor y perseverancia atenderán a Mis Pedidos.

Quiero de Mis Apóstoles, servidores en máxima operación, luceros para el mundo.

¡Adelante!