Lunes, 24 de febrero de 2014

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN CARACAS, VENEZUELA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hermana Lucía de Jesús:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

A pedido de María, vamos a rezar la oración "Ave Luminosa" y vamos a acompañarla en Su vuelo por toda esta ciudad y por toda esta nación, permitiendo que Su Luz se expanda por este lugar.

Oración: Ave Luminosa.

María nos pide que oremos con más fervor. Aquellos que podamos, vamos a orar de rodillas.

 

Hijos Míos:

Quiero construir en sus corazones la fortaleza en la que habitará Mi Hijo. Quiero que sus almas sean fuentes de Luz en este mundo y que, a través de cada uno de ustedes, la Luz que existe en Mi Reino pueda llegar a la Tierra.

En este tiempo, ustedes están aprendiendo a ser pacificadores, están fortaleciendo sus corazones y sus espíritus para un tiempo que llegará, tiempo en el que sus consciencias serán como reflectores de Luz en medio de la oscuridad que existirá en el mundo. Pero hoy les digo que jamás teman, porque Mi Corazón siempre estará a su lado y, siempre que clamen, Mi Paz llegará a sus vidas.

Quiero construir, en cada uno de ustedes, los apóstoles del nuevo tiempo, que llevarán la Palabra de Vida, que darán testimonio de la Presencia de Cristo en el mundo cuando Sus Pies toquen nuevamente la Tierra.

Hijos Míos, muchos no creerán en la Presencia de los Mensajeros de Dios; pero, a través del ejemplo de sus corazones, convertirán a las vidas, despertarán a las almas y traerán la paz al mundo.

Quiero que sepan que una Estrella de Mi Corazón es depositada hoy en sus esencias para que se sientan bajo Mi Manto, bajo Mi Protección Celestial, y así se fortalezcan para que puedan fortalecer a otros que no conocen la Luz, que no descubrieron el perdón y la paz.

Por eso, les pido que oren, que profundicen en Mi Presencia y que preparen un camino de Luz para Mi llegada mañana; porque si Me dicen sí, Mi Consciencia podrá actuar plenamente en este país y Mi Paz podrá instaurarse en este mundo, poco a poco.

Necesito la rendición total de sus corazones, porque los pocos que pueden decirle sí a Dios deben decirlo con todas sus fuerzas, con todo su ser y con todo su corazón. De esa forma, será posible que Mi Presencia llegue al mundo, una y otra vez, y que Mi Paz invada a los espíritus y a los corazones.

En este día, Mi Corazón les sonríe, para que su fortaleza sea construida a través de la alegría. Que jamás pierdan la alegría de sus corazones. Si en algún momento de sus vidas se encuentran con tristeza, recuerden que en esta tarde la Reina del Cielo y de la Tierra les irradia una sonrisa para que recuerden eternamente que la alegría siempre debe prevalecer, porque la alegría es un don de sus almas, es un don de esta nación que debe convertirse plenamente a Dios.

Les agradezco siempre por orar Conmigo. Llevo en Mis Manos sus súplicas e intercederé ante Dios por sus almas y por esta amada nación.

Les agradezco.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Vamos a darles un pequeño relato de la Aparición de hoy, a pedido de la Virgen María.

La Presencia de María ya llegaba hasta nosotros a partir de las últimas cuentas de nuestra oración. Ella, como una bola de fuego, como un Sol, recorría toda la ciudad.

Y cuando nos arrodillamos, cuando los portales se abrieron hasta este lugar, fue como si varios Cielos, a partir del Universo, comenzaran a abrirse. Primero descendieron los ángeles, muchas huestes de Luz que cantaban como coros infinitos; no daba para contar la cantidad de ángeles.

Y, en ese momento, ellos nos indicaron que nos aproximáramos al lugar donde María iba a aparecer. Ella llegó hasta nosotros como este Sol, hasta que en cierto momento se fue diseñando Su Silueta de Luz y entonces pudimos verla con todos los detalles.

Ella vino como la Reina de la Paz, pero hoy, de un modo diferente. Ella traía en Su Pecho una estrella dorada de seis puntas y en el centro de la estrella estaba Su Inmaculado Corazón. Esa estrella pulsaba e irradiaba Luz sobre todos nosotros.

Y, en el momento en el que Ella nos pidió que rezáramos la oración "Ave Luminosa", fue como si de alguna forma Su Consciencia se multiplicara y, en omnipresencia, Ella llegaba a muchos lugares de Venezuela. Podíamos verla como muchas Siluetas de Luz y al mismo tiempo que estaba aquí, con nosotros, llegaba hasta esos lugares.

Y cuando Ella nos dijo que una estrella de Su Corazón se depositaba en nuestra esencia, de esa estrella de seis puntas salían estrellas de seis puntas muy pequeñas que entraban en nuestras esencias. Y fue interesante porque, cuando entraban en nuestras esencias, traspasaban nuestro corazón e iban llegando a personas que estaban ligadas a nosotros.

Podíamos ver eso en otros planos. Es un poco difícil de explicar, pero era como si detrás de cada uno de nosotros hubiera muchas personas, una fila enorme, y esa estrella iba pasando de corazón a corazón, iba llegando a una infinidad de personas de nuestras familias y cercanas que están relacionados con nosotros de alguna forma.

Después, mientras los hermanos del coral entonaban la canción del Espíritu Santo, Ella volvió a convertirse en un Sol, que fue creciendo hasta abarcarnos a todos. Dejó Su Presencia impresa en las imágenes que trajimos hoy y después se elevó a los Cielos, agradeciéndonos a todos.

Y una cosa que recordé fue que al comienzo de la Aparición, parecía que Ella iba a permanecer silenciosa, pero nos dio algunas instrucciones y después nos habló a todos los presentes:

"Queridos hijos, están cursando una escuela de pacificación y de fortalecimiento. Cuenten Conmigo para descubrir esa escuela y para descubrir Mi Presencia en las dificultades de la vida".

Y así, Ella nos invitaba a fortalecernos, sobre todo los hermanos de Venezuela, ante las situaciones que vivimos, y a sentir que cada acontecimiento de nuestra vida nos invita a un aprendizaje diferente, del que nos podemos valer para madurar, para crecer en espíritu y en consciencia.

Muchas gracias a todos.