Viernes, 24 de enero de 2014

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN SÃO JOSÉ DO RIO PRETO, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN

Nuestra Señora se apareció de forma silenciosa y al terminar Madre Shimani introdujo el relato que hizo Fray Elías.


Madre María Shimani de Montserrat:

Vamos a contar un pequeño relato de cómo fue la Aparición.

Como ha sido en los últimos meses, en los días de Vigilia, Nuestra Señora viene silenciosa, pero generalmente nos permite hacer un pequeño relato; y en los días de Aparición, nos dirige Sus Palabras.

Entonces, le vamos a pedir a Fray Elías, que hoy recibió Su permiso, para que nos cuente algo.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Como bien dijo Madre Shimani, nuestra Madre apareció silenciosa, en una primera instancia.
Los portales se fueron abriendo sobre esta casa y apareció un ángel con una gran arpa, que tocaba suavemente con sus manos y su sonido iba abriendo más los cielos. 

Los ángeles, que venían con Nuestra Señora, se fueron posicionando cerca de nosotros y nos observaban en un estado de contemplación y silencio, hasta que en cierto momento nuestra Madre apareció como la Reina de la Paz.

El Amor que Ella irradiaba nos fue envolviendo suavemente y ese Amor tenía el mismo movimiento que el viento que ahora estamos sintiendo. Cabe decir que también el viento ayudaba, en esa manifestación de nuestra Madre, a la apertura de esos portales celestiales.

Nuestra Madre llegó en silencio, nos sonrió, manifestó Su Faz con el manto azul, la túnica rosa y el cinturón dorado. Su faz brillaba mucho. Sus ojos trasmitían el Amor y la Misericordia que muchas veces sentimos.

Y mientras estábamos frente a Ella, por unos segundos, nos mostró la realidad del mundo, lo que la humanidad está viviendo en este momento. Su silencio nos trasmitió tristeza y dolor, en algunos momentos, y en otros nos trasmitía alegría y regocijo.

Todo el tiempo Ella nos bendecía, queriéndonos abrazar como hace una madre con su pequeño hijo. Y ese abrazo fue dado por Nuestra Señora a cada uno de nosotros espiritualmente.

En cierto momento, Ella nos dijo:

“Queridos hijos, Yo no vengo a hacerles mal, como ya les dije hoy, solo necesito que cambien. Manténganse aferrados a Mi Manto, Yo nunca los soltaré; pero Yo les pido, queridos hijos, que no se suelten de Mi Manto. Todo pasará. Todo mejorará. Sigan rezando, recen mucho, ustedes lo necesitan y el mundo también”.

Y después de un tiempo, nos dio algunas orientaciones, como siempre lo hace.

En cierto momento, cuando Ella nos estaba bendiciendo a todos, consagró esta casa como un punto de Luz y nos dijo:

“Queridos hijos, he escogido esta casa porque Me ha abierto las puertas del corazón. Quiero que aquí se funde un grupo orante que, a través de la oración, auxilie a todos los que necesitan de Luz y de Mi ayuda maternal en toda esta región. Les agradeceré por responder a este llamado”.

Después, elevándose al Cielo, nos dijo:

“Queridos hijos, en verdad, prepárense para mañana. Mis Palabras serán más fuertes. Cuando despierten, oren Conmigo, oren Conmigo de corazón. Será un día importante para muchas almas. Por esta preparación que le han hecho a Mi Corazón Inmaculado, estoy verdaderamente muy agradecida, el Cielo está muy agradecido. Desearía que pudieran comprender qué significa esto para los Planes de Dios”.

Y así, en ese momento, Ella nos sonrió, acogiéndonos dentro de Su Corazón.

Al final, antes de irse, nos dijo:

“Recuerden, queridos hijos, de guardar siempre Mi Amor en sus corazones. Mi Amor siempre los ayudará. Les agradezco”.


Madre María Shimani de Montserrat:

Vamos a cantar para despedirnos.
 

Canción: “Magnificat”.
 

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!